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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología

versão impressa ISSN 0365-6691

Arch Soc Esp Oftalmol vol.82 no.1  Jan. 2007

 

SECCIÓN HISTÓRICA

 

George Berkeley (1685-1753) (I)

 

 

Munoa Roiz J.L.1

1 Doctor en Medicina. San Sebastián. España.

 

George Berkeley nació en Dysert, en las cercanías de Kilkenny (Irlanda), el 12 de marzo de 1685. Cursó sus primeros estudios como interno en el Kilkenny College, entonces la mejor escuela de Irlanda. A los 15 años ingresó en el Trinity College de Dublín, donde obtuvo el grado de Bachelor of Arts (B. A.) en 1704, a los 19 años, y fue admitido como Fellow en 1706. En 1707 fue ordenado en la fe anglicana. Renunció a su puesto de Fellow en 1724, a raíz de ser nombrado dean de la catedral de Derry.

Interesado en fundar un college en las Bermudas, marchó a Londres, embarcó para América en 1728 y se instaló en Newport (Rhode Island). Sin embargo, y pese a las promesas que se le hicieron inicialmente, el proyecto que lo llevó hasta allí no salió adelante. Regresó, a Londres en 1731, y con posterioridad a Irlanda, donde fue nombrado obispo de la diócesis de Cloyne en 1734.

En 1754, con casi setenta años y un grave deterioro físico, se trasladó a Oxford con su familia. Cinco meses más tarde, y mientras su hija le leía un sermón una noche de invierno, el obispo George Berkeley murió sin que nadie se apercibiera hasta que terminó el sermón.

En los escritos juveniles, Berkeley se vale del empirismo para combatir el materialismo y el escepticismo de su generación. En las obras de su madurez ilustra y defiende positivamente los principios de la religiosidad, tal como él los entiende, recurriendo a la literatura tradicional. El conjunto de la obra pone en evidencia una personalidad religiosa que pasa gradualmente de una defensa negativa de la religiosidad hasta una aclaración positiva de sus exigencias y de su contenido doctrinal.

 

Ensayo para una nueva teoría de la visión

(An Essay towards a New Theory of Vision), 1709

Es el primer libro escrito por Berkeley, que lo publicó a los 24 años de edad, tras algunas obras juveniles de matemáticas (Arithmetica absque Algebra aut Euclide demonstrata, Miscellanea Mathematica, 1707).

Es, hasta cierto punto, un preludio, una introducción a la idea de que el mundo exterior no existe al margen de nuestras sensaciones. Su tesis principal es que nuestras sensaciones de distancia, de dimensión, etc., las llamadas «cualidades primarias», propias de la materia, igual que las «secundarias» que guardan exclusiva relación con la sensación, no nos manifiestan nada que exista realmente, y de forma esencial e independiente, en la naturaleza. Así afirma, «nuestro conocimiento solo es real, si existe conformidad entre nuestras ideas y la realidad de las cosas» y concluye, «tener una idea es lo mismo que percibir».

Con este criterio, nada de lo que percibimos como tal, existe en la naturaleza, por tanto, existir no puede significar sino percibir y ser percibido (esse est percipere et percipi), y todas las cosas son entia rationis, id est solum habent esse in Intellectu. El principio de la equivalencia entre «el percibir» y el «ser percibido» resulta del mero análisis de la sensación en su versión activa (percibir) y pasiva (ser percibido). Muchos niños cuando juegan al escondite cierran los ojos para hacerse invisibles.

En realidad, nosotros no vemos las cosas de nuestro entorno, tenemos ideas, dentro de las cuales vemos las cosas. Como consecuencia de la función de percibir los objetos percibidos por la visión, no existen fuera de la mente.

Se plantean, pues, dos problemas: la relación entre espíritu y materia, y la realidad del mundo corpóreo exterior a nosotros. Se trata de reducir toda experiencia a experiencia interna y desplazar al contenido de la conciencia cognoscente. Solo existen mentes; en las mentes están las ideas; y las ideas se deducen de las sensaciones.

Berkeley rechaza la distinción, tradicionalmente admitida desde Aristóteles, entre cualidades sensibles para un solo sentido (sensibles propios) y cualidades accesibles a varios sentidos (sensibles comunes), negándoles a las segundas la posible existencia.

El «Ensayo» se ocupa principalmente de la sensación de distancia. Comienza señalando como un hecho universalmente reconocido que la distancia, por sí misma, no es visible, y, por tanto, el ojo no percibe inmediatamente la distancia de un objeto respecto al observador. La distancia entre los objetos es el resultado de la experiencia.

La teoría, propuesta por matemáticos y físicos, que establece y mide la distancia de un objeto por medio del ángulo que forman las líneas rectas que van desde los ojos del observador al objeto puede rebatirse fácilmente, según Berkeley, observando que un objeto grueso y distante aparece en el mismo ángulo que otro menor y más próximo. Sorprende Berkeley por sus conocimientos de óptica fisiológica y menciona las «Optical lectures» del Dr. Isaac Barrow (1630-1677) y el fundamento de la «Catóptrica» de Tacquet.

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