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Revista Española de Enfermedades Digestivas

versión impresa ISSN 1130-0108

Rev. esp. enferm. dig. vol.100 no.9 Madrid sep. 2008

 

CARTAS AL DIRECTOR

 

Quiste linfoepitelial: una causa muy infrecuente de masa pancreática

Lymphoepithelial cyst - a very uncommon cause of pancreatic mass

 


Palabras clave: Páncreas. Quiste linfoepitelial. Lesión pancreática. Queratina.

Key words: Pancreas. Lymphoepithelial cist of the pancreas. Cystic tumors of the pancreas. Queratin.


 

Sr. Director:

Los quistes linfoepiteliales del páncreas son lesiones benignas, infrecuentes, de etiología indeterminada y cuya morfología puede aparentar desde una lesión pseudoquística hasta una lesión neoplásica de origen pancreático.

 

Caso clínico

Se presenta el caso de un varón de 68 años asintomático, sin antecedentes de interés, remitido para estudio de una lesión a nivel del proceso uncinado del páncreas. La misma fue detectada incidentalmente por ecografía abdominal realizada para el estudio una de lumbalgia (Fig. 1).

En la imagen de la tomografía computerizada de abdomen se describe una masa inhomogénea a nivel del proceso uncinado con un diámetro en sentido anteroposterior de 3,6 cm, borrosidad de la grasa peripancreática y dilatación del conducto pancreático principal (Fig. 2).

Se procede a una exploración con equipo lineal de ecoendoscopia (PENTAX UX 3630) donde se excluye la invasión de vía biliar y estructuras adyacentes. El estudio citológico del material obtenido por PAAF guiada por ecoendoscopia fue negativo para malignidad.

Con la sospecha de adenocarcinoma se realiza una duodenopancreatectomía cefálica con disección de ganglios linfáticos. Macroscópicamente se describe una lesión grisácea bien delimitada de 1,8 cm x 1 cm de consistencia blanda con aspecto necrótico en su centro con diagnóstico histopatológico de quiste linfoepitelial.

 

Discusión

Las lesiones quísticas de páncreas se dividen en quistes y pseudoquistes, en función de la presencia o ausencia de revestimiento epitelial, siendo la pared del pseudoquiste completamente fibrosa (1-3).

Los quistes verdaderos representan el 25% de estas lesiones y se dividen en congénitos, adquiridos o neoplásicos -quiste mucinoso, cistoadenoma seroso (4,5), intraductal papilar mucinoso e intraductal oncocítico papilar mucinoso-. Estas últimas representan un 10-15% de las lesiones pancreáticas (2).

Los quistes linfoepiteliales han sido descritos en la glándula parótida, glándulas submandibulares, pulmón, región intratorácica y sobre todo en la región lateral del cuello, siendo la localización pancreática inusual. Se desconoce su origen, siendo la hipótesis más aceptada la formulada por Truong y cols. (4) donde se afirma que la lesión que invade el páncreas deriva de la metaplasia que experimenta la inclusión benigna de tejido pancreático ectópico en un nódulo linfático peripancreático. El mecanismo por el cual se produce la migración del tejido pancreático y la invasión desde los nódulos es aún desconocido. El epitelio que rodea el quiste derivaría de los conductos pancreáticos, lo que justificaría las elevaciones de Ca 19.9 observadas, en ocasiones, en suero y líquido quístico. Microscópicamente, se observan nidos de células aislados dispersos, rodeados por un epitelio escamoso estratificado y relleno de queratina (5).

Los quistes linfoepiteliales del páncreas se presentan con mayor frecuencia en varones (4:1) de mediana edad (2,5-8). La cabeza de la glándula suele ser la localización más habitual, seguida del cuerpo (principalmente en su cara anterior) y cola. Histológicamente, se trata de verdaderos quistes adquiridos y revestidos habitualmente por un epitelio escamoso estratificado, sin células atípicas y con queratina en su interior, rodeado todo ello por un intenso estroma de tejido linfoide, frecuentemente con presencia de algún folículo prominente (7,9). Hasta en un 18% de los casos pueden presentar diferenciación sebácea consistente en la presencia de pequeñas glándulas sebáceas en el epitelio (3).

Suele cursar de forma asintomática motivo por el que se diagnostican al realizar una ecografía o una TC por otro motivo. En caso de presentar clínica, el dolor abdominal, secundario a la compresión del conducto pancreático principal, es la manifestación más habitual pudiendo acompañarse de diarrea, náuseas, vómitos, pérdida de peso y fiebre.

En la TC se identifican como lesiones redondeadas y bien delimitadas de baja densidad que protuyen en la superficie del páncreas, siendo el resto de parénquima pancreático de aspecto normal (10). En la resonancia magnética la lesión se presenta como hipointensa en T1 e hiperintensa en T2, mientras el contenido en queratina es hiperintenso en T1 desapareciendo en la fase de atenuación grasa.

El diagnóstico diferencial debe realizarse con otras lesiones pancreáticas, siendo particularmente difícil con procesos neoplásicos en general, y con el cistoadenoma seroso o el mucinoso en particular. Aunque el estudio del material obtenido por biopsia con aspiración de aguja fina podría obtener un diagnóstico de benignidad, tanto la dificultad para diferenciar entre la naturaleza benigna o maligna de la lesión como la posibilidad de presentar marcadores tumorales elevados hace que la resección quirúrgica sea la opción diagnóstico-terapéutica comúnmente adoptada (3).

Las opciones quirúrgicas varían desde una enucleación o extirpación limitada de la lesión a técnicas quirúrgicas más complejas en función de la localización de la lesión. Su pronóstico es bueno no habiéndose descrito malignización de la lesión ni mortalidad postoperatoria (6,7).

En conclusión, la importancia de esta lesión pancreática benigna radica en la dificultad para el diagnóstico diferencial con las neoplasias malignas en esta localización, obligando, por regla general, a la resección quirúrgica para su confirmación definitiva.

 

A. M. Álvarez Castro, E. Molina-Pérez, J. Fernández-Castroagudin,
J. Iglesias García, M. Bustamante Montalvo1 y E. Domínguez Muñoz

Servicios de Aparato Digestivo y 1Cirugía General y Digestiva.
Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. A Coruña

 

Bibliografía

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4. Truong LD, Rangdaeng S, Jordan PH Jr. Lymphoephitelial cyst of the pancreas. Am J Surg Pathol 1987; 11 (11): 899-903.        [ Links ]

5. Kazumori H, Sizuku T, Ueki T, Uchida Y, Yamamoto S. Lymphoepithelial cyst of the pancreas. J Gastroenterol 1997; 32 (5): 700-3.        [ Links ]

6. Sako S, Isozaki H, Hara H, Tsutsumi A, Tanigawa N. Cystic lymphoepithelial lesions of the pancreas and peripancreatic region: report of two cases. Surg Today 1999; 29 (5): 467-71.        [ Links ]

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8. Adsay NV, Hastef F, Cheng JD, Bejarano PA, Lauwers GY, Batts KP, et al. Lymphoepiphelial cysts of the pancreas: a report of 12 cases and a review of the literature. Mod Pathol 2002; 15 (5): 492-501.        [ Links ]

9. Hisaoka M, Haratake J, Horie A, Yasunami Y, Kimura T. Lymphoepithelial cyst of the pancreas in a 65- year- old man. Hum Pathol 1991; 22 (9): 924-6.        [ Links ]

10. Shinmura R, Gabata T, Matsui O. Lymphoephitelial cyst of the pancreas: case report with special reference to imaging-pathologic correlation. Abdomin Imaging 2006; 31 (1): 106-9.        [ Links ]

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