SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.101 número12Síndrome de Peutz-Jeghers y adenocarcinoma duodenal-yeyunal: implicaciones terapéuticasAdenocarcinoma ileal diagnosticado por enteroscopia de doble balón índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista Española de Enfermedades Digestivas

versión impresa ISSN 1130-0108

Rev. esp. enferm. dig. vol.101 no.12 Madrid dic. 2009

 

INFORMACIÓN AL PACIENTE

 

Sección coordinada por:
V. F. Moreira y A. López San Román
Servicio de Gastroenterología. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid

 

 

Probióticos en patología digestiva

Probiotics in digestive diseases

 

 

PROBIÓTICOS

Según la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades adecuadas, producen efectos beneficiosos para la salud. Se trata por tanto de microbios que no se ven a simple vista (bacterias o levaduras), que se pueden ingerir por vía oral como ingredientes de alimentos (yogures, quesos) o en preparaciones farmacéuticas (cápsulas, sobres), y que producen un efecto beneficioso para la salud. Esta última condición es una característica esencial que puede resultar chocante dado que comúnmente tenemos un concepto negativo sobre los microbios. Desde finales del siglo XIX, la Medicina ha ido descubriendo que muchas enfermedades están causadas por microbios y que el contagio se produce por la transmisión de esos microbios de unas personas a otras. Esos microbios se conocen con el nombre de patógenos. Sin embargo, la inmensa mayoría de los microbios no son perjudiciales para nuestra salud y los patógenos constituyen mucho menos del 1% entre todos los géneros y especies microbianas que habitan en la Tierra. El cuerpo humano está asociado a un número muy grande de bacterias y otros microorganismos (cada uno de nosotros tiene más bacterias que células humanas). Estas comunidades microbianas pueden contener algún elemento patógeno, pero en su conjunto no solamente no son perjudiciales, si no que participan en funciones importantes de nuestro cuerpo, sobre todo en la nutrición (nos ayudan a aprovechar mejor los alimentos) y en el desarrollo del sistema inmune (preparan nuestras defensas).

 

EL EFECTO BENEFICIOSO TIENE QUE HABERSE DEMOSTRADO EN ESTUDIOS HUMANOS

El término probiótico no se aplica a cualquier bacteria. Hay muchas bacterias que no hacen daño, no son patógenas, pero no son probióticos. Para que lo sean, es condición imprescindible demostrar en estudios humanos, que hayan sido publicados en revistas científicas de reconocido prestigio, que producen un efecto beneficioso. Normalmente esta información no está en el etiquetado del producto, pero sí que puede obtenerse del fabricante en sus publicaciones, prospectos o en su página web. Los estudios realizados en humanos deben además demostrar su seguridad, dar garantía de que no hay riesgo detectable de efectos secundarios o infección por el probiótico. Hoy en día en el mercado existen algunos productos que no tienen esas garantías de eficacia y seguridad, por lo que es aconsejable que el usuario comente estos aspectos con su médico antes de iniciar el consumo de un producto sin información clara, especialmente si se pretende un tratamiento prolongado.

 

NO TODOS LOS PROBIÓTICOS SON IGUALES

La investigación científica ha demostrado que algunos probióticos producen efectos beneficiosos en diversas áreas del tracto gastrointestinal. Por ejemplo, algunos probióticos son útiles para la prevención de diarrea inducida por antibióticos, en el tratamiento de la intolerancia a la lactosa, o para mitigar los síntomas del síndrome del intestino irritable. La Organización Mundial de Gastroenterología publicó una guía clínica sobre el uso de probióticos en gastroenterología que está traducida al español y se puede consultar libremente en su página web (www.worldgastroenterology.org). La guía clínica insiste en una idea importante: los efectos beneficiosos que se han demostrado con un probiótico determinado no son atribuibles a todos los demás probióticos. Las bacterias se distinguen y caracterizan por su género (Lactobacillus, Bifidobacterium), por su especie (L. bulgasricus, L. casei, B. infantis, etc.), y por su cepa (habitualmente unas siglas que contienen letras y números). Los efectos de una cepa concreta no son trasladables a otra aunque a las dos se les atribuya el calificativo de probiótico. Por este motivo, la Organización Mundial de Gastroenterología publicó en su guía las indicaciones y efectos concretos que se han demostrado para cada una de las cepas.

La tabla I contiene ejemplos sobre el uso de probióticos en gastroenterología.

 

F. Guarner

Hospital Universitari Vall d'Hebron. Barcelona

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons