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Revista Española de Enfermedades Digestivas

versión impresa ISSN 1130-0108

Rev. esp. enferm. dig. vol.107 no.3 Madrid mar. 2015

 

INFORMACIÓN AL PACIENTE

 

Sección coordinada por:
V.F Moreira y E. Garrido
Servicio de Gastroenterología. Hospital Universitario Ramón y Cajal

 

 

Argón: aplicación en aparato digestivo

Arton: Its use in gastroenterology

 

 

¿CÓMO ACTÚA Y CÓMO SE EMPLEA EL GAS ARGÓN EN ENDOSCOPIA DIGESTIVA?

El argón es un gas no inflamable que se emplea en endoscopia digestiva como método de tratamiento (coagulación sin contacto) de diversas lesiones de la pared del tubo digestivo. Se administra por medio de un catéter que, introducido a través de endoscopio, administra una energía térmica de forma controlada que coagula y hace desaparecer distintos tipos de lesiones de la mucosa del esófago, estómago o intestino. Desde su introducción en la endoscopia digestiva hace casi 20 años se ha convertido en una técnica segura y eficaz como tratamiento de primera elección o complemento de otras técnicas endoscópicas.

 

¿CUÁLES SON SUS PRINCIPALES INDICACIONES?

El gas argón tiene numerosas aplicaciones en endoscopia digestiva: el mayor número de ellas están en relación con su capacidad de coagular lesiones potencialmente sangrantes de la mucosa del tubo digestivo; en estos casos constituye un alternativa eficaz a otros tratamientos endoscópicos convencionales como la inyección de adrenalina, la esclerosis con etanolamina o polidocanol o la hemostasia de contacto con sondas de calor. Así, se utiliza en el tratamiento de pequeñas malformaciones vasculares de arterias y venas de la pared gastrointestinal (angiodisplasias de colon, dilataciones de los vasos del estómago), coagulación de úlceras gastroduodenales o tumores sangrantes, sangrados tras polipectomía e incluso en varices esofágicas de pequeño tamaño. También es muy eficaz en el control del sangrado rectal que se produce ocasionalmente en pacientes que han recibido radioterapia en la región pélvica ("proctitis actínica"). Por otro lado, la capacidad de coagular superficialmente la mucosa del tubo digestivo, permite eliminar lesiones localizadas con potencial maligno (esófago de Barrett) o completar la resección de pólipos colónicos de difícil extirpación con los medios habituales por su localización, morfología o tamaño. En los casos de pólipos diminutos, se puede realizar fulguración directa con argón evitando la resección con técnicas de corte.

En todo caso, las indicaciones de la técnica aumentan progresivamente, y se utiliza también de forma ocasional para desobstruir stents o prótesis de esófago, colon o vías biliares cuando se ocluyen por crecimiento tumoral o también recortarlas cuando son de longitud excesiva o se desplazan de su lugar de inserción.

 

¿QUÉ VENTAJAS OFRECE ESTA TÉCNICA?

Se trata de un tratamiento seguro, eficaz y bien tolerado que evita en muchas de sus indicaciones la realización de técnicas más complejas que conllevan un mayor porcentaje de efectos secundarios y posibles complicaciones. Su efecto en las capas más superficiales de la pared del tubo digestivo minimiza la aparición de efectos secundarios graves. Por otro lado, su modo de aplicación permite completar en ocasiones la resección de pólipos de gran tamaño tras haber realizado una extirpación sucesiva en varios fragmentos.

 

¿QUÉ EFECTOS SECUNDARIOS PUEDEN ESPERARSE?

Los efectos secundarios del tratamiento con argón son muy poco frecuentes, y los más habituales son leves, como sensación de molestia o distensión abdominal al terminar el tratamiento producido por la insuflación de gas. Habitualmente ceden de forma espontánea y en poco tiempo. De forma excepcional se han descrito casos de perforación intestinal asociados a empleo de intensidades de corriente o flujo elevadas y/o al tratamiento de lesiones localizadas en el colon ascendente, donde el grosor de la pared es menor.

El tratamiento de la proctitis actínica puede producir malestar persistente en la región rectal o de forma muy esporádica, estrechamiento del canal anal. En todo caso, la intensidad de los síntomas disminuye progresivamente a lo largo del tiempo y la incidencia de efectos secundarios es netamente inferior a la de otros tratamientos endoscópicos convencionales.

 

Carlos de la Serna Higuera

Unidad de Endoscopia. Servicio de Aparato Digestivo.
Hospital "Río Hortega". Valladolid

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