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Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial

versión On-line ISSN 2173-9161versión impresa ISSN 1130-0558

Rev Esp Cirug Oral y Maxilofac vol.26 no.3 Madrid may./jun. 2004

 

Revisión Bibliográfica Cirugía Bucal


Psychological profile in burning mouth sindrome

Firas AM Al Quran
Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod 2004; 97:339-44.

El síndrome de la boca ardiente es una entidad clínica que se caracteriza por sensación ardiente y/o sensaciones dolorosas, sin la presencia de lesiones mucosas ni otros signos clínicos. Se da en cualquier lugar dentro o alrededor de la cavidad oral. Afecta sobre todo la lengua, más en la zona de la punta y sus dos tercios anteriores, a continuación en orden de frecuencia le siguen paladar duro, labios y reborde alveolar. La literatura propone muchos factores como causantes de este desorden: candidiasis, reacciones de hipersensibilidad y dentaduras, como factores locales; y déficits nutricionales y alteraciones hormonales como factores sistémicos. Se cree firmemente, que los factores psicológicos juegan un papel importante en la etiología de este síndrome. Para algunos autores, la depresión es el trastorno psiquiátrico con más prevalencia, aunque la ansiedad también juega un papel importante.. Algunos estudios abogan por una mezcla de los desórdenes anteriores, asociados a problemas sociales. Otros autores consideran como el factor etiológico más importante los sucesos estresantes de la vida, en conjunción con desórdenes mentales. Sin embargo, existe una gran variabilidad en las características de la personalidad de los pacientes con síndrome de boca ardiente (SBA), según los diferentes estudios y el método de ensayo. Se pone poca atención en la seriedad y la validez de los test empleados en los estudios previos. Para ensayar la validez, es esencial un test que tenga poder discriminatorio entre individuos. El inventario revisado de personalidad (NEO PI-R) se usa para medir los cinco dominios de personalidad: perfil neurótico, extroversión, franqueza, amabilidad y escrupulosidad, y algunos de los aspectos importantes de cada dominio. El NEO PI-R se autoadministra, es adecuado para ambos sexos y edades y se ha mostrado útil y válido en muchas aplicaciones. El objetivo de los autores en el estudio es evaluar pacientes con SBA y un grupo control. Emplean el NEO PI-R para investigar las relaciones entre los factores de personalidad y el SBA.

Los autores incluyen en el estudio 32 pacientes con SBA (21 mujeres y 10 hombres). Los pacientes son vistos inicialmente en una Clínica de Cirugía Bucal, son diagnosticados de SBA y se remiten al departamento de prostodoncia. Todos los pacientes eran portadores de dentaduras completas o parciales removibles, solo se incluyen en el estudio aquellas prótesis consideradas como satisfactorias, para eliminar en el mismo la posible incidencia de una prótesis mala. Se toma una detallada historia clínica, social y médica. Realizan un examen oral para confirmar la ausencia de lesiones. Establecen un grupo control de 32 individuos sanos por edad y sexo. Los factores psicológicos se evalúan en los pacientes con SBA y en el grupo control, de acuerdo al test NEO PI-R, desarrollado por Costa y McCrae. Cada uno de los cinco dominios tiene seis escalas específicas que miden los diferentes aspectos del mismo. Cada aspecto a su vez se valora a través de ocho preguntas, asegurándose de cubrir un gran rango de pensamientos relevantes, sentimientos y acciones. La severidad de la sensación de quemazón se mide a través de escala visual o analógica linear.

La media de edad del grupo estudiado era de 67 años, 67,7% mujeres y 32,3% hombres. En el grupo control había 16 mujeres (51,6%) y 15 hombres (48,4%) con una media de edad de 70 años. En este estudio la relación entre SBA y sexo no es significativa. En la escala visual, el 0 representa ausencia de sensación ardiente y 10 que ésta no puede ser peor. Al comparar los resultados de los pacientes con SBA, con el grupo control, se aprecia una relación estadísticamente significativa del perfil neurótico con el SBA (p < 0,001). También hay asociación estadística del resto de dominios (p < 0,05) salvo para la amabilidad. Hay diferencias en 30 aspectos de la NEO PI, cuando se comparan los pacientes con SBA y el grupo control; las puntuaciones son muy significativas en los siguientes aspectos de tendencia neurótica: ansiedad, enfado hostil, depresión, autocontrol, impulsividad y vulnerabilidad. Existe también una relación entre la severidad de la sensación ardiente y el dominio, sobre todo con la tendencia neurótica. Al relacionar los aspectos del NEO PI-R con la severidad, todas las facetas de la tendencia neurótica fueron significativas.

El autor concluye manifestando que el estudio da una idea más clara sobre los factores psicológicos predisponentes en pacientes con SBA, y que la psicoterapia podría iniciarse de acuerdo al diagnóstico. Recomienda estudiar la influencia de la psicoterapia en los pacientes con SBA en el futuro.

Risk of osteoradionecrosis after extraction of impacted third molars in irradiated head
and neck cancer patients

Oh HK, Chambers MS, Garden AS, Wong PF, Martin JW
J Oral Maxillofac Surg 2004; 62: 139-44.

La osteoradionecrosis (ORN) es una complicación severa, que puede aparecer tras la radioterapia en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello. Puede prolongarse en el tiempo, es de difícil manejo y presenta una gran morbilidad. La incidencia de la ORN varía de un 2% en adelante según autores. Factores predisponentes importantes son el lugar anatómico del tumor primario, la dosis de radiación, la técnica de radiación usada y el estado dental, aunque la etiología aún no está aclarada. Según Marx influye la hipoxia, la hipocelularidad y la hipovascularidad. Sin embargo, la extracción de dientes y la enfermedad dental en regiones irradiadas son factores muy importantes. Hay diferencias de opinión respecto a si son aconsejables las extracciones preirradiación o postirradiación, los trabajos de Beumer y cols. ofrecen porcentajes del 45.4% de ORN en post y del 11 % en pre. De hecho, muchos autores plantean extracciones de dientes careados y en los estados avanzados de periodontitis antes de la radioterapia. La extracción preirradiación de los cordales también está sujeta a controversia. Los autores orientan su estudio en este sentido.

Registran la historia clínica de 81 pacientes con presencia de terceros molares impactados y que habían recibido radioterapia al menos doce meses antes para el tratamiento de carcinomas de cabeza y cuello. No se incluyen los registros de pacientes con terceros molares parcial o totalmente erupcionados. Los pacientes se asignan a dos grupos: el grupo 1 son aquellos casos en los que se realizó la extracción antes de la radioterapia (55 casos) y el grupo 2 está integrado por 38 pacientes en que se mantuvo el tercer molar en su posición. Doce pacientes quedaron incluidos en ambos grupos, ya que al menos uno de los cordales, pero no todos, había sido extraído antes de la radioterapia. La profundidad de impactación se clasificaba de acuerdo a la altura de la superficie oclusal del cordal con respecto al segundo molar adyacente, considerándose tres grupos, A, B y C. Este aspecto es valorado por ortopantomografía (OPT). Registran siempre la localización anatómica del tumor, el estadio, tipo de tumor, dosis de radiación y técnica de radiación empleada. Durante y tras la radioterapia, los pacientes edéntulos recibieron tratamiento con flúor. Los criterios para la extracción dental previa a la radioterapia eran: caries importante con extensión pulpar, enfermedad periodontal moderada o avanzada, sobre todo con implicación de la furca, impactación parcial o erupción incompleta y presencia de lesiones periapicales. Siempre emplean cobertura antibiótica Consideran ORN cuando el hueso mandibular o maxilar tras la radiación permanecía expuesto tres meses o más.

El rango de edad de los 81 pacientes revisados oscilaba entre 10 y 80 años, con una media de 45,9, de ellos; 66 eran hombres y 15 mujeres. El tipo de tumor más frecuente era el carcinoma de células escamosas y la localización más repetida la glándula parótida, seguida de nasofaringe, hipofaringe, lengua y amígdala. El tiempo de seguimiento entre la extracción y la última visita tenía un rango de 5-98 meses, con una media de 33,5. Un total de 52 pacientes (27 del grupo 1, y 25 del grupo 2) estaban vivos al final del seguimiento sin evidencia de enfermedad, dos pacientes del grupo 1 tenían cáncer localmente recurrente y el resto habían fallecido. Contabilizaron 154 cordales impactados (79 superiores y 56 inferiores), la mayoría de los casos pertenecía al grupo C. En el grupo 1, 99 cordales (56 superiores y 43 inferiores) se extrajeron antes de la radioterapia. Resecaron 5 quistes odontogénicos asociados. La dosis de radiación tenía un rango entre 8-78 Gy, con una media de 54,4 Gy en maxilar y 52,6 en mandíbula. El tiempo transcurrido entre la extracción y el inicio de la radioterapia oscilaba entre 5 y 210 días con una media de 32,4. En todos los casos, salvo dos, se permitió el sanado del lugar de extracción más de 10 días. En el grupo dos se contabilizan 55 cordales (23 superiores y 32 inferiores) que se mantienen en su lugar. En 7 casos se tuvo que realizar extracción del cordal (2 superiores y 5 inferiores) de forma secundaria a infección (1 ORN, 1 absceso dentoalveolar y 3 pericoronaritis), los superiores se extrajeron por disconfort. De los 81 pacientes, 4 (4,9%) desarrollaron ORN en la mandíbula. Tres de las cuatro ORN se desarrollaron en pacientes que habían recibido más de 70 Gy. Teniendo en cuenta los grupos, dos pertenecían al grupo A y dos al B.

Los autores concluyen que no parece existir diferencia significativa entre las incidencia de ORN por realizar la exodoncia antes de la radioterapia o después.

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