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Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial

On-line version ISSN 2173-9161Print version ISSN 1130-0558

Rev Esp Cirug Oral y Maxilofac vol.31 n.5 Madrid Sep./Oct. 2009

 

ARTÍCULO CLÍNICO

 

Estudio multicéntrico prospectivo con implantes MG-OSSEOUS a los 2 años de seguimiento

Multicentric prospective study of MG-OSSEOUS implants at 2 year follow-up

 

 

E. Serrano1, R. Martín-Granizo2

1 Cirujano oral y maxilofacial. Práctica privada de cirugía maxilofacial e implantes, Barcelona. España
2 Médico adjunto. Servicio de cirugía oral y maxilofacial. Hospital Clínico San Carlos, Madrid. España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Introducción. La implantología es uno de los procedimientos terapéuticos más realizados en nuestros días. El objetivo del presente estudio es presentar los resultados de los los implantes MG-OSSEOUS (Mozo-Grau, S.L., Valladolid, España) a los 2 años de seguimiento.
Material y método. La empresa Scientific Management in O&SS (Barcelona, España), diseñó unos cuestionarios exhaustivos que rellenaron, por cada caso, cada uno de los profesionales del estudio. La compilación y el tratamiento estadístico de los datos obtenidos fue extremadamente pormenorizada. Se aplicaron estudios de subpoblaciones desde la población N de implantes totales colocados y, mediante la aplicación de ANOVA, se valoraron parámetros concretos en dichas subpoblaciones para determinar y concluir la influencia de los mismos sobre el fracaso de los implantes.
Resultados. Se colocaron 1475 implantes en 480 pacientes entre Junio de 2005 y Mayo de 2006, con una supervivencia del 98,2% con un seguimiento de 2 años de promedio con las prótesis cargadas. Se detallan los implantes por posiciones, diámetros y longitudes y se analizan los resultados en las subpoblaciones de implantes postexodoncia, implantes de carga inmediata e implantes asociados a injertos.
Discusión. Se focaliza, realizando un amplio repaso de la bibliografía actual, en el alto fracaso obtenido en nuestro estudio de los implantes de diámetro ancho (4,25 mm) postexodoncia y en la versatilidad del empleo de los implantes de diámetro estrecho (3,4 mm) en cualquier posición oral para cualquier tipo de carga.
Conclusiones. Este estudio es la completa antítesis de la filosofía, en el que se interpreta de una sola manera, científica y reproducible, una serie de resultados en el campo de la implantología oral, nuestra realidad. Seguiremos este estudio para alargar el tiempo observacional, como mínimo, a 5 años.

Palabras clave: Implantes dentales; Edentulismo; Titanio; Implantes autoroscantes.


ABSTRACT

Introduction. Implantology is the most common therapeutic procedure nowadays. Professor P.I. Branemark began this procedure in 1965 and got very bad results. Since the Harvard Consensus Conference, 30 years ago, showing and explaining the surprising criteria of the implant's survey, until now we have moved to the opposite side. All the rules are broken and they try to convince you by publishing some trials that are not scientific enough. We present this truly scientific trial using MG-OSSEOUS implants (Mozo- Grau SL, Valladolid, Spain) as a humble contribution, based on well defined and realistic clinical uses.
Material and methods. The Spanish company Scientific Management in O&SS (Barcelona) designed a complete questionnaire to be completed by the implantologist dealing with each clinical case. The compilation and statistical processing were extremely rigorous. Data was managed, from the total rate of implants (N), to conclude if it was possible to obtain true data of different samples, and using ANOVA, to analyze selected parameters from these samples, in order to see the direct relation between them and the failure of the implants.
Results. 1,475 dental implants were placed in 480 patients, between June 2005 and May 2006. The global implants success rate was 98.2% with an average of 2 years follow-up with the connected prostheses. The implants' position, length and diameter are detailed and the samples are also analyzed, as post extraction implants, immediate loading implants and implants associated with grafts.
Discussion. We focused on, completing an exhaustive revision of actual bibliographical sources, the high failure rate obtained by the wide diameter implants (4,25 mm) post extraction and on the versatility of the strength diameter implants (3,4 mm) to be placed anywhere in the mouth, with no mean of the type of prosthesis associated.
Conclusions.
This trial can be defined as the philosophy's antithesis, in which we allow scientific and reproducible conclusions in implant surgery, our scientific truth. We will extend this trial to reach, at least, 5 years of follow-up.

Key words: Dental implants; Edentulism; Titanium; Self-tapped implants.


 

Introducción

La implantología dental es uno de los procedimientos terapéuticos más realizados en la actualidad para la rehabilitación de la boca. Tal vez se haya perdido la perspectiva real de esta técnica y con frecuencia nos encontramos sobreindicaciones de este procedimiento, muchas de ellas avaladas por estudios clínicos poco consistentes y con dudosa validez científica, a veces contaminados por oscuros intereses comerciales.

Ni medio siglo hace, desde el año 1965, que el profesor P.I. Branemark, cirujano ortopeda, empezó a colocar implantes en pacientes tras un sorprendente hallazgo casual en conejos, con los consiguientes problemas que una técnica, todavía, precaria, ocasionaba a los pacientes y a los odontólogos suecos de la época. Y apenas 30 años de la Harvard's Consensus Conference, en la cual se estipulaba como criterios de éxito de los implantes, una reabsorción ósea de menos de un tercio de la longitud del implante y una movilidad del mismo de 1 mm. (Albrektsson y Wennerberg 2005).

Hay numerosas casas comerciales que han publicado sus estudios sobre implantes dentales, aunque hay una gran variedad de trabajos, resultados y metodología empleada en la literatura científica, lo cual no permite sacar conclusiones fiables que no estén empañadas por intereses comerciales.

En este estudio multicéntrico prospectivo, realizado con implantes MG-OSSEOUS (Mozo-Grau S.L., Valladolid, España), han participado un grupo de profesionales, realizando una implantología bien planteada y responsable, sin técnicas aventuradas ni procedimientos heroicos. Esta conclusión se extrae tras el análisis exhaustivo de los cuestionarios completados por dichos profesionales, en los que se detallaba cada detalle del planteamiento implantológico en cada paciente. El objetivo del presente artículo es mostrar los resultados a medio plazo (dos años de seguimiento) obtenidos con los implantes MG-OSSEOUS colocados en diferentes situaciones entre los años 2005 y 2006. Este implante es un implante cónico, autorroscante, de titanio puro y con un tratamiento de superficie tipo RBM (siglas en inglés de arenado con medios reabsorbibles) que se altera con medios biocompatibles (cerámica de fosfato de calcio); la conexión es de hexágono externo compatible.

Sirva entonces este estudio como modesta aportación para reconocer y centrar las directrices de la implantología exitosa, basándose en criterios estables y estudios honrados.

 

Material y método

El diseño y desarrollo de este estudio multicéntrico fue dirigido por una empresa independiente y especializada en este tipo de análisis y sin relación con el fabricante del material, Scientific Management in O&SS S.L. (Barcelona, España), Se emplearon implantes dentales MG-OSSEUS (Mozo-Grau S.L., Valladolid, España).

Tras analizar las variables a estudiar, se elaboró un detallado cuestionario (Fig. 1) que se envió a cada uno de los profesionales que aceptaron sin intereses comerciales tomar parte en el presente estudio. Con este cuestionario se pretendía recabar una completa información, que incluía:

• Estado de salud del paciente (antecedentes médicos y salud oral).

• Estudio preoperatorio (pruebas complementarias, férulas, análisis del tipo de hueso según la clasificación de Leckholm y Zarb (1989), el maxilar a restaurar, prótesis prevista)

• Colocación del implante (longitudes, diámetros, técnicas explícitas, suturas empleadas).

• Injertos asociados (óseos, tejidos blandos, zonas donantes).

• Planteamiento protésico (material empleado, percepción de complicaciones, toma de medidas, diseño protésico).

• Satisfacción tanto del paciente como del implantólogo (expresada en una escala objetivable y reproducible)

• Detalle de las complicaciones durante y después del tratamiento.

• Apartado especial para observaciones particulares en cada caso. Los profesionales que intervinieron en el estudio rellenaron un cuestionario por cada paciente.

Los casos fueron realizados entre mayo de 2005 y junio de 2006. Todos los pacientes han sido controlados hasta la fecha de hoy, sin reportar nuevas incidencias.

Los datos de los cuestionarios fueron recogidos por dos personas y plasmados en unas tablas especialmente diseñadas para el caso. Una de ellas no tenía ningún conocimiento de implantología, por lo que, el contraste entre las dos personas encargadas de la recogida y clasificación de los datos, permitía obviar el sesgo de información u observación. El tratamiento de los datos fue realizado de manera objetiva sin extrapolar ni suponer un solo resultado que beneficiase o perjudicase el estudio. Esta objetividad llevó a descartar 49 implantes, en los que no se refería fracaso alguno, por deficiencias en la cumplimentación de los cuestionarios.

Además, no se ha podido determinar la proporción entre mujeres y hombres, ya que en los cuestionarios no constaban los nombres de los pacientes y, en más de un 45%, no se había detallado el sexo.

Cuando definimos fracaso en este estudio, lo hacemos como la caída o pérdida de estabilidad del implante, aunque se tuvieron en cuenta los criterios definidos por Smith y Zarb en 1989.

El protocolo de estudio aplicado a cada caso fue exhaustivo e incluía:

• Ortopantomografia en todos los pacientes.

• TC helicoidal (dentaescan) cuando se empleaban injertos y cuando se quería tener un exacto control sobre el canal del nervio alveolar inferior. En casos con disponiblidad de hueso más favorable se hacía una evaluación clínica sin TC.

• Estudio de modelos en todos los casos de diseño de prótesis completas o híbridas, así como en carga inmediata para prótesis parciales fijas, completas o híbridas.

• Cirugía sobre modelos en casos de carga inmediata para prótesis parciales fijas, completas o híbridas.

• Férula quirúrgica en aquellos casos de carga inmediata o diferida, en el 17,4% de los implantes.

El objetivo de este estudio es valorar la supervivencia de los implantes colocados. Al tratarse de un estudio sobre 1.475 implantes, población N global, colocados siguiendo diferentes indicaciones y técnicas, planteamos un tratamiento estadístico exhaustivo, que se les detalla a continuación.

El primer objetivo era realizar el cálculo para determinar, desde una población N de implantes totales, la creación muestras dependientes (n) con un suficiente número de implantes en cada una, como para obtener resultados estadísticamente válidos e independientes de la población inicial. Todo ello con el fin de realizar estudios de supervivencia independientes de las diferentes muestras consideradas, carga inmediata (ni) y postexodoncia (np). Para este fin, aplicamos las siguientes consideraciones (Pita 1995):

• Para obtener el tamaño de la muestra se debe definir cual va a ser el error estándar para obtener a partir de allí la varianza y establecer la fluctuación de E (valor promedio de una variable) con respecto a # (valor promedio de la misma variable en la población N).

• Por otra parte, una vez se ha objetivado si de la población N de implantes podemos crear subpoblaciones independientes y representativas, estudiamos el fracaso de esos implantes en cada una de ellas, mediante el empleo del análisis normal de la varianza (ANOVA), tomando como parámetros comparativos dos factores bien detallados en nuestro cuestionario: la higiene del paciente y el tipo de hueso según la clasificación de Leckholm y Zarb (1985). Con ello, determinamos, respecto a los mismos parámetros de la población N, si el fracaso en estas subpoblaciones, ni y np, es un factor aleatorio o está influenciado por alguno de estos parámetros.

 

Resultados

Se colocaron un total de 1.475 implantes en 480 pacientes con una edad media de 53,7 años (15-88 años), entre mayo del 2005 y junio del 2006, con un promedio de seguimiento cínico y radiológico, tras la carga de los mismos, de 2 años (de 19 a 29 meses).

El 80% de los pacientes presentaban una higiene oral buena o muy buena (Fig. 2) y solamente el 18% tenían enfermedad periodontal (Fig. 3). Predominaban claramente los huesos (según clasificación de Leckholm y Zarb, 1995) de tipo II (51%) y III (26%) (Fig. 4).

 

 

 

 

Se muestran las longitudes de los implantes empleadas en cada una de las posiciones dentales restauradas (Fig. 5), así como el diámetro de cada uno de ellos respecto a las posiciones dentales escogidas (Fig. 6). Asimismo, estas figuras muestran, en números absolutos, el detalle por longitudes y diámetros. La longitud más empleada fue la de 13 mm, (40,5%), seguida de los de 15 mm (27%) y, en cuanto a diámetros, el más utilizado fue el de 3,4 mm (36,3%), seguido de los de 3,75 y 4,25 (ambos un 31%). Se observó el empleo mayoritario en cualquier posición de los implantes de diámetro más estrecho, incluso en regiones molares, siendo en el maxilar superior los de segunda elección después de los de diámetro de 4,25 mm.

 

 

 

Tras este seguimiento de 2 años de promedio, han fracasado 26 implantes en 24 pacientes, lo que supone un 1,8% del total. Se analizaron tres variables en la subpoblación de implantes fracasados, que fueron la higiene oral de los pacientes, el tipo de hueso donde se colocaron y la presencia de enfermedad periodontal (Fig. 7). El análisis estadístico mediante la prueba de ANOVA, demuestra que ninguno de estos dos últimos parámetros es un factor dependiente o condicionante del fracaso de los implantes. Esta apreciación cambia notablemente cuando analizamos la higiene de estos pacientes (expresión porcentual respecto a número de implantes totales en cada paciente), ya que ANOVA sí rechaza la igualdad de estas medias. Nuestro estudio permite concluir que la higiene de los pacientes sí es un factor determinante en el fracaso de los implantes.

 

 

El 77% de los implantes fracasados lo hicieron por un fallo de la osteointegración, siendo la periimplantitis la causa en el 23% restante (Fig. 8). La distribución por huesos maxilares, destaca que 16 de los implantes fracasados estaban ubicados en el maxilar superior y 10 en la mandíbula. El análisis de los mismos por diámetros y con la valoración de su estabilidad primaria en el momento de la colocación por parte del implantólogo, se detalla en la Figura 9. A pesar de ser los de 3,4 mm de diámetro los más empleados, no son los que presentan un mayor fracaso de integración. Se han analizado otros factores es este estudio que se muestran independientes al fracaso de los implantes (Tabla 1).

 

 

 

 

Se diseñaron un total de 654 prótesis sobre implantes, con un promedio de prótesis/paciente de 1,4 y un promedio de implantes/ prótesis de 2,2. El detalle del tipo de prótesis, tanto en números totales como porcentuales de muestra en la Figura 10, destacando que el 46% se trató de prótesis parciales fijas y el 36% de unitarias. Únicamente se relata un fracaso protésico, por fractura de un tornillo. La supervivencia protésica en este estudio fue del 99,8%.

 

 

Implantes postexodoncia

A estos implantes los hemos denominado subpoblación np. El cálculo estadístico de la varianza y fluctuación de respecto a # aplicado a partir del a población N de implantes totales, nos ha permitido concluir que la subpoblación np es representativa de la población N y, por ello, podemos extraer una serie de resultados y conclusiones.

Se colocaron un total de 215 implantes postexodoncia (np), que suponen un 14,6% del total, en 79 pacientes (16,4%) de los pacientes del estudio y se diseñaron 83 prótesis (12,7% del total) sobre estos implantes postexodoncia. El 67% se ubicaron en el maxilar superior y el 33% en la mandíbula. La Figura 11 muestra su distribución en ambos maxilares según las posiciones dentales.

 

Los diámetros elegidos con mayor frecuencia fueron los de 3,75 mm y 3,4 mm (Fig. 12). Se diseñaron principalmente prótesis parciales fijas y unitarias en la misma proporción (36% ambas) (Fig. 13).

 

 

 

Fracasaron 7 implantes en estos 2 años de seguimiento, con una supervivencia global de la subpoblación np del 96,8%. Cuatro fracasos acontecieron en el maxilar superior y 3 en la mandíbula, ocurriendo en todos los casos por un fallo de la osteointegración. La Figura 14 detalla el fracaso según los distintos diámetros, siendo el de los de 4,25 mm en np es de 7,3%; por otro lado el fracaso de los de 4,25 mm en el total de los implantes es de 1,5%. Podría deducirse que el diámetro sí es un factor determinante en el fracaso de los implantes postexodoncia.

 

 

Se analizaron otros factores para determinar su implicación en el fracaso de los implantes postexodoncia (np): el tipo de hueso y la higiene de los pacientes (Fig. 15). Mediante la aplicación del parámetro estadístico ANOVA, se concluye que estos factores no son determinantes en el fracaso de los implantes postexodoncia.

 

 

Implantes con carga inmediata

Otra consideración especial hacemos en este estudio a los implantes con carga inmediata (Hourichi y cols., 2000; Malo y cols., 2003). Se considera carga inmediata aquellos implantes a los que se les ha aplicado la prótesis en las primeras 24-48 horas tras su colocación, según los criterios descritos en el World Congress Consensus Meeting de Barcelona en el año 2002 (Aparicio y cols., 2003; Cochran y cols., 2004).

Se aplicó carga inmediata a 58 implantes (ni) en nuestro estudio, el 3,9% del total. Esta poca representatividad en cuanto a número global de la subpoblación ni hace que los resultados que obtengamos de esta subpoblación no serán avalados estadísticamente, por lo que nos limitaremos a expresar los resultados sin poder extraer conclusiones válidas de ellos; 41 de estos implantes (71%) se colocaron en la mandíbula (Fig. 16). Todos los implantes superaban los 10 mm de longitud, predominando los de 13 mm, (Fig. 17) y se emplearon, prácticamente en todos los casos, implantes de diámetros de 3,75 mm y 4,25 mm (Fig. 18).

 

 

 

 

Se diseñaron 32 prótesis de carga inmediata, el 50% para prótesis parciales fijas, seguidas de las unitarias, con un 44%. El resto fueron híbridas y completas mandibulares (Fig. 19). El 97% de las prótesis fueron cementadas.

 

 

Fracasó 1 implante de 4,25 por 13 mm (1,7% respecto a ni). Era un implante inmediato postexodoncia que presentaba dolor aunque sin movilidad en un paciente bruxista.9,10 La supervivencia de los implantes sometidos a carga inmediata en nuestra serie con un seguimiento de 2 años fue del 98,3%.

Injertos óseos

Se colocaron 107 implantes (no) (7,2% del total) junto a algún procedimiento de injerto óseo en 55 pacientes (11,5% del total). El injerto autólogo se empleó en el 76% de los casos (Fig. 20). El 61% fueron injertos óseos onlay (Fig. 21). Dentro de los injertos óseos autólogos, el 82% eran particulados. En la figura 22 se detalla el origen y la zona donante de cada uno de ellos.

 

 

 

 

Discusión

De los resultados presentados en este estudio, nos parece interesante destacar dos aspectos fundamentales del mismo. Dado el tratamiento estadístico aplicado, obviaremos analizar el apartado de la carga inmediata, ya que, por el análisis de la varianza y fluctuación de nuestra subpoblación ni, los resultados no son extrapolables ni reproducibles, y por ello, la alta supervivencia (98,7%) a los 2 años no es significativa.

Analizaremos los implantes inmediatos postexodoncia y concretamente el elevado fracaso observado con los implantes de diámetro ancho (4,25 mm y plataforma de 4,1 mm) así como el empleo de implantes estrechos (3,4 mm y plataforma estándar de 4,1 mm) en cualquiera de las posiciones orales, ya que han sido los implantes más usados (36,3% del total). No es fácil encontrar bibliografía reciente que analice el empleo de los implantes anchos inmediatos postexodoncia. Existe un estudio que demuestra que existe más reabsorción de hueso crestal en comparación al empleo de implantes con un diámetro estándar (Davarpanah, 2001).

Si analizamos los cambios morfológicos que acontecen en el lecho alveolar tras la exodoncia, veremos que la distancia horizontal o anchura vestíbulo-lingual se reduce entre 5-7 mm en un periodo de 6-12 meses, lo que representa casi el 50% de la anchura alveolar inicial. La mayoría de estos cambios tienen lugar durante los 4 primeros meses de cicatrización (Lam, 1960). Estos datos biológicos sugieren unas recomendaciones quirúrgicas a la hora de realizar una exodoncia previa a la colocación de un implante inmediato, como son la máxima preservación de las paredes alveolares, sobre todo la vestibular en el maxilar superior y la lingual en la mandíbula (Peñarrocha y cols., 2004). Cuando se coloca un implante en un lecho postexodoncia, se busca la estabilidad primaria, tanto fresando entre 3 y 5 mm, como mínimo, por encima del ápice del lecho alveolar, como empleando implantes de un diámetro ligeramente más ancho que el proceso alveolar remanente (Becker y Becker, 1996). Si se emplean implantes de diámetro ancho para disminuir la distancia entre el hueso y la superficie implantaria, junto al debilitamiento de las paredes alveolares tras la exodoncia, parece que existe una mayor probabilidad de reabsorción ósea por compresión de una pared alveolar débil cuando se emplea un implante de diámetro ancho. Esta podría ser una razón del elevado índice de fracaso proporcional de implantes más anchos en inmediatos postexodoncia. Por ello, podría ser conveniente conseguir una estabilidad primaria de los implantes postexodoncia mediante un fresado más apical al lecho alveolar, en lugar de comprimiendo las paredes alveolares con implantes de diámetro más ancho.

Muchos autores abogan por dejar una discreta discrepancia (menor a 1,5 mm) entre la superficie del implante y las paredes alveolares, recurriendo a técnicas de regeneración ósea guiada para llenar este espacio. Autores como Brugnami y cols., 1996 o Dealemans y cols., 1997 recomiendan el empleo de injertos óseos autólogos para mejorar la capacidad osteoinductiva. Otros autores (Moscovitch, 2001), proponen y defienden el uso de dos implantes de menores diámetros (principalmente 3,5 mm) para la restauración de lechos alveolares postexodoncia en zonas molares, evitando compresiones de las paredes óseas y empleando técnicas de regeneración ósea.

A pesar de ello, la supervivencia del 96,8% en estos 2 años de seguimiento en estos implantes, se similar a los resultados del metaanálisis de Chen y cols. en 2004 en una revisión de 18 estudios, que sitúan la supervivencia entre el 89,9% y el 100%.

El otro interesante de analizar es el elevado porcentaje (36,3% del total) de implantes de diámetro de 3,4 mm (estrechos) empleados en cualquier posición oral, incluso en restauraciones de molares (principalmente de los primeros molares) en ambos maxilares. Los implantes estrechos fueron comercialmente introducidos en la década de los 90, empleados inicialmente como implantes transicionales (Petrungaro y Windmiller 2001; Brown y Tarnow 2001). Hoy en día se utilizan de una forma más generalizada para cualquier tipo de rehabilitación. Diversos estudios han demostrado que se integran de la misma manera que los de diámetro estándar y se han publicado resultados con un seguimiento entre 6 y 27 meses, que oscilan entre el 93% y el 98% de supervivencia (English y Bohle, 2003; Froum y cols., 2005; Cho y cols., 2007; Labarre y cols., 2008). Un estudio sobre 2.514 de estos implantes a los 5 años (Shatkin y cols., 2007), reporta una tasa de supervivencia del 94,2%.

Los resultados en el presente estudio de supervivencia de estos implantes de 3,4 mm de diámetro (535 colocados, 9 fracasos con un 98,3% de supervivencia a los 2 años) son muy aceptables. Analizando las altas tasas de supervivencia de estos implantes publicados en la literatura, parece que su empleo es muy útil y garantiza tan buenos o mejores resultados, en cualquier posición de la boca, que los implantes de diámetro estándar de 3,75 mm (451 colocados, 10 fracasos, con un 97,8% de supervivencia a los 2 años).

El presente estudio con los implantes MG-OSSEOUS puede ser comparado con otros estudios publicados en la literatura, como los que se reflejan en la tabla 2.

 

 

Conclusiones

Un buen protocolo de estudio, personalizado para cada una de las indicaciones, asegura unos buenos resultados finales. Se pueden emplear implantes de diámetro estrecho (3,4 mm) en cualquier posición oral, incluida la zona molar, principalmente en el maxilar superior, con una supervivencia a los 2 años similar a los estándar. La higiene oral de los pacientes es un factor que parece condicionar el fracaso de los implantes aunque parece no ser un factor determinante de fracaso en los implantes inmediatos postexodoncia. El empleo de implantes de diámetro ancho (4,25 mm) en casos postexodoncia podría ser factor de riesgo que para el fracaso.

 

Agradecimientos

A los Dres. Juan Luis Alonso de Dios, Luis Antonio Hernandez Martin, Luis Naval Gías, Carlos Orduña Domingo, Salvador Ortuño Laguia, Juan Jose Rodriguez Ortega, Angel Sancho Garcia, Fermin Terron Miron y Marcos Terron Gonzalez, por su participación desinteresada en esteestudio.

 

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Dirección para correspondencia:
C/ Gran Via Carles III 58-60, esc A. At 1o
08028 Barcelona. España
E-mail: 31188esc@comb.es

Recibido: 24.06.2009
Aceptado: 30.10.2009

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