Crítica de libros

 

 

Practical Surgical Neuropathology. A diagnostic approach
Arie Perry & Daniel J. Brat. Churchill-Livingstone Elsevier. 2010. ISBN-978-0-443-06982-6.

 

Este libro, de algo más de 600 páginas, forma parte de una serie que ya ha editado otros volúmenes, en relación con la patología de otros órganos.

Los editores, Ariel Perry y Daniel J. Brat son autores de la mayoría de los capítulos, aunque hay otras colaboraciones de patólogos con gran experiencia en ciertos campos, europeos o canadienses.

Al principio, para facilitar el diagnóstico, proponen algunos tipos o modelos histopatológicos a considerar: infiltración del parénquima, hipercelularidad, tumores sólidos, tumores sólidos e infiltrantes, tejidos necróticos, imágenes de dudosa normalidad, etc, todo ello con las distintas gamas que el patólogo debe tener en consideración.

Es obvio que la edad, la localización del tumor y la imagen en TAC o RM han de tenerse en cuenta al elaborar el diagnóstico, además de los diferentes modelos histopatológicos (lobular, células claras, células fusiformes, rosetas, papilas, microquistes y otros tipos). A esta patología clásica añade la inmunohistoquímica, con los numerosos marcadores disponibles, y los estudios genéticos, con las peculiaridades del cariotipo, que tan útiles pueden ser al plantearse la quimioterapia. La RM actual, con la espectroscopia y la RM funcional también aportan datos para un diagnóstico más preciso.

Hay un capítulo especial dedicado al procesamiento de las muestras, desde la biopsia hasta el tumor resecado en bloque, en el cual se hacen recomendaciones sobre la preparación del tejido, sea para la congelación o para un frotis, donde ha de estudiarse la citología. Advierten sobre posibles artefactos, debidos a la electrocoagulación o a la embolización del tumor con diversos productos.

Todos los tipos de tumor del sistema nervioso están presentes en la obra, incluso aquellos cuya incidencia es escasa, con apartados distintos para los germinomas y para los tumores del parénquima pineal.

Otros capítulos se refieren a la patología asociada con la terapia (radionecrosis, leucoencefalopatía y tumores inducidos), a los tumores con síndromes de carácter familiar, a las enfermedades inflamatorias y a las desmielinizantes. Un capítulo especial se dedica a la epilepsia y otro a las enfermedades vasculares, tanto hemorrágicas como isquémicas. En la parte final se incluyen las enfermedades neurodegenerativas; comienza con la enfermedad de Alzheimer y sigue con la demencia de cuerpos de Lewy, la parálisis supranuclear, la enfermedad de Parkinson. Considera que la biopsia en la demencia de Alzheimer es poco práctica, porque sus características histopatológicas coinciden con las que se encuentran en personas de edad avanzada.

En uno de los capítulos plantean unas preguntas esenciales: ¿Qué es lo que necesita conocer el neurocirujano para el tratamiento y si el resultado de la biopsia intraoperatoria puede cambiar el curso de la intervención? También es útil el informe rápido para saber si el tejido es una muestra adecuada o insuficiente, o si se trata de un tejido por infección que aconseje el envío de otro espécimen a microbiología.

En resumen, es un libro recomendable, con excelentes fotos de histopatología, de imágenes de radiología y algunas de exploraciones complementarias. (Nunca había visto una foto de cuerpos de Lisch en la neurofibromatosis como la que figura en este libro).

Queda algo por añadir: "La letra con sangre entra" dice un proverbio y así lo aconsejaban viejos maestros hace tres o cuatro siglos, "para que no vayáis a galeras, cuando seáis mayores". Ariel Perry pensó que "la letra con música entra" y ofrece un disco con varias canciones, acompañadas de guitarra, en las cuales destaca lo más característico e importante de los tumores del sistema nervioso. (www.neuropathsongs.com).

 

M. Poza

 

 

Recibido: 12-04-011