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Index de Enfermería

versão On-line ISSN 1699-5988versão impressa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.13 no.44-45 Granada  2004

 

MISCELÁNEA


CARTAS AL DIRECTOR

 

Enfermería y tabaquismo: haz lo que digo, no lo que hago

Sr. Director: Recientemente han aparecido publicados los resultados de un estudio desarrollado en cinco hospitales de Madrid, Tenerife, Vitoria, La Rioja y Santander que pretende esclarecer las causas y los efectos del tabaquismo entre los enfermeros y enfermeras (Enfermería, el colectivo sanitario que más fuma. Mundo Sanitario, diciembre 2003, p.4). Curiosamente aquellos que están llamados a ser los principales agentes de salud son los que más ponen en práctica uno de los hábitos más sancionados desde el propio grupo de profesionales sanitarios. Según los datos de este trabajo entre el 40,9 y el 64,7 por ciento de las enfermeras fuman, lo que representa más de la mitad de este colectivo. Si hacemos una lectura crítica de estos datos llegamos a la siguiente conclusión: el fenómeno del tabaquismo en enfermería supone una auténtica perversión de las normas éticas que rigen nuestra profesión. Nos encontramos ante una amenaza para todos aquellos que creemos que desde la enfermería se deben promover hábitos saludables y evitar aquellas actitudes nocivas que perjudican la salud.

La realidad es que esta reflexión pasa inadvertida para más de la mitad de mis compañeros, que hacen oídos sordos y siguen predicando un discurso calificado de demagógico y utópico ya que son incapaces de ejemplificar las conductas saludables que están promoviendo. Resulta surrealista pensar que una enfermera, tras varios minutos de consulta con un paciente fumador al que, con una actitud dogmática, le impone abandonar el tabaco, se encuentre en el oficio con un cigarrillo entre sus labios, ¿se imagina qué pensaría ese paciente al percatarse de tal situación?, lo más probable es que se sintiera anonadado, decepcionado ante tan elocuente panorama y lo peor es que el discurso de la enfermera no habría servido de nada, porque ¿debemos creer a alguien que actúa en contra de lo que dice?.

Pero ¿qué subyace en el fondo de esta actitud tan deplorable?. Algunos autores coinciden en señalar el estrés y el ritmo frenético del trabajo enfermero como las causas principales de la alta incidencia del tabaquismo. Evidentemente hay varios factores que merman la salud laboral de este sector profesional, entre ellos la responsabilidad de su trabajo, los constantes cambios de turno, la falta de reconocimiento, la amenazante negligencia profesional, las dificultades de promoción profesional, etc. Además arrastramos una tradición histórica en la que el tabaco era considerado un signo de identidad social, de manera que antes no era extraño encontrarse en una consulta de medicina a un médico ofreciéndole un cigarrillo a su paciente. Afortunadamente las cosas han cambiado, el tabaco ha dejado de ser una moda y ha pasado a calificarse de vicio, las políticas sanitarias han reaccionado y cada vez más se diseñan programas que pretenden concienciar a la población de que el tabaco es un enemigo para nuestra salud. En lo que concierne a los profesionales también se están promoviendo medidas para tratar de reducir el consumo, prueba de ello es el Plan de Prevención de tabaquismo en profesionales sanitarios que lleva desarrollando el Ministerio de Sanidad y Consumo desde el año 1998 bajo el lema "Corta por lo sano". No refuto la intencionalidad del mencionado plan -sensibilizar y concienciar a los enfermeros y enfermeras para dejar de fumar- pero a la luz de los datos arrojados por algunos estudios parece que no está dando muy buen resultado, lo que induce a pensar que desde la administración gubernamental se deberían promover otras medidas encaminadas a mejorar las condiciones laborales de los profesionales de la enfermería si tenemos en cuenta que muchos estudios culpan a la salud laboral de desencadenar el tabaquismo en este colectivo.

No pretendo con estas palabras hacer apología de aquello que considero que es una actitud lógica entre los profesionales sanitarios, es decir, educar para la salud y participar de ella; el hecho de que el colectivo de enfermería sea el que más fume rompe con esta idea. Evidentemente debemos erradicar el hábito del tabaco entre los ciudadanos, pero primero nosotros, como promotores y educadores de la salud, tendremos que adoptar conductas que contemplen lo que promocionamos, por tanto es hora de que reflexionemos y nos esforcemos por suscitar en nuestros pacientes actitudes acordes con aquello que decimos y hacemos. Dice Oscar Wilde "el valor de una idea no tiene nada que ver con la sinceridad del hombre que la expresa".

César Hueso Montoro
Fundación Index, Granada, España

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