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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.15 n.55 Granada  2006

 

REVISIONES

 

Exclusión de mujeres negras. Su representación en la enfermería profesional

Exclusion of black women: its representation shaping the professional nursing

 

 

Paulo Fernando de Souza Campos,1 Taka Oguisso2

1Historiador. Post-doctorando en Enfermería. FAPESP
2Enfermera. Profesora Titular. Departamento de Orientación Profesional de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Sao Paulo – ENO/EEUSP, Brasil

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Este estudio busca reflejar la exclusión de mujeres negras de los orígenes de la enfermería profesional brasileña. Basada en la historia cultural, el estudio presupone que la recomendación para que se evite la presencia negra en las primeras escuelas oficiales de formación superior, era necesaria la exclusión de las negras. Entre tanto, la memoria histórica del cuidado nos recuerda que las cuidadoras negras ejercían esa actividad junto a los enfermos antes de la organización de la enseñanza de la enfermería. Tales memorias crearon imágenes negativas sobre la identidad profesional de la enfermería brasileña, caracterizada esencialmente por la mujer blanca procedente de las élites. La reflexión nos permite suponer que las representaciones del negro en Brasil, reiteraron estereotipos que, a su vez, reprimían la inclusión de las negras en la enfermería moderna en la medida que la visibilidad de imágenes del proceso las proyectó como moralmente descalificadas, caracterizándolas como inapropiadas para el ejercicio del arte y de la ciencia del cuidado.


ABSTRACT

This paper intends to reflect on the exclusion of black women from the origins of the Brazilian professional nursing. Based on cultural history, this study took for granted a recommendation to avoid black presence within the first official schools for nurses, which excluded black women, before the organization of the nursing education. However the historical memory of care brings up that black carers were looking after sick people. Such memories damaged the images of nursing professional identity, described essentially as practiced by white woman, daughter of the elite. This reflection allows us to suppose that representations of blacks in Brazil reiterated certain stereotypes which by its turn restrained black inclusions within modern nursing while images visibility from this process had projected them as morally unqualified, characterizing them as inappropriate to work for the art and science of care.


 

Introducción

El paso del siglo XIX al siglo XX marca el período en que la historiografía tradicional, resultado de narrativas oficiales y emanadas del centro, dejó de ser el paradigma de la escritura de la historia. Interesados en una nueva posibilidad de interpretación del pasado, los historiadores que fueron surgiendo buscaban en los acontecimientos, vividos por hombres y mujeres comunes, una posibilidad de reconocimiento del tiempo histórico, al contrario de la tradición que valorizaba solamente los hechos de grandes héroes, atribuyendo valores e identidades no siempre correspondientes con lo real, manipulando de este modo la historia al evaluarla positivamente como única vía, vista de arriba hacia abajo.

El interés por una historia venida de abajo implicó en el aumento significativo de objetos, abordajes y problemas a la investigación en Historia, ampliando el oficio del historiador. Interrogantes anteriormente relegadas o consideradas sin importancia fueron traídas a los estudios históricos redimensionando las interpretaciones sobre el pasado. De ese movimiento surge la historia de los niños, de las enfermedades, de las mujeres, del cuerpo, de la sexualidad, de la locura, entre otras, inicialmente identificadas como historia de las mentalidades o de las ideas por adoptar conceptos traídos de la Antropología, Sociología y Psicología. Tal renovación es atribuida a la Ècole des Annales, movimiento que reunió a historiadores franceses con los mismos propósitos, como son, marcar posicionamiento contrario a la escritura de la historia tradicional, al cual fue convenido llamarla nouvelle histoire.1

Uno de los temas que emergieron del movimiento de renovación de la escritura de la historia tiene especial identificación con la historia de la enfermería, vale decir, la historia de las mujeres. La investigación en historia en el Brasil recientemente incorporó la producción historiográfica sobre acciones y acontecimientos practicados por mujeres, que incluyan mujeres o que hubiese participación femenina. Contar la historia de las mujeres o sus experiencias contribuyó a retirarla de la penumbra en la cual fueron duramente colocadas favoreciendo, significativamente, a la ruptura de una escritura estancada y esquemática de la historia, narrada a partir de sucesiones de hechos y acontecimientos realizados por personajes ilustres, rompiendo definitivamente con la noción dominante, vale decir, de la historia como realización de hombres, vinculando su devenir a personajes masculinos.

Narrada de forma unilateral, la historiografía tradicional mencionaba poco los enredos femeninos. El positivismo que orientó la escritura de la historia hasta probablemente el paso al siglo XX, relegaba experiencias de mujeres a un plano inferior, evaluando sus acciones como menores en relación a los hechos que deberían ser perpetuados pues, aunque existiesen, las mujeres no eran las protagonistas. La escritura de la historia imponía una visibilidad restrictiva a la participación de la mujer en el proceso histórico, algo similar al patrón de comportamiento que las clasificaban como dóciles, abnegadas, sumisas, frágiles y volcadas a la manutención del orden familiar exclusivamente.

En este proceso, los métodos y técnicas de investigación utilizados por otros saberes fueron incorporados al oficio del historiador generando una nueva producción del conocimiento histórico. La pluralidad de abordajes posibilitó una efectiva práctica interdisciplinaria en la medida en que los nuevos problemas y la ampliación de las fuentes documentales minimizaron los límites que estancaban a las diferentes áreas, aproximando al historiador de otras ciencias y viceversa. El encuentro de esos saberes reveló la más absoluta transformación de la producción del conocimiento en la medida en que los mitos fueron derrumbados y los prejuicios destituidos, o sea, la interdisciplinaridad redimensionó la noción que se tenía de la praxis en su sentido más amplio.

Esa trayectoria ha marcado decisivamente los estudios históricos. El reconocimiento de la importancia del pasado como posibilidad de retomar los caminos interrumpidos o de evaluar los caminos recorridos, han revelado de forma contundente sus impactos en diferentes áreas del conocimiento. La Enfermería ha apuntado ejemplarmente hacia esa perspectiva al desarrollar y apoyar investigaciones que rescaten el pasado de la enfermería, de la profesionalización y de su contingente.2-4 Aunque poco explorada, la investigación en historia de la enfermería en el Brasil ha revelado una conciencia crítica en lo que se refiere a la elaboración de nuevas formas de percepción y apreciación de la realidad.5-8 Tal como ha sido resaltado por Ieda de Alencar Barreira y Suely de Souza Baptista “...estos estudios, que nos presentan ‘la mirada del otro’ sobre nosotros, si a veces nos da una sensación de extrañeza, son muy instigantes y a ellos debemos conceder la mejor atención, en el sentido de volcar nuestras visiones y posiciones sobre la historia de la enfermería...”.9

 

Mujeres negras: entre prácticas y representaciones

La perspectiva señalada permite suponer que, si las mujeres fueron excluidas de la historia,10 las negras fueron doblemente segregadas. La condición femenina aliada al trazo negro afro-descendiente descalificaba aun más la participación de la mujer negra en la historia del Brasil, siempre representada como esclava, practicante del sexo banal, doméstica, depreciada en sus patrones de belleza, moral y comportamiento.11 En ese sentido, evaluar el proceso de exclusión/inclusión de mujeres negras en la enfermería profesional, así como la resistencia de esas mujeres a los juicios intolerantes o fabricaciones discursivas que las descalificaban, se torna fundamental para el estudio de la formación de la identidad profesional de la enfermería brasileña, tal es el caso de la población nacional que durante cuatro de los cinco siglos de historia oficial fue mayoritariamente negra.

De acuerdo con los estudios históricos, es posible afirmar que la reflexión acerca de las representaciones de la exclusión de las mujeres negras, no sólo de la enfermería moderna sino también de la vida social más amplia, encuentra sus orígenes en la historia de la salud, cuya producción revela que las enfermedades y los enfermos eran definidos a partir de la tradición fundada en el evolucionismo y darwinismo-social. En el Brasil, tal perspectiva suponía que hombres y mujeres negros eran tomados como sinónimo de peligro de contagio de las enfermedades o más efectivamente los transmisores de ellas.12,13 Científicamente difundidas y aceptadas, las representaciones basadas en el bio-poder preconizaban que los negros serían naturalmente viciosos e indolentes, en consecuencia, indisciplinados, ignorantes, e incapaces de alcanzar los progresos requeridos a la manutención del orden económico y social.14 Atados a una fuerza biológica que los subyugaban, imprimiéndoles inclusive el carácter, los negros estaban hereditariamente condenados dado a que la cuestión racial, en los orígenes de la enfermería profesional brasileña, era determinante en la vida de una persona. Evaluada de esta forma, la herencia genética o la mixtura de las razas corrompía a los sujetos desviándolos de los caminos propuestos por la medicina y por el derecho como ideales saludables o aceptados como normales.15

Tratándose específicamente del Brasil, es posible afirmar que el paradigma darwinista-social que fundamentaba las acciones políticas en la Primera República (1889-1930) reiteraba los discursos normativos que afirmaban que la población afro-descendiente naturalmente degenerada, es el factor que los proyectaba como tipos desviados, anormales. Tal principio era usado como criterio de definición social de una persona capaz de incluirla o su contrario, o sea, las normas impuestas por el bio-poder –las cuales alcanzaban habitación, higiene, alimentación, sexualidad, religión y literatura– producían juicios de valor que restringían posibilidades de convivencia social más amplia, juicios que incitaban tensiones permanentes. Como degenerados o criminales natos, los negros no podían o no debían participar de la esfera social más amplia por considerar que la contaminaría física y moralmente, como alegaban los discursos productores de verdades oriundas de la medicina y del derecho penal.16

En los orígenes de la sociedad republicana, cuando no eran asumidos como criados de la casa, los negros eran representados como parias debido a la cristalización de imágenes que asociaban pobres y negros a las clases sociales peligrosas, marcando profundamente las relaciones sociales en el Brasil en las décadas iniciales de la República. Asimilados como primitivos frente al período evolutivo de la especie humana, los discursos médico y jurídico, transformados en prácticas, identificaban en la parcela negra de la población nacional el peligro de la degeneración de la raza y otras formas de contaminación social, problema que la ideología del blanqueamiento desde hace mucho tiempo pretendía resolver.17

Las visibilidades que en consecuencia surgieron de ese proceso formalizan la investigación en torno a los modos de exclusión racial y de género en el oficio de la enfermería durante la primera mitad del siglo XX. Reconocida oficialmente en el Brasil en 1923, en plena instauración del nuevo orden social republicano, la historia de la enfermería se torna particularmente interesante para la historia de las mujeres negras pues, como señalado, en su origen profesional los cursos de formación deberían evitar la presencia negra –así como la masculina– en los cuadros discentes. Tal impedimento encontraba soporte en el modelo educacional asumido como patrón profesional que vio en Florence Nigthingale (1820-1910) su precursora.* Las evidencias permiten indicar que las intenciones de moralizar la acción del cuidado, anteriormente caracterizada como práctica descalificadora, ejercida por mujeres desviadas, contribuyeron en el impedimento para la admisión de las negras en la enfermería moderna brasileña.

Contraponiéndose a la concepción de democracia que fundó el régimen republicano en el Brasil, para ingresar a la profesión era preciso ser mujer, blanca, tener vocación para el arte del cuidado, poseer formación educativa y religiosa de preferencia cristiana prerrequisitos que restringían las posibilidades de selección. Recuperando la documentación que registra la historia de la enfermería en el Brasil, es posible encontrar episodios originales que permiten analizar históricamente las relaciones interétnicas en el ámbito de la enfermería. Uno de esos episodios, vividos por dirigentes y alumnas de la Escuela de Enfermeras del Departamento Nacional de Salud Pública, fundada en 1923 en la ciudad de Río de Janeiro, capital de la República, devela el problema: “Es verdad que la política de organización de la escuela había sido evitar, diplomática y estratégicamente, la admisión de negros, hasta que la opinión pública en relación a la profesión de enfermería hubiese mudado. Esto era fundamental si se pretendía atraer a mujeres de mejor clase... aun la Academia Naval colocaba obstáculos para impedir la admisión de candidatos negros. Todas las veces que jóvenes de color concursaban para entrar en la escuela, había siempre otras buenas razones para que ellas no sean calificadas, porque hasta entonces no había surgido ningún problema. La verdad es que había en la escuela tres estudiantes que, a pesar de ser blancas, mostraban algunos trazos de sangre negra. Fue enviada una carta a la prensa comunicando que ninguna pretendiente había sido rechazada por causa de su color, mas no fue convincente, y el Departamento de Salud consideró aconsejable permitir el ingreso de una joven negra, si acaso se presente alguna que reúna todos los requisitos para la admisión. Esta candidata apareció en marzo, juntamente con las demás pretendientes bajo fuerte sospecha de que había sido mandada por uno de los periódicos, y fue admitida. Esto provocó una lluvia de protestas por parte de las alumnas, mas, después de considerar la situación, el Consejo de Estudiantes finalmente determinó que cualquier manifestación de rechazo o descortesía para con una colega del aula demostraría falta de respeto y de voluntad de cooperar, y así no hubo más dificultades. Las estudiantes dejaron claro, no obstante, que esperaban que no fuese admitida ninguna otra negra por algún tiempo”.18

El documento revela que la admisión de una negra y otras “...que a pesar de ser blancas, mostraban algunos trazos de sangre negra...”, en el interior de los cuadros académicos de la referida escuela, destruye la tesis de la ignorancia y de los desvíos que las caracterizaban, motivos por los cuales éstas serían naturalmente imposibilitadas a ingresar en los cursos profesionalizantes. El registro comprueba que, independientemente del origen étnico o condición social, las mujeres negras podían reunir los prerrequisitos exigidos a una futura enfermera, lo que permite traer el debate al campo de las representaciones.19 Las evidencias que el registro evoca permiten observar, por otro lado, la resistencia de las mujeres negras en la conquista de su espacio social, intelectual y profesional, implicando repensar las bases que forjaron la identidad profesional de la enfermería brasileña o entonces, cuál sería el motivo para la exclusión de las mujeres negras de la formación profesional?

Analizando la documentación, es posible observar que el deseo de no ver la repetición del episodio consubstancia la historiografía reciente, cuando ésta afirma que la sociedad brasileña siempre rechazó la convivencia con aquellos que un día fueron sus cautivos, justificando la naturaleza de las restricciones impuestas.20 Las relaciones de interdependencia entre las prácticas del cuidado y las poblaciones negras en el Brasil fueron muy próximas, aunque poco estudiadas. Durante todo el proceso histórico del Brasil, era intensa la participación de las mujeres negras como parteras, mujeres lactantes, domésticas y madres negras, mujeres que cuidaban de enfermos, viejos y niños, aunque para el cuidado de los niños muchas tuviesen que abandonar a sus propios hijos.21

De acuerdo con Roger Chartier19 las construcciones discursivas, imaginarias o estéticas que actúan en el campo de las mentalidades, esto es, de la formación de las opiniones y de las conciencias, operan decisivamente en el proceso de decodificación del otro. Pensado en el ámbito de las relaciones sociales, el estudio de las representaciones permite develar prácticas, sobre todo en lo que concierne al estudio de la formación de los juicios, reconociendo la formación de memorias colectivas como objeto de estudio e investigación del historiador. La historia de la enfermería, vista por el lente de las representaciones, revela que en los orígenes de la enfermería moderna el cuidado era interpretado como práctica descalificadora, realizada por mujeres pobres, brutalizadas o vulgares, características de la enfermería pre-nightingaleana, cuya imagen fue personificada por Mrs. Sarey Gamp “...siempre gorda, pesada, golosa, cruel, corrupta, promiscua y oliendo a ron...”.22

En el caso de la historia de la enfermería profesional brasileña, la presencia negra favorecería la permanencia de una memoria sin gloria, basada en representaciones transformadas en correlatos de verdad, asumiendo como cabales discursos que reiteraban la degeneración de las poblaciones negras del Brasil. En esos términos, es posible afirmar que el complicado proceso de apropiación de los bienes culturales y de la explotación de las diferentes culturas afro-descendientes marginaron a las mujeres negras en su propio mundo, eliminando de la memoria histórica de la enfermería acciones que, en el pasado, resultaban en la práctica efectiva del cuidado.

 

La enseñanza de la Historia de la Enfermería en el Brasil

Tal como ha destacado Taka Oguisso,23 el tema de la Historia de la Enfermería en el Brasil resistió prácticamente de manera incólume a todas las reformas curriculares ocurridas a partir de 1923, cuando el tema fue incluido por primera vez como disciplina en el pregrado de enfermería, constando, en ese sentido, de las reformulaciones legales que organizan la formación profesional. De acuerdo con la autora, en 1923 la Historia de la Enfermería pasó a formar parte del elenco de las disciplinas con el nombre de “Bases Históricas, Éticas y Legales de la Enfermera” de modo que, en 1931, los contenidos relacionados a la historia de la enfermería, en cuanto disciplina, recibieron la denominación de “Ética e Historia de la Enfermería” y, en 1949, “Historia de la Enfermería”.

Con el advenimiento de un sistema nacional de educación y con la aprobación, en 1961, de la Ley de Directrices y Bases de la Educación Nacional, el pregrado en enfermería pasó a ser regido por el Parecer 271/62 cuyo currículo mínimo incluía la disciplina “Ética e Historia de la Enfermería”. En ese período, marcado políticamente por la negación de la crítica y anulación de la historia, la Reforma Universitaria aprobó la Resolución 4/72, más conocida como Parecer 163/72, creando la materia “Ejercicio de la Enfermería” en la cual se incluían los contenidos de la deontología y legislación profesional, sin mencionar los aspectos históricos, pero que en general, eran administrados así porque pocos docentes tenían preparación suficiente para administrar la parte de la legislación profesional.

En 1994, con el Decreto n. 1.721/94, fue fijado el currículo mínimo para las carreras de enfermería en el cual la historia de la enfermería fue incluida explícitamente como una de las materias del área temática de Fundamentos de la Enfermería. Actualmente, es la Resolución CNE/CES n. 3, de 07-11-2001, la que instituyó las Directivas Curriculares Nacionales del Pregrado en Enfermería que rige la enseñanza en el Brasil. Son definidos los principios, fundamentos, condiciones y procedimientos de la formación de enfermeros. Según esa Resolución, los contenidos considerados esenciales para el pregrado en Enfermería contemplan: las ciencias biológicas y de la salud, ciencias humanas y sociales y las ciencias de la enfermería. Las ciencias humanas y sociales incluyen contenidos referentes a las diversas dimensiones de la relación individuo/sociedad, contribuyendo a la comprensión de los determinantes sociales, culturales, de comportamiento, psicológicos, ecológicos, éticos y legales, en los niveles individual y colectivo, del proceso salud-enfermedad. La expresión historia o histórico de la enfermería desapareció del elenco, sin embargo considerándose la tradición de administrar ese contenido desde la década de 1920, en todas las escuelas y cursos de enfermería es de esperarse que ella continúe integrando como parte de los determinantes sociales y culturales. De hecho, aunque no explícitamente mencionado como contenido, tampoco hubo explícita exclusión de la historia de enfermería.

La evaluación curricular del Pregrado en Enfermería en el Brasil refrenda las proposiciones que afirman que la enseñanza de la Historia de la Enfermería estuvo marcada por innumerables dificultades. La idea general de los cursos de formación profesional visa la enseñanza de aspectos técnicos, legales o administrativos que la profesión exige, además de los contenidos de la biología, mayormente valorizados. El estudio de la historia y sus implicaciones en la asistencia no hacían diferencia o provocaban mejoría en la formación profesional, tampoco era percibido como fundamental a la identidad profesional. La historia de la enfermería hija de un régimen autoritario y de un modelo educacional rígido, permaneció inmóvil hasta hace poco, olvidada en los subterráneos de la memoria inspirando cuidados.

 

Conclusiones

Pensar en el proceso de exclusión/inclusión de las mujeres negras en la enfermería profesional implica necesariamente en repensar el estatuto actual de la identidad profesional de la enfermería brasileña. Los resultados de la reflexión propuesta permiten suponer que las representaciones construidas sobre las mujeres negras no fueron construidas aleatoriamente, no obstante hicieron parte de un complejo proceso que visaba mantener la distancia de clases sociales y etnias consideradas inferiores o incapaces de promover el progreso requerido por las élites políticas en los orígenes de la República.

Puesto esto, es posible afirmar que, en el proceso de construcción de un nuevo orden social, los negros fueron tomados como blancos preferenciales de un orden médico y una noción jurídica que los desautorizaban en cuanto personas, cuyas vicisitudes implicaron en las representaciones que les impidieron ingresar a las escuelas de enfermería y que fabricaron imágenes invertidas acerca del cuidado realizado en el Brasil en el período inmediatamente anterior a la profisionalización de la enfermería brasileña. Como afirmó Roger Chartier,19 la decodificación de las representaciones revela no apenas “...diferenciaciones culturales (...) como la traducción de divisiones estáticas e inmóviles, sino como efecto de procesos dinámicos...”, lo que implica decir que las representaciones son construidas y formalizadas por discursos no neutros y que, por ese motivo, autorizan percepciones inéditas cuya interpretación posibilita redimensionar el pasado, por tanto, la propia historia.

 

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* Florence Nigthingale es considerada la pionera de la Enfermería Moderna por fundar, después de la experiencia de la Guerra de la Crimea (1853-1856), la Nightingale Training School for Nurses at St. Thomas Hospital, primera escuela profesional de enfermería, en Londres, multiplicando su modelo de enseñanza por el mundo, tal como ocurrió en el Brasil a inicios del siglo XX con la Reforma Sanita-ria, organizada por Carlos Chagas.3-22

 

 

Dirección para correspondencia:
Paulo Fernando de Souza Campos
E-mail: pfsouzacampos@usp.br

Recibido el 5.09.2006
Aceptado el 30.10.2006

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