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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.16 no.58 Granada oct. 2007

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

TEORIZACIONES

 

La interface entre la fenomenología y el cuidado de enfermería

The interface between phenomenology and nursing care

 

 

Genival Fernandes de Freitas1, Miriam Aparecida Barbosa Merighi2, Maria de Fátima Prado Fernandes3

1Enfermeiro. Professor Doutor do Departamento de Orientação Profissional da Escola de Enfermagem da USP, São Paulo, Brasil.
2Enfermeira. Professor Livre - docente do Departamento de Materno Infantil e Psiquiátrica da Escola de Enfermagem da USP, São Paulo, Brasil.
3Enfermeira. Professor Doutor do Departamento de Orientação Profissional da Escola de Enfermagem da USP, São Paulo, Brasil

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

La propuesta de este estudio es reflexionar sobre la importancia de la fenomenología en el área de la enfermería, enfocándola como posibilidad de abrir espacios para pensar el cuidado, fundamentando en la comprensión existencial del hombre, contemplando la dimensión humana más allá de la perspectiva técnico-científica. De ese modo, los autores discuten las tendencias de la enfermería, enfatizando el cuidado desde un enfoque fenomenológico.

Palabras clave: Enfermería, Fenomenología, Cuidados, Cultura.


ABSTRACT

This study aims to reflect on the importance of phenomenology in the nursing area, as a possibility of opening up spaces to think about care based on the existential understanding of man, contemplating the human dimension beyond the technical-scientific perspective. Thus, the authors discuss nursing’s tendency, focusing on care from a phenomenological approach.

Key words: Nursing. Phenomenology. Care. Cultura.


 

Introducción

Somos enfermeros desde hace más de veinte años y nuestra formación estuvo volcada más hacia la enfermedad, la patología y cuando mucho para el enfermo, buscando interpretarlo a la luz de los modelos teóricos, construidos de acuerdo a nuestro mundo. En nuestro pregrado en Enfermería, tuvimos contacto con disciplinas del área básica incluyendo las biológicas y las humanas, conocimientos necesarios para subsidiar la formación básica, constituida por las disciplinas: área de enfermería fundamental, médica, quirúrgica, pediatría, ginecología, obstetricia, salud mental y administración aplicada a la enfermería.

Frente a esta enseñanza fragmentada, compartida por la propia “división” del conocimiento, podemos decir que nuestra formación, en cuanto enfermeros, estuvo pautada en el modelo de las ciencias naturales positivista, enfocando la condición biológica del ser humano y los procedimientos técnicos volcados hacia la práctica de la enfermería.

Este modelo perduró algún tiempo en nuestra vida profesional. El cuidado estuvo enfocado como una actividad de enfermería dirigida a las patologías terapéuticas y técnicas de enfermería, distanciándonos de la dimensión del siendo con el otro y aproximándonos más al “hacer técnico”, en la adquisición de un conocimiento orientado a las ciencias biológicas, incluyendo las terapéuticas y tecnologías quirúrgicas, en detrimento de las ciencias humanas.

En el decorrer de nuestra experiencia profesional, percibimos que la enfermería también abarca otras perspectivas, siendo una de ellas la de estar siendo con el otro, o sea, comprender a la persona en su situación de estar enfermo, en su dimensión humana. En 1987 tuvimos la oportunidad de cursar seminarios sobre Metodología de la Investigación con enfoque fenomenológico, mirando hacia un nuevo horizonte en relación al cuidar, adquiriendo desde entonces una nueva percepción del modo de ser enfermero.

En la década del 90 nos vinculamos al Programa de Post Grado por medio de cursos, lecturas específicas y Grupos de Estudio y así nos fuimos aproximando a las premisas teóricas y filosóficas de la fenomenología, lo que hizo posible elaborar nuestra tesis de doctorado y a partir de ahí crear nuevos espacios de investigación en esa vertiente. Al pensar en enfermería a la luz de la fenomenología el enfermero puede mirar sus cuestionamientos, sus sentidos, sus conductas, e interpretar al mundo del cuidado desde otra óptica, dado por nuestro modo de ser mismo y el modo de ser de las personas que se encuentran enfermas.

 

El pensamiento fenomenológico y la enfermería

En la década del 70, en el Brasil, surge un abordaje de investigación cuya característica la diferencia de los estudios realizados hasta entonces. Se trata de una investigación que se aproxima a la metodología cualitativa que, en su naturaleza holística, descriptiva y basada en significaciones, enfatiza la importancia de conocer, entender e interpretar las significaciones y eventos, sin considerar el tiempo en que ocurren, sea en el pasado o en el presente. Su práctica favorece la profundización del significado de las creencias y valores, vivenciados por las personas en su existir.

Mediante un estudio bibliográfico acerca de las investigaciones de enfermería en Brasil que se aproximan a la fenomenología se constató que la década del 80 marcó el inicio de la producción en enfermería con bases fenomenológicas. En los años 90, hubo un interés creciente por la aplicación de esta metodología en las investigaciones realizadas por los enfermeros. Esta ciencia aplicada ha buscado la comprensión del significado de las experiencias relativas al proceso salud-enfermedad, vivida en las diversas fases del ciclo vital, tanto en el ámbito de la atención hospitalaria, de consulta externa, comunitaria, como en el del contexto familiar.1

El movimiento fenomenológico nació como reacción al positivismo que consideraba válido apenas al fenómeno empíricamente investigado y medido, en cuanto que la fenomenología objetiva la investigación directa y la descripción de fenómenos que son vivenciados por la conciencia, sin teorías sobre la explicación causal y libre, en lo posible, de prejuicios.2 La fenomenología se reporta a los modos interminables del ser articulándose al ámbito de la existencia. No se trata de una teoría, es una actitud, una postura, un modo de comprender el mundo.3 La actitud fenomenológica nos invita a dejar que las cosas aparezcan con sus características propias, como ellas son, dejando que la esencia se manifieste en la conciencia del sujeto, con el objetivo de no transformar, no alterar la originalidad de los fenómenos.4

El método fenomenológico viene conquistando cada vez más el reconocimiento en las investigaciones cualitativas, principalmente en el área de la salud, con destaque en la enfermería. El referencial fenomenológico busca el significado de la experiencia vivida, contribuye a la búsqueda de la comprensión del hombre, sujeto del cuidado, y viene, por tanto, al encuentro de los propósitos de la enfermería.5,6 La fenomenología existencial y ontológica es un modo de conciencia, un modo de ser y de mirar, que asume el compromiso de reinterpretar todos los conocimientos como expresiones de nuestras experiencias – sentido del ser humano.

El pensar, esencialmente, no es construir teorías, buscar datos científicos y desarrollar técnicas de intervenciones en salud, y sí un acto fenomenológico. Es descubrir o redescubrir el sentido existencialmente en aquello que antes era considerado como teoría, concepto, cuantificaciones, definiciones, procedimientos pre-establecidos, relaciones de causa y efecto, hipótesis, conjeturas, entre otros. Pensar es fundar lo que se manifiesta fenomenológicamente buscando el sentido y esencia de la forma como se muestran.7

Los estudios han revelado que “el modo de cuidar” en la enfermería puede presentarse diferente a los ojos de quien cuida, del profesional de salud, y a los ojos de quien recibe el cuidado, el cliente/paciente o usuario. Conceptos como salud, enfermedad, cuidado, cura, tratamiento forman parte de una inteligencia o de una razón que procede abstractamente en relación a las condiciones existenciales, que pueden ser repensadas fenomenológicamente. Enfermedad y cuidado, en sus diversos aspectos pueden ser re-significados por el prisma de la fenomenología existencial y ser comprendidos fenomenológicamente en la perspectiva de quien vivencia estos fenómenos.

La enfermedad tal como es vivida por las personas presenta dos aspectos: uno de naturaleza estructural formal que permite entenderla tal como es ella, en ella misma, en cualquier espacio y tiempo; y otro de naturaleza material o de contenido, que expresa la situación existencial concreta del ser enfermo. Esta condición existencial aparece en su corporeidad, y también por medio del lenguaje, de su vida socio-económica y cultural y que se encuentra vinculada a la historicidad propia en el modo de ser de cada persona que se encuentra enferma.

 

Cuidar en una perspectiva fenomenológica

La tendencia actual y futura de la enfermería es la de considerar al hombre como un todo y nunca más de manera aislada, en partes. A partir de esta premisa surgieron otras modalidades del cuidar trayendo una nueva comprensión para la enfermería. Siendo así, se puede afirmar que ella se aproxima, concientemente o no, a las ciencias humanas y al modo de cuidar pautado en el camino fenomenológico. De ese modo, el fenómeno salud-enfermedad no puede ser más analizado aisladamente de la persona que, concretamente, está vivenciando tal fenómeno. Hay necesidad que el enfermero al cuidar contemple a la persona en su totalidad existencial, examinando la enfermedad tal como es vivida por el ser que adolece, contextualizando sus condiciones históricas, culturales y sociales en la que se inserta.

Los profesionales de enfermería al interactuar con la persona que se encuentra enferma, deben priorizar en sus acciones y valores respetando sus sentimientos y comprometiéndose con el bienestar de quien recibe el cuidado. Con eso pueden establecer una relación más auténtica, siendo con el otro, buscando nuevos significados a partir de lo que es vivenciado por la persona que se encuentra enferma. Dado que la enfermería involucra “gente que cuida de gente” y resalta la importancia de la intersubjetividad en las relaciones humanas, se aproxima a la fenomenología existencial representada por Martin Heidegger.

Heidegger enfatiza el cuidado como una condición existencial – un modo de ser en el mundo. El cuidar es fuente del propio Ser, de modo que la esencia del hombre es ser cuidador de sí. El sentido del cuidar inserta la manifestación del Ser como un modo de cuidar propio del existir, pues dando apertura para que el otro se transforme es que el hombre puede transformar el propio ser en búsqueda de su esencia.8 Al cuidar de una persona se deben propiciar condiciones para que ella se pueda manifestar como Ser. Ese modo de ser incluye que el cuidador posibilite a la persona apertura de su presencia a partir del propio ser.9 Con esa postura el cuidador amplía su mirada para ver las cosas del modo como ellas se muestran.

El Ser enfermero se devela en las vivencias del cuidar, que acreditamos se manifiesta en el cuidar de y cuidar con. Para Heidegger,9 es posible visualizar en lo mínimo dos maneras de cuidar, y naturalmente ambas presentan variaciones. La primera manera es entendida por nosotros como cuidar de, frecuentemente desarrollada cuando el enfermero tiene como referencial el modelo biomédico, y que significa hacer por la persona aquello para lo que ella está capacitada hacer, lo que puede involucrar manipulación aunque de forma sutil. Esa actitud denota un cuidar de como un no ser enfermero junto a la persona que se encuentra enferma. En la otra manera vemos cómo cuidar con, significa posibilitar a la persona asumir sus propios caminos, crecer, madurar, encontrarse consigo mismo. Tal actitud implica un ser auténtico como enfermero, que se devela en el cuidar con. Por medio de estas vivencias el ser enfermero junto con el Ser persona que se encuentra enfermo, pueden trascender los desafíos de ser con los otros en el mundo. De este modo la real existencia del ser enfermero sólo se expresa en el ser con la persona que se encuentra enferma, en la coexistencia para ser el vivir saludable con los otros y con el mundo.

Para Heidegger10 el ser humano es un ser en el mundo y vive indisociable de la existencia en su cotidiano, mediante los niveles de experiencias que abarcan a la conciencia, el modo de vivir en el mundo y el propio estado de cuidado del Ser. El hombre como sujeto en el mundo puede vivenciar la existencia como cuidado, manifestación y comprensión, y en esa experiencia puede trascender a las condiciones de la existencia cotidiana, develando el propio Ser como apertura a las posibilidades del mundo.

Aun, según el autor, el hombre además de existir para sí (conciencia de sí) también existe para los otros (conciencia de las conciencias de los otros), de ese modo su existencia es inseparable de la existencia de los otros - ambas se entrelazan. El hombre es responsable de las elecciones de su existir como un ser que experiencia el mundo. Todos esos aspectos subsidian el cuidado en la enfermería como un proceso inherente al proceso del cuidar y del existir.

 

Consideraciones finales

Reflexionar acerca del cuidar en la perspectiva fenomenológica nos hizo mirar hacia el cuidado en una condición existencial, aproximándonos a la comprensión del encuentro fenomenológico entre la persona que es cuidada y la que cuida.

Hoy nuestro modo de vivenciar la enfermería se encuentra pautada en la búsqueda de la comprensión del fenómeno, que nos muestra el sentido del cuidar en el mundo vivido del enfermero y la necesidad de que este profesional profundice sus conocimientos en las ciencias humanas. En esa perspectiva, la fenomenología nos ayudó a desarrollar una actitud interna a partir de una mayor comprensión sobre la existencia humana y también del ser enfermero.

Frente a nuestra trayectoria profesional tuvimos cambios de postura ante el cuidar fragmentado. Acreditamos que los profesionales de la enfermería tienen posibilidad de cuidar fenomenológicamente dando significado para sí mismos y para quien cuida a partir del mundo vivenciado. Al cuidar pueden experimentar situaciones únicas por medio de la intersubjetividad, estableciendo de esa manera una relación auténtica. Siendo así, abren condiciones para comprender al hombre en su totalidad existencial, en una determinada sociedad cuya historia se encuentra insertada en una cultura situada.

Para actuar de modo fenomenológico el enfermero debe valorar la subjetividad y la intersubjetividad. Esto implica que el acto de cuidar se presenta articulado a la relación interpersonal, o sea, agregando acciones de cuidado en enfermería, comprometiéndose con el otro.11

Cuidar es inseparable de la comprensión y como comprensión debe ser simétrica: oyendo al otro, oyéndonos a nosotros mismos, cuidando del otro y cuidando de nosotros mismos. El enfermero debe desarrollar habilidades para oír y responder a las expectativas de quien cuida considerando su individualidad. Por otro lado, es necesario considerar que el propio acto de confortar es inherente al proceso de cuidar, tiene valor para quien cuida y para quien es cuidado, debiendo ofrecer a ambos la oportunidad de crecimiento.

Todas las situaciones vividas por la enfermería: interés, dedicación, compromiso, respeto al prójimo, así como, distanciamiento, competencia, acomodación son posibles de ser analizados con un enfoque fenomenológico. En este sentido la aplicación de la fenomenología dependerá de acciones conjuntas y de intereses de los profesionales volcados al desarrollo del equipo como un todo. Esa condición ya es de por sí un gran desafío, principalmente porque el cuidar está insertado en la dimensión del existir en un mundo que al mismo tiempo es complejo y singular, visualizando que “los modos de cómo cuidar” no se agotan.

El enfermero no es un ser acabado y tiene mucho que aprender y desarrollar en varias áreas del conocimiento. Debe ejercitar la humildad, la tolerancia, la paciencia, la solidaridad, la disponibilidad, la reciprocidad, el coraje, la confianza, la responsabilidad, la acción-reflexión-acción y la ciudadanía, y así transformar su práctica con conciencia.

En el mundo de la enfermería todos nosotros como profesionales de la enfermería, tenemos mucho que develar acerca del cuidado, y debemos ampliar nuestros conocimientos día a día, para cada vez más aproximarnos al cuidado, cuidando del otro en todas las dimensiones del existir.

 

Bibliografía

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10. Heidegger M. El ser y el tiempo. Trad. José Gaos. 3 ed. México/Madrid/Buenos Aires: F. Cultura Económica; 2000.        [ Links ]

11. Silva ARB. Convivendo com o câncer ginecológico avançado: em foco a mulher e seus familiares. (tese) São Paulo (SP): Escola de Enfermagem da USP; 2002.        [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Genival Fernandes de Freitas.
Av. Dr. Enéas de Carvalho Aguiar,
419 – CEP 05403-000 - Cerqueira César - São Paulo – Brasil
genivalf@usp.br

Manuscrito recibido el 09.05.2007
Manuscrito aceptado el 09.08.2007

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