SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.17 número2La escala EVAP (Evaluación de la Vinculación Afectiva y la Adaptación Prenatal): Un estudio piloto¡Recen a mis dioses por mi hijo y por mi! índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.17 no.2 Granada abr./jun. 2008

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Afrontar el proceso de duelo

To deal with grief

 

 

Mª Trinidad Pérez Vallejo1

1Enfermera, Centro de Salud Zaidín Centro, Granada, España 

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Ana, con su testimonio y con su vida nos enseña como afrontar los procesos de duelo. La muerte de su esposo se produce en febrero de 2005, este suceso fue probablemente la experiencia más difícil e importante que ha pasado durante sus 74 años de vida. Ana cuidó a su esposo durante la enfermedad con celo, dedicación y sobre todo con mucho amor. Ahora nos cuenta su experiencia para que pueda servir a aliviar a todas aquellas personas que se hallan en una situación semejante, a la vez, que rinde homenaje a su esposo que con su vida llena de salud y vitalidad le enseñó a morir.
Ana tiene una vida plena dedicada a ayudar a los más necesitados, y canaliza esa ayuda con la gente de su barrio visitando a los enfermos, a los que se encuentran solos y los que tienen condiciones económicas más adversas.

Palabras clave: proceso de duelo, muerte, relato biográfico.


ABSTRACT

Anne, in her testimony and life, teaches us how to deal with grief. The death of her husband, on February, 2005, was probably the most difficult and important occurance in the 74 years of her life. Anne had cared for her husband with zeal, dedication and most importantly, love. Anne shares her experience with us so that it may help to alleviate those of us who find ourselves in a similar situation, and at the same time, pays homage to her husband who, when he was filled whit health and vitality, taught to die.
Now Anne has a full life dedicated to helping the most needy as she channels this help through the people of her neighbourhood, visiting the ill, the lonely and those in the most adverse economic circumstances.

Key-word: with grief, death, history live.


 

Introducción

La muerte, por la manera y la actitud de enfrentarse con ella, es la coronación de la vida. La muerte de un ser querido es probablemente una de las experiencias más difíciles e importantes a la que hemos de enfrentarnos en nuestra vida. Durante este proceso en el que se pueden cuestionar alguno de nuestros principios básicos es importante poder contar con el apoyo de nuestra familia y amigos. No se puede negar, que la religión y la doctrina de las almas cumplen la función de proporcionar a la gente respuestas a las preguntas fundamentales sobre el significado de la vida y la muerte, y las causas de los acontecimientos.

Nuestro lenguaje actual y nuestra concepción del mundo están totalmente impregnados por la cultura griega. Pitágoras predicó, bajo la influencia de ciertas doctrinas místicas: que el alma del hombre tiene origen divino, y por consiguiente es inmortal. Sólo aquel que huye de la injusticia y que persigue el bien será participe de la felicidad, así se expresa Platón en el Gorgias y en la República. Gran espacio ocupa en la Ética de Aristóteles la amistad, la verdadera amistad es solamente posible entre personas buenas por poseer las mismas ideas de la vida.1

El cristianismo no niega que, al morir el hombre, sobreviva algo de él: al contrario, afirma expresamente que los muertos son acogidos en el seno de Abraham. Sin embargo, el cristianismo no insiste para nada en la inmortalidad del alma, sino en la resurrección de los muertos.2

Ana, con su testimonio y con su vida nos enseña como afrontar los procesos del duelo, la muerte de su esposo se produce el 18/02/05, este suceso fue probablemente la experiencia más difícil e importante que ha pasado durante sus 74 años de vida. Ana cuidó a su esposo durante la enfermedad con celo, dedicación y sobre todo con mucho amor. Ahora nos cuenta su experiencia para que pueda servir a aliviar a todas aquellas personas que se hallan en una situación semejante, a la vez, que rinde homenaje a su esposo que con su vida llena salud y vitalidad le enseñó a morir.

Ana tiene una vida plena dedicada a ayudar a los más necesitados y canaliza esa ayuda con la gente de su barrio visitando a los enfermos, a los que se encuentran solos y a los que tienen condiciones económicas más adversas. Con una sonrisa tan amplia como sus “horizontes” nos cuenta como ha encontrado el equilibrio. Ana es el ejemplo de cómo la salud es algo más que la simple ausencia de enfermedad, es un equilibrio activo entre cuerpo, mente y espíritu.

El objetivo era saber lo que para Ana ha supuesto la muerte de su esposo, cómo lo cuenta, qué significado tiene, sus perspectivas, en definitiva la manera como se desenvuelve en su vida diaria ante los acontecimientos que la vida le va presentando. Como herramienta para la obtención de estos datos elegí la entrevista en profundidad.3 El resultado es fruto del proceso de análisis de los datos obtenidos. Las observaciones fueron codificadas en base a las categorías establecidas en la fase de diseño de la entrevista. Finalmente hice la trascripción del texto obtenido prescindiendo de la dinámica pregunta-respuesta, y resaltando los conceptos que podían hacer más esclarecedor el objetivo del estudio, pero siempre sin alterarlo.

Sin dudar ni un momento de la sinceridad de sus sentimientos, ni de la voluntad de contar los acontecimientos como realmente fueron, la dificultad más importante consistió en lograr la veracidad del contenido de las palabras de Ana. Hay que tener en cuenta, que en toda conversación las personas nos guardamos pensamientos e intenciones que pertenecen a nuestra personalidad más íntima y que permanecen sin ser revelados. El contexto social reflejado en la entrevista: la atención de los hijos y personal del hospital, el apoyo de sus amigos y vecinos podía ser una apreciación subjetiva, siendo posible que hubiera discrepancia entre los hechos y lo que realmente decía. Soslayé esta dificultad al advertir que Ana vive totalmente integrada en un pueblo donde los comportamientos sociales ante un hecho de gran trascendencia personal como es la muerte dan lugar a un movimiento solidario de apoyo con la familia que sufre, esto me hizo aceptar sin sentido crítico la descripción del clima familiar y social en que se desarrollaron los acontecimientos.

La versión final fue leída por Ana y por otro experto en comunicación y ayuda, ambos introdujeron algunas ideas que enriquecen el texto, y ayudan a ampliar la comprensión de la realidad como una totalidad.

Sin duda, lo más llamativo en la realización de esta entrevista fue la serenidad con que habló de la muerte de su esposo y su deseo de reunirse con él en otra vida posterior y que expresó con las siguientes palabras: “tengo la esperanza de que algún día me encontraré con esa persona”. Esto me proporcionó la certeza de que la idea de que esta vida puede ser sólo una etapa, y que existe otra posterior puede no estar argumentada científicamente, pero ayuda a ser felices en momentos como el que es objeto de mi estudio.4

 

Bibliografía

1. Capelle W. Historia de la filosofía griega. Madrid 1981.        [ Links ]

2. Reale G. y Antiseri D. Historia del pensamiento filosófico y científico. Barcelona 1988.        [ Links ]

3.Taylor S. J. y Bogdan R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona 1987.        [ Links ]

4. Harris M. Introducción a la antropología general. Madrid 2004.        [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
calle Torre de las Damas Nº 1 - 2ºB
18007 Granada, España
trilova1@vodafone.es

Manuscrito recibido el 17.12.07
Manuscrito aceptado el 29.1.08

 

 

Relato biográfico

CADA PERSONA TIENE SU MODO PARTICULAR DE AFRONTAR LA MUERTE. Un día del mes de febrero, por la tarde, mi marido me dice que no se encuentra bien. Por aquellos días vivíamos en el campo, pensamos en bajarnos a la ciudad para ir al médico lo más rápido posible. Así lo hicimos al día siguiente con la esperanza de que aquello no sería nada [dice estas palabras entre sollozos y con lágrimas de gran tristeza], pero fue todo lo contrario, porque nada más verlo el médico dijo que los síntomas eran preocupantes, después de algunas pruebas y una operación nos dice que tiene cáncer, y con tan mala suerte, que nos dice que está en la última fase.

Las personas ya no mueren en casa, mueren en los hospitales donde la muerte se perpetúa al máximo, pero yo tuve la gran suerte de poder cuidarlo en mi casa. Al principio tuve mucho miedo, pero encontré la paz cuidando a mi marido, él estaba siempre sonriente, se levantaba de la cama y se iba al salón donde siempre estaban las sonrisas de mis nietos y los cuidados solícitos de mis hijos. No tenía problemas económicos, todo lo referente los tratamientos y necesidades de mi esposo estaban cubiertos con holgura y el trato en el hospital, y el de todos los profesionales sanitarios fue muy bueno.

En quince días pierdes a al persona que tanto querías y que llenaba toda tu vida, al principio no podía creerlo y me preguntaba por qué esto nos tenía que pasar a nosotros. La aceptación no fue fácil, el camino fue doloroso y toda mi familia sufría, pero no podía luchar contra el sufrimiento y acabé aceptándolo. Comprendí que el dolor no era negativo en sí mismo, y empecé a descubrir en mí acordes enriquecedores que desconocía, acepté que no siempre estaremos vivos, que la muerte no es tan terrible, es como un cambio.

Pierdes muchas cosas pero todavía quedan otras muy importantes, tengo muchas cosas por hacer, estoy dando clases de informática, leo mucho lo que ayuda a que las veladas no sean tan largas. En la vida nunca hay que tirar la toalla, hay que levantarse por la mañana, ver el sol, y dar gracias a Dios. Tengo la esperanza de que algún día me encontraré con esta persona.

ACTITUD TRAS LA MUERTE DE MI ESPOSO. Durante un tiempo me surgieron dudas. Deseé saber quien soy en realidad, si podría recuperar mi plenitud anterior en esta nueva etapa de mi vida. Dices: “Se acabó todo”, crees que no vas a ser lo bastante fuerte para superar la pérdida, pero no es así porque tienes tres puntales donde apoyarte, que son tus hijos, donde encuentras toda la fuerza que necesitas. También están mis dos nietos que son dos soletes, me dan mucha vida y yo quiero verlos crecer. Con esto y con sus recuerdos que son muchísimos y muy bonitos las aguas vuelven a su cauce.

Un buen día dices: “tengo que empezar a salir con las amigas y a las actividades de los mayores” y pensando que la vida sigue de otra manera, pero sigue, lo vas superando.

Decidí cual iba a ser mi posición ante este nuevo reto que me presentaba la vida, enumeré todas las cosas positivas de que disponía; la soledad se ha convertido en un gran problema, pero yo advertí que contaba con una familia unida y con muchos amigos. Encontré una gran ayuda en leer la Biblia, hallé en ella respuestas a las preguntas nuevas que surgían en mí y me ayudó a entender mejor el mundo, me di cuenta de que mi bienestar dependía de mi entorno, de mi comportamiento y de las condiciones mentales para aceptar la vida.

Empecé por arreglar con mucha ilusión y trabajo una casa que tenía muy deteriorada y la alquilé a un matrimonio joven con dos niñas muy pequeñas, ellos me dan mucha compañía, y yo les ayudo en todo lo que puedo. Tengo muchas amigas y vamos juntas al yoga, a la piscina y a todos los sitios que podemos y lo pasamos muy bien juntas. A una de ellas se le murió un hijo con 30 años y lo está pasando, realmente muy, pero que muy mal, siempre que puedo voy a hacerle compañía, y a veces, la saco a dar un paseo; hay otra muy mayor que vive sola y está enferma, cuando voy a verla siempre le llevo algo de comida: un caldo, un poco de fruta… aunque ella come muy poco.

Hoy en mi vida sin él no me siento culpable por ser feliz con mi familia y amigos, hoy tengo una vida sin esa persona. Tengo muy presente a mi esposo pero desde una relación más actual.

RECUERDOS DE MI ESPOSO. Él lo llenaba todo con su presencia, con su cariño, era un buen marido, un buen padre y una persona ejemplar; solía hablarme de todo lo que había aprendido en la vida, y yo mejor que nadie, sabía de los valores que lo habían acompañado como la generosidad y la compasión.

Parte de mi crecimiento y evolución como persona lo debía sobre todo a mi esposo, su escala de valores estaba muy presente en mí. Solía utilizar refranes y sentencias para clarificar situaciones que la vida le iba presentando, cuando en alguna ocasión había tenido que cambiar de opinión porque también las circunstancias habían cambiado solía decir: “yo no soy un río y me vuelvo”; otras veces cuando alguien hacía referencia a otra persona estigmatizándola por algún defecto físico decía: “yo no la quiero para la carga”.

Me educo en el gusto por la lectura y la pintura y así conozco la vida de los grandes escritores y pintores universales, dispongo de una buena biblioteca, y disfruto leyendo por las noches, él solía decir que leer dilataba el tiempo a la vez que engrandecía la mente, a mí me ayuda a que las veladas no sedan tan largas.

Se expresaba de modo natural al hablar de la muerte, había vivido en contacto permanente con la naturaleza, de ella había aprendido que todos los seres vivos tenemos que morir, quizás por esto nunca había tenido apego a nada y mucho menos a las cosas materiales. Cuando llegó el fin de sus días, era dueño de un gran tesoro espiritual compuesto por numerosos amigos y experiencias riquísimas fruto de haber vivido el día a día con inteligencia, generosidad y justicia.

En las noches claras, gustaba de mirar las estrellas, y por el día permanecía mucho rato sentado observando tanto el vuelo de las aves como el devenir de los animales más minúsculos de la naturaleza. Encontraba placer en el trabajo diario cuidando su arboleda. Siempre que alguien necesitaba ayuda estaba dispuesto a dársela y me decía: “lo que diferencia al hombre de los animales es precisamente su capacidad y disposición a ayudar a otros más débiles”.

EXPRESIÓN DE LOS SENTIMIENTOS. Encontré que el diálogo con mis hijos fue el cauce más adecuado para expresar como me sentía, tuve todo el apoyo de mis hermanos y mis hijos, el amor por ellos cambió la visión de la situación.

Un día mi hijo me dijo: “Mamá, no querrás irte con él”, pensé entonces que tenía que seguir viviendo y quise decírselo: “Os quiero muchísimo y no deseo nada que pudiera alejarme de vosotros pero ahora hay demasiado dolor cariño”.

También están mis amigas, nos contamos nuestras vivencias y nuestras cosas, nos reímos mucho y también lloramos y a veces nos abrazamos, que también es una forma de expresarse.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons