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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.18 no.1 Granada ene./mar. 2009

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

El “peixet”. La experiencia de parir en casa

The "peixet". The experience of giving birth at home

 

 

Ana Belén Rodríguez Feijóo1

1Diplomada en Enfermería. Miembro del Grupo de Investigación en Historia y Pensamiento Enfermero “Ágora” (GIHPEA). PAC Ourense, Ourense, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El relato biográfico que nos ocupa, se basa en la experiencia vivida por una pareja (Elia y Daniel) que quería vivir el parto de su primera hija (Illary) de la forma más natural posible, por eso decidieron que naciera en casa. Su acceso a instituciones o profesionales (matronas) que los ayudaran a realizar su deseo, fue relativamente fácil, al vivir en una comunidad autónoma (Cataluña) en la que la oferta con respecto al parto en casa es superior a otras comunidades, dentro de la escasez existente en tal ámbito. Tras informarse del proceso y de la oferta existente, se decidieron por una asociación especializada, de la que formaba parte la matrona que finalmente los atendió (se omiten nombres reales). El título dado a esta historia, el peixet (traducido al castellano significa el pececillo), se debe a ser este el apodo cariñoso dado por estos padres a su hija, al producirse el nacimiento en el agua. Su valoración final del parto es positiva, deseando repetirla, a pesar del coste económico y de la falta de apoyo y comprensión social.

Palabras clave: Embarazo, Parto natural, Domicilio, Padres, Recién nacido, Matrona, Humanización.


ABSTRACT

Interview that occupies to us, bases on experience lived by pair (Elia and Daniel) who wanted to live the childbirth of their first daughter (Illary) of the possible most natural form, for that reason decided that it was born at home. Their access to institutions or professionals (midwives) who helped them to make their desire, it was relatively easy to live in an autonomous community (Cataluña) in which the supply with respect to the childbirth at home is superior to other communities within the existing shortage in such scope. After inquiring into the process and the existing supply, they were decided by a specialized association, which was part or the midwife comprised that finally took care of them (real name are omitted). The title given to this history, peixet (translated the Castilian it means the small fish), is due to this being the affectionate nickname given by these parents to their daughter, when taking place the birth in the water. Their final valuation of the childbirth is positive, wishing to repeat it, in spite of the economic cost and of the lack of support and social understanding.

Key-words: Pregnancy, Natural childbirth, Home, Parents, Newborn, Midwife, Humanization.


 

Introducción

El parto es un proceso fisiológico propio de la mujer y por eso su organismo es capaz de hacerle frente, tal y como viene ocurriendo desde el inicio de la existencia humana. Sin embargo, desde hace unas décadas nos empeñamos en rodear el despertar a la vida de fármacos, técnicas, protocolos e instrumentalizaciones, que entran a formar parte del “pack” ofrecido por las instituciones sanitarias llamadas hospitales y que se complementan con la ausencia de decisión de los padres, la falta de respeto e intimidad.

Durante los últimos cien años, el parto ha sido separado paulatinamente de la comunidad, se ha convertido en un producto exclusivamente hospitalario, medicalizado y carente de humanización. Al cambiar el escenario de casa al hospital, se produjo un olvido tanto de las necesidades de los padres como de las del recién nacido.1

En los últimos años, organizaciones como la OMS, se han dado cuenta del gran alejamiento existente con respecto al proceso natural e instan a los países a devolver el parto a la mujer y a su familia.2 El Ministerio de Sanidad y Consumo Español se aúna a la iniciativa mediante la aprobación el 10 de octubre del 2007 de la Estrategia de atención al parto normal del SNS,3 mediante la cual trata de favorecer la humanización en la atención del parto y situarlo lo más próximo posible a su dimensión fisiológica; por otra parte la SEGO (Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología) declara: “La atención al parto se debe de realizar bajo el concepto general de que el nacimiento es un proceso fisiológico, en el que sólo se debe intervenir para corregir desviaciones de la normalidad”.4 Sin embargo, hoy por hoy, en España, aún son muy pocos los hospitales que ofertan a las mujeres la posibilidad de vivir su parto.

Si nos consideramos optimistas, podemos pensar que la humanización del parto en el hospital puede ser el primer paso para un cambio de mentalidad, tanto de la sociedad como de los profesionales sanitarios, sobre la idoneidad de que los embarazos de bajo riesgo opten a partos planificados en casa o en centros alternativos para tal fin, cuando el domicilio no albergue unas mínimas condiciones para la atención segura de la madre y del recién nacido. Para nuestra sanidad pública, esta opción es una utopía, e incluso se ve como “una locura”, a pesar de que países como Reino Unido, Holanda, Alemania, Suecia, Dinamarca, Australia, Méjico y otros países de Norteamérica, ofrecen a las madres la opción de elegir entre dar a luz en un hospital, en su domicilio o en casas de partos, obteniendo resultados satisfactorios tanto para los padres como para la administración pública. Así tenemos que en Holanda, aproximadamente el 40% de los nacimientos reciben asistencia domiciliaria, y en Alemania existen más de un centenar de casas de partos gestionadas por comadronas.5

En España, en los últimos 10 años, los partos atendidos en domicilio representan el 0,37% de la totalidad. Cataluña, en 1996, presentaba la media más elevada, con un 0,64% (351 partos), variando mínimamente las cifras en los últimos años.6 La escasa información existente, el temor a imprevistos que puedan poner en peligro la salud de madre o hijo, la dificultad para encontrar matronas que atiendan a domicilio y el coste del proceso, son causas de que parir en casa se quede sólo en un proyecto inacabado. Las parejas que deciden que su hijo nazca en casa, se ven obligadas a dirigirse a matronas o centros privados que oferten este tipo de atención, siendo hoy en día aún escasos, por lo que su acceso no es equiparable a todo el ámbito geográfico español. Además esto supone un gasto que no todas las familias pueden afrontar.

La desinformación que rodea a esta modalidad de parto contribuye a la ausencia de aceptación social. Por otra parte, la presencia arraigada en los profesionales sanitarios (ginecólogos y matronas principalmente) de unos cánones de actuación que no contemplan la posibilidad de dar a luz fuera del hospital, contribuye a que las madres ni se planteen vivir su parto de la forma más natural posible.

La seguridad ofrecida por los nacimientos en domicilio aún está en controversia, los estudios existentes sobre el tema son escasos, la Cochrane realizó una revisión7 en la que sólo encontró un ensayo clínico aleatorio controlado (Dowswell y Col. 1996),8 que no fue suficiente (dado el pequeño tamaño de la muestra) para inclinar la balanza hacia el parto programado de embarazadas de bajo riesgo en el hospital o en el domicilio, si bien es cierto que los resultados obtenidos no se contraponen con estudios observacionales como los realizados por Olsen en 19959 y 1997,10 que concluyen que el nacimiento planificado en el domicilio constituye una alternativa y refleja un menor intervencionismo con respecto al hospital.

El parto en casa permite que fluyan todas las condiciones necesarias para permitir que los futuros padres vivan activamente un momento tan importante en sus vidas. En casa están presentes:

-La intimidad.

-La seguridad proporcionada por un ambiente que la mujer controla y por un profesional (la matrona) que aporta la confianza de saber dirigir un proceso natural y sus imprevistos.

-Apoyo emocional y acompañamiento11 constante.

-Libertad de expresión, de movimientos y de postura.12

-Aprovechamiento de medios naturales para abordar el dolor, como las propias endorfinas liberadas, masajes, baño caliente, cambios de postura.

-Ausencia de límites de tiempo para recibir e intimar con el bebé.

-Mínimo uso de intervenciones agresivas (episiotomía, fórceps, analgésicos, oxitocina).

El parto es un proceso cuyo transcurso va a depender no sólo de unos factores somáticos, los factores psicológicos también tienen un peso muy importante, viéndose influidos por circunstancias tales como la información recibida, las experiencias previas y personalidad de la madre, el apoyo prestado y el contexto socioeconómico.

Elia y Daniel son una joven pareja catalana, con nivel de estudios superiores. En el momento de conocer su embarazo, ambos tenían vida profesional activa, aunque de forma temporal, poseen vivienda en régimen de alquiler y por la ubicación de su residencia tienen acceso próximo a hospitales y otros servicios sanitarios relacionados con la maternidad. El motivo de su elección para esta entrevista, se basó fundamentalmente en el conocimiento a nivel personal de su vivencia. La entrevista fue realizada a la madre, con presencia ocasional (sin intervención) de padre e hija, tras seis meses del nacimiento de esta última.

 

Bibliografía

1. Chamberlain R. La maravilla del vínculo afectivo. El mundo de la maternidad, Tenerife Ed. Ob Stare, 2002.        [ Links ]

2. Grupo Técnico de Trabajo OMS. Cuidados en el parto normal: una guía práctica. Biblioteca Lascasas 2005; 1. Disponible en: <http://www.index-f.com/lascasas/documentos/lc0063.php> [Consultado el 4 de abril del 2008].        [ Links ]

3. Ministerio de Sanidad y Consumo. Estrategia de atención al parto normal en el sistema nacional de Salud. Sanidad, noviembre 2007. Disponible en http://www.msc.es/ca/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/estrategia.PartoEnero2008.pdf [Consultado el 30 de marzo del 2008].        [ Links ]

4. SEGO. Recomendaciones sobre la asistencia al parto. Julio 2007. Disponible en: http://www.sego.es [Consultado en 30 de marzo del 2008].        [ Links ]

5. Donallum, Associació Catalana per un Part Respectat. Semana mundial por el parto respetado. Disponible en: http://www.elpartesnostre.org/index.php?option=com_content&task=view&id=58&Itemid=47 [Consultado el 8 de abril del 2008].        [ Links ]

6. De la Torre Palomo MT. Proyecto de Gestión. Organización de un sistema público de Atención al parto domiciliario en el Área de Gestión Sanitaria Norte de Málaga. II experto universitario de Gestión de Cuidados. Escuela Andaluza de Salud Pública. Noviembre 2006. Disponible en: http://www.nacerencasa.org/bibliografia/sistema publico parto domiciliario.pdf [Consultado el 8 de abril del 2008].        [ Links ]

7. Olsen O, Jewell MD. El nacimiento en casa frente al nacimiento en el hospital (Revisión Cochrane traducida). Biblioteca Cochrane Plus 2007, nº4. Oxford: update software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com [Consultado el 30 de marzo del 2008].        [ Links ]

8. Dowswell T, Thornton JG, Hewison J, Lilford RJL. Measuring outcomes other than safety is feasible. British Medical Journal 1996; 312: 753.        [ Links ]

9. Olsen O. Are home births the future? Tidsskrift for Jordemodre 1995; 105:8-13.        [ Links ]

10. Olsen O. Meta-analysis of the safety of home birth. Birth, 1997; 24(1):4-13.        [ Links ]

11. Rangel Flores YY. Influencia del acompañamiento sobre la percepción del dolor durante el trabajo de parto. Desarrollo Científico de Enfermería, 2005 abril;13(3):79-81. Disponible en: http://www.index-f.com/dce/13pdf/13-79.pdf [Consultado el 5 de abril del 2008].        [ Links ]

12. Gupta JK, Hofmeyr GJ. Posición de la mujer durante el período expulsivo del trabajo de parto (Revisión Cochrane traducida). En: Biblioteca Cochrane Plus, 2008 Número 1. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com (Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 1. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.). [Consultado el 5 de abril del 2008].        [ Links ]

 

RELATO BIOGRÁFICO

LA DECISIÓN. Lo del parto natural en casa lo conocíamos desde ya hacía unos años, que yo ya había visto que había partos naturales en casa aquí en Barcelona, entonces ya estaba interesada, me llamaba la atención, ¿no?, porque como que siempre lo que no me gustaba de los partos en los hospitales es la sensación que me habían transmitido de que tratas a la embarazada y al bebé que nace como si fuese más una enfermedad que no un parto, por lo que yo había vivido con amigas o familia que habían tenido un bebé; entonces, yo vi esto de los partos naturales por primera vez hacía unos cuatro años, en el parque de la Ciudadela de Barcelona, en un festival del día de la tierra, hay diferentes organizaciones, y había un stand de una asociación de aquí de Barcelona, y allí tienen fotos e información de partos y me pareció tan interesante que la consideré como alternativa. Siempre estaba un poco pendiente de documentales que habían pasado por la tele y, bueno, el Dani igual, era idea de los dos, como que nos gustaba la idea de tenerlo en casa, que puedes tener al bebé tranquilamente en tu casa sin tener que estar hospitalizado, por lo que es el protocolo de un hospital, por los medicamentos, bueno, la oxitocina sintética que te ponen, el trato que te dan, y aparte también eso, porque para mí va a ser un momento superespecial de una persona, el momento de nacer como que siempre es algo muy especial para ti, para tu pareja, para la gente que pueda asistir o que esté ahí, y en cambio un hospital era como que siempre lo veía muy frío ¿no?, por lo que siempre ha sido un hospital, que es para enfermos, y la sensación del quirófano donde nacen, la frialdad de las salas [hace una pausa, reflexiona], pero sobre todo la movida esta de que a la mínima que hay cualquier riesgo, que a lo mejor no es un riesgo real [aclara], pues enseguida medicalizan a la embarazada, a la mínima hacen para que sea una cesárea, después que el padre no pueda estar también muchas veces.

Cuando nos enteramos que estamos embarazados, a la segunda semana ya fuimos a buscar información a diferentes asociaciones. Cuando yo estaba de cinco meses o así, fuimos a una charla, y ahí nos convenció totalmente [María, la comadrona elegida], porque la tía es superbuena profesional, muy maja, muy natural, además de que llevaba un montón de años de experiencia, ella había trabajado como siete años en hospitales de comadrona y luego llevaba seis o siete, los mismos, haciendo partos naturales en casa.

Estuvimos yendo a un curso de preparto durante el embarazo, que era un curso más de hablar con la gente que compartía lo del parto natural, también hacíamos ejercicios físicos, para trabajar todo lo que es suelo pélvico y la musculatura del periné.

Lo negativo del parto natural en casa es que económicamente lo tienes que pagar, es privado; el precio que pagas nos incluía desde la semana 37: 24 horas de guardia por lo que te pueda pasar, controles físicos semanales, el parto y durante toda la cuarentena las visitas y seguimiento. También te hacen una visita a tu casa, para ver cómo está la situación, te exigen que haya un hospital relativamente cerca.

LA REACCIÓN DE FAMILIA Y AMIGOS. La reacción de la familia y los amigos al decirles que el bebé nacería en casa fue fatal, en general. A los amigos se lo dijimos enseguida; con los más cercanos, que lo iban viviendo desde el principio con nosotros, pues bueno, bien, porque ellos te conocen, ven como eres y vas compartiéndolo poco a poco; con la gente que se lo decías más de golpe, la primera reacción siempre todo el mundo es “estáis locos, qué vais a hacer, sois unos irresponsables”.

Jamás dudamos, yo es que lo tenía clarísimo, y al revés, cuanto más me informaba de todo, más claro lo tenía, yo siempre estaba muy segura porque pensaba, que bueno, que a la mínima que hubiese cualquier problema parases y para el hospital.

Mis padres al principio se lo tomaron mal, por eso, porque lo que les pasa es que tienen miedo, que piensan que en casa, tú no vas a ser capaz, primero tú, como mujer, no vas a ser capaz de parir, cuando es algo que hacen la mayoría de las mujeres del mundo, y después eso, el miedo que se tiene o la mala información que tienen, que parece que en los hospitales estemos salvados.

LOS PREPARATIVOS. Te pedían [la comadrona]que tuvieses: 2 o 3 palanganas para recoger las aguas y ver si son limpias o no; infusiones, pedía tener cola de caballo, teca y tomillo, porque de esto se hace una infusión, justo la noche esa, el momento en que rompes aguas, haces como una olla entera de infusión que es desinfectante y luego es con lo que te limpias constantemente, para hacer la cura y luego yo ya durante toda la cuarentena, cada vez que iba al baño usaba una botellita con esta infusión para ir limpiándome, también otras hierbas que estaba tomando desde la semana de antes para tonificar la musculatura de aquí abajo [señala zona suprapúbica]; también pedían empapadores, plásticos de estos transparentes para poner debajo de la cama para preservar, toallas…

Ese día, yo había comprado hacía unas semanas unas velas para ambientar la casa para poner una luz agradable durante el momento de las contracciones y así estar un poco cómodos ¿no?, porque también quería que el momento ese fuese mágico, tuve la suerte de que como salió todo bien pudo ser mágico.

EL PARTO. Rompí aguas a las diez de la noche del viernes 8 de diciembre, a la 41 semana y 6 días, inolvidable. Esa tarde había estado una amiga en casa con su niña y entonces nos fuimos a acompañarla al bus y al volver estaba teniendo unas contracciones fuertes, al llegar a casa, automáticamente, abro la puerta y me fui directa a encender las velas, total, que puse las velas y me puse a hacer un bizcocho, que yo nunca había hecho bizcocho [se ríe], cuando el bizcocho se acabó, me siento en el sofá, con las piernas cruzadas, en plan de india y llevaba así un minuto sentada y siento ¡crack! y era que había roto aguas, en eso mismo, a por la palangana, me pongo la palangana y las aguas salieron con mucha sangre, a mi me habían dicho: “ lo importante es que las aguas sean claras, que no estén de color verde, igual hay un poquito de rosa de haber roto la membrana, de lo que sea, pero en las aguas estas había mucha sangre, para mí todo era sangre, me puse nerviosa, porque dije ¿qué pasa? y llamamos corriendo a María y la contamos y a los 15 minutos ella vino a casa; cuando ella llegó, vio la palangana y dice “hombre, si estas aguas son superclaras y transparentes”, y yo me quedé mirando y digo pero ¿qué dices? y es que la sangre se había quedado acumulada en el centro, en el medio del barreño y las aguas estaban totalmente claras y transparentes alrededor, o sea, que igual, que había sido que al romperse la membrana se había roto alguna arteria de esas finas, que creo que hay un montón y entonces salió bastante sangre.

María vio que todo estaba bien, yo no tenía ningún tipo de contracción ni nada, entonces se fue a su casa y me dijo: “cuando tengas contracciones cada 5 o 4 minutos me llamas”. Entonces yo ahí llamé a mi hermana, porque mi hermana Sira se venía a parir con nosotros, al parto, la llamamos, al rato vino, ahí preparamos un poco de comida, estuvimos cenando, con unos ataques de risa bestiales, entre los nervios de todos, nos cogió unos ataques de risa alucinantes. Luego ya relajada, me estiré en el sofá, estuve ahí ya tranquila, relajada y a partir de las dos y cuarto empecé a sentir como unas contracciones abajo, como los dolores de regla más leves, al principio yo tuve esas contracciones bastante espaciadas.

A las cinco de la mañana o así, a partir de ahí se empezaron a hacer con menos interespaciado, más cortas y cada vez más fuertes, pero yo entre las contracciones me quedé muy bien, yo en cada contracción respiraba súper bien, me había ido a tumbar a la cama, estábamos allí los dos, el Dani con cada contracción me daba un masaje en la espalda, su ayuda, o sea, que él estuviese ahí, fundamental.

Sobre las seis y pico de la mañana, ya empecé a tener contracciones cada 4-5 minutos, que fue cuando Dani la llamó [a la comadrona], y todo iba en plan perfecto, rápido, yo estaba como en un globo, como si estuviese mareada, ida, metida en un globo, yo también había entendido que cuanto más estuvieses en el globo mejor, por que más utilizas la parte primitiva de tu ser, menos reaccionante estás, cuantas menos molestias, más facilitas la segregación de hormonas que te preparan para el parto, que estas hormonas lo que hacen es doparte, entonces como no sientes tanto dolor, estás en tu rollo, estás viviendo lo que a tu cuerpo le pasa, no estás muy pendiente de lo que pasa fuera, por eso también el ambiente de la casa era de mucho silencio, con poca luz, muy agradable.

Entonces llegó María y me hizo el único tacto vaginal que me hizo durante todo el momento del parto y del preparto, con el tacto me hizo un poquito de daño, al rato de eso fue cuando vomité, es que me sentó como un poco mal el tacto, me imagino que me sentí como invadida, entonces al vomitar salí del globo, y de golpe las contracciones empezaron a ser menos dolorosas y mucho más espaciadas. Estuve tres horas así, hasta tal punto que entre contracción y contracción me dormía, todo se había como parado un poco. Sobre las once volví a tener otra vez contracciones más seguidas, cada 2-3 minutos; eran casi las doce del mediodía, María nos había traído una piscina especial para partos, yo durante las contracciones, todo el rato, les pedía el meterme en la piscina porque me apetecía un montón para poderme relajar de los dolores, ¿qué pasa?, que como se me paró, María dijo que mejor no me metiese en la piscina hasta que no volviese a tener contracciones cada 2-3 minutos porque eso acentuaría todavía más el parón que tuve, y ahí cuando por fin tenía contracciones cada 2-3 minutos entonces me metí en la piscina, con el agua calentita, al meterme fue un relajo, se estaba genial, y justo me acababa de meter en la piscina y se apareció una contracción, María me dijo: “bueno, relájate, te veo un poco tensa, bla, bla, bla”, y bueno, me relajé y al toque empezó el expulsivo, empezaron las contracciones cada minuto y muy dolorosas, yo volvía a estar un poco englobada, así, dopada, entonces ahí en la piscina, cada vez las contracciones eran superfuertes y algo que hasta ese momento nunca supe es que cuando te duele, te duele mucho pero en el momento en que empieza a dolerte sabes que se va a acabar, pero en el momento en que se acaba sabes que te va a venir otra [se ríe], entonces ya no era aquello de que con la contracción yo podía tranquilizarme y relajarme, lo único que yo necesitaba hacer era gemir, gemía como si fuese un animal, porque te sale, yo pensaba después, es que me volví un animal, en ese momento, que es el momento, que claro, cuando te ponen la epidural no lo puedes vivir, que vale, que te evitas todos los dolores, pero bueno, la sensación del momento absoluto de haberlo vivido [se queda pensativa sonriendo]. Yo tenía la sensación de que no había dilatado del todo y de que no podía dilatar, entonces pensaba que se me iba a reventar toda la parte de abajo y no iba a salir la bebita, bueno, y ahí empezó a coronar, María lo único que hacía era estar ahí y de vez en cuando insistirme en las contracciones. Cuando la niña coronó, luego en el siguiente pujo salió la cabeza entera, y se quedó, hasta la siguiente contracción pasó mucho rato, no me venía contracción, entonces la María en un momento me dio ahí toda una parrafada, de que tenía que empujar, entonces la primera contracción que me vino hizo un pujo tan fuerte que la niña sale de golpe con los dos hombros, ahí tuve un pequeño desgarro (me tuvieron que dar cuatro puntos), salió la niña, genial, maravilloso, todo muy guay, perfecta, estornudó, luego iba estornudando de vez en cuando y bueno ahí ya todo genial, yo estaba hecha polvo; entonces al rato, vuelvo a notar una contracción, ah!, yo ya no me acordaba que tenía que expulsar la placenta [se ríe], afortunadamente fue una contracción y ya salió.

El cordón umbilical lo cortó el Dani, apuraron hasta que se muriese por si solo, por que eso es una de las cosas que en los hospitales no suelen hacer y es muy importante para el bebé, que todo lo que hay en el cordón umbilical vaya al bebé antes de cortarlo, lo mejor es cortarlo en el momento en que deja de latir, por que el cordón umbilical late, late al compás del bebé.

Cuando empecé a expulsar la placenta, a la bebita se la puso el Dani en el pecho.

Al incorporarme y ponerme de pie para ya salir del agua, tuve una pérdida de sangre, entonces María empezó a apretarme la barriga y se cortó la hemorragia, era súper blanda y en el momento que me apretó se puso toda superdura, se contrajo y al contraerse la matriz hace parar la hemorragia. Me llevaron a la cama y me llevaron a la bebita [se queda pensativa como disfrutando del recuerdo], cuando la vi, una pasada, es que fue todo súper mágico y súper emocionante, es que desde que nació hasta que cortaron el cordón y salimos, estuvimos todos llorando, súper emotivo.

CONCLUSIÓN. En el momento en que tenga cualquier hijo, paro en casa, lo tengo clarísimo. Encantada con la comadrona, fantástica, encantada con el centro de salud familiar donde ella trabaja, encantada de haber vivido esta experiencia con ella, con el Dani (pareja) y con mi hermana, de haber parido los tres juntos en casa.

El momento de parir es pura naturaleza, cómo la naturaleza te da fuerza, en ese momento en el que ella sale. Fue muy fuerte, por eso al tener esa experiencia pienso “qué bien haberlo vivido así y no haberme perdido esto si lo hubiese tenido en un hospital”, qué pena que por parir en el hospital la gente se pierda eso, quienquiera, por que me parece perfecto que la gente quiera asistirse en el hospital y tenga la conciencia, pero que por lo menos estés informado y que sepas, que es lo que me parece realmente importante, que la gente un poco sepa lo que pasa, lo que va a ser y que la gente tenga conciencia.

 

 

Dirección para correspondencia:
Rúa do Ensino 11-3ºD,
32890 A Valenzá (Barbadás) Ourense, España
carana2@wanadoo.es

Manuscrito recibido el 4.09.2008
Manuscrito aceptado el 23.12.2008

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