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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.19 n.2-3 Granada Apr./Sep. 2010

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

Sobre los saberes culturales y el fenómeno "sentirse bien-sentirse mal"

On cultural knowledge and the phenomenon "feel good-fell bad"

 

 

Virtudes Rodero Sánchez, Carme Vives Relats, Sagrario Acebedo Urdiales, Carme Ferré Grau1

1Departamento de Enfermería, Universidad Rovira i Virgili. Tarragona, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El objetivo del presente estudio es identificar los saberes culturales inmersos en el fenómeno "sentirse-bien, sentirse mal", en diferentes situaciones de cuidado. Se elaboró un estudio cualitativo con un enfoque fenomenológico interpretativo, mediante el análisis de 18 narrativas a partir de entrevistas en profundidad realizadas por alumnas del Máster en Ciencias de la Enfermería en diferentes contextos de cuidados. Las categorías identificadas fueron: (1) Cronicidad y concepto de sentirse bien-sentirse mal. En la cronicidad este concepto está íntimamente relacionado con la recuperación de las actividades de la vida diaria y es componente importante en la percepción individual del concepto "calidad de vida". (2) Momentos agudos de enfermedad y concepto de sentirse bien-sentirse mal. En el análisis de los relatos del paciente aparecieron aspectos esenciales del fenómeno "sentirse bien-sentirse mal" para aumentar la comprensión de aspectos universales de algunos de sus componentes. Destacar que el fenómeno está íntimamente relacionado con la recuperación de las actividades de la vida diaria, y es un mediador importante en la percepción individual del concepto "calidad de vida". El interés de cara al cuidado es distinguir sus componentes universales, contextualizarlos en la práctica, dentro de las singularidades que presenta cada persona, de modo que nos permita su potenciación. El resultado es un cambio en la experiencia sentida.

Palabras clave: Saberes culturales, Concepto sentirse bien-sentirse mal, Narrativas, Práctica enfermera.


ABSTRACT

The object of the present study is to identify cultural knowledges immersed in the feeling-well, feeling-bad phenomenon in different care settings. A qualitative study was undertaken using a phenomenological interpretation approach through a meta-analysis of 18 narratives of profound interviews undertaken by Nursing Science Master Degree Students in different care situations. The categories established were: (1) Chronicity and the concept of feeling well-feeling bad. In this category, this concept is closely related to the recovery of the daily living activities which is a very important issue in the individual's perception of the concept "quality of life". (2) Moments in acute illness and the concept of feeling well-feeling bad. Essential aspects related to the feeling well-feeling bad phenomenon came up when analysis of the patients' tales was performed, increasing the comprehension of universal aspects that can be put into context without forgetting the singularities of each person.

Key words: Cultural knowledges, Feeling well-feeling bad concept, Narratives, Nursing practice.


 

Introducción

Nos planteamos este trabajo como la exploración de los saberes culturales que son tácitos al fenómeno "sentirse bien-sentirse mal" en experiencias de salud-enfermedad. Este fenómeno forma parte del transcurrir de la vida cotidiana, del día a día, y se manifiesta como una percepción satisfactoria o insatisfactoria de nuestra cotidianidad, al mismo tiempo va conformando un aspecto significativo del mundo vivido, sentido como calidad de vida.

El objetivo de este estudio es explorar el fenómeno "sentirse bien-sentirse mal" en las experiencias de la vida cotidiana. Partimos de la idea de que la pregunta ¿qué aspectos de la vida te hacen sentir bien o mal? nos va a permitir la aproximación a los aspectos esenciales que se muestran en el fenómeno. Su comprensión nos permitirá contar con un mayor conocimiento de sus aspectos universales y en la práctica enfermera contextualizarlos dentro de las singularidades que presenta cada persona, el resultado es un cambio en la experiencia sentida.

Cuando los seres humanos nos preguntamos sobre que cosas nos hacen sentir bien o mal, nos estamos preguntando qué es aquello que puede llenar nuestra vida, que nos hace evolucionar, que la dota de valor, o por el contrario qué es aquello que nos produce malestar, vacío, tristeza profunda o sencillamente nos sitúa en lo que a nivel cotidiano llamamos "ir tirando". La pregunta ¿cómo estás? forma parte del vocabulario colectivo como fenómeno en las prácticas y saberes culturales. Sin embargo, a pesar de lo corriente de la pregunta no es frecuente contestar de manera clara y consciente, y cuando esto ocurre nos puede colocar en un estado de ambigüedad e incertidumbre. No es sencillo discriminar lo básico, separar lo esencial de lo superfluo, lo que es simple deseo, y se nos vuelve una pregunta demasiado profunda para lo que es posible responder.

Hemos de resaltar que las cosas, situaciones, personas, que nos hacen sentir bien-sentirse mal, están influidos por el contexto cultural, social, político, por las experiencias pasadas, el nivel de conocimientos o los sistemas de creencias de cada persona.1 Por lo tanto es una pregunta personal e intransferible, lo que a unas personas hacen sentirse bien o mal puede que no sea nada importante en el contexto de la otra. Además no es solo diferente por que cada persona es distinta, sino que en el transcurso de la vida nos damos cuenta que nuestra percepción de lo que nos hace sentir bien o mal también va cambiando significativamente con la evolución personal.

Así el fenómeno sentirse bien-sentirse mal, es un proceso, que se va modificando en función de nuestras experiencias, de lo que nos rodea, de lo que nos pasa, de nuestras decisiones, de lo que hacemos y de lo que somos, y del momento que estamos viviendo. La búsqueda de satisfacción podemos considerarla como un "afrontamiento creativo" en el mantenimiento de la salud y la calidad de vida. Cuando las personas son capaces de dar un sentido positivo a las situaciones que perciben como dolorosas, estresantes, o que nos hacen sentir mal o cuando son capaces de introducir elementos de satisfacción en el transcurrir de la cotidianidad aumenta el tono vital y se relativiza la perspectiva de los problemas vividos.2

 

Metodología

Para este estudio se ha utilizado metodología cualitativa con enfoque fenomenológico interpretativo.3 Este enfoque nos va a permitir conocer las experiencia "sentirse bien-sentirse mal" según la viven las personas. Se ha realizado un análisis de 18 narrativas realizadas por alumnas de Máster en Ciencias de la Enfermería. Estos relatos han sido seleccionados entre 30 entrevistas realizadas a pacientes o familiares por las enfermeras informantes. Las entrevistas fueron realizadas en el contexto de trabajo de las enfermeras en unidades de hospitalización o consultas de atención primaria. Los relatos fueron seleccionados a partir del análisis interpretativo y la adecuación del relato al fenómeno a estudio.

La pregunta orientadora ha sido ¿Me podría contar cuáles son las cosas que le hacen sentir bien o mal en este momento de su vida? En cada relato se han analizado las dimensiones y significados asociados a la experiencia vivida del fenómeno "sentirse bien-sentirse mal". Para la interpretación y comprensión del fenómeno de estudio se ha utilizado la triangulación de fuentes e investigadores. Se ha tenido en cuenta como criterio ético el consentimiento de los informantes.

 

Resultados-discusión

Una vez realizada la trascripción de las entrevistas se identifican las situaciones de vida y los temas que emergen que nos han permitido comprender los aspectos esenciales del fenómeno "sentirse-bien, sentirse mal", así como relacionarlos con el significado que las personas dan a sus vivencias en el momento presente. También hemos identificado las reflexiones que las enfermeras hacen sobre sus propios sentimientos, este aspecto lo consideramos clave porque según plantea Benner es la emoción la que permite a la enfermera la conexión con el sentir del otro.

1. Cronicidad y concepto "sentirse bien-sentirse mal". Cuando la enfermedad es crónica y produce alteraciones permanentes en la vida de las personas, el concepto "sentirse bien-mal" esta íntimamente relacionado con la recuperación de las actividades de la vida diaria y constituye un componente importante en la percepción individual del concepto "calidad de vida".4 En el relato de los pacientes aparecen como elementos definitorios de "sentirse bien" el poder subir las escaleras, dormir cuatro horas seguidas, ponerse los zapatos y recuperar aspectos de la vida cotidiana que gustan: pasear, leer y jugar con los nietos, ir a la consulta programada, reírse de un chiste, los libros de lectura. Actividades que debido al dolor o inmovilidad, algunos días no pueden realizar.

El flujo de la vida de estas personas es una continua transición entre sentirse bien-mal. Cuando están mal, por ejemplo por el dolor, éste lo llena todo, cuando se sienten bien son muy conscientes de lo que recuperan y del valor que le dan a las actividades de la vida. Se percibe también en estas personas la conciencia de la alternancia al haber asumido el saber cultural de lo que significa tener una enfermedad crónica. Este bregar, a veces inconsciente o no expresado, interrogándose por como será la siguiente recaída, crea incertidumbre que está presente en el momento de sentirse bien.

Otro aspecto a tener en cuenta y que aparece en los relatos, son los familiares que se ven ante el momento de tomar una decisión dolorosa, les hace sentir bien el hecho de que su familiar no va a sufrir más y haber cumplido la voluntad de éstos, "el tema de la sedación ya lo había hablado con mi mujer, siempre me decía que no quería sufrir, que cuando llegara el momento se la pusieran".

La relación y el contacto con los demás también aparece en el relato como otro de los elementos definitorios del sentirse bien: "Cuando te sientes comprendido", "acompañado", "cuando hay una proximidad de contacto". Ante una relación positiva dicen sentir un cambio en su actitud vital, que puede ser motivador para adherirse al tratamiento y vencer con más energías las dificultades diarias planteadas por la enfermedad. Un saber cultural en este sentido lo encontramos en la compañía que de manera natural y altruista ofrecen los vecinos, amigos o familiares en, por ejemplo, "voy a visitar o hacer compañía a…". También las enfermeras expertas saben cuándo y en qué momento han de hacer una visita domiciliaria o llamar por teléfono, aunque no esté programado.5 Vemos aquí como la solidaridad y la compasión mueven actos de presencia terapéuticos.

Como elemento de "sentirse mal" en los casos de enfermedades crónicas o mentales aparece en los relatos la percepción de desconfianza de las personas del entorno a la comprensión/aceptación de la "enfermedad/vida": "la gente no confía en mi por mi enfermedad", "tengo que hacer cosas en solitario, nadie quiere jugar conmigo", "no me escuchan". Este percibir el cansancio de los demás crea una percepción de ser una carga para la familia, de estar solo, que hace que la persona se aísle, se cierre en su mundo con desenlaces de tristeza profunda, baja autoestima y abandono. También pueden aparecen sentimientos de vergüenza, ira y frustración cuando interpretan que no les hacen caso, que pueden proyectar con victimismo en el otro "no, si ya sé que la culpa la tengo yo". El saber enfermero está creando y movilizando prácticas que generan hábitos saludables y que al mismo tiempo fomentan la socialización, estructuran el tiempo, distraen, alegran la vida y dan sentido de superación. Encontramos aquí los programas de caminata, la arteterapia, los grupos de apoyo y algunas ideas muy incipientes como la introducción del juego entre las actividades de la vida.

En personas que a partir de una lesión como un IAM tienen que cambiar sus hábitos de vida, aparece el sentimiento de pérdida por todas las cosas que la modificación en el estilo de vida les exige y aparecen sentimientos de culpa ante costumbres que relacionan con la enfermedad: "es duro que de la noche a la mañana te cambie tanto la vida", "hacía las cosas como todos, sin pensar en nada, ahora cada mañana pienso que tengo que cuidarme". La enfermera se mueve aquí en los saberes relacionados con las transiciones hacia otras formas de vida, ayudarles a elaborar los duelos, a hacer balances sobre lo positivo y negativo en este proceso de cambio y a construir otros motivos de satisfacción.6

Otro aspecto significativo que relatan es cuando el familiar tiene que tomar la decisión de desconectar o aplicar sedación a un ser querido y su percepción de soledad en esos momentos. "Aunque lo había hablado con mi mujer, siempre se tiene esperanza", "a veces me siento culpable de su muerte", "decidir morir ¿cuándo es el momento?". Es importante el soporte de otras personas significativas para ayudar a la toma de decisiones y compartir diferentes visiones de la situación, pueden dar seguridad a la persona en la toma de la decisión y así evitar o desvanecer el sentimiento de culpa.

2. Narrativas realizadas en un momento agudo de la enfermedad y concepto "sentirse bien-sentirse mal". En los momentos agudos la preocupación por la enfermedad y su repercusión en ellos mismos y su entorno familiar es central en todos los relatos. Las personas relacionan el sentirse bien con tener a la familia cerca, verla unida; en el caso de las mujeres aparece como importante saber que están atendidos el marido y los hijos; sentir que el personal sanitario conoce y están pendientes de su situación; las visitas de familiares y amigos se muestran como un motivo de distracción que les ayuda a olvidarse por un tiempo de su preocupación; un aspecto transversal de bienestar es la comida preparada que les trae la familia de casa.

Una enfermera que está ingresada relata la apreciación de sentirse bien cuidada por las compañeras de trabajo, las visitas de sus compañeras de unidad que la mantenían al corriente de las novedades del servicio. En un relato se valora el papel de la señora de la limpieza: "me daba conversación y me reía mucho, lo que me hacía pasar ratos tan agradables que a veces se me olvidaba por qué estaba allí". Emerge aquí el saber cultural de la distracción y sobre todo del humor como un acto terapéutico que alivia la preocupación y el sufrimiento. Una mujer relata que su hijo nació muerto, y los cuidados ofrecidos por las enfermeras que le ayudaron a sentirse bien, fue poder ver al bebé, tenerlo en sus brazos, besarlo, decirle lo mucho que le quería y ponerle un nombre.7

Entre las situaciones que llevan a las personas a sentirse mal: modificar de un día para otro el ritmo y estilo de vida; sentimientos de culpabilidad por no hacer caso a la sintomatología como es el caso de una mujer que tuvo un bebé que nació muerto, "me siento culpable de no identificar los síntomas del día anterior"; vulnerabilidad ante la desconfianza en el equipo sanitario o miedo a ser engañados, a que se les esconda información, como se muestra en el estar pendiente de los rasgos de comunicación verbal-no verbal de los profesionales, o el control sobre la relación de la enfermera con otros pacientes y familias para poder elaborar un criterio sobre cuál es la atención que él recibe.

También se observa con desconfianza e incertidumbre la rotación de personal cuando señalan que los nuevos profesionales no conocen su proceso de enfermedad y si aparece una situación de urgencia manifiestan sus dudas con respecto a la continuidad de los cuidados: "una cosa que me hizo sentir mal es que al ser ingresado con tantos días festivos, cada día venía a verme alguien diferente… y que cuando preguntaba si podía tomar el tratamiento que llevaba para el corazón, algunos decían que no de momento y otros que esto lo debía consultar con el cardiólogo".

 

Conclusiones

Si bien las personas contextualizan su percepción del "sentirse bien-sentirse mal" en el momento presente y en relación a la situación que viven, sus prácticas están basadas en saberes culturales como sentirse mimados por la familia, acompañados por los amigos, ser visitados por los vecinos, compañeras de trabajo. Es significativo el papel que las señoras de la limpieza tienen en los relatos relacionados con el hecho de sentirse bien, que muestra como el saber cultural de la manera natural de hablar facilita la conexión que junto al sentido del humor, sencillez y espontaneidad se traduce en un acto terapéutico que ayuda a alejarse de sus preocupaciones.

En la enfermedad crónica observamos un cambio de valores como saber cultural, la persona recupera el significado positivo de aspectos básicos de la vida cotidiana que pasaban desapercibidos antes del proceso de enfermar y que el dolor interfiriera en sus vidas. Aparece como importante una recuperación de planes de futuro a corto plazo, como poder asistir a una celebración, poder salir con las amistades, disfrutar de una buena comida.

En procesos agudos en entornos hospitalarios, el proceso patológico tiende a llenarlo todo, ocupa la mente del paciente, sus sentimientos, pensamientos y acciones. Los saberes culturales que hacen sentir bien tienen que ver con la presencia de familiares8 y amigos que procuran seguridad, distracción y conexión con su mundo como sucede cuando la familia le trae comida de casa. Entre los saberes culturales en relación al fenómeno sentirse mal podemos citar la culpa como un saber cultural transversal en personas con procesos agudos y crónicos, sobre todo relacionada con el hecho de haber desencadenado la enfermedad por hábitos y comportamientos no saludables. En relación al saber enfermero podemos concluir que los relatos permiten tomar conciencia de los aspectos asociados al fenómeno y nos dan la posibilidad de comprender a las personas teniendo en cuenta las necesidades sentidas y las expresadas.

Cuando en la escucha del relato la persona percibe presencia verdadera, sin esquivar preguntas, dando valor a lo que les preocupa o compartiendo sentimientos y vivencias, se establece un campo fenomenológico único9 que facilita a la enfermera la toma de conciencia y reflexión sobre sus propios sentimientos ante la enfermedad, la muerte, el sentido de la vida y le permite crecer y desarrollarse como persona y como profesional.10

 

Bibliografía

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Dirección para correspondencia:
Virtudes Rodero Sánchez.
Escuela de Enfermería.
Universidad Rovira i Virgili. Campus Catalunya.
Av. Catalunya no35,
43002 Tarragona, España
virtudes.rodero@urv.ca

Manuscrito recibido el 23.11.2009
Manuscrito aceptado el 27.6.2010

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