SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 issue2-3The conflict in nurses management practice: An analysis of scientific production brazilianFrom competence to compart-tence in the transcultural care author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.19 n.2-3 Granada Apr./Sep. 2010

 

ARTÍCULOS ESPECIALES

TEORIZACIONES

 

Las relaciones entre Globalización, Medio Ambiente y Salud: Retos para la enfermería en el siglo XXI

The globalization, environment and health relationship: Challenges for nursing in the XXI Century

 

 

Liliana Angel Vargas1, Juan Pablo Torres Andrés2, Thaís Fonseca Veloso de Oliveira1

1Escuela de Enfermería Alfredo Pinto, Universidad Federal del Estado de Rio de Janeiro. Rio de Janeiro, Brasil.
2Escuela Universitaria de Enfermería, Universidad de Valladolid, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Este artículo surge de la necesidad de discutir los diversos impactos generados por el proceso de globalización en la medida que interfiere en las relaciones políticas, económicas, sociales, culturales, que se expresan en degradación ambiental y constituyen fuertes amenazas para la salud de individuos y comunidades a nivel local y global. Se propone estimular la reflexión a partir del análisis interdisciplinar del conocimiento producido sobre macro categorías como globalización, medio ambiente y salud y su articulación con el ejercicio profesional del enfermero. Metodológicamente se trata de una sistematización a partir de fuentes bibliográficas primarias y secundarias disponibles inclusive en bases indexadas. Podemos concluir que el ejercicio profesional de enfermería en el siglo XXI exige enfrentar el desafío de (re)dimensionar el cuidado, que debe ser entendido no como un acto y si como una actitud cuidadora y un compromiso con la defensa de la vida de ésta y las futuras generaciones.

Palabras clave: Medio ambiente, Salud ambiental, Salud pública, Cuidados de enfermería.


ABSTRACT

This article is a result of the necessity of discussing the many impacts that the globalization process, since it affects way the political, economical and social relations, that are expressed in the environmental degradation and becomes a strong threat to the health of individuals and communities in the local and global levels. Intends to stimulate a reflection from the interdisciplinary analysis of the developed knowledge about categories like globalization, environment and health, and their articulation with the professional nursing practice. In a methodological point of view, it is systematization from primary and secondary bibliographic sources including indexed ones. We conclude that the professional nursing practice in the XXI century demands confronting the challenge of resize the concept of nursing care, must be understood not as an act but as a caring actitude and a commitment to the protection of life of this and future's generations.

Key words: Environment, Environmental Health, Public Health, Nursing Care.


 

Introducción

Este artículo se origina a partir de las reflexiones surgidas dentro del proyecto de investigación: "Las relaciones del medio ambiente y la salud en el mundo globalizado: un análisis comparativo entre Brasil y España", proyecto en desarrollo desde 2007 y elaborado de manera conjunta entre La Escuela Universitaria de Enfermería de la Universidad de Valladolid (España) y la Escuela de Enfermería Alfredo Pinto de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro (Brasil). La experiencia académica acumulada en el referido proyecto nos evidencia la necesidad de preparar al enfermero que actúa en el siglo XXI, dentro de una perspectiva más amplia y contextualizada, donde se contemplen las contradicciones surgidas en la globalización y sus formas de impactar el proceso salud-enfermedad en diversas escalas territoriales, lo que crea, por lo tanto, la necesidad de producir conocimientos que fundamenten conceptos, prácticas y actitudes para enfrentar las demandas del mundo globalizado en una perspectiva transnacional.

Entendemos que, sin duda, el siglo XXI se presenta como un espacio temporal dinámico sujeto a constantes tensiones entre lo nuevo y lo tradicional, con innegables avances tecnológicos donde todo parece poder ser solucionado a partir de la ciencia y la tecnología y con enormes retrocesos en materia de posturas éticas y de voluntad política para que se tomen las decisiones necesarias para conseguir una sociedad más justa, más saludable y más feliz. Por lo tanto, uno de los mayores retos presentados hoy a la sociedad planetaria, tanto a nivel global como local, es el de construir las bases sostenibles para un futuro mejor para ésta y las futuras generaciones. Este desafío envuelve significativamente a los profesionales de la salud, cuyo principal compromiso está en defender la vida en todas sus formas y situaciones.

Tomamos como punto de partida para esta reflexión que el proceso civilizador, particularmente en el mundo occidental, ha sido pautado sobre un modelo de desarrollo prioritariamente económico y no social, lo que ha traído como consecuencia distanciamientos entre regiones, países, continentes, etc.

La búsqueda de la supremacía económica, que a su vez garantiza la hegemonía en el escenario internacional, legitimó la barbarie y la extinción de culturas y etnias, desde la época de las grandes Cruzadas en la Edad Media, pasando por procesos de ocupación y colonización a lo largo de los siglos XV y XVI, hasta la aparición del término "globalización" en las Escuelas de Administración Americanas en 1980, dando origen a un movimiento "globalizante" sin precedentes que ha conseguido imponer el totalitarismo económico o "globototalitarismo", que ha desencadenado, además de la crisis económica y socioambiental, una grave crisis política, a partir de la ruptura de valores tradicionales cultivados dentro de la sociedad.1 La vulnerabilidad aumenta a partir de la década de los 90, principalmente en los países de economía periférica, en la medida en que la globalización carga consigo la marca de la inestabilidad,2 lo que, por otra parte, supera los límites de la lógica de mercado y compromete también la estabilidad y legitimidad de los regímenes democráticos. Por lo tanto, estamos de acuerdo en que "entre los equívocos comunes está el de situar la globalización como un proceso de naturaleza exclusivamente económica, impulsado por fuerzas de mercado y cambios tecnológicos. Se trata, ciertamente, de un reducimiento, pues el proceso de globalización como se ha enfocado, es esencialmente un fenómeno multidimensional".3

Entendemos la globalización, por lo tanto, como un proceso simultáneamente económico, social y cultural que se instala en forma autoritaria y voraz en el mundo contemporáneo, pero que, lejos de ofrecer la posibilidad de unir personas, regiones, países, continentes, se ha preocupado más por unificar y estandarizar hábitos de consumo, las relaciones comerciales, los flujos de capital, propiciando que la concentración de ese capital continúe en las manos de unos pocos, mientras que aquellos que ya históricamente se encontraban marginados o periféricamente participando del proceso productivo, quedarán más alejados de cualquier posibilidad de superar sus dificultades y desigualdades.

Para Vieira la globalización se expresa a través de cinco dimensiones: (1) la dimensión económica, a partir de la cual el mercado se convierte en la matriz estructurante de la vida social y política superando las fronteras transnacionales; (2) la dimensión política que se expresa en las injerencias de la economía sobre las estructuras jurídico-políticas que regulan las instituciones y el Estado; (3) la dimensión social que en virtud de la dinámica económica viene agravando problemas ya existentes como el hambre, la exclusión e injusticia social; (4) la dimensión cultural donde países de economía central principalmente los EEUU, se colocan como referencia cultural para los países de economía periférica; y (5) la dimensión ambiental que manifiesta en forma concreta la actitud predatoria que utiliza el poder para defender intereses particulares, a pesar de que eso signifique destruir los recursos naturales y colocar en riesgo pueblos, culturas, especies y otras expresiones de vida, irrespetando también el compromiso asumido en Tratados y Acuerdos Internacionales, como la Agenda 21 por ejemplo, que reconocen y garantizan el cumplimiento del pacto transgeneracional que garantiza el derecho a la vida, no solo para ésta sino para las futuras generaciones.4 En este sentido el proceso de globalización viene generando tensiones y conflictos entre los diferentes bloques continentales y comerciales que agudizan las asimetrías que marcan las relaciones entre los Hemisferios Norte y Sur, los países centrales y periféricos, la cultura globalizada y los pueblos tradicionales, aspectos éstos que conllevan, entre otros, al recrudecimiento de la violencia y de la exclusión social.

En países como Brasil, la configuración de un nuevo orden internacional a partir de la globalización, ha dejado al descubierto antiguas y nuevas contradicciones, muchas de ellas perpetuadas dentro de sus estructuras políticas y sociales y que colocan el país como uno de los pocos en América Latina que ha conseguido saldar su deuda externa, como la décima economía del mundo y, sin embargo, poseedor de una pesada deuda social interna con grandes segmentos de su población, expuesta a situaciones de inequidad, injusticia social y ambiental y a la exclusión social. En este sentido es posible entonces afirmar que "en el Brasil la exclusión social está íntimamente asociada a las herencias culturales, políticas y sociales que dieron origen a una sociedad desigual, discriminatoria y llena de prejuicios, todo lo cual cristalizó en relaciones conflictivas entre Estado y sociedad".5 Autores del Atlas de la Exclusión Social en Brasil afirman que "cerca de 42% del total de los municipios, lo que equivale al 21% de la población brasilera, vive en locales asociados con situación de exclusión social. Por otro lado, apenas los ciudadanos de 200 municipios (3,6% del total de municipios) que representan el 26% de la población total, residen en áreas que presentan condiciones de vida adecuadas".6

Ya en España, uno de los problemas generados por la globalización es el significativo aumento del flujo inmigratorio, proveniente de países latinoamericanos y africanos cuyas economías fueron más de una vez asfixiadas por la onda globalizante. Es importante decir que el perfil de estos inmigrantes es diferente del de aquellos que así lo hicieron en las décadas de los años 60 o 70 del siglo pasado, cuando el motivo de las migraciones era principalmente político, mientras que hoy, lo que motiva esa migración es la posibilidad de encontrar mejores oportunidades para su desarrollo social y familiar. Al analizar los retos que debe asumir el sistema sanitario español para garantizar el acceso y los cuidados a una sociedad cada vez más heterogénea desde el punto de vista social y cultural, Artigas-Lelong y Bennasar-Veny señalan que "podríamos decir que los rasgos que caracterizan los actuales flujos migratorios son, entre otros, la diversificación de los países de origen de la población inmigrante, el aumento espectacular del volumen de población originaria de Iberoamérica y el crecimiento sostenido de la población originaria de África, así como la denominada "feminización" de los procesos migratorios, debido al porcentaje creciente de la población inmigrante femenina".7 Surge por lo tanto en este contexto, la necesidad de una reflexión más profunda sobre cómo estos procesos se entrecruzan, generando una red de relaciones, muchas veces contradictorias y que se expresan en nuevas demandas y condiciones para enfrentar los determinantes del proceso de la salud y la enfermedad.

 

Concepciones, visiones y preocupaciones relacionadas con la Salud y el Medio Ambiente en el mundo globalizado

Uno de los mayores impactos de la globalización a nivel ambiental es lo que se denomina hoy el cambio global, que presenta paradójicamente dos fases: la del peligro y la de la esperanza, en el sentido en que, si bien es cierto que cada vez la realidad se torna más compleja y problemática, esa misma realidad nos reta a encontrar caminos cognitivos, políticos y éticos para enfrentar y dar solución a esos problemas. "El concepto de cambio global no es fácil de definir… ningún cambio es completamente global en el sentido de una manifestación uniforme por toda la tierra...".8 Es igualmente importante afirmar que ese cambio global no puede reducirse al cambio climático, el cual es apenas uno de sus componentes, al igual que otros también preocupantes, como la pérdida de la biodiversidad, la escasez de agua, la degradación y desaparición de ecosistemas, problemas estos que pueden tener efectos más inmediatos y evidentes. Por lo tanto, la forma de explicar, dentro del pensamiento occidental la responsabilidad por los cambios ambientales, se concreta en tres enfoques:8 el teleológico que considera que es a partir de una entidad suprema y sobrenatural que se establecen tanto los movimientos de la naturaleza, como los de la sociedad; el determinista que apunta a una relación directa entre las condiciones naturales y la evolución de las sociedades humanas, y el antropocéntrico, que contrariando los anteriores enfoques afirma que son las sociedades humanas las que influencian y determinan los ritmos ambientales.

La visión determinística tiene en Montesquieu (siglo XVIII) a uno de sus mayores representantes, al definir que "las características del medio ambiente determinarían las posibilidades de desarrollo de una civilización y son la clave para comprender la diversidad de temperamentos humanos en función de la variedad de climas".9 Sin embargo, es el médico Hipócrates de Cos (460-375 a.C.) el señalado como responsable del nacimiento del pensamiento ambientalista en la historia de la humanidad. La doctrina hipocrática defendía que el cuerpo humano estaba compuesto por cuatro elementos o humores; fuego, tierra, aire y agua y que la salud del individuo dependía del equilibrio entre esos elementos y el medio físico. En su tratado "Aires, Aguas y Lugares" Hipócrates llama la atención sobre la simbiosis entre el individuo y el medio ambiente, que es la base del ambientalismo moderno.8 Este pensamiento es reafirmado por Marx en el siglo XIX, al decir que "la naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre";9 sin embargo, al final de ese siglo, tanto la visión teleológica como la determinista fueron prácticamente abandonadas abriéndose paso la visión antropocéntrica, bastante aceptada hasta el día de hoy.

Un importante campo de la historiografía denominado historia ambiental, viene planteando a partir de la década de los 60 del siglo pasado, que "la historia ambiental puede ayudar a la sociedad a repensar su protagonismo, marcadamente antropocéntrico. Entre nosotros predomina la idea de la naturaleza como palco silencioso y estático de la historia, porque el dinamismo estaría depositado exclusivamente en la esfera de la acción humana. Esa idea es falsa y peligrosa. El planeta en que vivimos no es tranquilo ni estático. La tierra está en movimiento continuo y sus ritmos y espasmos causan mucha destrucción afectando a millares de personas y de estructuras políticas y sociales. El movimiento de la naturaleza es intenso y antiguo y ha sido observado por hombres que pertenecen a diversas culturas. No es prudente, por lo tanto, subestimar las fuerzas de la naturaleza".9

En Brasil surgen, a partir de la década de los 90, nuevas formas de discutir y analizar la dimensión ambiental dentro de una perspectiva más plural e interdisciplinar en la tentativa de superar los reduccionismos presentes en lo que podríamos llamar una visión tradicional del medio ambiente, donde se colocaba en un extremo el hombre y en el otro lado la naturaleza, limitándose la relación a una simple "influencia" del uno sobre la otra. La propuesta a partir de entonces, es superar el concepto limitado de medio ambiente como equivalente exclusivamente a naturaleza o medio físico y entenderlo como producción social, es decir, el espacio de las interacciones políticas, económicas, culturales y sociales que hacen parte de la dinámica social. En este sentido "medio ambiente es concomitantemente espacio y tiempo, es natural y social, es entidad concreta y representación".10 Podemos por lo tanto entender que el cambio global así como las relaciones entre medio ambiente y salud se originan en la relación entre los hombres, entre éstos con la naturaleza y entre la sociedad con la sociedad en una relación dialéctica entre lo local y lo global.

Para Jacobi "la relación entre medio ambiente y salud está cada vez más presente en el cotidiano de la población […] las razones resultan principalmente de la dinámica depredatoria de la urbanización y de las prácticas irresponsables del poder público y de la población".11 Por lo tanto concordamos con Freitas y Porto, cuando manifiestan que "la promoción de la salud y el desarrollo socio-ambiental sostenible, debe ser pautada en una nueva forma de ciencia ética y sensible, así como en nuevas prácticas institucionales y sociales, que reconozcan la complejidad de los problemas y busquen estrategias amplias, integradas y participativas para enfrentarlos".12 La concentración y densidad demográfica en algunas regiones, la ocupación desordenada del suelo, la polución del agua y del aire, la pobreza y exclusión social, son signos y síntomas de una sociedad injusta y selectiva, social y ambientalmente enferma.

Reflejos de esta situación ya pueden ser observados en este prácticamente final de la primera década del siglo XXI cuando pueden ser citadas las siguientes como grandes preocupaciones ambientales a nivel planetario: el calentamiento global, la escasez de agua, la inseguridad alimentaria, los "refugiados ambientales", la desertificación, la polución ambiental del aire, agua, suelos, el aumento descontrolado de los residuos sólidos (basuras), la injusticia social y ambiental, la exclusión social y las enfermedades transnacionales. Enfrentar estos problemas nos coloca varios y grandes retos, entre ellos el de comprender la complejidad que envuelve la dimensión ambiental. "Aprender la complejidad ambiental implica una revolución del pensamiento, un cambio de mentalidad, una transformación del conocimiento y de las prácticas educativas para construir un nuevo saber y una nueva manera de pensar que oriente la construcción de un mundo de racionalidad, equidad y democracia. Es un re-conocimiento del mundo en que habitamos".13

Para todos nosotros, en particular para los profesionales de la salud y de enfermería, transformar la complejidad ambiental en un objeto de estudio, puede ser una importante estrategia para aprender a aprehender esa complejidad a partir de una perspectiva que integre dialécticamente espacios globales y locales del mundo globalizado, para que, a partir de ello, podamos revisar nuestros conceptos y nuestras prácticas, en el sentido de prepararnos mejor y de forma más sintonizada con las reales demandas del mundo de hoy.

 

Retos que las relaciones Medio Ambiente - Salud presentan al enfermero del Siglo XXI

En una realidad marcada por tantas contradicciones, desigualdades, inequidades e injusticias, el profesional de enfermería se enfrenta hoy con el desafío de buscar respuestas para preguntas al tenor de éstas: ¿cómo cuidar hoy? ¿Qué cuidados son necesarios para garantizar la salud de las personas? Además de la preparación técnico-científica ¿de qué más se precisa para ofrecer un cuidado con calidad en el mundo globalizado? Para enfrentar este desafío se hace necesario que partamos de algunos presupuestos tales como aceptar que "las transiciones demográfica y epidemiológica de la humanidad, unidas a las consecuencias de la globalización, presentan un panorama cambiante que exige de la enfermería un franco reposicionamiento en relación con su tradición profesional. La noción de salud global no es un mero concepto, es también la vivencia del mundo de verificación cotidiana y una realidad creciente que demanda pensamiento y responsabilidad por la humanidad planetaria".14

Entendemos, por lo tanto, que un importante punto de partida se localiza en la posibilidad de construir un conocimiento dentro de la enfermería que amplíe los horizontes cognitivos de sus profesionales, que los torne capaces de formular propuestas, cuestionar y evaluar el impacto de ese conocimiento en la estructuración de prácticas innovadoras dentro de la articulación entre medio ambiente y salud. Esto nos ofrece otra duda: ¿cómo producir conocimiento dentro de la enfermería, sobre la complejidad ambiental dentro de los cánones del conocimiento científico tradicional? Llamamos aquí conocimiento científico tradicional aquel apoyado en la denominada "ciencia normal",15 que se ocupa de la producción del conocimiento "neutro", a partir de métodos cuantitativos y epidemiológicos que abordan la realidad con base en variables controladas y cuyos resultados pueden ser generalizados independientemente del contexto donde el objeto estudiado se radica.

Proponemos pues, que la dimensión ambiental sea integrada al conocimiento de la enfermería teniendo como referencia la denominada "ciencia postnormal", entendida como una "estrategia para la solución de problemas científicos que se distinguen de los tradicionales por la complejidad y las incertidumbres que los rodean y por las decisiones que deben ser tomadas".15 Esto permitiría la formación y participación de "comunidades ampliadas de pares", lo que garantizaría un conocimiento interdisciplinar y plural y, en el caso de la enfermería, mucho más comprometido, no solamente con la construcción de bases teóricas sino también con prácticas más sensibles para promover la salud humana y ambiental, ambas directamente asociadas a las ideas de calidad de vida y desarrollo sostenible.

Otro reto que se presenta es el de revisar el concepto de cuidado, categoría central en el ejercicio profesional del enfermero y tradicionalmente asociado a la idea de asistencia prestada a un cuerpo enfermo dentro de un contexto institucional o domiciliar, donde la práctica profesional del enfermero se torna muchas veces prescriptiva, fragmentada y poco resolutiva. Por lo tanto consideramos importante redefinir y redimensionar "el cuidado", el cual según Boff, debe ser entendido no como un acto y sí como una actitud.16 Lo que diferencia el acto de la actitud es que el primero puede ser meramente la respuesta a una exigencia normativa, prescriptiva o laboral, mientras que la segunda es un posicionamiento ético de respeto permanente basado en principios como la solidaridad, la generosidad, el amor. Entendemos, por lo tanto, que "el cuidado" en esta perspectiva es la respuesta afectiva que puede servir de base para la construcción de un mundo mejor para ésta y las futuras generaciones.

Concordamos con Malvárez cuando dice que "el desafío de cuidar a las comunidades en un mundo globalizado y de cuidarlas bien, supone una transformación paradigmática de la noción de "cuidado" de enfermería, históricamente focalizado en el individuo, que necesariamente ha de partir de la conciencia de mundo y que implica la adopción de la comunidad global como unidad de análisis y sujeto de cuidado".14 En este sentido una perspectiva que comienza a explorarse hoy es la necesidad de reconocer la enorme exhuberancia cultural que esa comunidad global nos presenta y a partir de la cual debemos aceptar que "cada cultura define su propia forma de comprender, adecuar y clasificar su mundo de acuerdo con su ideología y ésta define representaciones y creencias con las que se concretan formas de acción a nivel político, religioso, filosófico y en salud. Lo anterior determina las propias concepciones sobre salud, enfermedad, dolor y muerte, las cuales a su vez precisarán sus propias formas de prevenir o curar la enfermedad, eliminar el dolor, promover la salud y cuidar la vida".17

Finalizamos esta reflexión diciendo que tal vez el mayor y más importante reto que se ofrece hoy a todos nosotros, profesionales de salud, y particularmente de enfermería, es asumir el compromiso ético de defender la vida en todas sus formas y estados, lo que significa superar el paradigma técnico-científico que hizo de este profesional un mero facilitador del acto de cuidar y transformarse en un actor social importante que con su actitud y su práctica está dispuesto a trasformar la realidad.

 

Conclusiones

La estructuración de un nuevo orden político y económico en el escenario internacional, ofrece una serie de desafíos en las más diversas esferas sociales y geopolíticas del mundo globalizado, entre ellas la de evitar o por lo menos controlar los impactos que ese complejo proceso ha traído para la salud humana y ambiental a escala planetaria. Las tensiones provocadas por la globalización han desencadenado una crisis en la civilización, sin precedentes, que termina colocando en riesgo la supervivencia de especies, y las esperanzas y posibilidades de un futuro más promisorio y sostenible. El surgimiento de nuevas enfermedades y el resurgimiento de antiguas, algunas de ellas ya tenidas como extintas, se mezclan con la pobreza, el hambre, la injusticia y la exclusión social. En este contexto, cuidar de la salud y del medio ambiente parecen ser tareas muy difíciles de cumplir en el siglo XXI, cuando, a pesar de los avances tecnológicos, no se consigue avanzar significativamente en el compromiso ético de garantizar condiciones de vida dignas ni el derecho a la salud y al medio ambiente, conquistados e inclusive reconocidos, dentro de las normativas constitucionales de algunos países.

Surgen entonces algunas preguntas tales como: ¿el profesional de la salud y, en particular de la enfermería, están preparados para enfrentar los "efectos colaterales" de un proceso de globalización agresivo que parece ignorar los límites impuestos por la propia vida? ¿El profesional de enfermería está dispuesto a incorporar en su formación y ejercicio deontológico los fundamentos teóricos y éticos de la sustentación socio ambiental? Es a partir de esta reflexión cuando surgen los más diversos retos para este profesional que en pleno siglo XXI aún no ha conseguido definir sus prioridades y fundamentos, pero que lucha cada día para encontrar nuevos caminos con la finalidad de hacer de la enfermería algo más que un campo de conocimientos y de prácticas, a partir de la posibilidad de participar en la construcción de la salud, el respeto a la dignidad humana y ambiental, la tolerancia y la paz.

 

Bibliografía

1. Tendler S. Encontro com Milton Santos: o mundo global visto do lado de cá [videocassete]. Caliban Produções Cinematográficas; Río de Janeiro (Brasil) 2006.        [ Links ]

2. Pochmann M, Aldrin R, Barbosa A, Campos A, Amorim R; (organizadores). Atlas da exclusão social. Volume 4: a exclusão no mundo. São Paulo: Cortez; 2004.        [ Links ]

3. Diniz E. O pós-consenso de Washington: globalização, Estado e governabilidade reexaminados. En: Diniz E, (organizador). Globalização, Estado e desenvolvimento dilemas do Brasil no novo milênio. Rio de Janeiro: Editora FGV, 2007; 19-61.        [ Links ]

4. Vieira L. Cidadania e globalização. Rio de Janeiro: Record, 2005 (8a ed).        [ Links ]

5. Vargas LA, Oliveira TFV, Garbois, JA. O direito à saúde e meio ambiente em tempos de exclusão social. Rev Latino-am Enfermagem 2007; 15(n.spe.): 850-6.        [ Links ]

6. Pochmann M, Amorim R. (org). Atlas da exclusão social no Brasil. 3a edição. São Paulo: Cortez, 2004.        [ Links ]

7. Artigas-Lelong B, Bennasar-Veny M. La salud en el siglo XXI: el reto de los cuidados multiculturales. Index de Enfermería 2009; 18(1): 42-46.        [ Links ]

8. Boada M, Saurí D. El cambio global. Barcelona: Editorial Rubes, 2002.        [ Links ]

9. Martins ML. História e meio ambiente. São Paulo: Annablume, 2007.        [ Links ]

10. Galvão M. Focos sobre a questão ambiental no Rio de Janeiro. En: Abreu M, (organizador). Natureza e sociedade no Rio de Janeiro. Rio de Janeiro: Coleção Biblioteca Carioca, 1992, 13-26.        [ Links ]

11. Jacobi P. Saúde e meio ambiente em uma realidade tão desigual. Revista Debates Sócio-Ambientais 1997/1997; III(8):1-2.        [ Links ]

12. Freitas CM, Porto MFS. Saúde, ambiente e sustentabilidade. Rio de Janeiro: Editora Fiocruz, 2006.        [ Links ]

13. Leff E. A complexidade ambiental. São Paulo: Cortez, 2003.        [ Links ]

14. Malvárez S. El reto de cuidar en un mundo globalizado. Texto & Contexto Enferm 2007; 16(3): 520-30.        [ Links ]

15. Soares MS, Silva C, Barreto M, Baptista D, Borges D. Solução de problemas em saúde e ambiente: ciência pós-normal e comunidade ampliada de pares em um município brasileiro de pequeno porte. Ciênc Saúde Coletiva 1998; 3(2): 115-23.        [ Links ]

16. Boff, Leonardo. Saber e cuidar: ética do humano, compaixão pela terra. Rio de Janeiro: editora Vozes, 1999.        [ Links ]

17. Vásquez C, Martínez FJ. Abordaje interdisciplinario de la salud y la enfermedad: Aportes a la enfermería. Index de Enfermería 2009; 18(1): 37-41.        [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Liliana Angel Vargas.
Rua Marechal Ramón Castilla 141/301,
CEP 22290-175 Rio de Janeiro, Brasil
lilianaangel@globo.com

Manuscrito recibido el 13.6.2009
Manuscrito aceptado el 10.8.2009

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License