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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.20 no.4 Granada oct./dic. 2011

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000300007 

ARTÍCULOS ESPECIALES

REVISIONES

 

Modalidad integral de atención de parto y su relación con el bienestar materno

Integral mode of delivery care and its relationship to maternal well-being

 

 

María Teresa Valenzuela Mujica, Claudia Uribe Torres, Aixa Contreras Mejías1

1Departamento de Salud de la Mujer, Escuela de Enfermería, Pontificia Universidad Católica de Chile

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Justificación: Iniciativas mundiales de la salud hacen una llamada a humanizar la atención del parto, transformándose en una estrategia que aumenta el bienestar de la mujer.
Objetivo: Relacionar la atención integral del parto con el nivel de bienestar materno.
Método: Se realizó una revisión en las bases de datos Scielo, Science Direct, Pubmed y Cinahl. Se obtuvieron 16 artículos de investigación cuantitativa, 4 de cualitativa y 20 que aportaron al tema.
Resultados: El bienestar es un concepto multidimensional, relacionado con la calidad de la atención obstétrica y aumenta cuando la mujer participa en una modalidad humanizada del parto, con menor cantidad de procedimientos invasivos, asume rol protagónico, destacándose el componente interpersonal relacionado con el buen trato de los profesionales de la salud.
Conclusión: Es necesario desarrollar estrategias para el cuidado integral de la mujer en el parto, la sensibilización de los profesionales de la salud es clave en este proceso.

Palabras clave: Parto, Nacimiento, Bienestar materno, Satisfacción materna.


ABSTRACT

Justification: Global Health Initiatives call for humane care delivery, could be a strategy that increases the welfare of women.
Objective: To relate the integrated care delivery in maternal well-being.
Method: A review in the Scielo database, Science Direct, PubMed and Cinahl. Was obtained 16 quantitative research articles, 4 of qualitative and 20 who contributed to the topic.
Results: Wellness is a multidimensional concept related to the quality of obstetric care and increases when women participate in a humane mode of delivery, with less invasive procedures, takes lead role, highlighting the interpersonal component related to good treatment of health professionals.
Conclusion: It is necessary to develop strategies for comprehensive care of women during childbirth, the awareness of health professionals is key in this process.

Key words: Childbirth, Labour, Parturition, Maternal welfare, Maternal attitudes, Maternal well being, Patient satisfaction.


 

Introducción

En la actualidad Chile ha conseguido logros importantes en salud reproductiva, con una cobertura de atención profesional del parto del 99.8%, reconocida como una de las intervenciones más importantes para disminuir la morbimortalidad materna y perinatal, ubicando a Chile en una posición comparable con algunos países desarrollados del mundo, y destacada en Latinoamérica.1,2 Sin embargo, sin desmerecer los avances alcanzados, el parto se ha visto amenazado en su naturaleza cultural y social,3 debido al carácter medicalizado que mantiene la atención profesional de éste.4,5

La medicalización del parto considera a la mujer una "paciente" o "enferma", con prácticas que subordinan el cuidado integral al control biológico del parto, con uso abusivo de la técnica y prácticas rutinarias tales como uso de suero endovenoso, enema, episiotomía y operación cesárea.5,6

Si bien la medicalización del parto se justificó en décadas pasadas, debido a la presencia de una alta mortalidad materna y perinatal7 en estos momentos pierde vigencia dado que iniciativas mundiales y nacionales realizan una llamada a humanizar la atención del parto, otorgando a la mujer protagonismo, seguridad y preparación, centrando sus lineamientos en acciones de promoción y prevención, equidad y calidad de la atención de salud.3,5,8 Para lograr esto se necesita cambiar desde un paradigma predominantemente biomédico y curativo hacia una visión más integral, que incorpore las dimensiones psicológica y social y donde la mujer sea protagonista de su cuidado.9

El protagonismo se ha relacionado con el nivel de control que ejerce la mujer durante el parto. Se diferencian tres tipos de control, uno externo referido a los profesionales de la salud y dos internos, uno sobre el propio comportamiento y otro en el manejo del dolor durante las contracciones.10 Todos contribuyen al bienestar materno, sin embargo el más significativo se relaciona con aspectos interpersonales relacionado con el respeto, la confianza y el buen trato de los profesionales.10,11

Surgen así tendencias dirigidas a otorgar una atención integral del parto, con la creación de ambientes acogedores, presencia de una persona significativa, opciones para el autocuidado, tendiendo con ello a hacer más satisfactoria la experiencia y la calidad del cuidado entregado.3,5,8 Lo anterior se funda en la perspectiva del bienestar entendiéndolo como un "bien ser", proceso complejo, multidimensional y básicamente relacional.3

Esta modalidad de atención, distinta de la tradicional intrahospitalaria, ha demostrado mejores resultados respecto de la satisfacción y uso de técnicas. Las mujeres han requerido menor anestesia, disminución en el número de episiotomías, con mayor proporción de partos vaginales. Esto último apuntando al problema del aumento sostenido de la tasa de cesáreas en los últimos años, llegando a ser en el año 2000 un 30% en los hospitales públicos y 60% en el sistema privado, ubicando a Chile entre los países con las más altas tasas a nivel mundial.5,12

El objetivo de esta revisión bibliográfica es relacionar la modalidad de atención integral del parto con el nivel de bienestar o satisfacción materna, con el propósito de contribuir al conocimiento del tema e incentivar a los profesionales de salud que trabajan en esta área a otorgar un cuidado integral, humanizado, centrado en las necesidades de la embarazada para promover y consolidar acciones tendientes a incrementar el bienestar de la mujer y la calidad de la atención en situación de parto.

 

Metodología

La revisión bibliográfica se realizó en las bases de datos SCIELO, SCIENCE DIRECT, PUBMED y CINAHL. Los resultados se limitaron a artículos de investigación y otros que aportaran elementos relevantes al tema, publicados desde el año 2000 en adelante, cuyo texto completo fuera accesible sin costo. Las palabras claves utilizadas fueron childbirth, labor, parturition, maternal welfare, maternal attitudes, patient satisfaction y sus equivalentes en español. Se obtuvieron un total de 256 trabajos, de los cuales se seleccionaron 40 artículos: 20 artículos de investigación, 16 reportan metodología cuantitativa, 4 cualitativa y los 20 restantes aportan elementos relevantes. Se utilizaron documentos institucionales obtenidos de los sitios web del Ministerio de Salud chileno, Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS).

 

Resultados

Situación actual de la asistencia del parto. Mejorar la salud materna y reducir la mortalidad ha sido uno de los puntos claves de varias conferencias mundiales. Del total estimado de 536.000 defunciones maternas en el mundo en el año 2005, el 99% corresponde a países en desarrollo y América Latina y el Caribe representa el 3% del total de esas muertes.13 El porcentaje de asistencia profesional del parto y la tasa de cesárea son uno de los indicadores asociados a la mortalidad materna, el objetivo es conseguir una madre y un niño sano, con el menor nivel posible de intervención y de la manera más segura.14

El desafío es lograr un balance entre las intervenciones apropiadas para reducir la mortalidad materna y la asistencia de parto focalizada en las necesidades de la madre, para lo cual se requiere de modelos de intervención efectivos, especialmente en países en desarrollo donde la mortalidad es mayor.15

La OMS, consciente de que en el mundo se utilizan tecnologías inapropiadas para el manejo del parto, como el enema evacuante entre otros, ha propuesto recomendaciones básicas cuyo objetivo es promover un cuidado efectivo y humanizado, basado en la evidencia científica, con la menor tecnología posible, multidisciplinario, centrado en las familias, considerando los patrones culturales, dignidad y confidencialidad de la mujer.14,16 Instituciones como la OPS y el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas apoyan iniciativas con los ministerios de salud de los países para aumentar el uso de servicios de maternidad integrales y de calidad, con centros de nacimiento comunitarios y casas de maternidad, donde las embarazadas de bajo riesgo puedan tener su parto.15

En Chile, las políticas de salud reproductiva se alinean a las directrices de los organismos internacionales de salud, y plantean como metas prioritarias, continuar con el descenso de la mortalidad materna, mejorar la atención profesional del parto y la calidad de la atención obstétrica basados en una disminución de la tasa de cesárea y conseguir, sobre el 80% de satisfacción usuaria medida por encuestas.17,18

Chile presenta muy buenos indicadores de mortalidad materna, comparables con los países más desarrollados del mundo, lidera Latinoamérica con las cifras más altas en cobertura de control prenatal, partos institucionales y atención de parto por personal cualificado. Fue el único país de las Américas que logró cumplir la meta de reducir en un 50% la mortalidad materna en el año 2000.1,13,17

Sin embargo el aumento sostenido de las cesáreas es una situación preocupante con una tasa global cercana al 40% que en la práctica privada varía entre 39% al 83% y en los hospitales públicos del 20% al 28% durante el año 2000, lejos de la recomendación de la OMS, de un 10 a un 15%. No existe un motivo que justifique este incremento, considerando que no guarda relación con la disminución de la morbimortalidad materna y perinatal.12

El Ministerio de Salud de Chile, interesado en disminuir las inequidades y mejorar la calidad de la atención en el proceso de la gestación y nacimiento, en el año 2008 elabora un Sistema de protección Integral a la Infancia "Chile Crece Contigo", iniciativa intersectorial y prioridad fundamental de las políticas de gobierno actuales.19

Con el fin que los equipos de salud acompañen a la mujer en esta iniciativa, se elabora la Guía Clínica de Atención Humanizada del Trabajo de Parto y Parto, que consta de un enfoque familiar con énfasis en el apoyo emocional continuo a la mujer, otorgando métodos alternativos de alivio del dolor, libertad de posición y movimiento, uso restrictivo de episiotomía, apego precoz.4 La tarea de Humanizar compete a todos, profesionales, instituciones, usuarios y familias.

Modalidades de asistencia del parto. A través de la historia, la asistencia del parto se ha desarrollado en diferentes contextos, relacionados con el desarrollo económico, social y cultural de cada país. La mayoría de los cambios han ocurrido recientemente, el más importante ha sido el traslado de la asistencia del parto desde el hogar al hospital, favorecido por el desarrollo científico y tecnológico.20 En Chile, a mediados del siglo XIX, la asistencia del parto implicó una transición desde una "ciencia de hembra" dirigida por mujeres parteras a una "ciencia obstétrica" supervisada por hombres, con un creciente avance científico.21 La situación descrita contribuyó a la medicalización del parto, favorecida además por la presencia de una alta mortalidad materna e infantil, lo cual considera al parto como un evento de alto riesgo y complicado que requiere de especialistas, afianzándose en las primeras décadas del siglo XX por la presencia de médicos y matronas.7

El nacimiento dejó de ser algo natural, se limita su valor, lo que aumenta en la mujer el temor, la angustia y genera el convencimiento de que frente a una experiencia que puede resultar dificultosa, los recursos médicos son la única salida, deshumanizándose la atención del parto.5,6

Davis-Floyd en el año 2001, describe en el mundo contemporáneo, tres modelos que reflejan la forma de asistencia del parto: tecnócrata, humanista y holística.

En el tecnócrata el profesional de salud establece una separación entre la mente y el cuerpo de la mujer, considerándola como una máquina; la asistencia se traduce en una estandarización de la atención del parto hospitalario, donde el médico es la autoridad, la mujer asume un rol pasivo, es sometida a varios procedimientos rutinarios tales como tactos vaginales periódicos, instalación de suero endovenoso, de monitor cardiofetal y episiotomía.5,12,22-25

El humanista o integral, destaca la conexión de la mente-cuerpo. La persona es un todo, no solo una dimensión física, por lo mismo la mujer es considerada un ser biopsicosocial. Su objetivo es humanizar y complementar la tecnomedicina, con una asistencia del parto donde el foco es la relación, la conexión sensible y compasiva entre el médico y la mujer. Se establece un equilibrio entre las necesidades del centro hospitalario y se ofrecen varias opciones de intervención y métodos alternativos, con espacios flexibles donde puede moverse con libertad, estar en el agua si lo desea y parir como le sea más cómodo.4,8,22

Por último en el otro extremo se encuentra el modelo Holístico, que insiste en la unicidad del cuerpo, mente y el espíritu y define el cuerpo como un sistema de energía interrelacionado con otros sistemas de energía donde el estado emocional y psicológico de la parturienta es el aspecto esencial de los cuidados, la mujer es responsable de su propia salud y bienestar. La ciencia y tecnología se encuentran al servicio de la mujer, sin embargo son poco utilizadas, abarcando varias modalidades de intervención tales como la homeopatía, acupuntura, hidroterapia, etc.22

Bienestar materno y su relación con la asistencia de parto. Resulta difícil precisar el concepto de bienestar en sí mismo ya que existen varias definiciones que mencionan que es un término impreciso que es afín a otros constructos, como el de satisfacción, felicidad y calidad de vida, todos relacionados con una dimensión general subjetiva, reportado como una vivencia personal.3,26-29

Uribe define bienestar materno como un "fenómeno complejo multidimensional, dinámico e interdependiente de satisfacción de la mujer durante su proceso de parto; resultado de una serie de situaciones que se relacionan entre sí, las que se ordenan en torno al buen trato".3 Varios autores vinculan el bienestar o satisfacción como un componente de la calidad sanitaria, determinada por las expectativas del usuario en relación a la satisfacción de necesidades básicas, infraestructura física y calidad del recurso humano.3,30-33

El desarrollo de instrumentos de satisfacción de la mujer en el parto es complejo, dada la naturaleza subjetiva del fenómeno y que debe considerar múltiples variables, teniendo en cuenta que se relaciona con el bienestar de la madre, medido a través de ciertos indicadores, tales como la posibilidad de tener cierta autonomía o control de la situación, preparación previa, manejo del dolor, duración del proceso, toma de decisiones, tipo de parto y trato de los profesionales de salud.3,10,28,30,33-35

En Chile, la experiencia de bienestar durante el parto se asoció significativamente con las siguientes variables: el "buen trato" del profesional de salud con un acompañamiento permanente, percibido como oportuno, efectivo, cariñoso; el parto normal; la condición de permanecer junto a la pareja o con un familiar significativo y la percepción de salud en el posparto.3

Varios estudios demuestran un incremento en el nivel de bienestar o satisfacción de la mujer cuando participa en modalidad de asistencia integral o humanizada del parto y asume un rol más activo, con mayor control en el proceso, acompañada por un familiar, menor cantidad de procedimientos invasivos y se destaca el valor de recibir un buen trato de los profesionales de la salud.3,8,10,11,20,34-37 Las mujeres que pueden manejar con éxito el dolor durante el trabajo de parto, evalúan más satisfactoriamente la experiencia.38 La ayuda emocional, afectiva y cognoscitiva durante de trabajo es otro factor clave demostrado ser beneficiosa para el bienestar de la mujer, reduciendo el tiempo del trabajo de parto y las sensaciones de ansiedad. En el opuesto, la pasividad genera descontento relacionado con la realización de procedimientos rutinarios y la imposibilidad de mayor contacto con el recién nacido.39

En un estudio chileno, se observó que la satisfacción usuaria fue significativamente mayor en una modalidad con participación activa de la mujer durante el trabajo de parto, respecto a la modalidad tradicional medicalizada. En este mismo estudio cabe destacar que en el grupo con la modalidad activa hubo una disminución del tiempo de trabajo de parto hasta los 6 cm, postergación de la primera dosis de anestesia, indemnidad de membranas hasta una dilatación cervical más avanzada, incorporación de alimentación en el proceso, en comparación con el grupo de modalidad tradicional.8

 

Discusión

Chile ha cumplido exitosamente la meta de disminuir la mortalidad materna gracias a una de las estrategias, que es la amplia cobertura de atención profesional del parto, realizada mayoritariamente en hospitales de la red pública, con un tipo de asistencia básicamente intervencionista, que se ha traducido entre otras cosas, en un alto índice de cesáreas.1,5,12,17

Actualmente en Chile, el parto en las mujeres de bajo riesgo, es regulado por el bienestar fetal y por la eficiencia en la conducción del proceso de trabajo de parto, sin embargo, el reto para esta nueva década es incorporar activamente a la mujer, considerando su bienestar multidimensional como un nuevo enfoque de regulación del cuidado en situación de parto.3

Las políticas y recomendaciones sanitarias mundiales y nacionales, hacen una llamada a probar modelos y estimular el desarrollo de un cuidado en el parto más humanizado o integral, acorde a las necesidades de la mujer.14 Puede resultar utópico pretender lo planteado, en países subdesarrollados donde la tasa de mortalidad materna es alta y no existe un sistema sanitario adecuado para la atención del parto, sin embargo el nivel de Chile es comparable con el de los países desarrollados del mundo.13

Contrariamente a lo que se piensa, la menor medicalización de la atención del parto no significa volver al pasado, sino recuperar la capacidad y la confianza de la mujer en la propia naturaleza y adjudicar el lugar que le corresponde a la tecnología o medicalización.4,5,15,22,23 Junto con lo anterior, se ha establecido una corriente a favor de la recuperación del protagonismo y participación de la mujer en el parto, indicador significativo para lograr mayor grado de bienestar o satisfacción de la mujer.4,8,14

La satisfacción en el parto se relaciona con el bienestar, conocido como una vivencia personal subjetiva que corresponde básicamente a una competencia relacional sustentada por el apoyo emocional percibido de los profesionales de la salud junto con el empoderamiento de ellas.26,31,33,34 Esto orienta a que el bienestar permanece bajo la responsabilidad de los profesionales y el sistema de salud, por lo tanto es necesario comprometerse afectivamente con sus necesidades y ser guía en el proceso reproductivo.8,34

La mujer en la actualidad, tiene cada vez mayor información y expectativas respecto de la salud y el proceso reproductivo, por lo cual demanda una mejor calidad de la atención. En este sentido, uno de los compromisos del sector salud es el mejoramiento de la calidad de la atención en las maternidades, donde la satisfacción usuaria constituye una importante dimensión, comprometiéndose a otorgar un trato digno, acogedor y amable, mediante la incorporación de buenas prácticas basadas en evidencia.5,18

Para responder a esta nueva demanda de salud es necesario desarrollar estrategias de intervención que permitan abordar el cuidado de la mujer de manera más integral y humanizada. La sensibilización de los profesionales de la salud es clave en este proceso, la humanización se debe abordar desde la docencia a las futuras generaciones de enfermeras-matronas, gíneco-obstetras y matronas, sin descuidar la capacitación continua de todos los profesionales en este ámbito.17

Es necesario contar con profesionales formados, capaces de apoyar, reforzar emocionalmente a la mujer, educar y dirigir positivamente la actitud de su conducta en algunas situaciones críticas, así como de respetar y hacerla partícipe en la toma de decisiones, transformando el buen cuidado en un elemento fundamental en la percepción de la satisfacción, devolviéndole el papel protagónico de su parto, que parece haber sido minimizado por la excesiva y a veces innecesaria intervención.8,38-40

Para finalizar, es importante destacar que dada la multidimensionalidad de la experiencia de bienestar en el proceso del parto, son múltiples los factores involucrados,3,34 esto trae consigo la necesidad de aumentar el número de investigaciones que nos permitan entender mejor esta etapa y desarrollar estrategias de intervención que apunten a satisfacer las necesidades de la mujer en esta etapa.17

 

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Dirección para correspondencia:
María Teresa Valenzuela Mujica.
Escuela de Enfermería.
Avda. Vicuña Mackenna 4860.
7820436, Macul (Santiago), Chile
mvalenmu@uc.cl

Manuscrito recibido el 25.11.2010
Manuscrito aceptado el 17.2.2011

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