SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número4Guía de buenas prácticas en Atención Primaria con perspectiva de géneroLa soledad del periodista sanitario índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.20 no.4 Granada oct./dic. 2011

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000300013 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

Amistades, sentimientos y drogas. Tras cesar el abuso

Friendships, feelings and drugs. After the abuse stops

 

 

Ma Pilar Millán Barreiro1

1Enfermera. 061 Aragón. Zaragoza, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

La drogadicción en la sociedad actual ocupa un problema considerable. No debemos perder la perspectiva individual en el abordaje de este problema sociosanitario, ya que gracias a los testimonios de quienes viven la drogadicción tendremos la posibilidad de poder diseñar programas y estrategias de prevención. Se realiza un estudio cualitativo fenomenológico mediante la entrevista en profundidad de un informante que, voluntariamente, se prestó a comentarnos su experiencia, cómo empezó, qué sintió y cómo lo dejó.

Palabras clave: Drogadicción, Relato biográfico, Fenomenología.


ABSTRACT

Drug addiction is a great problem at current society. We must not lose the individual perspective to take in consideration this social and public health problem, since thanks to the statements of them who live with drug addiction, we will have the possibility of being able design prevention programmes and strategies. It does a phenomenological qualitative study through the interview in depth to an informant, who voluntarily provided to tell us his experience, how he started, what he felt and how he left it.

Key words: Drug addiction, Biographical story, Phenomenology.


 

Introducción

El abuso en el consumo de sustancias lícitas e ilícitas, así como la dependencia a las mismas, se ha convertido en un problema de salud pública en las últimas décadas en la mayoría de los países.1 En la población general, el término droga se refiere a una sustancia psicoactiva, y en la mayoría de los casos, más específicamente a las drogas ilegales.2 Las drogodependencias constituyen un fenómeno de gran impacto sanitario, social, económico, legal y político. Los avances científicos no parecen cambiar la imagen que del drogodependiente tiene la sociedad y los profesionales sanitarios. Hay quien piensa que los consumidores de drogas son unos viciosos irresponsables, otros los ven como auténticos vividores. Para algunos son enfermos necesitados de tratamiento, mientras otros los consideran personas inmaduras que cambiarán con la edad.3

Entender la vivencia de personas adictas es un problema complejo. En salud necesitamos considerar a la persona en tratamiento para dar cuidado integral y humanizado, esto hace relevante desvelar el significado del proceso de rehabilitación desde quienes lo han vivido.4 El profesional de enfermería juega un papel crucial en la atención a las personas con problemas de drogodependencias ya que son la puerta de entrada al conocimiento de las familias, del barrio y de los jóvenes.5 Resulta necesario conocer el significado que los usuarios atribuyen a la adicción y a las drogas para adoptar una postura positiva ante este tipo de usuarios y así poder ofrecer cuidados holísticos de excelente calidad.6

El conocer qué lleva a una persona a consumir drogas, cómo lo hace, qué consigue con ello, cómo se da cuenta de lo que está haciendo y el logro de evitar una adicción con final no deseado me llevó a contactar con mi informante. La selección fue nominal, conocía a mi informante de hace unos años y le sugerí realizar la entrevista.

Se trata de un estudio cualitativo, con enfoque fenomenológico y el método utilizado fue la entrevista en profundidad semi-estructurada.

Mi informante comenzó con 13 o 15 años con el alcohol y con 16 con el tabaco, siguió con el consumo de otras drogas pero ya siendo mayor de edad. Se trata de un funcionario que con 18 años, tras aprobar una oposición, empezó a trabajar en un trabajo sumamente duro, tanto física como psicológicamente. En el relato hace más hincapié a las relaciones sociales como inicio del consumo de drogas ilegales, siendo las amistades por las que comenzó a consumir y el segundo trabajo en el "mundo de la noche" como le llama, en bares y discotecas el empujón final. Le pido que además de las relaciones sociales como factor de riesgo elevado que le llevaron al consumo que me cuente cómo se sintió con las drogas. Me comenta que las utilizaba como método evasivo las sustancias psicoestimulantes y como experimental los alucinógenos, de éstos últimos me comenta que sólo probó una vez cada uno de los que nombra, sólo los quería probar, nada más. En cambio, los psicoestimulantes le producían mayor placer y por eso mantuvo en el tiempo su consumo. También me comenta que estaba perfectamente informado por los programas de prevención que se llevan a cabo en institutos y otras organizaciones que sabía lo que tenía entre manos, pero que como quería consumir le daba igual. Esto debería ser un punto de reflexión para reorientar nuestras actividades preventivas. Me llama la atención cómo dejó de consumir, se dio cuenta de que no merecía la pena, tenía otras cosas más importantes en la vida que la droga, el trabajo, personas, actividades. Y también me resultó curioso que le cueste más dejar de fumar que haber dejado la cocaína tras varios años de consumo.

Esta entrevista me ha enseñado a que es posible dejar el abuso o consumo de drogas si hay intención de dejarlo y una gran motivación por parte del usuario.

Pudo suponer un problema en la entrevista que nos conociéramos previamente, ya que no me habló tanto de su familia como de sus amistades relacionadas con el mundo de las drogas o los sentimientos que éstas le generaron.

 

Bibliografía

1. Carabero AJ, Colmenares BE, Saldivar HG. Diferencias por género en el consumo de alcohol en Ciudad de México. Salud Pública de México. 1999; 41: 177-188.         [ Links ]

2. Leyva-Moral, Juan M. Diario de una vida que no pudo ser. Estudio fenomenológico sobre la drogodependencia. Index de enfermería (edición digital) 2007; 57. Disponible en: http://www.index-f.com/index-enfermeria/57/6420.php [Consultado el 8 de febrero de 2011]         [ Links ].

3. Lozano Cerrato S. Con suma curiosidad. Archivos de la Memoria 2006; 3(2). Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/3/a20613.php [Consultado el 8 de febrero de 2011]         [ Links ].

4. Cazenave González A, Farias A. Desvelar el significado del proceso de rehabilitación en hombres con adicción a sustancias psicoactivas. Rev Paraninfo Digital, 2007; 1. Disponible en: http://index-f.com/para/n1/o134.php [Consultado el 8 de febrero de 2011]         [ Links ].

5. Morales Camacho V, Santoja Seguí R, Parra Soriano I. Problemas en la adolescencia: hablemos de drogas. Invest & Cuid. 2005 2o Semestre; 3(7): 24-30.         [ Links ]

6. Los jóvenes y la salud. Conclusiones de las VI Jornadas de la Fundación Index y III Reunión sobre Investigación Cualitativa en Salud. Index de Enfermería 2002; 36-37: 83-92.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
C/ Eduardo del Puedo 1, Apto. 28.
50009 Zaragoza, España
piticlin_graus@hotmail.com

Manuscrito recibido el 5.7.2011
Manuscrito aceptado el 22.9.2011

 

 

TEXTO BIOGRÁFICO*

FAMILIA. No vivo con mi familia, ellos están en otra ciudad. Mis padres se divorciaron cuando yo era muy pequeño y tengo un hermano dos años menor que yo. Mi madre y él viven en otra ciudad. De todas maneras me sinceré [en cuanto a las drogas] con ellos en una ocasión y no se ha vuelto a repetir. Fue una de las cosas [la familia] que me ayudó a decir "¿dónde andas?". Tampoco le dio mucha importancia mi familia, dijeron "ya lo has dejado, pues ya está". Se lo dije después de haberlo dejado. En mi ciudad, volví de fiesta una noche y siempre me gusta hablar con mi madre antes de acostarme, y en una de esas se lo conté. No volvimos a hablar del tema, está como tabú en mi familia.

DATOS PERSONALES. Ahora tengo 31 años, me he movido por bastantes sitios. Yo estaba totalmente en contra [de las drogas] pero empecé muy tarde, muy tarde. Había empezado a trabajar, estaba en otra ciudad, acababa de terminar un curso, el curso y fue como una fiesta para mí. Mi trabajo implica mucho esfuerzo psicológico especialmente y físico, pero psicológico sobre todo. Un medio al que no estamos acostumbrados, y cuesta adaptarse. Cuando empecé a meterme trabajaba en el mundo de la noche, y eso ayuda bastante. Yo practico deportes de riesgo, y también creo que la adrenalina de saber que estas haciendo algo malo te da pié a consumir. Ves muy lejos el miedo, el peligro, no eres consciente de que te puede pasar algo malo, entonces le pierdes el miedo. Yo soy un yonki de la adrenalina y la conseguía practicando deportes de riesgo, pero cuando te falta eso...

AMISTADES Y DROGAS. Yo estaba metido dentro del movimiento grunge y eso también supone un principio, dentro de este movimiento están muy metidas las drogas, entonces, hasta las drogas muy muy duras, pero esas no las he catado.

Empecé a fumar muy tarde ya. Primero con tabaco, seguí la escala de siempre, la típica, primero tabaco, alcohol. En realidad fue primero el alcohol, en las fiestas del pueblo, con 13 o 15 años. A fumar con 16, primero algún cigarrito en fiestas, con los amigos y luego a comprar yo.

La primera vez que me fumé un petardo ya era bastante avanzado [en edad], fue en una borrachera, con 18 o 19 años. Nos juntamos unos amigos, tal, uno trajo una chinita y le di dos caladas. Me movió a probarlo, yo que sé, la situación, estábamos en casa con unas cervezas jugando a la play y le di unas caladitas. Todos los que estábamos allí estábamos fumando porros, 4 o 5 personas. A raíz de entonces tuve una temporada de mes y pico que fumaba un montón, comprábamos entre varios compañeros de piso y siempre teníamos algo en casa. Se juntó un poco todo, no teníamos un duro, no podíamos salir por ahí, entonces en su lugar comprábamos porros y nos montábamos la fiesta en casa. El dinero que cobraba se iba la mayoría para el alquiler y para comida, no nos quedaba para salir de fiesta.

La escalada siguiente, empecé con la farlopa y el speed. No se que edad tendría, fue después de mucho tiempo de fumar porros. Era reticente a la cocaína, muy muy muy. Yo creo que empezó a raíz de una relación de pareja larga que tuve, cuando corté, pues el buscar nueva gente, yo creo que siempre lo relaciono con la gente, siempre, siempre, ¿sabes? Y que si sales por ahí, estas buscando algo por ahí, todos los fines de semana salir. Ya cobrábamos un poco más, también las compañías. Ahora se puede comprar en cualquier sitio, lo que tardas en salir a la calle, está muy al alcance de la mano. Es otro de los peligros. Hay críos de 15 años que te venden. Uno de los que me pasaba porros tenía 14 años cuando nosotros teníamos 19. Salía con gente completamente distinta y apareció eso por ahí un día de borrachera. Mis amigos de entonces ya consumían de antes, especialmente uno de ellos. Comprábamos 2 grametes o por ahí, entre varios, es una droga cara.

El trabajar en el mundo de la noche ayuda bastante, estas en la barra y bebes chupitos, cubatas, vas pedo y se te ocurre echarte un tirito para bajarlo, lo típico. Fue la temporada que más gente conocí en esta vida. Y todos movidos por lo mismo. Hay muchísima gente, y ya no gente estándar, por llamarlo así. Gente del mundo de la noche, y unos pivones de cuidao, muy al alcance y pensaba, "pues voy a esa esquina y me zumbo a una" estaban muy al alcance, ¿sabes?, eso te da mucho pie. Es que salías con todos los camareros de la ciudad, todos los camareros y acabábamos en afters hasta las 12 de la mañana, todos reventados. Y al día siguiente a las siete de la tarde a trabajar a la discoteca otra vez. Eso ayudó mucho a meterme. De camareros no se escapaba ninguno de consumir, los únicos alguno de seguridad que no consumía.

Mis amigos de verdad no consumían, mis amigos de mi ciudad natal no. Allí no se mueve tanto como aquí, era muy difícil de conseguir.

Ahora, lo que he salido con mis amigos de la época en la que consumía, al principio los ves normal, pero llega un punto en el que los ves que no son normales, entonces me iba a casa. No estamos en la misma longitud de onda. En esos momentos no me apetece consumir, pues ves el efecto que les produce y casi que peor. Dan muy mala impresión, no es el mismo efecto que tenía yo. Les da por faltar al respeto a la gente y a cada uno le da por un rollo completamente distinto. A mí no me alteraba los nervios. Muchos de ellos llevan años consumiendo.

DROGAS Y SENTIMIENTOS. Los porros me daban una modorra de tres pares de cojones y estaba descojonado de risa, todos los que estábamos fumando estábamos descojonados. A raíz de probarlos tuve una temporada de mes y pico que fumaba un montón.

La cocaína y el speed me daban más ganas de tal, te desinhibía bastante más, te hacía menearte y tal. No recuerdo exactamente el momento [en el que empecé a consumir cocaína] porque para mí no fue un paso duro, un decir "joder". Consumía un gramo o por ahí. Los fines de semana que no salía no consumía nada, pero cuando iba a salir y tal y cual ya iba llamando para tenerlo preparado. Estuve un año consumiendo o por ahí, pero hubo un momento que me daba igual que fuera martes, lunes, jueves o sábado, esto duró muy poquito, un par de meses o algo así, hasta el momento que dices "¿qué estas haciendo tronco?" y dices "hostia", entonces empecé a bajar, ya era mucho más esporádico, ya tal. Hasta ahora que ya nada desde hace bastante tiempo. Me ayudaba a socializarme, pero permitía el yo seguir bebiendo y no estar en una situación de borrachera, en mí, la reacción en la gente es diferente, y he tenido compañeros que no se les entendía al hablar. Mi sensación era de mucha calma, no era euforia, era estar tranquilo, no alterado. Me dejaba reaccionar tranquilamente a las cosas, me bajaba el nerviosismo, por eso me atraía yo creo. Pero sobre todo el poder aguantar toda la noche, echarte un cubatilla o dos en cada bar está de puta madre. Era para que mi cuerpo aguantara más. Para mí uno de los problemas que tenía esa droga era el bajón del día siguiente, super agudo para mí. No eres capaz de salir de casa. Pasaba de estar super bien, emocionado a no querer salir a la calle, daba por culo hasta ir a comprar pan. Cuando tuve el pico de consumo no había bajones, me metía a lo loco. Lo que sí que se notaba que todo el mundo se volvía un poco extraño, no era loca la cosa pero igual estaba en casa tirado y tal, me llamaba un amigo, nos cogíamos un pollo y nos íbamos a limpiar el coche a las tres de la mañana o acabábamos en casa de alguien echando unas cervezas, un puntito de locura que a veces te hace falta. Yo estaba sólo en casa, lo único que tenía eran los amigos. Se desestructuraban mis horarios totalmente. Lo que más resaltaría de la época de consumo de cocaína es el desenfreno.

Sabía que eran malas por charlas en el instituto, hice un curso de la Cruz Roja de drogas y conocía todos los problemas antes de consumir, pero, no le das importancia a eso cuando vas a consumir, pasas, te da igual. Te dabas cuenta el día de bajón, te arrepentías, jurabas no probarlo más y ya estaba buscando el teléfono otra vez [para comprar]. Creo que los problemas de salud que da son a largo tiempo y no te das cuenta, hombre, si que llevas la cara demacrada, ojeras de caballo, cansancio, sin ganas de nada, entonces o te tirabas de un paracaídas o no te daba subidón. Nunca tuve ningún problema por el que me tuvieran que llevar al hospital, siempre he controlado bastante. De hecho con los porros no bebía alcohol, igual una cerveza, pero no, sino me mareaba mucho. Cocaína y alcohol o speed y alcohol sí, te lo pide el cuerpo. No mezclaba todas las drogas. No le veía el lado malo, al tiempo si que te das cuenta del lado malo, sobre todo a la cocaína. De todas las drogas que he probado la que menos miedo me ha dado la cocaína, lo veía más normal. Los porros llegó un momento que se acabó, no volví a darle, me dejaban tirado todo el día entonces no me gustaba. Creo que las drogas peores de todas son las que consumes y no te das cuenta, tabaco y alcohol, están tan socializadas y se ven tan normal, yo creo que la cocaína será algo igual, porque está tan extendida que es exagerado, gente que crees que nunca consumiría son consumidores habituales.

Probé otras drogas legales, la salvia y supercap son alucinógenos y se venden en tiendas hippies. Eran sensaciones. En el papel, cuando lo comprabas, te proponían formas de experimentar con ellas. La salvia tardaba en subir una hora y de repente veías como una alucinación y se pasaba. Una vez probé la ketamina, pero era por hacer la tontería como quien dice, es como el efecto de los porros pero super a lo bestia, con eso si que hay que tener cuidado. Vas todo emparanoiado, sensación de flotar, calentón de todo y te descojonas vivo. Lo que no probaría sería el tripi, probé una miseria y me dio la sensación de que toda la discoteca me quería pegar, que todos me estaban mirando, me tuve que ir. Lo que peor me ha sentado han sido los alucinógenos, con la cocaína o el speed no me han dado malas sensaciones. Los alucinógenos los probaba para vivir la experiencia y la cocaína y el speed para evadirme, desconectar. El tabaco me quita ansiedad, hay momentos en los que lo necesito más, porque me agobio, estoy nervioso o algo así. Pero lo demás no.

En medio de la locura de las drogas, yo tenía mi doble cara, por un lado iba todo grillao y por otro me compré la casa, con toda mi cabeza y era capaz de llevar la economía de la casa, era una cosa muy rara. Me saqué el carnet, me compré coche, moto y nunca necesité ni pedí dinero para drogarme. Si no podía salir un fin de semana no salía y si no tenía para comprar tampoco compraba. No fue una dependencia de decir "joder", a lo mejor fue por el tiempo, que estuve poco tiempo relativamente, en comparación con otros compañeros.

Para mí ha sido una experiencia buena, no lo veo como algo malo, me arrepiento por el tiempo que me ha hecho perder, pero también te da por hacer un montón de cosas y con eso me he quedado. ¿Lo volvería a probar? Yo que sé, puede ser, pero me tendría que ver en la situación, yo creo que no. Ya no creo que siguiera el mismo cauce que antes. Simplemente el efecto que tuviera en mí no creo que fuera el mismo. Creo que el nivel de culpabilidad subiría, entonces no.

CESE DE CONSUMO. Yo digo que siempre hay una temporada para todo, hay una temporada de buscar cosas nuevas, hay una temporada de estabilidad y hay una temporada de decir "pues hay que hacer algo con la vida de uno, hay que despabilar", y yo que sé. El estabilizarme en mi trabajo, el tener mi casa. No recuerdo cuando fue la última vez [que consumí] pero hace un huevazo, creo que ya ni me acuerdo, uno o dos años. Por un lado echaba de menos consumir, pero como lo dejé por una promesa, le echaba más pelotas para no consumir. Cuando haces una promesa con alguien importante pues punto pelota, se acabó. En una escala de importancia le daba la misma importancia que un osito para un crío. Al principio todos los días con el osito y después pues acaba en el fondo del armario. A nivel psicológico para mí fue un juguete más. Entonces cuando te cansas de ese juguete y ves que hay otras cosas y otro juguete pues lo dejas, no hay ni porque sí ni porqué no, te digo en mi caso, hay gente que no lo deja. Yo creo que teniendo dos dedos de frente y viendo lo que tienes alrededor. No es tener personas que te ayuden es simplemente un poco de cabeza y tener las cosas claras. Yo he sido muy loco y he hecho muchas burradas, pero creo que la cabeza la he tenido donde la tengo que tener. También el trabajo, el tal, el decir "hostia, que puedo perder el trabajo" y eso, después de haber hecho una oposición y jugártela por un día de fiesta pues me parece un poco tontería, sinceramente. Ahora no necesito nada más, en mi trabajo libero mucha adrenalina. Fue una temporada, a mi parecer, una temporada que igual que experimentas con el sexo o con los deportes pues experimentas con las drogas. Es una experiencia más, porque he podido salir de ello. Otra cosa es que haya gente que no salga, porque estén tan hundidos que no son capaces de emerger de esa situación o no tengan otra cosa que hacer. Si no quieres salir no sales. También estuve un año sin fumar y me costó más dejar de fumar que de consumir cocaína.

Vocabulario

Meterme: Consumir drogas por vía diferente a la inhalada u oral. En este caso esnifar.
Grunge: Movimiento o cultura juvenil de principios de los 90.
Petardo: Porro. Tabaco mezclado con marihuana o hachís (THC).
Chinita: Pequeña porción de hachís.
Caladas: Inhalación del cigarro con marihuana o hachís.
Play: Hace referencia a la consola de videojuegos Play Station.
Grametes: Diminutivo de gramo. Forma de venta de la cocaína o speed.
Tirito: Tras la preparación de la cocaína en polvo para el consumo, esnifarse la ración preparada. También conocido como "raya".
Pivones: Hace referencia a una mujer extremadamente guapa.
Zumbo: En este contexto, mantener relaciones sexuales.
Afters: [después de.] En el contexto de una juerga son las únicas discotecas que quedan abiertas cuando cierran el resto de locales de una ciudad.
Reventados: Cansados, agotados, extenuados.
Rollo: En este contexto, la sensación que les producen las drogas y cómo reaccionan ante ellas.
Pollo: Otra forma de llamar, en jerga, al gramo de cocaína.
Subidón: Momento de máximo efecto de la droga en el organismo.
Darle: En este contexto, volver a fumar porros.
Salvia: Hierba que provoca grandes alucinaciones, es un alucinógeno no alcaloide. Utilizada por Chamanes en México.
Supercap: Droga estimulante legal, comercializada actualmente, en algunas páginas webs le llaman droga inteligente y dicen que mejora el rendimiento intelectual.
Tripi: LSD, alucinógeno.
Grillao: En este contexto, colocado.
Descojonarse: Forma coloquial de hablar de un ataque de risa.

 


*Nota del Editor: El informante utiliza a menudo palabras malsonantes que se han mantenido en el texto al considerar que ayudan a comprender el contexto en el que el mismo se mueve.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons