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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.22 n.1-2 Granada Jan./Jun. 2013

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962013000100010 

ARTÍCULOS ESPECIALES

REVISIONES

 

Impacto de la formación y los conocimientos de las enfermeras en la calidad de los cuidados en drogodependientes

The impact of nurses´ training and knowledge in the quality of care for drug-dependents

 

 

Jesús Molina Mula1, Daniel Hernández Sánchez2, Marga Simonet Bennassar3, Antonia Gelabert Binimelis4 y Grupo de Investigación Balear de Enfermería en Drogodependencias5

1Universidad de las Islas Baleares, Palma de Mallorca, España.
2Cuidados Intensivos
3Urgencias
4Salud Mental, Hospital de Manacor, Mallorca, España.
5Grupo de Investigación Balear de Enfermería en Drogodependencias (GIBED): Eva Carnicero Viñals, Ana Isabel Castaño Fernández, Francisco Clar Aragón, Antonio González Trujillo, Juan Antonio López Alabarce, Mercedes Montalbán Romero, Elena Sanz Álvarez, Marta Vilardell Balash

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El déficit de conocimientos y de formación de los profesionales en drogodependencias puede impactar en la calidad de la atención a este tipo de pacientes. El objetivo de esta revisión bibliográfica es analizar la evidencia científica al respecto y las posibles estrategias para mejorar la atención a pacientes dependientes de sustancias adictivas. Se realizó una búsqueda bibliográfica en profundidad durante 2010-2011 en Pubmed, IME, Cochrane, CINAHL, Cuiden, Ebscohost, Ibecs y Psicodoc. Del resultado de esta revisión de la literatura se obtuvo la evidencia científica sobre la influencia de la formación y los conocimientos sobre drogodependencias de los profesionales de la salud en la calidad de la atención proporcionada. La evidencia científica revisada no establece conclusiones claras sobre el tipo de intervenciones formativas en drogodependencias. A pesar de esto, en su mayoría, los autores consideran que la formación y los conocimientos adquiridos pre o postgrado o por experiencia son un aspecto fundamental para modificar las actitudes ante los pacientes drogodependientes.

Palabras clave: Rol Profesional, Trastornos Relacionados con Sustancias, Enfermeras, Capacitación Profesional.


ABSTRACT

The lack of knowledge and training of professionals in addiction can impact the quality of care for these patients. The aim of this review is analyze the scientific evidence in substance-related disorders and possible strategies to improve care for these patients. We conducted a literature review depth during 2010-2011 in PubMed, IME, Cochrane, CINAHL, Cuiden, EBSCOhost, Ibecs and Psicodoc. The outcome of this review was obtained scientific evidence on the influence of training and knowledge of drug addiction in health professionals in the quality of care provided. Reviewed scientific evidence does not provide clear conclusions about the type of training interventions in drug addiction. Despite this, most of the authors consider that the training and knowledge undergraduate or graduate or experience is a key to changing attitudes towards drug-dependent patients.

Key words: Professional Role, Substance-Related Disorders, Nurse, Professional Training.


 

Introducción

El déficit de conocimientos y de formación de los profesionales junto con la falta de diseño e implementación de un protocolo multidisciplinar, para tratar a una persona consumidora de sustancias adictivas, en ocasiones, impiden realizar una valoración inicial del paciente, adecuada al tipo de dependencia. El objetivo de este estudio es analizar cómo este déficit de conocimientos y formación de los profesionales impactan en la calidad de la atención proporcionada a drogodependientes.

Se realizó una búsqueda bibliográfica exhaustiva durante 2010-2011. Se consultaron las bases de datos PUBMED, IME, COCHRANE, CINAHL, CUIDEN, EBSCOHOST, IBECS y PSICODOC. Del resultado de esta revisión de la literatura emergieron dos categorías temáticas, por un lado los artículos que hacían referencia a la influencia de las actitudes profesionales en la calidad de los cuidados al drogodependiente1 y por otro lado los que se referían a dicha influencia pero a consecuencia de la formación y los conocimientos sobre drogodependencias de los profesionales de la salud. En éste artículo nos centraremos en la segunda categoría temática, intentando analizar la literatura científica sobre cómo la formación y los conocimientos de los profesionales de la salud (eje para la atención en drogodependencias) impactan en la calidad de los cuidados.

En general, se ha identificado que pocos servicios hospitalarios cuentan con procedimientos adecuados para el manejo de pacientes drogodependientes, en lo referente a técnicas de detección, a información que se obtiene del paciente acerca del consumo, al registro en la historia del paciente y la forma de hacerlo.2,3 Por lo que se pone de manifiesto en la literatura, la carencia de personal capacitado en el manejo de este tipo de pacientes y la falta de formación entre los profesionales sobre los efectos y consecuencias del abuso de sustancias adictivas,4 junto con las barreras propias del servicio como son la falta de tiempo y los recursos que se disponen2,3 son claves a tener en cuenta.

En relación al tratamiento de los pacientes con problemas de abuso de drogas, la mayoría de estudios5 indican que la escasez de conocimientos de los profesionales pueden influir negativamente en el cuidado que los drogodependientes reciben,6 pero algunos autores no consideran esta falta de formación como un factor determinante a la hora de evaluar el nivel de competencia profesional.4

La evidencia científica revisada no establece conclusiones claras sobre el tipo de intervenciones formativas o educativas en drogodependencias que deben recibir los profesionales de la salud y la mayoría de estudios no establecen niveles de evidencia suficiente para declinarse por un tipo de intervención u otra, lo que dificulta la identificación del impacto que esto puede provocar en la calidad de los cuidados.

En España no existen estudios que aborden este fenómeno y que sitúen el contexto específico de nuestro entorno sanitario. Únicamente existen estudios descriptivos sobre la formación pregrado que reciben algunos profesionales de la salud en materia de drogodependencias, aunque la mayoría de los autores consideran la formación y los conocimientos adquiridos pre o postgrado o por experiencia como un aspecto fundamental para modificar las actitudes ante los pacientes dependientes de sustancias adictivas. Por esta razón, este será un foco de atención a analizar en este artículo.

 

El contexto de los conocimientos de los profesionales de la salud en drogodependencias

La mayoría de autores identifican que los profesionales de la salud perciben al drogodependiente, en general, como pacientes molestos, desagradables y costosos socialmente, aunque existen algunas diferencias dependiendo de la disciplina.7-9 Por ejemplo, los médicos reconocen tener más dificultad para tratar a este tipo de pacientes,10 consideran su atención como una pérdida de tiempo9 y perciben menor satisfacción profesional si comparan la atención con otras patologías más frecuentes.11

Es curioso como algunos autores evidencian que con los años de formación, la actitud tiende a empeorar,9 mientras que otros identifican actitudes más positivas a medida que aumenta la formación reglada, aunque en general todos los estudios afirman que la actitud ante el drogodependiente (mejore o no con formación) dista bastante del resto de patologías.9,11 Todos los autores coinciden de manera unánime en la necesidad de formación, en ampliarla y mejorarla para revertir actitudes negativas frente al tratamiento y cuidado de pacientes con trastorno por uso de sustancias. Relacionan que al mejorar los conocimientos y las actitudes aumenta la satisfacción profesional, su seguridad, confianza y la calidad de la atención a los pacientes con trastorno por uso de sustancias.

Pillon evidenció que existe una escasez de investigación y preparación educativa de los profesionales sanitarios en la atención y manejo del abuso de sustancias.12 La mayoría de los estudiantes percibe el abuso de sustancias como un problema psiquiátrico y predominantemente categorizado por un modelo de enfermedad médica, debido al enfoque farmacológico que se da a la gestión del abuso de sustancias y no a un enfoque bio-psicosocial. Según López Honrubia, los profesionales de la salud y estudiantes comparten con el resto de la sociedad las creencias e imágenes sociales respecto a las drogas (son comparables a los de la población general), a veces muy estereotipadas.13 Su formación sanitaria no parece ser suficiente para que cambien o se maticen. Los autores afirman que se mantiene una percepción diferente del riesgo de aquellas sustancias legales o consideradas drogas blandas y existe una valoración altamente prevalente de carácter moral asociada al consumo, de forma que los consumidores son vistos en gran medida como depravados. Dichas actitudes pueden verse modificadas, según López Honrubia mediante programas de formación adecuados.13

 

¿Existe relación entre el cambio de las actitudes de las enfermeras y la formación y conocimientos sobre drogodependencias que recibe?

Según la bibliografía consultada, la respuesta a esta pregunta, es diversa y compleja. No se declina hacia un tipo de intervención u otra al respecto. Para arrojar algo de luz a esta cuestión hemos analizado los diferentes estudios científicos realizados, que por un lado han identificado un cambio de las actitudes de las enfermeras o estudiantes de enfermería tras una actividad formativa hacia los drogodependientes, que detectan que las enfermeras tienen actitudes menos cínicas y punitivas al final que al principio de la formación.12-14 Y por otro lado, existen un número importante de investigaciones que no encuentran diferencias significativas en las actitudes de las enfermeras tras aplicar un periodo formativo.14-16

Esta controversia ha provocado que autores relevantes en el estudio de las actitudes de las enfermeras ante los drogodependientes, concluyan que los programas de formación a enfermeras en esta materia han resultado ineficaces para modificar las actitudes de los profesionales, por lo que deben ser identificados nuevos programas para el cambio de dichas actitudes.15,16 Sin embargo, otras investigaciones más recientes consideran que el tipo de formación recibida por los profesionales es un factor importante para generar cambios actitudinales y abogan por una formación específica en drogodependencias para atender y cuidar a este tipo de pacientes.17 Organismos internacionales como el comité on Crossing the quality Chasm: Adaptation to Mental Healt and Addictive Disorders plantea que las escuelas de Enfermería deben proporcionar una formación mínima sobre los conceptos básicos necesarios para desarrollar una actividad enfermera en dependencias. El comité considera que esta carencia no solo afecta a los profesionales de Enfermería sino a todos los profesionales de la salud.

En relación a este último punto, la International Nurses Society on Addictions (IntNSA) advierte que los programas que las universidades imparten no ponen suficiente énfasis en la evidencia científica en este aspecto, lo que genera una serie de dificultades en la puesta en marcha de programas de prevención e intervención eficaces en drogodependencias por parte de las enfermeras. Esta sociedad científica destaca que actualmente se ha detectado muy poca formación curricular en este campo, siendo relegada a un segundo plano en las enfermeras. Estas premisas nos hacen centrarnos en la formación de las enfermeras en este campo que además está íntimamente relacionada con las actitudes de los profesionales. Por tanto, sería conveniente unir estas temáticas para su mejor entendimiento y comprensión.

La OMS y la International Nursing Council recomiendan que las enfermeras reciban una formación en esta materia mucho más completa que la hasta ahora registrada en las escuelas de enfermería.18 Además, se aboga desde los diferentes organismos internacionales, para que dicha formación se vea reflejada en la práctica clínica de las enfermeras. Según la American Nurses Association, sólo un 10% de las enfermeras en áreas de psiquiatría consideraban que su trabajo implique la atención de pacientes drogodependientes pero la realidad reflejaba que estaban en contacto con un número mucho mayor.

Según revelaba una amplia revisión de los contenidos sobre drogodependencias en la formación de las enfermeras pre y postgraduadas en Inglaterra, Scotland, USA, Australia y Brasil comprendida desde los años 1993 al 2006, dichos contenidos eran inadecuados. Esta falta de preparación es causa de la escasez de estudios de investigación y posible causa de las actitudes de tipo punitivo, moralista, pesimista y esteriotipador en los profesionales ante pacientes dependientes19 así como de un bajo nivel de conocimiento y éxito en el cuidado proporcionado. Aunque estudios realizados simultáneamente como el de Arthur y Goddard denoten un cambio progresivo al respecto.20,21

 

La formación como eje de la mejora de la calidad de los cuidados a los drogodependientes

Grafham analizó cómo el grado de especialización de los profesionales de enfermería en drogodependencias generaba una serie de actitudes más positivas que aquellos que no han recibido formación o no tienen ningún tipo de motivación.22 Concluye que según el estereotipo y percepción de los profesionales sobre los drogodependientes se genera un cuidado que puede llegar a perjudicar y considerar este tipo de pacientes como de segunda categoría.23 En esta línea, Carrol destacó que se habían detectado actitudes más positivas en aquellos profesionales más jóvenes y con menor grado de experiencia clínica, lo que demostró mejor atención en educación para la salud y apoyo emocional a los usuarios y sus familias.24

Algunos autores han señalado a través de estudios empíricos realizados en servicios de urgencias, que no solamente se debe desarrollar un programa formativo entre los profesionales que atienden a los dependientes, sino que estas intervenciones deben estar integradas en la práctica clínica diaria para que sean efectivas.25 Pero además de esta implantación en la rutina diaria, es preciso un tiempo y personal adecuado para atender a las demandas actuales. Estos factores han sido determinantes para que en ocasiones, la enfermera en los servicios de urgencia no considere al drogodependiente como parte de su responsabilidad asistencial, derivando esta tarea únicamente a los profesionales de Atención Primaria de Salud u otros profesionales especializados en este campo. Aludiendo al estudio realizado por Nordqvist se concluyó que las enfermeras de los servicios de urgencias no consideran este servicio como adecuado para intervenir, fuera de lo que sea considerada la urgencia vital al paciente dependiente de sustancias adictivas, por una falta de tiempo y por una percepción de estos pacientes como sujetos delicados.25 Tras un periodo de formación y screening en el personal de estos servicios y una implantación de un programa, se vio que se modificaron levemente las actitudes de las enfermeras y comenzaron a considerar que se podían realizar algún tipo de intervención en los servicios de urgencias.

A este respecto, Rassool y Rawaf muestran en sus resultados que los programas de educación en estudiantes de enfermería tenían un impacto directo en el cambio de las actitudes hacia los pacientes drogodependientes, proporcionando mejoras importantes a la hora de identificar la historia de vida de la dependencia y sobre los cuidados programados.19 Podemos destacar que aunque las enfermeras no son entusiastas en el cuidado de los pacientes con dependencias, debido a la falta de conocimientos y metas a alcanzar con estos pacientes, son ellas mismas las que demandan mayor formación en este campo. Reconocen que estas carencias formativas les provocan estados mayores de ansiedad, escaso protagonismo en el cuidado de estos pacientes y limitaciones en el soporte que le proporcionan.

Las enfermeras expresan tener menos paciencia y falta de conocimiento así como sentimientos de disgusto, enfado y ansiedad cuando tienen que atender a pacientes dependientes. En aquellos centros donde no hay unidades específicas o hay una ausencia de programas de atención a los pacientes drogodependientes, las actitudes negativas de los profesionales son mucho más acuciantes.26 De este modo, los autores plantean que el análisis de aquellos aspectos que generan actitudes positivas en las enfermeras ante los pacientes dependientes es un punto clave para la mejora de la calidad de los cuidados.22-24 Algunos de estos aspectos son la importancia de un equipo multidisciplinar, la accesibilidad de los profesionales implicados y la comunicación del equipo, los años de experiencia con pacientes drogodependientes, la motivación de los profesionales, la comprensión de la situación y problemática de las dependencias, la especialización de las enfermeras, la elección voluntaria de trabajar en área de dependencias, las habilidades personales para atender a este tipo de pacientes y la interacción con el resto de profesionales. Otros factores que pueden estar influyendo en las actitudes de las enfermeras hacen referencia a la condición religiosa, la concepción de Dios y la cultura, según revela un estudio realizado por Bard, que relaciona el estigma social del consumo de sustancias con la percepción y actitud que pueda tener la enfermera ante este tipo de pacientes.27

La mayoría de autores coinciden que el análisis y estudio de todos estos factores no provocarán un cambio en las actitudes de las enfermeras si no son usados aprovechando el sentimiento de dichos profesionales como parte importante del cuidado de los pacientes drogodependientes, es decir, sintiendo estos que su rol profesional incluye el cuidado de los dependientes,28 lo que implica activar y maximizar el potencial de los profesionales en la contribución en esta área. Deehan y cols. abogan por una serie de posibilidades: (a) paquetes de autoformación, (b) enfermeras especialistas en promoción de la salud, (c) utilización de los recursos existentes para el desarrollo profesional de las enfermeras, e (d) inclusión de los pacientes drogodependientes en los programas de pacientes crónicos.28

Podemos concluir que según los estudios realizados, son los propios profesionales los que detectan carencias importantes en su formación y en su habilidad para cuidar a este tipo de pacientes y creen necesario la aplicación de determinados programas de formación para que se produzca un cambio de actitud en este sentido.24 Además se destaca que estos programas de formación deben ser implantados de forma habitual en la práctica clínica, sobre todo en servicios como urgencias y psiquiatría, donde prevalece la presencia de pacientes dependientes a sustancias. El objetivo de esta implementación cubriría la limitación actual para detectar los casos de consumo y dependencia. Las opciones propuestas son múltiples, pero las más experimentadas giran en torno a la realización de screening y cuestionarios al respecto tanto para profesionales como los propios pacientes.

 

Retos en la formación de las enfermeras en materia de drogodependencias

El nivel de preparación que las enfermeras reciben podría determinar el rol que adquieren en el campo de las drogodependencias. Se precisa de un conocimiento apropiado para desarrollar unos objetivos coherentes con las necesidades de estos pacientes. Por ello, resulta imprescindible partir de investigaciones de rigor que nos aproximen a la mejora de la calidad de los cuidados en pacientes drogodependientes, ante la escasez de estudios empíricos realizados en España hasta el momento.

Actualmente pocas escuelas de Enfermería incluyen entre su formación pregrado un cuerpo de conocimientos adaptado al paciente drogodependiente. Las enfermeras son responsables junto con otros profesionales de la salud de los niveles de prevención en drogodependencias, por lo que se hace necesario proporcionar conocimientos y herramientas que permitan comprender la complejidad de este tipo de pacientes.

Los artículos revisados plantean la necesidad de implementar contenidos sobre drogodependencias en el curriculum formativo de las enfermeras, incluyendo el tipo de sustancias existentes, los factores predisponentes, la demografía, los efectos psicológicos y físicos, los usos y abusos, las alternativas de tratamiento y los efectos en la familia y la sociedad. Además de incluir talleres que dinamicen los métodos de aprendizaje, las opciones de soporte y las técnicas de educación y prevención. De esta forma, la enfermera podrá incorporar en su práctica clínica mejoras en la calidad de los cuidados a los pacientes dependientes y programas efectivos para la prevención e intervención en este campo.

Los autores concluyen que la formación en drogodependencias a profesionales de Enfermería debe ser entendida como un proceso continuo que incluya, primero formación pregrado y segundo una formación específica. Ambas irán modelando las actitudes, creencias, valores y comportamientos de las enfermeras ante pacientes drogodependientes con el fin de poder introducir cambios en la mejora de los cuidados proporcionados. Para producir estos cambios, algunos estudios plantean la promoción del rol de la enfermera en áreas de cuidado como la desintoxicación y rehabilitación, el cuidado de las enfermedades asociadas (como el VIH y otras) y la reinserción social del drogodependiente.

 

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Dirección para correspondencia:
Jesús Molina Mula
Departament d´Infermeria i Fisioteràpia
Edf. Guillem Cifre de Colonya.
Universitat de les Illes Balears.
Ctra. Valldemossa, Km 7,5
07122 Palma de Mallorca, España
jesus.molina@uib.es

Manuscrito recibido el 6.12.2011
Manuscrito aceptado el 26.1.2012

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