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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.24 n.1-2 Granada Jan./Jun. 2015

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962015000100005 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

El empoderamiento político de los enfermeros en la práctica hospitalaria

The political empowerment of nurses in hospital practice

 

 

Adrize Rutz Porto1, Maira Buss Thofehrn2

1Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Porto Alegre, Brasil.
2Departamento de Enfermagem, Universidade Federal de Pelotas, Pelotas, Brasil

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivo: comprender el proceso de búsqueda del empoderamiento político de las enfermeras en la práctica hospitalaria.
Metodología: se trata de un estudio cualitativo, participaron 10 enfermeras de diferentes unidades de un hospital escuela en Rio Grande do Sul. Los datos fueron recolectados entre abril y julio de 2011, mediante observación simple, entrevistas semiestructuradas y grupo focal. El contenido obtenido fue tratado por el análisis temático, surgiendo dos temas sobre los obstáculos, bien como de las potencialidades de los enfermeros en su búsqueda del empoderamiento político.
Resultados principales: se puede visualizar la correlación de fuerzas existentes en el hospital con respecto a el enfermero como un ser político.
Conclusión: por un lado, existe la alienación, la propagación del conformismo, de los otros, medios posibles del poder en trabajar juntos, a través de posicionamiento con conocimiento y conciencia crítica sobre el proceso de trabajo y las relaciones interpersonales.

Palabras clave: Enfermería, Política, Poder, Atención hospitalaria, Ambiente de trabajo.


ABSTRACT

Objective: to understand the search process for the political empowerment of nurses in hospital practice.
Methods: it is a qualitative study, which was attended by 10 nurses from different units of a teaching hospital in southern Rio Grande do Sul. The data were collected from April to July 2011, through simple observation, semi-structured interview and focus group. The resulting content was handled under thematic analysis, emerging the themes about obstacles, as to search of nurses for the political empowerment and potentialities to search of nurses for political empowerment.
Results: it was possible to visualize the correlation of forces existing in the hospital with respect to the nurse as a political being.
Conclusions: on the one hand, there is alienation, the spread of conformism, on the other, possible means of power in working together, by positioning with the knowledge and critical awareness about the work process and interpersonal relations.

Key words: Nursing, Politics, Power, Hospital care, Work environment.


 

Introducción

Las investigaciones y los campos de actuación de la Enfermería se han incrementado significativamente en los últimos años, abriendo perspectivas de conocimiento hacia múltiples direcciones y espacios.1 No obstante, en la práctica hospitalaria, aún resulta frecuente encontrarse con la falta de autonomía de los enfermeros. Ante tal circunstancia, se buscan alternativas en las acciones y testimonios de los enfermeros, que puedan tender a formar profesionales conscientes de su práctica y a la ruptura con aquellos factores causantes de sumisión y alta objetivación de su trabajo, apuntándose a la capacitación de profesionales con posicionamiento político.

A tal fin, es vislumbrado el empoderamiento político del enfermero, que implica la garantía del ejercicio de la ciudadanía activa y la actuación orientada por la toma de decisiones, además de facilitar condiciones para la administración sustentable del cuidado en las instituciones de salud.2 La elaboración de esta estrategia resulta necesaria para superar el modelo de atención hegemónico flexneriano, vigente aún en los hospitales, el cual alentó la formación de profesionales de salud en función de las patologías, con foco en la súper-especialización en el cuerpo, sin contemplar las exigencias actuales de las complejas demandas de salud.

Esta forma de producir salud es utilizada también en la Enfermería, necesitándose de una reflexión más profunda sobre la actuación del enfermero en el modelo, apuntando a prevenir la enajenación del profesional ante su actividad, la cual podría distanciarlo del dominio integral de su trabajo.3 En ese ámbito, la política puede constituirse en un elemento del proceso de trabajo de Enfermería, al igual que la acción y el discurso, como factores de conocimiento transversal que impregnan los elementos del quehacer del enfermero: el cuidado terapéutico - finalidad del trabajo, el ser humano - objeto de trabajo, por parte del equipo de enfermería, fuerza de trabajo y el producto final, que es la persona transformada a través del cuidado.4

Por ello, el enfermero con posicionamiento político que a la vez abraza a la ciencia en sí como foco central de su actuación, consigue optar y opinar acerca de cuestiones que interfieren directamente en la producción de salud, movilizando a pacientes y colegas a convertirse en corresponsables por el cuidado, alcanzando una posible obtención de autonomía y emancipación profesional.2

La importancia de esta propuesta se apoya en invertir en el ejercicio crítico-reflexivo y creativo, para reconstruir prácticas mediante la politización innovadora de los enfermeros y su participación, otorgando fuerza y visibilidad a la profesión.5 Frente a los citados factores, el estudio tuvo el objetivo de comprender el proceso de búsqueda del empoderamiento político de los enfermeros en la práctica hospitalaria.

Para Hannah Arendt, la política es la libertad en la cual el sujeto tiene espacio para actuar, pensar y desear sin impedimentos. No obstante, la autora enfatiza que ante la pérdida del espacio público destinado a la manifestación humana del conocimiento político por el advenimiento de la sociedad, existió una modificación del aspecto político en la administración de lo social, es decir, en la administración de intereses privados, no colectivos.6

En la actualidad, se constata la reducción de todo el trabajo al nivel de la labor enfocada al esfuerzo rutinario y cansador, con el único fin de la supervivencia, marginando el sentido de la realización de una obra que sirva a la expresión, que garantice el reconocimiento social y trascienda más allá de la vida de quien la creó.6 Tomando esto en cuenta, se considera indispensable la formación de sujetos politizados, capaces de utilizar la acción y el discurso -en el marco de las relaciones humanas-, en favor de los individuos y los colectivos con carencias de salud, ya que la acción es la única actividad política por excelencia, ejercida directamente entre las personas, dejando de lado la intermediación en la materia.6

La condición básica de la acción y del discurso es la pluralidad, es decir, el vivir como un ser distinto y singular entre iguales. De esta manera, si la pluralidad implica la coexistencia de diferencias, la igualdad a ser alcanzada mediante este ejercicio de intereses es la libertad política.6

 

Metodología

Se trata de un estudio descriptivo, exploratorio, de abordaje cualitativo, realizado en un hospital escuela del sur del estado de Rio Grande do Sul. La elección de los participantes fue plural,6 incluyéndose a 10 enfermeros, uno de cada sector: Clínica Médica, Quirúrgica, Pediátrica, Ginecológica/Obstétrica; Endoscopía, Unidad de Terapia Intensiva de Adultos y Neonatal/Terapia Intermedia Neonatal, Servicio de Cirugía, Quimioterapia y Programa de Internación Domiciliaria Interdisciplinaria (PIDI).

Los 10 participantes del estudio fueron del sexo femenino, 5 estuvieron en el rango de edad entre 24 y 39 años y 5 en el rango de 40 y 48 años, 6 son casadas y 2 no tuvieron hijos. 1 tiene contrato de trabajo hospitalario y las otras tienen régimen de empleo público, relación estatutaria. Además de laborar en el hospital, 4 enfermeras trabajaban en otros emplazamientos: la unidad de atención primaria de salud, la universidad privada, el curso de técnico de enfermería y el departamento municipal de salud. Durante la investigación en este hospital, 6 enfermeras habían trabajado entre 3 y 10 años y, 4 entre 16 y 19 años. 3 enfermeras han graduado por menos de 11 años y las otras por más de 15 años, y 4 enfermeras tienen grado de maestría.

Los datos fueron recolectados y validados entre abril y julio de 2011, mediante observación simple, estructurada y no participante, a partir de un turno de trabajo de cada sujeto, obteniéndose aproximadamente 60 horas de registros en diario de campo. También fue utilizada la técnica de entrevista semiestructurada grabada, y un encuentro de grupo focal grabado de 90 minutos de duración, en el cual participaron cinco enfermeros, dos moderadores y un observador. La realización de "solamente un grupo focal resulta ya suficiente para un análisis cualitativo, en razón de que la sinergia grupal genera un proceso dinámico y único que permite que cada grupo focal sea comprendido como un contexto diferenciado".7:43 Los contenidos resultantes de la recolección de datos fueron tratados por análisis temático.8

Fueron respetados los principios éticos aplicables a investigaciones con seres humanos. Los sujetos de la investigación firmaron el Consentimiento Libre e Informado. El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética e Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad Federal de Pelotas, bajo protocolo no 179/2011. Los sujetos fueron identificados por las iniciales de las técnicas de recolección de datos, de enfermero y por números crecientes: O, E, G, y E1 a E10.

 

Resultados y discusión

Obstáculos de los enfermeros en su búsqueda del empoderamiento político. Los obstáculos tienen el potencial de constituirse en impedimentos en el proceso de búsqueda de empoderamiento político de los enfermeros en la práctica hospitalaria. Uno de esos obstáculos puede consistir en la hegemonía del modelo de atención biomédico en la institución: "Eso es discurso de la facultad. Estamos cansados de oírlo, pero en la práctica lo reproduces, sin siquiera darte cuenta. Nos vemos muy atados a la prescripción médica. [...] Acabas limitándote al quehacer, te vuelves muy mecanicista, si no reparas en ello, acabas siendo apenas uno más en el equipo" (EE2).

El testimonio demuestra la relación de pasividad y sumisión presentes en la fragilidad política del enfermero, limitando la práctica del cuidado a la prescripción médica, lo cual contribuye a limitar posibilidades creativas del profesional.5 La disputa entre médicos y enfermeros por el protagonismo en las acciones de cuidado al paciente, remite al sentido histórico de sumisión de la Enfermería a la Medicina, concepto aún vigente en algunos hospitales.9

En la formación de los enfermeros, parece estar presente el discurso de formación de profesionales críticos y politizados sobre su práctica, aunque en el desempeño cotidiano de sus actividades se observan, prevalentemente, acciones desconectadas del discurso en las que los profesionales se sujetan a las determinaciones superiores de la jerarquía.10

En su búsqueda del poder político, el enfermero también necesita tener en claro la realimentación del quehacer caritativo histórico de la Enfermería entre él y el ser bajo sus cuidados, sabiendo que el paciente, del mismo modo, condiciona al enfermero: "Tenemos que brindarnos a las personas que estamos cuidando [...] y no que ellas se queden agradeciéndote como si les estuvieras haciendo un favor [...] tú atiendes bien, "ah, muchas gracias, eres muy buenita". A veces nos escondemos detrás de eso. Las personas necesitan saber que ya pagaron por todo lo que reciben [...] es muy cómodo que el paciente se comporte como paciente y no como usuario, que sea mucho más pasivo, que reciba sin preguntar, que no pida más" (EE5).

En este discurso, se manifiesta la dimensión caritativa sobre la cual la enfermería se construyó históricamente como profesión. Por ello, es necesaria una ruptura con este discurso, y la valorización del usuario del servicio de salud como sujeto de derecho, capaz de ejercer su autonomía, compartiendo conocimiento, poder y experiencia vivida.11

Vale destacar que pueden existir obstáculos para el empoderamiento político del enfermero en función de su (des)conocimiento sobre el término "política": "El profesional [graduado en] enseñanza media necesita conocer mejor dónde está inserto, y los propios enfermeros, que deberían trabajar más la política [...] Confunden la política con los políticos, y no tenemos credibilidad en ellos: "A mí no me gusta la política". No es una cuestión de gustos, tú estás inserta en la política" (EE5). "No me gusta ser político" (EE6).

La política es considerada como la libertad en la cual el sujeto tiene espacio para actuar, pensar y desear sin impedimentos.6 La falta de comprensión del vocablo y su confusión con el término "político" acaba por crear obstáculos en el ejercicio del poder político del enfermero en su práctica, provocando la enajenación del profesional, consistente en la relación de los trabajadores con el producto de su trabajo y del propio acto de producción, en el cual el trabajo es la persona que se perdió a sí misma.12

De esta manera, el aislamiento relacional del enfermero puede constituirse también en un factor de enajenación: "Tener conocimiento del todo, porque de lo contrario, acabas quedando confinado apenas a tu ambiente laboral" (EE4). "Tenemos una institución formada por varias islas, que eventualmente se entrecruzan cuando el viento es fuerte. Así, acabas quedando muy atado solo a tus rutinas, y te pierdes de aprender con los otros" (GE5).

El aislamiento de los enfermeros deteriora su comprensión de la realidad en la cual trabajan y con la que conviven, pudiendo resultar esto en la ausencia de reflexión y acción sobre sí mismos o sobre el producto de su trabajo. En la visión arendtiana, dicho aislamiento es característico del trabajo ejecutado por el homo faber, no constituyendo una actividad propiamente política, ni pudiendo existir el poder, el espacio de la diversidad y la democracia, pues él solo consigue relacionarse correctamente con otras personas mediante el intercambio de productos con ellas.6

Dicho escenario puede tratarse de una tendencia conformista y homogeneizadora de la sociedad de masas, en la cual, en vez de acción, la sociedad espera que cada uno de sus miembros se comporte de una cierta manera, lo cual tiende a normalizar a los individuos, aboliendo la acción espontánea, la reacción inusitada o la relación humana.6 Es una consecuencia directa de la enajenación del trabajador en relación al producto de su trabajo, a su actividad vital y a su vida como miembro de la especie, en la cual el individuo se distancia de los otros humanos.12

Es decir, como si el trabajo no perteneciese a la naturaleza del trabajador, constituyendo una condición de mera supervivencia, sin transformarse en una fuente de autorrealización, como vehículo necesario para satisfacer otras necesidades materiales.12

De esta manera, un participante establece la subsistencia en relación al trabajo: "No es solo esperar, porque [...] tengo un empleo estable, yo no necesito hacer gran cosa" (EE9). "Resultamos absorbidos por nuestro quehacer [...]. Acabamos siendo enfermeros a destajo. Así, muchas veces, acabamos por no empoderarnos, porque no ejercemos esa función del enfermero" (EE2).

Las relaciones de subsistencia resultan frecuentemente reforzadas por la estabilidad que ofrece el empleo público, que a la vez alimenta la enajenación y permite expresar la falta de compromiso con el trabajo, priorizando intereses individuales en detrimento de la eficacia, el profesionalismo y el buen desempeño colectivos, lo cual acaba comprometiendo la seriedad con la que debe ejercerse la función pública.13

En esa relación de supervivencia del sujeto con su trabajo, sucede el transcurso de la vida, aunque no como producto del trabajo de Enfermería para más allá del acto en sí. Porque, en su calidad de acto en sí, la acción determina la singularidad de su actor, resultando ése el motivo por el cual no existe la acción sin la palabra. En la acción, el individuo, mediante su discurso, expresa quién es, revelando así su identidad.6

Quizás la enajenación promueva la poca participación del enfermero en los acontecimientos laborales, en el sistema de salud y en las organizaciones representativas de la clase y del consejo profesional: "En las cuestiones propias de la institución, nuestra participación aún está un poco al margen; por ejemplo, en cómo van a ser distribuidos los propios recursos" (EE4). "Los profesionales tampoco compran mucho esa disputa, no van más allá, y no creen demasiado en el sistema [SUS], el sistema depende de las personas" (EE5). "Si nosotros, enfermeros, fuéramos ese ser político, quién sabe si no tendríamos un sindicato pensante en el municipio, conocimiento de la práctica, de la realidad nacional, local, o sea, haría historia [...] Muchas veces pagamos el Consejo Profesional, pero no participamos de él. Sería una forma de que comenzaras a conocer tu política, tu Consejo. Nos falta esa consciencia, necesitamos cambiar, pero tengo que cambiar a partir de mí" (EE7).

La escasa participación de los enfermeros, particularmente en organizaciones representativas de la clase y del consejo profesional, así como en la ganancia de espacios significativos en las políticas públicas de salud, convive con los discursos incapaces de analizar contextualmente la inserción de la práctica de enfermería en la política social.14 Esa enajenación política del enfermero dificulta el cambio de la realidad a través de una toma de posición que enfoque a la salud en una dimensión ampliada, relacionada con las condiciones de vida instituidas en un contexto sociopolítico y económico, como el sistema de salud.11

Por ello, el proceso de (des)enajenación del enfermero puede impulsarse en la apropiación del significado político y social de su trabajo, reconociéndose como enajenado de algo y enajenante de alguien. De ese modo es posible direccionar sus energías y capacidades creativas hacia la concreción de un trabajo con espacios de libertad, responsabilidad e instancias diferenciadas de decisión. Así, los enfermeros podrían constituirse en sujetos pasibles del ejercicio de autonomía y, consecuentemente, convertirse en sujetos del trabajo que ejecutan.10

Aún resulta habitual observar la difusión del conformismo con la situación como propia del trabajo de los enfermeros: "Yo no soy un ser político [...], yo no estimulo a los otros colegas para modificar la realidad" (EE7). "Hay que tener el interés, a veces hay alguno que no quiere molestar [...]. Percibo que el grupo de enfermería está desmotivado para el trabajo. [...] Supongo que por falta de valorización, de entrenamiento, de recursos humanos, materiales, hasta con los materiales baratos hay mucha burocracia [...]". (EE3).

Se identifica a los líderes como agentes del cambio, por su capacidad de hacer que las cosas sucedan. El tipo de liderazgo asumido por el enfermero puede constituirse en condición determinante para la conquista de espacios de autonomía en el marco de las relaciones profesionales. Por ejemplo, el liderazgo transformacional promueve influencias positivas en el proceso de trabajo y en el decurso de la libertad de la enfermería.15 Sin embargo, cuando el enfermero se limita a actuar bajo condiciones laborales inadecuadas, con cantidad insuficiente de personal, está privando también al usuario de la prestación de cuidados calificados. El enfermero necesita ser consciente de que él también es un "sujeto sujetado" al proceso de salud, debiendo priorizar la importancia del trabajador como elemento fundamental para la concreción de la atención.

Potencialidades en la búsqueda de empoderamiento político del enfermero. Los siguientes testimonios expresan la importancia del trabajo en equipo en Enfermería y a nivel multiprofesional en la salud, apuntando al empoderamiento político del enfermero en el quehacer del área hospitalaria: "El trabajo en equipo es muy importante [...]. Entonces yo intento cambiar ideas, busco siempre traer al personal de nutrición junto al paciente, para evaluación... lo mismo con la fisioterapeuta" (EE8). "La relación con tus pacientes, con la familia [...] Y el propio equipo de trabajo [...] no es solamente la enfermera, el técnico y el médico [...] El personal de nutrición, de fisioterapia, las cuestiones del servicio social, de psicología [...] porque nosotros somos interdependientes también de todos los otros servicios" (EE4).

El trabajo en equipo transcurre en el ámbito de las relaciones entre los diferentes profesionales, bajo distintos grados de subordinación, al ritmo de la flexibilidad de la división del trabajo y la autonomía técnica entre profesionales y servicios.16 A tales efectos, es importante reconocer los propios límites, la necesidad de encontrar caminos que están más allá del saber y competencia de cada uno, así como involucrar a todos los individuos en la producción de salud, incluyendo al paciente y su familia. Los profesionales de enfermería necesitan compartir informaciones, discutir y trabajar con la intención de construir colectivamente una profesión más influyente, comprometida y activa en las decisiones de políticas públicas, sociales e institucionales.

En este sentido, los testimonios demuestran la necesidad de posicionamiento del enfermero con conocimiento de las competencias profesionales técnico-científicas y relacionales: "El conocimiento estimula la cuestión política en el enfermero, porque eso te moviliza, provoca inquietudes, cuestionamientos, hace que tengas un sentido crítico de la realidad que experimentas, frente a varias situaciones como el propio proceso de trabajo, cómo sucede, y de las interrelaciones. [...] tu conocimiento, si está bien articulado, con fundamentación, tú consigues ubicarte, en el sentido de poder tener una visión más amplia, no solo de lo micro, sino también de las cuestiones más macro [de la organización] [...] e interrelacionarte con el servicio, con la propia Universidad y con el Ministerio de Salud" (EE4). "Tener siempre un fundamento científico. [...] en relación a esos vendajes, ya conseguí obtener una buena credibilidad" (GE8).

La articulación de competencias con evidencia a nivel técnico, científico y relacional contribuye a la visibilidad de la profesión.1 Ese incremento de competencias y de la capacidad de afrontar circunstancias complicadas tiene lugar en el marco micropolítico cotidiano, y resulta fortalecido en el espacio de la macropolítica, en la medida en que las personas se apropian de habilidades de participación democrática y del poder político de decisión, con consistencia de conocimientos científicos.17

En esa óptica, el conocimiento constituye una condición esencial para que la calidad política se exprese como actitud de intervención en lo cotidiano, otorgando significado histórico a los saberes y actos.5 Por eso, es importante que los trabajadores de enfermería comprendan la finalidad de su práctica del cuidar, para que puedan, concretamente, actuar de modo tal de acercarse a las necesidades de salud del sujeto bajo sus cuidados y conquistar el poder para transformar su ambiente laboral.18 Inclusive, las articulaciones políticas, así como las articulaciones con la Universidad, son capaces de ampliar el debate sobre la opresión del quehacer de enfermería en el hospital, en el sentido de contextualizar y favorecer su comprensión como fenómeno político.19

Otra perspectiva relevante en la búsqueda de poder político del enfermero radica en la conquista de autonomía en su campo de actuación: "La enfermera, después de atender un cambio de guardia de una técnica de enfermería, le dice al médico de la unidad que él podría presentar el protocolo de la insulina y realizar los ejercicios con el equipo. El médico responde positivamente, con un movimiento de cabeza y verbalmente [...]" (OE5). "Autonomía es que tengas una orientación en tus actividades y compartas la toma de decisiones. Este protocolo que va a ser instituido, ese nuevo conocimiento, es discutido en equipo [...] para que pueda colaborar y entender por qué habrá de hacerse efectiva tal conducta" (EE5).

La acción y el discurso evidencian el conocimiento como fuente de autonomía y satisfacción, lo cual sugiere consciencia sobre la necesidad de atención, en cuanto a los posicionamientos políticos de manera amplia y a la explicitación del saber y hacer por parte del enfermero en su rutina, tratándose de un instrumento de trabajo.14,15 Además de ello, pueden ser constantemente creados múltiples espacios púbicos entre las personas, sin necesidad de soporte institucional, toda vez que los individuos se relacionan mediante el discurso y la acción.6 De hecho, "el poder solo es realidad donde palabra y acto no se han separado".6:212

Del mismo modo, la búsqueda de la innovación por parte del enfermero es un acontecimiento político, el obrar, en el sentido de la iniciativa hacia la excelencia en la producción de salud en el hospital: "En la creación del núcleo de investigación, de cierta manera va a tener que articularse con los asuntos políticos, jurídicos, institucionales; contar con toda esa cientificidad, para que realmente se lo pueda implantar, que es una necesidad de la institución" (EE4). "Con la Sistematización de la Atención de Enfermería (SAE) vas a pasar la guardia, las cosas están organizadas, y el trabajo de enfermería se va a notar [...] Núcleo de Educación Permanente [...] educación de trabajar con cuestiones de nuestras propias relaciones para fortalecerlos como profesionales" (GE5).

La competencia para las relaciones interpersonales, que forman parte del quehacer de enfermería, parece ser determinante para dificultar o legitimar las prácticas asistenciales de los enfermeros en el marco de los hospitales15 y aquello que también permitirá politizar los espacios de actuación del enfermero (atención, gestión y gerenciamiento, enseñanza e investigación, consultorías), dividiendo poderes con la intención de acumular fuerzas reactivas a los procesos de dominación.5 Otro estudio se refiere a la educación permanente como instrumento esencial en el trabajo del enfermero, para invertir en la mejora de las condiciones experimentadas en el hospital y para servir de ayuda al trabajador que quiere optimizar su desempeño.11

Finalmente, el enfermero, respaldado por la política, puede convertirse en un gestor del cambio, de innovación potencial, ya que dispone de instrumentos que le otorgan fuerza y poder, los cuales pueden utilizarse pensando en la colectividad; es decir, debe poseer conocimientos sobre el modo en el cual los asuntos de salud son determinados y condicionados, e interferir políticamente en tales demandas, así como movilizar a aquellas personas con las cuales interactúa, para que también entren en acción.2

 

Conclusiones

La búsqueda del empoderamiento político por parte del enfermero para el proceso de concientización sobre su práctica, puede resultar vulnerable a diversos obstáculos, tales como dificultad de participación y conformismo, los cuales pueden superarse en la potencialidad del trabajo en conjunto, dirigido por el enfermero líder, que genere un trabajo integral orientado al cuidado terapéutico. Además, el posicionamiento político articulado entre los enfermeros y la búsqueda de actitudes innovadoras posibilitan la conquista del espacio de autonomía en la actuación del enfermero en el hospital, a través de una visión crítica y creativa de la realidad.

Este artículo no pretendió agotar el tema en estudio; no obstante, buscó adentrarse en ese proceso de búsqueda de acciones respaldadas en el conocimiento político, frente a la existencia de muchas fuerzas de correlaciones sociales, políticas e históricas que involucran al trabajo, al trabajador de enfermería y a su profesión en el hospital.

Los límites del estudio consistieron en el abordaje del contexto socio-histórico específico de un hospital y en las características políticas de 10 enfermeros, considerando que cada participante no abarca integralmente la multiplicidad de tales características.

De esta forma, los resultados obtenidos son útiles para el desarrollo de las organizaciones, profesionales y atención de salud, brindando ayuda al enfermero en aspectos que tanto pueden convertirlo en enajenado, pasivo y sumiso al trabajo como en agente político con visión para la conquista de espacios autónomos de actuación en el hospital, que innoven y califiquen la prestación de la atención de enfermería.

 

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Dirección para correspondencia:
Adrize Rutz Porto
adrizeporto@gmail.com

Manuscrito recibido el 18.11.2013
Manuscrito aceptado el 27.12.2013

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