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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.24 no.1-2 Granada ene./jun. 2015

 

BIBLIOGRÁFICA

ABSTRACTA. BIBLIOTECA DE ACTUALIDAD COMENTADA

 

El síndrome del paciente experto
El paciente inquieto. Los servicios de atención médica y ciudadanía

M. Allué
Edic. Bellaterra
Barcelona, 2013; 229 Págs.

 

 

El paciente inquieto podemos definirlo como aquella persona que se informa sobre su enfermedad, se responsabiliza de su autocuidado, siendo capaz de manejar sus cambios emocionales y colaborando con los profesionales de la salud. Es una evidencia que sentirse parte activa en las decisiones clínicas que afectan a uno mismo favorece el pronóstico del paciente y además establece lazos con la familia y por supuesto con los profesionales sanitarios.

La autora nos relata en primera persona como tras un grave accidente cambia su perspectiva para ser ella la cuidada en vez de la cuidadora, tarea que había desarrollado años atrás. Narra el aprendizaje que mediante la observación y reflexión del entorno ha obtenido en relación al funcionamiento de las instituciones.

Marta Allué es Doctora en Antropología Social y Cultural y Máster en Antropología de la Medicina, y gracias a su experiencia vivida, nos presenta este libro de obligada lectura para el profesional sanitario ya que si tenemos en cuenta los numerosos condicionantes que se nos presentan a diario para conseguir una comunicación efectiva con el paciente como el ambiente, el tiempo disponible, la presión asistencial, la burocracia... se nos olvida en ocasiones que estamos tratando con personas, llenas de inquietudes y sentimientos. Este escrito nos hace reflexionar ya que indiscutiblemente empatizamos con más de una situación que nos expone, reconociendo nuestras fortalezas y debilidades, comprobando que el cuidado va más allá de una técnica o un protocolo y recordándonos que mañana puede ser que seamos nosotros los que crucemos de acera.

La autora además nos muestra un abanico de historias en donde la autogestión de su enfermedad y la adquisición de una independencia en relación a la misma son primordiales en su tratamiento. Hay cuestiones como las causas que provocan el dolor, el malestar, la vulnerabilidad, la confusión, el miedo de sentirse enfermo, que no forman parte ni del diagnóstico ni del tratamiento pero son determinantes en la evolución de la enfermedad. El objetivo de este trabajo es ofrecer una muestra de todo aquello que la autora percibe de ese entorno que se ocupa de su salud, actitudes y aptitudes durante el proceso asistencial.

El libro se divide en cuatro partes muy bien estructuradas: la primera nos habla de las Personas, no solo de los protagonistas receptores del cuidado, sino también de los cuidadores formales e informales, de su autocuidado, de sus decisiones e incluso de las visitas; en segundo lugar expone los Espacios, habla por supuesto del hospital, sus infraestructuras, sus barreras, su organización, etc., dentro del mismo hace alusión a dos áreas específicas como son el quirófano y la UCI y nos recuerda que el paciente no es un mueble al que podamos ignorar, lo público y lo privado, hasta nos habla de la televisión, la comida e incluso de las historias clínicas, internet y la web sin dejar puntada sin hilo. En una tercera parte titulada Aflicciones nos relata los daños colaterales, nos hace una comparación con las personas sentenciadas a muerte en el momento del procedimiento letal para hablarnos a colación del derecho a morir dignamente, de la limitación del esfuerzo terapéutico y del documento de voluntades anticipadas e incluso toca a los cuidadores y familiares como acompañantes en el proceso de morir. Por último nos narra lo que ella llama Efectos Secundarios: la pérdida de imagen, los costes, el buzón de sugerencias o el cojín de hablar, donde nos insiste en la necesidad de una comunicación activa como clave fundamental para el éxito del tratamiento.

Un paciente inquieto es un paciente experto, además de tener la motivación y la formación necesarias para poder ayudar a otros pacientes. Como paciente activo, quien toma las decisiones diarias sobre el tratamiento eres tú. Por eso es tan importante educar al paciente en estas líneas, formándolo y dándole las herramientas necesarias para que controle su enfermedad diariamente.

 

Paloma Calero Martín de Villodres
martindevillodres@hotmail.com

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