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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.24 no.4 Granada oct./dic. 2015

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962015000300004 

ARTÍCULOS ESPECIALES

ORIGINALES

 

La religiosidad en la curación de la persona con hipertensión arterial sistémica

Religiosity in the healing process of the individual with systemic arterial hypertension

 

 

Silvana Maria Coelho Leite Fava1, Eugenia Velludo Veiga2, Eliane García Rezende1 y Eliza María Rezende Dázio1

1 Universidad Federal de Alfenas-MG-Brasil,
2 Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto, Universidad de São Paulo-SP-Brasil

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Objetivamos interpretar la influencia de la religión en la interfaz del tratamiento de la Hipertensión Arterial Sistémica en el proceso de cuidado. Estudio etnográfico fundamentado en la Antropología Interpretativa realizado con 22 personas de un municipio de Minas Gerais. El problema de "los nervios" o "lo nervioso" constituye la categoría nosológica que se relaciona con la enfermedad como consecuencia del estilo de vida urbano; y el orden para la rearmonización se coloca en el plano de lo divino. La religión como resignificación de la vida es accionada para el alivio de los males, de los sufrimientos, y para la curación de la enfermedad. Esta proporciona una revitalización de las energías, un mejor bienestar, comportamientos sanos y cuidados a la salud. Reiteramos la necesidad de la preparación de los profesionales de la salud, principalmente del enfermero, para reconocer, respetar e incentivar la religión de la persona crónica que está bajo sus cuidados, siempre que esta sienta mejorías en su proceso de vivir, lo que permite al enfermero ofrecer cuidados dentro de una perspectiva de asistencia integral a la salud.

Palabras clave: Curación por la fe, Hipertensión, Religión, Antropología.


ABSTRACT

We aimed at interpreting the influence of religion on the interface of Systemic Arterial Hypertension in the healing. Ethnographic study based on the healing. Ethnographic study based on Interpretive Anthropology carried on with 22 individuals in a town in Minas Gerais. The 'nervousness problem' is a nosocomial category related to the disease, resulting from the urban lifestyle, and the command for reharmonization is ascribed to the divine plan. Religion as resignificance for life is put into action for relief of the evils, of the suffering and for the healing of the infirmity. It supplies revitalization of energies; better well-being; healthier behavior and health care. We reiterate the need of preparing health professionals, mainly the nurse, to recognize, respect and encourage religiousness of chronic condition individuals under her care, provided the individual feels improvements in her living process, which allows to offer 'care' within the perspective of holistic assistance to health.

Key words: Faith Healing, Hypertension, Religion, Anthropology.


 

Introducción

El excesivo énfasis otorgado al método cartesiano, que influenció la formación de los profesionales de la salud, llevó a la fragmentación del pensamiento, conduciendo a un modelo de atención de salud centrado en el biologismo, en las acciones curativas y en el tecnicismo; haciendo surgir diferentes tipos de realidad biológica, psíquica y social1 en detrimento de los aspectos espirituales no mensurables. Surge, y se mantiene, "una biomedicina cuyo fundamento se encuentra en el acto de diferenciación entre la infelicidad biológica y las otras infelicidades".2:6 Con esta visión dualista, que separa el mundo de la materia del mundo del espíritu, se torna ilegítima la consideración de las dimensiones religiosas en la vida humana, ya sea en la investigación de la génesis de las enfermedades o en la búsqueda de medidas terapéuticas.3

Al analizar las producciones acerca de la influencia de la espiritualidad y de la religiosidad sobre el proceso salud-enfermedad, constatamos que en la perspectiva de algunos estas terminologías son similares,4 mientras que para otros, constituyen significados diferentes.5-7 Optamos por la definición de religión como "un sistema de símbolos que actúa para establecer poderosas, penetrantes y duraderas disposiciones y motivaciones en los hombres, por medio de la formulación de conceptos de un orden de existencia general; vistiendo estas concepciones con tal aura de facticidad, que las disposiciones o motivaciones parecen singularmente realistas".8:104-105 Se comprende que la religión produce una visión del mundo que apoya el comportamiento humano, su etos, constituyendo de esa manera, un mecanismo positivo, intrínsecamente humano. Situada así como un sistema cultural, un modo de interpretación de la situación humana en el mundo, la religión produce una "formulación de conceptos de un orden de existencia general".8:72 La influencia de la religión sobre la experiencia de la persona con Hipertensión Arterial Sistémica (HAS) aún está poco explorada. Algunos estudios han revelado la influencia positiva de la religión sobre la HAS,9-13 sin embargo muestran lagunas en la compresión de su papel en el desarrollo de la enfermedad. Encontramos beneficios sobre la enfermedad en las personas que procuran servicios religiosos, ya sea para el control del nivel de estrés o para prácticas de salud.13 Otros afirman que los factores conductuales, culturales y psicológicos parecen tener un marcado papel en la etiopatogenia de enfermedades cardiovasculares.14 La enfermedad y su curación son realidades construidas intersubjetivamente, y el terapeuta religioso puede actuar sobre las percepciones del enfermo y de sus familiares, ya que estos están continuamente negociando significados, tanto en el interior como fuera del culto.15

Por ello, cada vez más se define como importante y necesaria la comprensión del hombre como ser biopsicosociocultural y espiritual, una propuesta paradigmática de la contemporaneidad. Esta comprensión nos impone la necesidad de conjugar otros conocimientos, además del biomédico, valorizando los saberes del sentido común para proveer prácticas de salud contextualizadas e integradas. Repensar la integralidad de las dimensiones biológica, psíquica, espiritual, social y la influencia de la cultura en la experiencia de la enfermedad crónica, por ejemplo de la HAS, ha constituido una inquietud y una visión diferenciada por parte de algunos profesionales de la salud, entre ellos el enfermero. Esta inquietud se debe principalmente a la inseparabilidad de la enfermedad con respecto a la vida de la persona, una característica peculiar de la cronicidad.

Frente a las experiencias vividas y construidas a lo largo de la práctica clínica asistencial en Enfermería, percibimos con nitidez que el modelo cartesiano, definido para la formación de los profesionales de la salud, dificulta la comprensión de las diferentes dimensiones del ser humano. Este estudio se propone comprender la influencia de la religión en la interfaz del tratamiento y en la convivencia de la persona con HAS.

 

Metodología

En la búsqueda de la comprensión de la interfaz de la religión en el proceso de la convivencia y el tratamiento de la persona con HAS, desarrollamos este estudio cualitativo. Como referencial teórico, adoptamos la antropología interpretativa, ya que trae importantes contribuciones para el actuar de los profesionales de la salud, haciendo posible analizar cómo vive la persona en su día a día; sus interpretaciones al proceso salud-enfermedad; las maneras de vivir y las decisiones en la búsqueda de tratamiento y curación. Utilizamos la etnografía en el esfuerzo intelectual de buscar una descripción densa.8

El estudio fue realizado en el periodo de abril de 2010 a mayo de 2012, con inmersión en el campo; entrevistas grabadas con preguntas guiadoras; observación participante y diario de campo; experimentando en diferentes espacios, como en los domicilios, la unidad de Estrategia de Salud de la Familia e instituciones religiosas. Este trabajo es parte de la tesis de doctorado16 de la autora principal, que buscó comprender la experiencia de la enfermedad y del tratamiento en la perspectiva de la persona con HAS. El ejercicio de observar, escuchar y reflexionar hizo posible descubrir al otro, y también, redescubrirse en el otro, permitiendo interpretar el sistema simbólico que orienta la vida y los valores éticos de los grupos sociales, en sus acciones y representaciones acerca del vivir en un sistema social.

Basados en ese referencial,8 las entrevistas fueron transcritas y leídas, preservando la grafía, lo que posibilitó la organización de los datos en ejes de similitud, para análisis e interpretación. El análisis fue realizado por medio de la comprensión del contexto histórico de los participantes, en donde se producen los sentidos, buscando decodificarlos para aprehender los significados implícitos en la experiencia con el proceso de la enfermedad, persiguiendo una descripción densa de los fenómenos sociales.

Participaron 22 personas. De acuerdo con el criterio de inclusión, debían ser mayores de 18 años, hombres y mujeres con diagnóstico médico de HAS, registrados en el Sistema de Seguimiento de Hipertensos y Diabéticos (Hiperdia) del Ministerio de Salud, de una Unidad de Estrategia de Salud de la Familia, del estado de Minas Gerais, en Brasil. De los participantes, eran trece mujeres y nueve hombres, con edades comprendidas entre los 34 y los 84 años, con predominio de color de piel blanca, casados y con hijos, católicos, seguidos por evangélicos. El cuanto al nivel de escolaridad, predominó la enseñanza básica incompleta; en su mayoría con una renta mensual de un salario mínimo, siendo quince jubilados, y de estos, cuatro jubilados por invalidez. Entre los participantes había un pastor evangélico y un terapeuta lego, denominado en nuestra cultura popular como 'bendecidor'.

Fueron respetados los preceptos éticos, con la firma del Término de Consentimiento Libre e Informado, el anonimato de los participantes por medio del uso de nombres ficticios y la aprobación del estudio por el Comité de Ética bajo el Proceso No018/2010, conforme a la Resolución 196/96 del Consejo Nacional de Salud.

 

Resultados-Discusión

Por medio de la interpretación de los sentidos presentados por los participantes en sus prácticas sociales y de la descripción microscópica y densa sobre la relevancia de la religión en el proceso de la enfermedad, los datos fueron codificados y organizados en dos ejes, que son: la dinámica de la convivencia con la enfermedad, y, las posibilidades de tratamiento y curación por medio de la religión.

La dinámica de la convivencia con la enfermedad. Este eje fue construido con las expresiones de comprensión de la causalidad y de la experiencia de la enfermedad en la perspectiva del participante, significancia en la cual no siempre tienen sentido los símbolos científicos, ni son estos apropiados por el enfermo. Fue percibido que la comprensión de las causas de la HAS presenta relaciones intrínsecas entre el cuerpo y la mente, sus creencias y sentimientos. En relación a las causas de sus enfermedades, para todos los participantes, la enfermedad aparece como un problema derivado de "los nervios" o "lo nervioso". Esa denominación, "lo nervioso", es la causa principal, sino la única categoría nosológica relacionada con la HAS. "Lo nervioso" incorpora una serie de padecimientos en la etiología y en la sintomatología, designado a reflejar las experiencias con los problemas de la vida cotidiana. Para ellos, es producto de los enfrentamientos con las situaciones adversas de la vida, que sacuden o alteran el contingente emocional del individuo, generando tensión y estrés; por eso dicen que están con los "nervios" alterados. Su principal fuente la constituye el estilo de vida urbano en virtud de las dificultades financieras; la preocupación con la familia; el aislamiento social; los problemas propios de las enfermedades; el alcoholismo; los conflictos conyugales y familiares; la pérdida de seres queridos; la insatisfacción con el sistema formal de salud y los problemas de la calle. Para ellos, estas variables son causales de la HAS, en tanto que el orden para la rearmonización de tantas dificultades se coloca en el plano de lo divino. Bajo este entendimiento, la religión constituye la principal fuente de soporte para enfrentar la vida a fin de resolver "lo nervioso".

De esta comprensión, percibimos que la dimensión religiosa se mantiene y se constituye como determinante en el proceso salud-enfermedad, ya que ayuda en la construcción de significados e influencia la adopción de hábitos saludables en la vida, pudiendo contribuir para la curación de la enfermedad.

Constatamos en los domicilios de los participantes la presencia de cuadros e imágenes sacros, además de oratorios y Biblias. En algunos domicilios era común la presencia de un crucifijo elaborado en madera, de forma irregular, de aproximadamente 40 cm, fijado en la parte externa de la puerta de entrada. En los estantes, fijados en la pared de la sala de estar, en el hall de entrada y en las habitaciones, eran comunes los cuadros con la imagen de Nuestra Señora Aparecida, revelando una devoción unánime a la advocación de la Iglesia Católica, imagen también encontrada en el consultorio de uno de los participantes, el terapeuta lego.

Al ser cuestionados acerca del crucifijo, alegan que la presencia de este símbolo fue una solicitud de los sacerdotes hace más de cuarenta años, sirviendo no solamente como una señal de catolicismo, sino que les otorga protección, "porque hay mucha gente mala que solo nos desea cosas malas" (José, 74 años).

En el día a día de los participantes, se constató el ritual de colocar un vaso de agua frente al televisor o la radio, con motivo de las bendiciones por parte de los sacerdotes. Esta agua era compartida por toda la red social, utilizada como medida terapéutica para tomar los medicamentos y para el alivio de las manifestaciones clínicas de la enfermedad. Otros rituales que formaban parte del día a día de estas personas eran: ver las misas transmitidas por televisión o escucharlas por la radio; rezar el rosario; colgarse el rosario en el cuello o colocarlo sobre la parte enferma del cuerpo, usándolo así como un adorno, como protección, o como medida terapéutica.

Percibimos que el alivio de las manifestaciones producidas por la enfermedad en gran parte era atribuido a las gracias recibidas, encontrando fuerzas en Dios para superar las dificultades impuestas por la enfermedad y por el tratamiento. Los símbolos sagrados sintetizan la forma de ser, de actuar, y la visión del mundo de las personas, considerando que la cultura es un conjunto de símbolos.8 Aquí nos estamos apropiando del concepto semiótico de cultura, visto como "un modelo de significados transmitidos históricamente, incorporado en símbolos; un sistema de concepciones heredadas, expresadas en formas simbólicas por medio de las cuales los hombres se comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y sus actividades en relación a la vida".8:103

Las posibilidades de tratamiento y curación por la religión. Al concluir que el problema de "lo nervioso" constituye un daño de naturaleza más existencial que funcional, comprendemos que se demandaban distintas necesidades en la resolución del problema, lo que justificaba la combinación de recursos, tanto del sistema profesional como también del sistema religioso, este último como apoyo terapéutico en busca de la curación.

Las personas buscan la dimensión religiosa por diversas razones, ya sea en el intento de minimizar la incomodidad de orden funcional o existencial, como para aumentar la red social, ya que esto permite a las personas con HAS un mejor enfrentamiento, tanto en el aspecto instrumental como psicosocial; actuando además, en el comportamiento para la salud, en el sentido de la coherencia y en la adherencia a la medicación.17

Lo sagrado ocupa un lugar importante en las decisiones de salud, como muestra el siguiente testimonio: "el médico me dijo: tienes que dejar el cigarro, eso te está matando. Entonces, llegué aquí en casa y le pedí a Nuestra Señora Aparecida que me ayudara a dejar el cigarro, y en ese mismo momento tiré el cuchillo, el rollo de tabaco, el tabaco molido y el encendedor, y nunca más puse eso en mi boca" (Pedro, 80 años). Ya sea en la estimulación de hábitos saludables o para una resignificación de lugar, la religión puede proporcionar una reorganización de la visión del mundo. En el testimonio, queda evidente la resignificación de lugar en pro de la recuperación de la salud. "Usted sabe, teniendo fe, ¡de verdad nos curamos! Yo me curé de la depresión que tenía y no tomé ningún remedio. Leía todo el día el Salmo 68. En la iglesia también nos curamos" (Leonice, 30 años).

La creencia en los símbolos religiosos puede propiciar una resignificación de la vida, al hacer posible la renovación de las esperanzas de curación de la enfermedad. Permite a las personas la creación de un nuevo mundo, reorientando su dinámica frente a la angustia y los conflictos experimentados en el día a día, como constatamos en este testimonio: "En estos días me dio una cosa muy mala, ni sé lo que es, sentí que estaba perdiendo el aliento, como que me quería dar una llorera, mi corazón latía tanto que hasta la blusa saltaba; parece que se estaba acabando el aire, y ahí me senté en la cama y dije: ¿y ahora qué es esto Nuestra Señora Aparecida? Entonces me levanté, tomé un vaso de agua bendita y empecé a mejorar" (Maria Cândida, 75 años).

La religión produce alivio al sufrimiento, en la medida que permite un cambio de la perspectiva subjetiva en la cual el paciente y la comunidad perciben el contexto de la enfermedad.18 Se establece, de esta manera, una relación de protección, confortación y pertenencia a una orden cósmica en que todo se organiza; el orden del caos.

Comprendemos que el hombre no se encuentra preparado para lidiar con el caos, representado aquí por la enfermedad y el sufrimiento, que son fenómenos en los que no se percibe un orden. La religión lleva a la construcción de un sentido para hacer soportable el sufrimiento. Frente a condiciones crónicas, los enfermos viven intensas crisis subjetivas y en la religión encuentran fuerzas para hacerles frente, en la medida en que esta lidia con las dimensiones poco conscientes del ser en que se asientan los valores, las motivaciones profundas y los sentidos últimos de la existencia individual y colectiva.3 La religión constituye una estrategia de afrontamiento activo para superar los problemas de la existencia.19 Y es en esa elaboración subjetiva profunda en la que son construidos nuevos sentidos y significados para sus vidas, que pueden movilizarlos en la difícil tarea de la reorganización exigida del vivir para la conquista de la salud. Los fragmentos de los testimonios de Isadora y Cleonice son ejemplos de esta perspectiva: "pero tenemos que tener confianza, esperar que baje la gracia de Dios para cuidar de nuestras obligaciones" (Isadora, 74 años). "Dios es uno solo, está en cualquier iglesia; él ayuda a curar estas enfermedades que no vienen de Dios, solo tenemos que tocar el suelo con las rodillas y así podemos alcanzar la gracia y mejorar" (Cleonice, 58 años). Por lo tanto, independiente de la institución religiosa, lo que está en juego es la comprensión de la enfermedad, aquella que no viene de Dios y que puede ser curada solamente en la dependencia del deseo divino. Tanto por el lado de la relación cuerpo-mente, como por la perspectiva del apoyo social, la búsqueda de la religión se establece como uno de los importantes itinerarios terapéuticos.

La religión puede producir una fuente de explicación para las adversidades que movilizan una posibilidad de comprensión de los problemas vividos, trayendo cierta confortación frente al infortunio.

En este estudio percibimos la importancia incondicional de la religión para el alivio del sufrimiento, para la obtención de bienestar y para la curación de las enfermedades, tanto en la perspectiva de los enfermos como en la de su red de apoyo social. Estos factores se expresan en los siguientes testimonios:

"Con la religión las personas mejoran mucho, porque ella trata el lado de adentro de la persona; no basta tratar solo el lado de afuera, porque el lado interior de la persona está afectado; necesita tratarlo, necesita de autoestima. La religión es así, ayuda a la persona a transformarse, porque nadie cambia a nadie, la propia persona por medio de la fe se encuentra y se transforma. El pastor es el mensajero de Dios, él trae la palabra de Dios y la palabra de Dios toca a la persona y la persona por la fe se va transformando" (Pastor de Iglesia Evangélica).

"El pastor se queda orando y las personas también rezan, y ahí va saliendo, usted sabe, las cosas malas del cuerpo que nos están haciendo mal. En la otra iglesia, también te colocan aceite en la mano y el aceite va ayudando a sacar las cosas malas de nosotros, usted sabe, ¡las enfermedades! A veces ellos colocan una alfombra roja bien grande en el salón y le ponen sal, ¡sal gruesa!, después tenemos que pasar sobre la sal, para sacar las cosas malas que están en el cuerpo, las enfermedades. Yo me siento muy bien desde que comencé a ir a esa iglesia" (Cleonice, 58 años).

"Yo hago las cosas para el bien, porque para mí, Dios está al frente junto con Nuestra Señora Aparecida. Hay mucha gente que no está enferma para tratarse con médico, entonces, aquí rezamos, bendecimos y la persona se va calmando" (Terapeuta Lego).

La búsqueda de la religión se apoya en el hecho de que "es en el ritual en donde se origina la convicción de que las concepciones religiosas son verídicas, y de que las directrices religiosas son correctas, pues el mundo vivido y el mundo imaginado se funden, tornándose un mundo único, produciendo la transformación".8:128-129

En el contexto percibimos que existen dos mundos culturales distintos: el del profesional de la salud y el de los participantes. Mundos aparentemente sin relación y desconocidos uno del otro, y que muchas veces tienen su conexión desvalorizada por ambos en las prácticas para la salud. Para el profesional, las relaciones tienen una base biomédica y no valoriza la subjetividad ni los significados que permean otras dimensiones que tienen sentido en la vida del enfermo.

Es en esta perspectiva que los participantes, al buscar en la religión el resignificado para la vida, encuentran alivio de sus males, de sus sufrimientos y la curación de la enfermedad. Es comprensible que la satisfacción por la atención de la enfermedad en esos espacios religiosos se debe a la capacidad de escuchar e integrar a las personas en un sistema de relaciones mutuas de apoyo.

Constatamos que los símbolos demarcados por la vehemencia del pastor, el sacerdote, la sal, el aceite, entre otros encontrados en este estudio, son resignificados por los adeptos en la búsqueda de la curación de sus enfermedades. Por medio de las oraciones y de las palabras del pastor, o del sacerdote, los participantes encuentran caminos para resolver sus aflicciones y dar un nuevo significado a la vida. De esta forma, "si el proceso de cura pasa por la eficacia simbólica, la ciencia y la religión son parte de un todo complejo que se establece en la vida del ser humano e integra un mismo sistema en el universo".20:105

La religión, por medio de su capacidad de explicación establecida en la forma de creencia que genera esperanza, desempeña un papel positivo, proporcionando una estructura coherente para responder a las cuestiones existenciales y ayudar a las personas a lidiar con la HAS, permitiendo la revitalización de las energías para superar los problemas propios de la vida con la enfermedad; contribuye también a cambios de comportamiento y de cuidados para la salud, como la erradicación del hábito del tabaquismo y del consumo de bebidas alcohólicas; amplía la red de soporte social; incentiva prácticas, valores, socialización, comportamientos saludables y contribuye para la remisión de los síntomas del problema de "lo nervioso".

 

Conclusiones

Al interpretar la influencia de la religión en la interfaz de la enfermedad crónica, percibimos su papel terapéutico preponderante en la vida de los participantes, ya sea por contribuir a la adopción de hábitos saludables, o por la construcción de una red social significativa. Esta puede ofrecer en sus espacios y ritos la acogida, el apoyo, el cariño y la solidaridad, que va al encuentro de lo que la persona realmente necesita, un ambiente en el que puede ser escuchada y comprendida.

La religión puede proporcionar un mejor bienestar por producir nuevos sentidos y significados para la vida, lo que contribuye a amenizar los daños funcionales y existenciales consecuentes de "lo nervioso". En la perspectiva del enfermo, "lo nervioso" representa la causa nosológica de la HAS, lo que muestra un daño existencial marcado por la aflicción y tal vez más relevante que el daño funcional producto de la enfermedad.

Es necesario comprender que para la persona con HAS no son solo las cifras de la presión arterial o los órganos los que están comprometidos; a estas alteraciones se agregan indescriptibles sufrimientos de diferentes naturalezas, hacia los cuales es necesario redirigir la mirada investigadora del profesional de la salud.

Reiteramos la necesidad urgente de la preparación de los profesionales de la salud, principalmente los enfermeros, para reconocer, identificar, o tal vez hasta conocer, respetar e incentivar la religión de los pacientes bajo sus cuidados, siempre que con ello sientan mejorías en su proceso de vivir. Esa comprensión permite a estos profesionales ofrecer a los pacientes crónicos los cuidados necesarios dentro de una perspectiva de asistencia integral a la salud.

 

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Dirección para correspondencia:
Silvana Maria Coelho Leite Fava.
silvanalf2005@yahoo.com.br

Manuscrito recibido el 21.11.2014
Manuscrito aceptado el 15.5.2015

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