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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.25 n.1-2 Granada Jan./Jun. 2016

 

MISCELÁNEA

ACADEMIA

 

Actitudes de los estudiantes de enfermería hacia las personas con discapacidad. Análisis y propuestas

Attitudes of nursing students towards people with disabilities. Analysis and proposals

 

 

José Munsuri-Rosado1 y Sacramento Pinazo-Hernandis2

1 Escuela de Enfermería La Fe, Valencia, España.
2 Departamento de Psicología Social, Universidad de Valencia, Valencia, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Este trabajo pretende analizar la relación entre las actitudes hacia las personas con discapacidad y la formación recibida por los estudiantes de los cuatro cursos del Grado en Enfermería de la Escuela de Enfermería La Fe (Valencia). 217 estudiantes cumplimentaron la Escala de Actitudes hacia las personas con Discapacidad. Los resultados muestran una actitud más positiva en los últimos años del periodo formativo en tres de las cinco subescalas del instrumento empleado: Subescala 1 (Valoración de capacidades y limitaciones), Subescala 2 (Reconocimiento/negación de derechos) y Subescala 3 (Calificación genérica). Los resultados permiten plantear recomendaciones para la mejora de la formación de las enfermeras que favorezcan una mejor capacitación para reconocer las necesidades de las personas con discapacidad.

Palabras clave: Procesos de enseñanza-aprendizaje, Estudiantes enfermería, Actitudes, Discapacidad.


ABSTRACT

This paper analyzes the relationship between attitudes towards people with disabilities and the training received by students in the four courses of Nursing degree, in La Fe Nursing School (Valencia). 217 students completed the Scale of Attitudes toward People with Disabilities . The results show a more positive attitude in the late formative period in three of the five subscales of the used instrument: Subscale 1 (evaluation of capabilities and limitations), Subscale 2 (Recognition / denial of rights) and Subscale 3 (Generic Rating). The results allow us to make recommendations for improving the training of nurses and promote better training to recognize the needs of people with disabilities.

Keywords: Learning processes, Nursing' students, Attitudes, Disability.


 

Introducción

El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) ha producido cambios en los planes de estudio de las diferentes titulaciones españolas. Como consecuencia de dicho proceso, la Escuela de Enfermería La Fe de Valencia egresó el curso 2013-2014 su primera promoción de graduadas y graduados que ha realizado toda la formación académica con el nuevo plan de estudios. Por ello, creemos que es un buen momento para valorar si el nuevo proceso de enseñanza-aprendizaje ayuda a formar buenas actitudes hacia la persona con discapacidad de los estudiantes de enfermería, mediante el análisis del cambio a lo largo de los cursos. Mediremos estas actitudes en los estudiantes de 1o, 2o, 3o y 4o y realizaremos pruebas de diferencias de medias para ver si existen diferencias asociadas al curso.

La formación de las futuras enfermeras debe posibilitar que estas adquieran los recursos y capacidades necesarios para suministrar y asegurar cuidados enfermeros de excelencia y además "ante las situaciones diarias a las que se enfrentan, necesitan manejar su propia incertidumbre con curiosidad y humildad, sin precipitarse a hacer conclusiones".1 Esta formación enfermera incluye la enseñanza de los contenidos teóricos (nivel cognitivo), la adquisición de las habilidades necesarias (nivel conductual) y las buenas prácticas (nivel afectivo) procurando desarrollar en los estudiantes las actitudes adecuadas para relacionarse efectiva y satisfactoriamente con las personas que presenten algún tipo de discapacidad física, sensorial, intelectual o mental. La relación de ayuda es aquella en la que "al menos una de las partes, intenta promover en el otro el crecimiento, el desarrollo, la maduración y la capacidad de funcionar mejor y enfrentar la vida de manera más adecuada (...); ayuda en la que uno de los participantes intenta hacer surgir en una o ambas partes, una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo y un uso más funcional de los mismos".2

El cuidado enfermero es fundamental para el desarrollo humano, debiendo orientarse hacia la autonomía personal y el empoderamiento del individuo, siendo el objetivo último de las actuaciones enfermeras el que sus cuidados sean prescindibles al haber logrado el individuo la autonomía total.

El Libro Blanco del Grado en Enfermería muestra los perfiles profesionales y las competencias generales y específicas que deberá haber conseguido todo egresado. Con respecto a los perfiles, el Libro Blanco hace referencia a lo apuntado en la CIE: "la enfermera de cuidados generales, está capacitada para trabajar en el ámbito general del ejercicio de la enfermería, incluyendo la promoción de la salud, la prevención de las enfermedades, y los cuidados integrales a las personas enfermas o incapacitadas, de todas las edades y en todas las situaciones, instituciones de salud y sociosanitarias y otros contextos comunitarios; realizar educación sanitaria; participar plenamente como miembro integrante del equipo de salud; supervisar y formar a los propios profesionales y al personal auxiliar y sanitario; e iniciar, desarrollar y participar en programas y proyectos de investigación".3 Y resume de este modo las competencias del perfil profesional: competencias asociadas con los valores profesionales y la función de la enfermera (lo que significa proporcionar cuidados en un entorno en el que se promueve el respeto a los derechos humanos, valores, costumbres y creencias de la persona, familia y comunidad, tanto en las actividades autónomas como en las interdependientes); competencias asociadas con la práctica enfermera y la toma de decisiones clínicas (como emitir juicios y decisiones clínicas sobre la persona sujeto y objeto de cuidados, que deben basarse en valoraciones integrales, así como en evidencias científicas); capacidad para utilizar adecuadamente un abanico de habilidades, intervenciones y actividades para proporcionar cuidados óptimos (realizar valoraciones, procedimientos y técnicas con pleno conocimiento de causa, destreza y habilidad excelentes y con la máxima seguridad para la persona que lo recibe y para uno mismo, sea cual sea su estado funcional y sus capacidades); conocimiento y competencias cognitivas (actualizar los conocimientos y estar al corriente de los avances tecnológicos y científicos, y sobre todo aquellos relacionados con la seguridad, dignidad y derechos de las personas); y competencias interpersonales y de comunicación, incluidas las tecnologías para la comunicación (todo esto supone proporcionar la información adaptada a las necesidades del interlocutor, establecer una comunicación fluida y proporcionar un óptimo soporte emocional, sabiendo utilizar diferentes herramientas de la comunicación para adaptar a las necesidades que pudiera tener el paciente: comunicación aumentativa, comunicación alternativa...).3

Para todas y cada una de estas funciones es necesaria la formación amplia y la específica en lo que significan las diferentes situaciones de dependencia y vulnerabilidad. Y todo ello liberado de prejuicios.

Si revisamos el plan de estudios del Grado en Enfermería, observamos que no existe una asignatura en la que se hable explícitamente de discapacidad.3 De modo transversal, el tema es abordado en las Ciencias enfermeras en diferentes asignaturas, tales como: Enfermería Geriátrica y Gerontológica, en donde se habla de conceptos de discapacidad, dependencia/autonomía de las personas mayores; Enfermería Psiquiátrica y de Salud Mental, en la que se hace referencia a conceptos como el estigma en la enfermedad mental; y Enfermería Médico-Quirúrgica y Ética y Legislación profesional, donde se abordan los aspectos legales y los conceptos de promoción de la autonomía individual.

Un apartado importante del plan de estudios del Grado en Enfermería por el tiempo asignado sobre el total de horas del Grado es el de la formación práctica (asignaturas como Introducción a la Práctica, Practicum I, II, III, IV) que se inicia en el segundo semestre de segundo y prosigue durante el tercer y cuarto curso, a lo largo de 2.421 horas. La formación práctica permite al estudiante contactar -desde una visión enfermera- con la realidad asistencial: hospitalaria (en unidades de cuidados) y comunitaria (en Centros de Atención Primaria de Salud y domicilios), siendo en dicho entorno de la práctica del cuidado donde se alcanza la competencia enfermera. Como recuerda de Miguel: "para que se produzca un crecimiento del estudiante en las competencias establecidas en el perfil de la titulación no basta con formarle en determinados conocimientos, habilidades y promover en él determinadas actitudes o valores (...) debe colocarse al estudiante ante diversas situaciones de estudio y trabajo similares a las que puede encontrarse en la práctica de su profesión".4

A pesar de todo ello, en los últimos años las enfermeras reclaman mayor formación sobre discapacidad y dependencia, a partir de la implantación de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia de 2006.5 Según la OMS el término discapacidad abarca las deficiencias o problemas que afectan a una estructura o función corporal; las limitaciones de la actividad o dificultades para ejecutar acciones o tareas, y las restricciones de la participación. Por consiguiente, la discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive.

Hay que tener presente que el análisis de la compresión que sobre la discapacidad tienen los enfermeros y las enfermeras es importante para poder cubrir una carencia hacia las personas con discapacidad, pero también es una gran oportunidad de desarrollo profesional en un campo no considerado como enfermero y una ocasión de compromiso social.6 Sobre las actitudes podemos decir que son "una organización duradera de creencias y cogniciones en general, dotada de una carga afectiva a favor o en contra de un objeto social definido, que predispone a una acción coherente con las cogniciones y afectos relativos a dicho objeto".7 Conocer las actitudes hacia la discapacidad permitirá anticipar las conductas en la relación enfermera-paciente.

Algunas investigaciones llevadas a cabo en España que han estudiado las actitudes en población universitaria son por ejemplo la realizada por Moreno y cols. en la Universidad de Sevilla, con 498 estudiantes universitarios de materias relacionadas con la discapacidad de Magisterio, Psicopedagogía y Psicología y utilizando la escala EAPD "G",8 no encontrando diferencias por titulación.9 Por el contrario, Alonso y cols. comparando estudiantes de la Universitat Jaume I de Castelló de Humanidades, Técnicas, Sociales y Experimentales hallan una actitud positiva hacia la diversidad, mayor en Humanidades que en los otros perfiles formativos.10 En la Universidad de Granada, con estudiantes de Magisterio, Psicopedagogía, Psicología y Educación física, Polo y López mostraron que los estudiantes tienen actitudes positivas hacia las personas con discapacidad en función de la formación recibida.11 En una publicación posterior Polo y cols. concluyen que la titulación cursada condiciona unas actitudes positivas hacia ello; la tolerancia, respeto y aceptación de la persona con discapacidad será mayor en tanto tengamos la oportunidad de conocer y comprender lo que significa la discapacidad.12 También el trabajo de Suriá y cols. con estudiantes de la Universidad de Alicante mostró la buena actitud de los alumnos hacia las personas con discapacidad, obteniéndose mejores resultados en los cursos más avanzados, en los estudiantes de Trabajo Social, Sociología y Magisterio frente a los de Arquitectura y Biología13 (coincidiendo esto con otros trabajos previos).

En el ámbito formativo de las Ciencias de la Salud, en EEUU, Tervo midió las actitudes hacia las personas con discapacidad en 338 estudiantes universitarios de Enfermería y otras disciplinas de la Universidad de Dakota del Sur. Las actitudes de todos los estudiantes eran poco positivas y los estudiantes de Enfermería obtuvieron las puntuaciones más bajas.14 Sahin y Akyol estudiando 582 estudiantes de Medicina y 284 de Enfermería de la Ege University (Turquía) encontraron actitudes positivas hacia las personas con discapacidad no detectando diferencias entre unos y otros.15 También Klooster y cols. realizaron un estudio en Holanda con 81 estudiantes universitarios de Enfermería y 48 no estudiantes de igual edad; las actitudes de los estudiantes de Enfermería fueron más positivas hacia las personas con discapacidad (física e intelectual) que sus compañeros.16

 

Método

Se ha llevado a cabo un estudio transversal no aleatorio. La población son todos los estudiantes del grado de la Escuela de Enfermería la Fe de Valencia. Los cuestionarios bien cumplimentados han sido 217, lo que supone el 80% de los matriculados (54 de primero, 62 de segundo, 56 de tercero y 45 de cuarto). La selección ha sido incidental, al no ser posible realizar el cuestionario a todos los alumnos por ausencia de algunos, el día en que se realizó el pase de cuestionarios.

Se utilizó la Escala Multidimensional para la Evaluación de Actitudes hacia las Personas con Discapacidad (EAPD) elaborada por Verdugo y cols. en 1995, en su forma general que analiza las actitudes hacia personas con cualquier discapacidad y que tiene una alta fiabilidad (coeficiente alfa de Cronbach de 0.92).8 Además es una escala que ha sido muy utilizada en estudios realizados en España9,17-19 y en Latinoamérica.20

La escala está compuesta por 37 ítems con 5 subescalas:

1: valoración de capacidades y limitaciones de las personas con discapacidad.

2: reconocimiento/negación de derechos fundamentales de la persona con discapacidad.

3: implicación personal, predisposición a actuar y aceptar de modo efectivo las personas con discapacidad.

4: calificación genérica de rasgos presuntamente definitorios de la personalidad o conducta de las personas con discapacidad

5: asunción de roles: presunciones sobre el autoconcepto de las personas con discapacidad.

El cuestionario ha sido administrado a los alumnos por los propios investigadores, en el aula donde se imparten las clases habitualmente. La duración del pase del instrumento fue de aproximadamente 15 minutos en cada uno de los cursos, lo que nos permite realizar comparaciones entre los mismos. La participación fue voluntaria. Realizamos el análisis estadístico con ayuda del paquete estadístico Stadistical Package for Social Sciencies (SPPS) versión 15 para Windows.

 

Resultados

Analizando los estudios previos, vemos que el 91% proceden de bachillerato, no obstante hay que destacar que un 8,5% de alumnos ya tienen estudios universitarios previos y se enfrentan a su segunda carrera.Otra variable demográfica analizada es la ocupación laboral: solo el 6.9% de la muestra trabaja.

Con respecto a la escala de actitudes, los valores medios para cada subescala son inferiores a los que describieron los autores en las subescalas 1, 2 y 5. Solo las subescalas 3 y 4 muestran valores similares.

Realizando la prueba de Chi Cuadrado de Pearson entre las distintas variables sociodemográficas y las subescalas definidas, obtenemos resultados positivos en la variable curso para las subescalas 1 (valoración de capacidades y limitaciones), subescala 2 (reconocimiento/negación de derechos) y subescala 4 (calificación genérica) (ver tabla 1).

 

Tabla 1. Relación entre Subescala1-Valoración de capacidades,
Subescala 2-Reconocimiento de derechos y
Subescala 4-Calificación genérica y Curso de grado

 

Igualmente hay diferencias significativas (P-Valor de 0.048) en la variable contacto con personas con discapacidad para la subescala 1 (valoración de capacidades).

De los resultados obtenidos con este análisis estadístico, se deduce que los estudiantes de tercero tienen dos veces más probabilidad que los de primero de valorar las capacidades de las personas con discapacidad y los de cuarto tres veces más; por otro lado, los alumnos de segundo tienen 1,7 veces más probabilidad de reconocer derechos de las personas con discapacidad que los de primero, y los de tercero y cuarto tienen tres veces más probabilidad que los de primero. En la subescala de calificación genérica de la discapacidad, los alumnos de cuarto tienen dos veces más probabilidad que los de primero y curiosamente no aumenta la probabilidad en segundo y tercero (ver tabla 2).

 

Tabla 2. Relación entre Subescala 1-Valoración de capacidades,
Subescala 2-Reconocimiento de derechos y
Subescala 4-Calificación genérica y Curso de grado

 

Por último, en la variable contacto con personas con discapacidad para la subescala 1 (valoración de capacidades y limitaciones), encontramos que los estudiantes que han tenido o tienen contacto con personas con discapacidad, valoran sus capacidades casi dos veces más (OR=1.77) que los que no se han relacionado con ellos.

 

Discusión

Los datos indican que a lo largo del proceso formativo en el Grado de Enfermería se produce un aumento en la puntuación en tres de las cinco subescalas: 1. Valoración de capacidades y limitaciones, 2. Reconocimiento de derechos y 4. Calificación genérica, si bien no se parte de una situación muy favorable pues en general los datos muestran unas actitudes hacia las personas con discapacidad no muy buenas, comparándolas con los datos de los autores del cuestionario. Quizás la explicación de esto se deba a que en nuestro caso se trata de una población joven, y Verdugo y cols. lo aplicaron a población general,9 y también que son dos trabajos muy distantes en el tiempo, año 1995 y 2012, con distintas realidades sociales.

Nuestros datos coinciden con el estudio de Tervo, que concluye que estudiantes tienen actitudes menos positivas que las atribuibles a población general (y los de enfermería aún más bajas que estudiantes de otras titulaciones).14 No obstante, el colectivo de estudiantes tiene características propias que los diferencia de la población general, por ejemplo la edad y asociada a ella, la posibilidad de contacto con personas con discapacidad.

En nuestro estudio y con las subescalas 3. Implicación personal y 5. Asunción de roles, no hemos encontrado cambios estadísticamente significativos a lo largo del proceso formativo.

La mayor puntuación que hemos observado en las subescalas: 1. Valoración de capacidades y limitaciones, 2. Reconocimiento de derechos y 4. Calificación genérica a lo largo de los cursos, se explica por la sensibilización sobre el tema de la discapacidad atribuible al proceso enseñanza-aprendizaje o por el contacto con personas con discapacidad o en situación de dependencia en la realización de prácticas asistenciales que se realizan entre segundo y cuarto curso. Estos hallazgos son coincidentes con los resultados de las investigaciones de Suriá y cols. quienes también concluyen que existen diferencias en las actitudes de los estudiantes en función del curso (y estas son mejores en los cursos superiores).13

El contacto con personas con discapacidad resulta estadísticamente significativo respecto a la subescala 1. Valoración de capacidades y limitaciones, resultado que coincide con los trabajos consultados, que apuntan que esta variable explica gran parte de las actitudes positivas detectadas. Por ejemplo, Moreno y cols. obtuvieron diferencias significativas en función del contacto con personas con discapacidad (a favor de aquellos que sí mantenían contacto)9 o Tervo con estudiantes de enfermería y otras titulaciones en la Universidad de Dakota del Sur (EEUU), mostrando que aquellos con experiencia en discapacidad presentaron actitudes más positivas que los que no tenían experiencia previa.14

 

Conclusiones

Los estudiantes de la Escuela de Enfermería la Fe tienen unas actitudes poco favorables hacia las personas con discapacidad, que a lo largo de su recorrido formativo van mejorando, sobre todo a partir de 3o, y especialmente en el último curso.

Creemos que la formación recibida es de utilidad para modelar unas actitudes adecuadas hacia las personas con discapacidad en los estudiantes del Grado en Enfermería, sensibilizando a los estudiantes tanto por los contenidos teóricos que se les imparten como (y principalmente) por el importante número de horas prácticas en las que mantienen contacto con personas con discapacidad y la sensibilización hacia esos aspectos; no obstante, la inclusión de contenidos específicos sobre el tema que nos ocupa en los programas de algunas asignaturas será realmente útil para la mejora de las actitudes hasta alcanzar unas actitudes mucho más positivas o favorables.

Coincidimos con Mella y González en que "es importante analizar los contenidos curriculares de las escuelas de enfermería para evaluar la posibilidad de tratar el tema de la discapacidad y la integración social de estas personas en los contenidos del Grado, ya que todos los profesionales del área de la salud deben interactuar de mayor o menor forma con personas con discapacidad y sus familias. Favorecer actitudes positivas hacia este colectivo permitiría mejorar las percepciones de los futuros profesionales de la salud hacia las personas con discapacidad y promover la integración social y la aceptación de la diversidad como valores fundamentales en la formación profesional de un estudiante egresado del área de la salud".20

Revisando los contenidos que se imparten en un máster de esta misma Universidad donde se desarrolla el Grado y que capacita a los estudiantes en diversos aspectos de la discapacidad con un enfoque amplio e interdisciplinar, y que tomaremos, por tanto, como modelo de contenidos (Máster de Atención Sociosanitaria a la Dependencia de la Universidad de Valencia) y comparándolo con las materias que se imparten en el Grado, en los que cabría hablar de discapacidad y dependencia, creemos que habría que incluir en la formación de las futuras enfermeras:

Temas de reflexión sobre la autonomía y la dependencia: desde aspectos de la comunicación humana, el significado de la vulnerabilidad, el estigma y la exclusión social en personas con discapacidad, bases legales, psicosociales y sociodemográficas de la discapacidad y la dependencia; y qué significa la salud y la calidad de vida en personas en situación de dependencia.

Herramientas y Recursos para la evaluación y la intervención en las situaciones de dependencia: conocer el Sistema Público de Servicios Sociales, cómo se realiza la valoración de las diferentes situaciones de dependencia, y cómo se realizan los Programas Individualizados de Atención (PIA) y las Valoraciones Geriátricas Integrales (VGI).

Aspectos básicos de diseño para todos y entornos accesibles: que permitan a las enfermeras conocer diferentes recursos que potencien la autonomía de las personas gracias al apoyo de la tecnología y las políticas de accesibilidad al medio físico, y también conocer diferentes sistemas aumentativos y alternativos de comunicación.

Una formación más amplia sobre el hecho del cuidar a población vulnerable y frágil, que necesita especiales cuidados en determinados momentos y para quienes existen ya grandes avances en tecnologías de apoyo a la vida diaria, son temas de especial relevancia y que no se pueden obviar en una buena formación de los alumnos del Grado en Enfermería.

Además de estos contenidos formativos teóricos, la inclusión de metodologías participativas como los debates y reflexiones grupales, los análisis de caso, el visionado y debate sobre documentales y la realización de Seminarios en los que participasen personas con discapacidad, permitirían a las enfermeras modificar sus actitudes hacia la discapacidad, al tener un contacto más cercano y directo con diferentes situaciones de dependencia.

 

Agradecimientos

A los y las estudiantes de la Escuela de Enfermería de Enfermería La Fe que participaron en el estudio, cumplimentando los cuestionarios. A la Escuela de Enfermería La Fe que dio el permiso para realizar la investigación en sus aulas.

 

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Dirección para correspondencia:
José Munsuri-Rosado.
Escuela de Enfermería La Fe.
Avda. Fernando Abril Martorell 106,
46026 Valencia, España.
E-mail: munsuri_josros@gva.es

Manuscrito recibido el 17-11-2014
Manuscrito aceptado el 22-03-2015

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