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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.25 no.3 Granada jul./sep. 2016

 

MISCELÁNEA

MONOGRÁFICO EDUCACIÓN, CULTURA Y SALUD EN LOS CAMPAMENTOS DE REFUGIADOS DEL SÁHARA

 

Un pueblo sometido a la hipertensión arterial

People subdue to hypertension

 

 

Pascual Carretero Moral y Álvaro Campos Calero

Grupo de Cooperación, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Jaén. Jaén, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El objetivo es poner en situación de conocimiento, los factores de riesgo que aumentan considerablemente la prevalencia de hipertensión arterial en la población refugiada saharaui y las posibles soluciones, pudiendo hacer una reflexión crítica sobre la importancia del problema y las repercusiones que supone la hipertensión en este pueblo. Varias consultas de medicina general en dispensarios de varias wilayas nos alertan del aumento de hipertensión en la población refugiada con respecto a los datos de países desarrollados y de las posibles causas. Después de analizar varios factores de riesgo de padecer hipertensión, como condiciones climáticas, sedentarismo, alimentación y cultura, a los que están siendo sometidos esta población a causa de un conflicto que ya dura 40 años, se llega a la conclusión de que son la principal causa del aumento en la prevalencia de esta enfermedad. Siendo las soluciones muy limitadas dentro de este conflicto.

Palabras clave: Hipertensión, Factor de riesgo, Saharaui.


ABSTRACT

The aim of this article is to inform of risk factors which considerably increase hypertension prevalence in sahrawi refugee people and possible solutions. At the same time a critical reflexion of the importance and effects of this problem within this people will be done. During some consultations in those wilaya dispensaries we noticed the rise of hypertension within refugee people related to developed countries as well as the possible causes.After analyse some risk factors of suffering hypertension as climate, sedentary lifestyle, diet and culture which those people are been subdued to because of a conflict during 40 years, we come to the conclusion they are the main cause of the rising prevalence of hypertension. Within this conflict, solutions are so limited.

Keywords: Hypertension, Risk factor, Sahrawi.


 

Introducción

La Hipertensión Arterial (HTA) se define como una presión arterial sistólica (PAS) > ó = 140 mmHg o una presión arterial diastólica (PAD) > ó = 90 mmHg. Se utiliza la misma clasificación para jóvenes, adultos de mediana edad y ancianos, mientras que se adoptan otros criterios, basados en percentiles, para niños y adolescentes, ya que no se dispone de datos de estudios de intervención en estos grupos de edad.1

La hipertensión arterial constituye un problema de salud pública a escala mundial. En España su prevalencia en adultos mayores de 18 años es de aproximadamente un 35%, llegando al 40% en edades medias y al 68% en los mayores de 60 años y la padecen unos 10 millones de personas adultas. La HTA afecta aproximadamente a 50 millones de personas en los Estados Unidos y a 1 billón en todo el mundo. Se considera que solo un tercio de los hipertensos están tratados. En la actualidad, la HTA está considerada el factor de riesgo de mortalidad cardiovascular más común existente, su incidencia está aumentando en las poblaciones de avanzada edad y obesos, y su control es inadecuado en todos los países. Con el aumento de la esperanza de vida está creciendo el envejecimiento poblacional y la prevalencia de HTA seguirá incrementando a menos que se implementen unas medidas preventivas eficaces.2

En nuestra última vista a los Campamentos de Refugiados Saharauis (CDRs), en Tindouf (Argelia), estuvimos pasando consulta de atención primaria en dispensarios de algunas de las wilayas y observamos que un gran número de pacientes padecía HTA, en torno al 85% de los visitados el primer día de consulta, muy por encima de la prevalencia en países desarrollos. Si tenemos en cuenta por una parte los factores sanitarios a los que está sometida esta población, como el escaso e inadecuado control y la falta de medios/fármacos de tratamiento; y por otro los factores sociodemográficos como la alimentación y el estilo de vida sedentaria, estaría justificado que se hiciese una profunda reflexión sobre los factores que han provocado este aumento en la prevalencia de la HTA y las posibles soluciones para corregirla o controlarla. A esto hay que sumarle la falta de estudios cuantitativos previos sobre el impacto de la HTA en la población de los CDRs.

Condenados a una HTA asegurada

Según las recomendaciones de Guía de práctica clínica de la ESH/ESC 2013 para el manejo de la hipertensión arterial, los cambios adecuados en el estilo de vida son la piedra angular para la prevención de la HTA, son también importantes para su tratamiento. Ensayos clínicos han demostrado que los efectos de los cambios en el estilo de vida en la reducción de la Presión Arterial (PA) pueden ser equivalentes al tratamiento con un fármaco. Los cambios en el estilo de vida pueden retrasar o prevenir de forma segura y eficaz la HTA en pacientes no hipertensos, retrasar o prevenir el tratamiento farmacológico en pacientes con HTA de grado 1 y contribuir a la reducción de la PA en pacientes hipertensos en tratamiento farmacológico, lo que permite una reducción de número y dosis de fármacos antihipertensivos.

Además del efecto de control de la PA, los cambios en el estilo de vida contribuyen al control de otros factores de riesgo Cardiovasculares (CV) y otras patologías. Las medidas recomendadas para el cambio en el estilo de vida con demostrada capacidad para reducir la PA son: restricción de la ingesta de sal, moderación en el consumo de alcohol, consumo abundante de frutas y verduras, alimentos bajos en grasa y control del peso y actividad física regular.1

Sedentarismo. Uno de los principales factores que influyen en este aumento de la prevalencia de la HTA en los CDRs es el cambio del estilo de vida que esta población sufre desde hace 40 años debido al exilio en territorio argelino, condenándolos a una vida de sedentarismo. Porque en el desierto preguntar por la vida es preguntar por el badia (nomadear), bedu es beduino, nómada, y en el Sáhara vivir es sinónimo de movimiento o nomadeo. Antes de la ocupación del territorio (más de 2 millones de km2), las fronteras dentro de él eran inexistentes para los Saharauis. Pero después del conflicto se han visto avocados a una vida sedentaria donde el quehacer o la actividad física son prácticamente inexistentes, en unas condiciones climáticas y territoriales devastadoras. Un exilio de 40 años es demasiado largo para esperar sentados.3

Carencias alimenticias. La alimentación es el pilar central para tener una buena salud. Es aconsejable para los pacientes hipertensos el consumo de hortalizas, productos lácteos desnatados, fibra dietética y soluble, cereales integrales y proteínas de origen vegetal, con menos contenido en grasas saturadas y colesterol. La fruta fresca también es recomendable, aunque con precaución en pacientes con sobrepeso porque en algunos casos su alto contenido en hidratos de carbono puede favorecer el aumento de peso. Se recomienda a los pacientes con HTA el consumo de pescado al menos dos veces por semana y 300-400 g/día de frutas y verduras. Los ajustes de la dieta deben ir acompañados de otros cambios en el estilo de vida, como la actividad física moderada.

Teniendo en cuenta todas estas recomendaciones nutricionales y sabiendo que la seguridad alimentaria en los CDRs depende prácticamente al 100% de la ayuda internacional, ya que la producción propia de alimentos solo presenta el 0,7% de la dieta, se observa multitud de problemas a la hora de controlar o prevenir la HTA. Por ejemplo la escasa diversificación de los alimentos proporcionados mensualmente por el PMA (Programa Mundial de Alimentos) basada básicamente en harina, lentejas, arroz aceite y azúcar. Pero la problemática no queda aquí pues también hay escasez de productos frescos (verduras y hortalizas) ya que solo hay unas 40 hectáreas de huertos cultivados. A todo esto hay que añadir la falta de coordinación existente entre el PMA y los donantes bilaterales, y los problemas de distribución de los alimentos desde los almacenes de la Media Luna Roja Saharaui en Rabuni hasta las wilayas, causados por un deficiente sistema de transporte.

Poco a poco según los datos de ACNUR se han ido introduciendo fruta y verdura (cebolla, patata, zanahoria y manzana o naranja) en las canastas de alimentos, pero siguen siendo aún muy insuficientes para satisfacer las necesidades de la población refugiada. De acuerdo con la Estrategia de Nutrición de 2009, que establecía que el plazo máximo de 3 años toda la población refugiada saharaui debería tener garantizado el acceso a comida que fuese nutritiva, suficiente, variada y culturalmente aceptable, hay todavía muchos desafíos que superar.1,4,5

Vistas las carencias nutricionales, las que influyen negativamente en la prevención y manejo de la HTA en los CDRs son: la falta de verduras y frutas frescas (solo el 5% de la población tiene acceso a alimentos frescos), la falta de proteína que está asociada a cifras altas de tensión arterial, el exceso de legumbres y productos almidonados refinados. No olvidamos por supuesto que la población hipertensa de estos campamentos debería evitar el exceso de azúcares y bebidas azucaradas, teniendo en cuenta que una de las costumbres más arraigadas de esta población es la cultura del té, que lo toman en varias ocasiones durante todo el día y que añaden grandes cantidades de azúcar, es un reto de difícil solución.

Ausencia de tratamiento farmacológico. Otro de los principales inconvenientes para el manejo y diagnóstico de la HTA, es la falta de un tratamiento farmacológico adecuado. En nuestra visita a los campamentos en octubre de 2014, pudimos observar que la mayoría de pacientes presentaban cifras de TA muy altas y que o no estaban tratados farmacológicamente o simplemente se les trataba con medicación aguda, que en ningún caso solucionaría el problema. Al preguntar al enfermero encargado de uno de los dispensarios por aquel hecho, nos dijo que no podía hacer otra cosa puesto que solo tenía esa medicación aguda y que cuando había medicación más específica, solo disponían de ella por periodos muy indeterminados de tiempo.

Después de acudir a la farmacia del Hospital General en Rabuni para ver de qué fármacos disponían, observamos que sí había fármacos para tratar la HTA, pero solamente llegarían a una parte ínfima de población, por un periodo muy corto de tiempo.

Para averiguar como llegaban los medicamentos a los CDRs, acudimos a la farmacia central, almacén a unos 8 km de Rabuni, donde se reciben los medicamentos que mandan organismos como ACNUR y otras instituciones: ONGs, Ayuntamientos, Diputaciones, etc. Desde aquí también se distribuye en función de las necesidades todo el territorio. Esta recepción y reparto sería adecuada (afirmaba el farmacéutico encargado de la farmacia), si no fuese porque la medicación llega con cuentagotas, de dosificación y principios activos distintos en cada envío, haciendo muy dificultoso o imposible el manejo farmacológico de cualquier patología crónica, incluida la HTA.

Carencia de profesionales. Si nos regimos por el anexo 15 (plantilla del personal de salud y de higiene) del plan estratégico de salud de la República Árabe Saharaui Democrática de 2011-2015, habría en total en todos los CDRs 109 profesionales de la medicina repartidos entre gestores y médicos y distribuidos entre los 5 hospitales regionales, 1 hospital nacional, el hospital militar Bol-la (solo se utiliza para comisiones quirúrgicas por el dificultoso acceso del transporte sanitario), centros especiales, escuelas y el Ministerio de Salud Pública.6 Pero la realidad de la situación de los profesionales es muy distinta, pues después de hablar con varios miembros del Colegio de Médicos de los CDRs, nos alertan de que el número real de médicos especialistas se aleja mucho de esas cifras. Este escenario dificulta en gran medida tanto la prevención, como el diagnóstico y manejo de la HTA en los CDRs.

La principal carencia en la prestación de atención sanitaria es la de un equipo médico antiguo y obsoleto. El ACNUR presta apoyo a comisiones médicas multidisciplinarias, principalmente a cirujanos, a fin de ofrecer consultas especializadas a los refugiados en los campamentos con una frecuencia trimestral. En 2013, se realizaron más de 4.000 consultas de especialistas, el 48% de ellas a mujeres.7

Solamente disponen de ocho médicos para encargarse del casi cuarto de millón de habitantes. Circunstancias que, según la organización Médicos del Mundo, conllevan la "difícil resolución" de patologías de "fácil curación". La ausencia de medios los obliga a recurrir a un sistema de salud basado en la prevención. Procurar que la gente no enferme y sensibilizarles contra los factores de riesgo, ante la imposibilidad de prestar una atención posterior.8

Soluciones y remedios culturales

Fomento de la vuelta a la ganadería y la vida activa. La subsistencia cotidiana de los campamentos de refugiados se limita a la ayuda humanitaria, a un pequeño rebaño de cinco o seis cabras, y a alguna actividad comercial y laboral. Quienes pueden desplazarse y tienen jaima y ganado, prefieren estar en el bedia, nomadeando, descansando y comiendo sano, gracias principalmente a los pozos de agua o los años de lluvia como fue el 2006. Desde el bedia se envía a la familia o se venden productos: carne, leche, piel y grasa del camello, plantas medicinales, etc. en los campamentos. Aún se practican rutas camellares en el Trab el Bidán. Hay ganaderos que pueden ganar mucho dinero con la compra y venta de ganado: los camellos son un producto valorado como alimento que también forma parte de las celebraciones en bodas, etc. Cuando el ganado empieza a escasear se importa en camiones desde Mali.

Aunque el suelo es rico en minerales, la falta de agua no permite una mejor explotación. Este inconveniente ha hecho históricamente de esta zona, el Bidán, un lugar de nomadeo, generando una cultura material austera y una cultura de transmisión oral y de fácil transporte, además de una ganadería a pequeña escala y sobre todo ha creado una estructura social tribal que mantiene al grupo muy unido. Una de las vías de explotación y foco de yacimiento de empleo sería la recuperación y fortalecimiento de las tradiciones saharauis, principalmente la ganadería, que recuperaría el arte de la matanza y de cómo cortar la piel para ser utilizada después mediante el adecuado tratamiento del cuero. Respecto al cuidado y alimentación del ganado nos permite recuperar las rutas del bedia, mejorar la alimentación humana y promocionar el mantenimiento de los recursos por los propios saharauis. En la elaboración de manufacturas se recuperarían y se incluirían nuevas técnicas e ideas para su comercialización. Finalmente se potenciaría un sistema agrícola en ciertas zonas que abrirían la oferta de trabajo en una actividad tradicionalmente dependiente de las lluvias y poco tenida en cuenta.

Actualmente el nomadeo sigue existiendo, aunque es escaso, cerca de los uadis (ríos temporales de alimentación pluvial). En estos parajes, nómadas y saharauis de los campamentos reponen su salud al alimentarse de una fauna y vegetación escasa pero muy saludable, ya que los animales toman hierbas y agua de mejor calidad.4 Esto nos hace reflexionar sobre la vida y cultura del nomadeo, pensando que sería una buena solución al sedentarismo como factor de riesgo relacionado con diversas enfermedades como la HTA y la Diabetes, si no estuviese limitada a un pequeño porcentaje de población.

Plantas medicinales y sabiduría popular para el control de HTA. La historia del pueblo saharaui es la de un pueblo nómada por antonomasia, y la supervivencia de las sociedades nómadas de regiones desérticas está basada en el perfecto aprovechamiento de los escasos recursos que el medio ofrece, entre ellos, y de forma importante, los vegetales. A lo largo de siglos, la necesidad y la experiencia han ido generando un amplio conocimiento sobre los múltiples usos de las plantas (alimento, medicamentos, enseres...) que se ha integrado en el saber colectivo formando parte de la tradición y de la cultura saharaui. Además de la actividad de las tabibas, las numerosas referencias a las plantas en los proverbios y sentencias, o innumerables topónimos en el desierto, expresan la importancia que han tenido las plantas en la vida de los beduinos. Esta forma de sabiduría popular constituye una valiosa herencia que forma parte importante de la identidad cultural del Sahara Occidental.

Según los conocimientos y sabiduría de este pueblo las plantas autóctonas descritas a continuación tendrían beneficios frente a la HTA y otras enfermedades endémicas en la zona. La semilla triturada del Afzu (Mesembryanthemum cryptanthum) y mezclada con grasa, se come para aliviar la anemia, debilidad, diabetes e HTA, además mejora la circulación sanguínea y corrige retrasos en la regla. El fruto maduro del Eydari (Rhus tripartita), comido crudo, se considera beneficioso frente a cardiopatías, diabetes, HTA, alergias y dolor de estomago. El agua de cocer las hojas de la Lagaia (Zygophyllum gaetulum), bebida, también se usa contra la HTA, dispepsias y dolor de estomago. La cocción de las hojas secas y trituras del Legtaf (Atriplex halimus L.), bien en agua o en té, es un remedio que se usa para tratar numerosas enfermedades, como la diabetes, cardiopatías e HTA. El polvo que resulta de machacar la planta seca de Lesaig (Forsskalea tenacissima L.), mezclado con un poco de azúcar se usa contra la HTA. La suspensión de hojas de Sder (Zizyphus lotus) pulverizadas en agua, dejadas en reposo durante un día, se toma frente a la Hipertensión arterial y problemas gástricos. La goma abacac de la Talha (Acacia tortilis) se considera eficaz para tratamientos de sepsis urinarias, insuficiencias y cólicos renales, HTA y gastritis.9

Siendo el pueblo saharaui consciente de las carencias en cuanto al manejo de la HTA, descritas a lo largo del texto, la promoción y divulgación de los conocimientos sobre plantas medicinales autóctonas en la zona, sería un apoyo importante al tratamiento y cambios en el estilo de vida.

 

Conclusión

Como consideración final nos gustaría hacer un llamamiento y exponer la grave situación que sufre "el pueblo saharaui" debido a un conflicto interminable que ya dura 40 años. Dicha situación ha llevado a esta población a una extrema situación sanitaria a todos los niveles, que sigue necesitando cada vez más de la ayuda humanitaria internacional, mientras tanto los gobiernos de los países desarrollados recortan los presupuestos de ayuda para el desarrollo, y la poca ayuda que llega, lo hace mal y tarde.

Después de analizar la documentación obtenida y observar las necesidades de dicha población en cuanto a la mejora de algunos factores de riesgo para no llegar a padecer o tener un mejor control de la HTA, creemos que la ayuda humanitaria debería llegar en forma de alimentos y medicinas que se ajusten más a las necesidades fisiopatológicas del pueblo saharaui para que al menos tuviesen una dieta equilibrada y un mejor manejo de la multitud de enfermedades derivadas de la dieta. De esta manera se evitarían muchas enfermedades por malnutrición.

En 2014, en la cesta de alimentos siguen faltando productos básicos tales como verduras, frutas, leche, pescado y carne para asegurar la salud nutricional de la población en general y programas de alimentos complementarios suficientes para los grupos más vulnerables.

Uno de los puntos principales que se debería mejorar en la sanidad saharaui desde nuestra visión, es la formación de profesionales cualificados e incentivarlos con algún tipo de remuneración para evitar o frenar una fuga de cerebros. Hacer que los enfermeros, matronas y médicos reciban cursos específicos que les permitan realizar diagnósticos médicos básicos, no es darles una carrera, pero sí contribuir a dar vida a la vida de un pueblo sin apenas posibilidades.

Después de reflexionar sobre las posibles soluciones a la problemática de la alta prevalencia de HTA en la población saharaui, y sabiendo que el conflicto con Marruecos no tiene una rápida solución, creemos que el fomento de la sabiduría popular sobre nomadeo y plantas medicinales, entre la población más joven, podría ayudar en el manejo de la enfermedad y la promoción de cambios en el estilo de vida sedentaria.

 

Bibliografía

1. Grupo de Trabajo para el manejo de la hipertensión arterial de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH) y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC). Guía de práctica clínica de la ESH/ESC 2013 para el manejo de la hipertensión arterial. Rev Esp Cardiol. 2013; 66(11):880.e1-e64. Disponible en http://pdf.revespcardiol.org/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=90249392&pident_usuario=0&pcontactid=&pident_revista=25&ty=38&accion=L&origen=cardio&web=www.revespcardiol.org&lan=es&ichero=25v66n11a90249392pdf001.pdf (acceso: 12/05/2015).         [ Links ]

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Dirección para correspondencia:
Pascual Carretero Moral.
E-mail: carreteroymanta19@hotmail.com

Manuscrito recibido el 16-12-2015
Manuscrito aceptado el 12-03-2016

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