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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.25 n.4 Granada Oct./Dec. 2016

 

MISCELÁNEA

HISTORIA Y VIDA

 

"Yo, adelante". La lucha contra un cáncer de mama avanzado diagnosticado durante el embarazo

"Me, onwards". A battle against advanced breast cancer diagnosed during pregnancy

 

 

Raquel Herrero-Hahn1 y Plácido Guardia-Mancilla2

1Departamento de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Granada, Granada, España.
2Unidad de Cuidados Paliativos, Hospital Universitario San Cecilio, Granada, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El cáncer de mama presenta una alta incidencia en mujeres, al igual que una alta supervivencia si este es diagnosticado en estadios tempranos. Es el cáncer más común en mujeres embarazadas y en el año posterior al parto. El objetivo de este trabajo es presentar la experiencia en primera persona de una mujer con cáncer de mama avanzado a lo largo de su proceso de enfermedad. Para ello se realizó un relato biográfico a través de una entrevista en profundidad. El texto relata la vivencia de enfermedad de una mujer diagnosticada de cáncer de mama durante el embarazo en términos de la dificultad experimentada hasta obtener un diagnóstico, el tratamiento y sus efectos secundarios y el progreso de la enfermedad. Se describe el padecimiento asociado a la misma y la importancia del apoyo emocional recibido para continuar la lucha contra el cáncer.

Palabras clave: Apoyo social, Embarazo, Incertidumbre, Metástasis de la neoplasia, Neoplasias de la mama.


ABSTRACT

Breast cancer has a high incidence in women, as well as a high survival rate if it is diagnosed in early stages. It is the most common cancer in pregnant women and in the year following childbirth. The objective of this study is to present the first-person experience of a woman with advanced breast cancer over her illness process. With this purpose a biographical account was performed through an in-depth interview. The text narrates the illness experience of a woman diagnosed with breast cancer during pregnancy in terms of the difficulty experienced to get a diagnosis, the treatment and its side effects and the disease progression. The text also describes the suffering related to the disease and how important it was for her to receive emotional support in order to be able to continue her battle against cancer.

Key words: Breast neoplasms, Neoplasm metastasis, Pregnancy, Uncertainty, Social support.


 

Introducción

La incidencia del cáncer de mama en España en 2012 fue de 25.215 casos, representando el 29% de los cánceres diagnosticados en mujeres y situándose como el más frecuente entre estas, excluyendo los cánceres de piel no melanoma.1,2 La supervivencia media relativa a los 5 años del diagnóstico es del 89%. Sin embargo, según el estadio del cáncer en el momento del diagnóstico, esta varía de un 98% en el estadio I, hasta un 24% en estadios III.1 En el estadio IV, en el 65-75% de los casos hay metástasis óseas, estimándose la supervivencia entre 20 y 24 meses.2 Este tipo de cáncer es el más común en mujeres embarazadas y en el año posterior al parto. Los cambios que se producen en los senos durante el embarazo y la lactancia hacen difícil el diagnóstico temprano, produciéndose un retraso medio de 5 a 7 meses en el mismo.3

El cáncer de mama constituye un problema de salud en España por su elevada incidencia y por sus repercusiones físicas, psicológicas y económicas, siendo los aspectos más difíciles de afrontar para las pacientes los cambios familiares, la pérdida de autonomía, la incertidumbre y la progresión de la enfermedad.1,4 El objetivo de este trabajo es presentar la experiencia en primera persona de una mujer con cáncer de mama avanzado a lo largo de su proceso de enfermedad, permitiendo conocer su visión de la enfermedad y el padecimiento, y cómo se ven afectados las diferentes esferas de su vida.

Para lograr el objetivo propuesto se realizó un relato biográfico a través de una entrevista en profundidad semiestructurada de aproximadamente 40 minutos. Esta se desarrolló en la habitación individual de la paciente en la planta de Oncología, sin presencia de terceras personas. Durante la entrevista la informante permaneció en la cama, tranquila y relajada. La entrevista fue grabada y posteriormente fue transcrita y analizada siguiendo las recomendaciones de Amezcua y Hueso.5,6 Los datos obtenidos fueron comparados con los de la historia clínica y un segundo investigador verificó la adecuación de la interpretación de la información. Se solicitó el consentimiento informado, se emplearon pseudónimos y se modificaron algunos de los lugares que se mencionan en el discurso.

El caso de Andrea se conoció debido a su inclusión en el proceso de cuidados paliativos. Andrea creció en un municipio de Málaga, donde sus padres continúan residiendo, y es la mayor de cuatro hermanos. Estudió Imagen y Sonido y empezó a trabajar. Conoció a Juan Carlos, y al poco tiempo se trasladó a Granada con él. Se casaron cuando tenía 27 años y a los tres años nació su primer hijo. Dos años después volvió a quedarse embarazada. Durante el embarazo, en agosto de 2012, le diagnosticaron un cáncer de mama, y en octubre de 2013 fue incluida en el proceso de cuidados paliativos. En la actualidad tiene 34 años.

En su relato, Andrea trata de transmitir su vivencia de la enfermedad en términos de la dificultad experimentada hasta obtener un diagnóstico, el tratamiento y sus efectos secundarios y el progreso de la enfermedad, dominando su discurso el padecimiento.

Tomando como marco de análisis la Teoría de la Trayectoria de la Enfermedad se entiende que el cáncer se da en un contexto biográfico, y que este produce una alteración que afecta a todos los aspectos de la vida, incluyendo el funcionamiento fisiológico, las interacciones sociales y la concepción de uno mismo, incrementando la incertidumbre en un contexto inherentemente incierto.7

La incertidumbre relacionada con la enfermedad varía a lo largo de la trayectoria de la misma a través de las percepciones de uno mismo y de las interacciones con otros. Se diferencian tres estados de incertidumbre.7 La incertidumbre temporal se da por la percepción de Andrea de que su vida se mueve continuamente en torno a la enfermedad y al tratamiento: "Y ya empezamos otra vez, que si resonancia, que si TAC, que si...". La incertidumbre relacionada con el cuerpo se produce porque hay una alteración de la confianza en el mismo y un cambio de expectativas de cómo este podrá afrontar el futuro. Le preocupa poner en peligro la resistencia del cuerpo, "ya no podía seguir a ese ritmo", la eficacia del tratamiento, "el tratamiento me va bien, pero la respuesta dura poquísimo", y la recidiva de la enfermedad, "me da miedo cuando vuelva... que esto haya avanzado". La incertidumbre de identidad aparece por la alteración del curso esperado de la vida y la persistencia de la esperanza a pesar de las circunstancias cambiantes: "Espero recuperarme y, aunque sea, poder moverme".

Aunque la incertidumbre es un aspecto inherente al proceso de enfermedad, es posible llevar a cabo actividades que permiten disminuir el impacto de la misma en la persona. Las estrategias que Andrea pone en funcionamiento para esto son: animarse, "yo palante", expresar sus sentimientos y emociones en una atmósfera de apoyo (psicóloga) y compartir tiempo con las personas que representan para ella un apoyo positivo, como sus hijos y marido.

El padecimiento es el principal aspecto que emerge del discurso de Andrea. El afrontamiento de la situación y su deseo de lucha se basan en el apoyo emocional y familiar que recibe.

 

Bibliografía

1. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Las cifras del cáncer en España 2014. Madrid: Sociedad Española de Oncología Médica; 2014. Disponible en: http://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/Las_cifras_del_cancer_2014.pdf (acceso: 10/03/2015).         [ Links ]

2. Ferlay J, Soerjomataram I, Ervik M, Dikshit R, Eser S, Mathers C, Rebelo M, Parkin DM, Forman D, Bray F. Cancer Incidence and Mortality. GLOBOCAN 2012, V.1.0. Worldwide: IARC CancerBase No. 11. Lyon: International Agency for Research on Cancer; 2013. Disponible en: http://globocan.iarc.fr (acceso: 10/03/2015).         [ Links ]

3. Yu J, Kim M, Cho H, Liu H, Han S, Ahn T. Breast diseases during pregnancy and lactation. Review Obstet Gynecol Sci. 2013;56(3):143-159. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3784111/pdf/ogs-56-143.pdf (acceso: 15/03/2015).         [ Links ]

4. Falo C, Villar H, Rodríguez E, Mena M, Font A. Calidad de vida en cáncer de mama metastásico de larga evolución: la opinión de las pacientes. Psicooncología 2014;11(2-3):313-331. Disponible en: http://revistas.ucm.es/index.php/PSIC/article/view/47391/4442 (acceso: 15/03/2015).         [ Links ]

5. Amezcua M, Hueso C. Cómo elaborar un relato biográfico. Arch Memoria. 2004;1. Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/metodologia.php (acceso: 2/03/2015).         [ Links ]

6. Amezcua M, Hueso C. Cómo analizar un relato biográfico. Arch Memoria 2009;(6 fasc. 3). Disponible en: http://www.index-f.com/memoria/6/mc30863.php (acceso: 2/03/2015).         [ Links ]

7. Penrod J, Kitko L, Liu C. Teoría de la Trayectoria de la Enfermedad. En: Marriner Tomay A, Ralie Alligood M. Modelos y teorías de enfermería. España: Elsevier; 2007, 7 ed.: 638-651.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Raquel Herrero-Hahn.
Departamento de Enfermería,
Facultad de Ciencias de la Salud,
Universidad de Granada.
Avda. de la Ilustración s/n,
18071, Granada, España.
raquelherrero@correo.ugr.es

Manuscrito recibido el 4.5.2015
Manuscrito aceptado el 23.12.2015

 

TEXTO BIOGRÁFICO

CAMINO HASTA EL DIAGNÓSTICO. El día 17 de enero [2012] me noté un bulto. Exactamente era del tamaño de un garbanzo. El médico de cabecera me dijo "te voy a hacer un volante para que te lo vean". Como yo sospechaba que estaba embarazada digo "puede que sea del mismo embarazo" [refiriéndose a los cambios que se producen en las mamas].

El 19 confirmé que estaba embarazada. A partir de ahí eso empezó a crecer a la misma vez que crecía mi barriga. Yo venía aquí al médico normal [consulta de mama del hospital] y me decían "no, no, eso es un cambio del pecho, un cambio hormonal, no tiene importancia". Hasta que ya cuando tenía cuatro meses de embarazo tenía un tamaño considerable. Vine otra vez y entonces había un doctor que sí quería pincharme y hacerme una biopsia, pero había otro que decía "que no, que eso como se lo pinchemos ahora, ya verás tú, le va a empezar a dar la lata con el embarazo y va a empezar a tener muchos problemas, porque ya verás, como se le infecte la mama". Al final no me hicieron la biopsia y me dijeron, "si cambia de color, crece más todavía o te duele, te vienes".

Ya sobre los 6 meses me dolía mucho y estaba amoratado de tanto estirar la piel. Vine otra vez, y nada. Me decían siempre lo mismo, que no, que no era nada. Me habían puesto en lista de espera para operarme con anestesia local, embarazada como estaba, decían que me echaban un poco de anestesia local y me abrían, y bueno, a ver lo que pasaba. Yo no estaba conforme con eso [ríe], porque yo decía "me va a dar un desmayo, cómo me van a abrir aquí [se señala la zona donde estaba el tumor] así con anestesia". A los siete meses vine a hablar con el jefe de la unidad de mama porque no estaba conforme. Le dije me pasa esto, me quieren hacer esto, de esta manera. Se echó las manos a la cabeza y me dijo que ni loco. Entonces llamó a la consulta y ya empezaron a ponerse todos manos a la obra. Ese mismo día me hicieron la biopsia y nada más hacérmela el técnico de rayos me dijo "te llamaré esta semana" [ríe]. El día 20 de agosto, vamos que no se me va a olvidar, vine a los resultados, y me dijeron que era malo.

PRIMER TRATAMIENTO. Me dijeron que había que hacer la cesárea cuanto antes porque el tumor estaba bastante avanzado y empezar con un tratamiento de quimioterapia, que ya me explicarían los oncólogos cómo sería. Ese mismo día me fui a Málaga a hablar con mis padres a decirles lo que pasaba. El 28 me hicieron la cesárea y nació Carla. A partir de entonces empezaron las pruebas, que si resonancia, que si TAC [suspira].

Empezamos con las citas de los oncólogos y el tratamiento de quimioterapia. Las cuatro primeras sesiones fueron cada 14 días porque querían ir fuerte. Yo de hecho todavía tenía las grapas puestas cuando empecé la primera [de la cesárea]. Y luego las otras cuatro fueron cada 21. Me operaron, me dieron la radioterapia y, bueno, aparentemente ya estaba todo solucionado.

PRIMERA RECAÍDA. Terminé la radioterapia en junio y me fui julio y agosto a Málaga, a casa de mi madre. Estando allí tuve que ir dos veces a urgencias porque me dolía mucho por esta zona [se señala el esternón]. Me hicieron una radiografía "no, no tienes nada, no tienes nada".

Cuando llegué a Granada vine aquí [a Oncología] y estuve yendo a radioterapia diciendo que me dolía, venga radiografías, y nada. Iba a mama y me decían que era porque tenía dos bultos [en la mama izquierda] y me los tenían que ver también, y al hacerme la biopsia me dejaron puestos dos arpones para localizarlos, y que el dolor era de eso, de haber tenido los arpones. Me hacían infiltraciones, y me apretaba [presionaba en la zona], y yo un dolor [exclama]. Y me decía "pero es que ya no te puede doler, ya te hemos puesto la infiltración que es como anestesia". Y yo decía, "pues a mí me sigue doliendo". Y yo venía otra vez a radioterapia, y otra radiografía, iba a mama, y ninguno me decía nada.

Y pasaba el tiempo, pasaba el tiempo, hasta que una tía de mi marido que es enfermera y trabaja en un centro de salud habló con una rehabilitadora y le dijo "mira, mi sobrina está muy molesta y no hacen nada más que hacerle radiografías y radiografías y no le dicen nada en concreto". Cuando ella me vio me dijo "voy a pedirte una gammagrafía ósea porque yo no estoy completamente tranquila".

Me hicieron la gammagrafía, que no me la pidió ni uno ni otro, me la pidieron como un favor, y entonces apareció que había dos manchas blancas. Y ya empezamos otra vez, que si resonancia, que si TAC, que si... [levanta la mirada, suspira]. Y bueno, pues había metástasis en una costilla y en una vértebra.

Otra vez a empezar con quimioterapia. Hice un tratamiento súper fuerte, cisplatino, que eran nueve horas de quimioterapia cada 21 días. Ya empecé a ponerme un poquillo más débil, tuvieron que ponerme plaquetas y sangre alguna vez. Después me hicieron otra gammagrafía y otra resonancia y no había actividad, estaba parado. Y nada, ilusión, no había actividad. Yo tan contenta, qué alegría [exclama].

SEGUNDA RECAÍDA. Al mes y medio empezó otra vez a dolerme, a dolerme, y otra vez. La respuesta me dura muy poco tiempo, el tratamiento me va bien, pero la respuesta dura poquísimo. Empezamos con un tratamiento de pastillas, más cómodo, porque no tenía que venir al hospital. Otra vez era verano, me fui a casa de mi madre, y con las pastillas, más o menos, medianamente bien. Cuando llevaba el tercer ciclo, al tomarme las pastillas, el simple hecho de metérmelas en la boca, porque eran 5 pastillas por la mañana, 5 por la noche, yo tenía una sensación de rechazo.

Cuando vine aquí al médico [a Oncología] porque estaba muy cansada, muy cansada, me dejaron ingresada porque las transaminasas las tenía altísimas. Me había hecho daño en el hígado. Suspendimos ese tratamiento. Estuve ingresada todo el mes de septiembre.

Cuando salí empezamos con otro tratamiento. Me salieron quemaduras en los brazos, en el cuello, por el torso, pero quemaduras, quemaduras. También a la tercera sesión. Me dijeron, "este también hay que suspenderlo [ríe]. Vamos a empezar otro nuevo". Es el que empecé hace tres semanas. Pero, yo ya [suspira] es que no aguantaba. Y ya hasta ahora, que la última vez ha sido esto [ingreso por infección respiratoria].

APOYO FAMILIAR. El mismo día que yo fui a Málaga con el problema de que me habían dicho que era malo, Juan Carlos ya había hablado con ellos [con los padres] por teléfono y se lo había dicho, y cuando yo llegué, yo pensaba, mis padres van a estar derrotados, cuando yo llegue, va a ser eso un mar de lágrimas. Pero no, yo llegué y fue todo ánimos, y venga, esto no pasa nada, con esto podemos, un abrazo fuerte, entrañable, pero nada más, ni llanto, ni nada. "Esto ya verás tú como lo superamos, que en cuanto des a luz empiezas con tu tratamiento", y súper positivos todos.

Mi hermana [ríe] se escondía en la habitación y lloraba, y cuando estaba bien salía. Con el tiempo decía, "jolín, yo veía a todo el mundo tan tranquilo, como si no pasara nada, y venga a darte ánimos, y yo, no podía ni hablar de la pena que tenía". La respuesta de ellos fue estupenda, sigue siendo estupenda. Tienen sus momentos como es normal, cuando tengo alguna noticia de que he recaído o de que vuelve a haber metástasis o actividad o lo que sea, pues les cuesta trabajo asimilar. Pero, dentro de eso, yo ya les he dicho que tienen que acostumbrarse a que mi vida, más o menos, va a ser siempre así.

Juan Carlos tiene un altar ganado [ríe]. El pobre. Siempre se ha mostrado fuerte y duro. Él no se anda con tonterías. Siempre me ha hablado súper directo y súper claro, y eso hace que yo también esté más fuerte porque me siento más protegida. Me dice "mira Andrea, hay esto, esto y esto, los médicos han dicho esto y esto, y es lo que hay, ya sabes que hay que tirar palante, que yo estoy aquí contigo, y que hay que seguir luchando" [ríe].

Que él sea tan duro y tan frío en ese sentido, a mí me ha servido. Me ha hecho un poquito más fuerte. Si él estuviera quejándose, yo creo que me vendría más abajo, y no, a mí me hace que me mantenga firme y fuerte ante lo que venga. Él se ha tenido que hacer un poco cargo de todo. Si antes tenía ocupaciones con su trabajo, pues ahora tiene [suspira] con los niños, con la casa, conmigo, con todo. También es cierto que tenemos mucha ayuda por parte de la familia, muchísima, pero bueno, él es el padre y hay cosas que tiene que hacerlas él.

Mi madre duerme ahí en el sillón [de la habitación del hospital]. Quiere quedarse siempre ella. Pobrecilla. Supongo que lo estará pasando muy mal porque yo me pongo en su lugar, yo tengo también mis niños y yo [suspira], me costaría la vida, si ellos tuvieran que pasar lo que yo estoy pasando, o la mitad de la mitad nada más [suspira, baja el tono de voz], no sé, no lo quiero ni pensar. Así que entiendo que ella quiera estar aquí, y bueno, en cierto modo, pues su preocupación esa que tiene siempre.

Mi padre no termina de asumirlo. Dice "ya verás como dentro de poco te curas". Le digo, "no me voy a curar, ya te he dicho que esto es crónico, que estaré mejor o estaré peor, pero...", "que no, que no, que no. He oído en la radio, que van a sacar una pastilla", y yo, "sí papá, tú has oído en la radio, pero son investigaciones, ahora mismo eso no". Y me dice "bueno, pero de aquí a cinco años quién sabe si sacan una pastilla" [ríe]. Él no termina de asumir, pero bueno, también lo puedo entender. Así, a lo mejor es un poco más feliz [ríe].

LOS HIJOS EN EL PROCESO. Los niños lo llevan bien porque desde pequeñitos ya lo están viendo, están presentes, y nosotros tampoco les hemos escondido nunca nada.

Manuel me dice [ríe] "mamá, cuando tú puedas correr como antes, yo voy a correr contigo, pero voy a correr despacio para que tú no te canses". Me dice muchas cosas que te quedas un poco [suspira], pero bueno, es que realmente es un niño y dice lo que piensa. Me dice, "mamá, ¿te acuerdas cuando tú conducías? ¿Cuándo vuelves a conducir mamá?" Y yo, "no sé Manuel". Pregunta mucho. Él recuerda muchas cosas de antes, y el pelo, me dice, "¿te acuerdas que tú antes tenías una coleta? ¿Y por qué ahora te has cortado el pelo?" Y yo se lo digo, "es que mamá está tomando unas medicinas que se cae el pelo", y se queda asombrado [ríe], como diciendo, ¿qué medicinas tomas tú? El otro día decía "pero bueno mamá, ¿tú cuándo te pones buena?" Porque claro, ya llevaba muchos días en la cama, y él se viene, se sienta a mi lado, coge un libro, está ahí conmigo, luego se va, vuelve otra vez, me da un beso. Es muy cariñoso. Me dice, "bueno mamá, pero es que, ¿cuánto tiempo vas a estar mala?" Y digo, "mira Manuel, hay enfermedades, como un resfriado, cuando tú te pones malito, que duran 4 o 5 días, luego cuando uno se parte una pierna dura un mes, cada enfermedad tiene un tiempo para recuperarse, y la enfermedad que tiene mamá es más larga, y tampoco puedo decirte cuándo voy a curarme. Pero tú no te preocupes que aunque no esté curada del todo, habrá tiempo en que pueda jugar y esté mejor, habrá otros ratos en los que esté muy cansada y esté mucho tiempo en la cama". "¡Jooo! Pues descánsate" [ríe].

Yo también se me ha caído el pelo, y jugando, poco a poco, me he ido quitando el gorro o el pañuelo y no, nunca ha dicho nada. Ahora que es más mayorcito sí que pregunta, pero antes nada. El primer día que me vio sin el gorro estaba yo en la ducha, estábamos bailando porque nosotros siempre nos hemos duchado juntos desde que él ya no se bañaba en su bañerilla, y estábamos en el cuarto de baño los dos desnudos bailando, y me metí en la ducha y me dice, "mamá el gorro, que te lo mojas", y yo me quité el gorro, y se quedó mirándome y me dice "pero sigue bailando mamá" [ríe]. Que no le dio ninguna importancia, y yo me quedé [asombrada]. Luego ya sí se quedó así un poco más [sorprendido] y le dije, "¿has visto a mamá? Me he cortado el pelo así mucho, ¿te gusta?" Y dice, "sí". "Pero, ¿estoy guapa?" "Sí" [ríe].

PADECIMIENTO. Esto, a mí no me parecía normal [el crecimiento del bulto]. Me quedé un poco bloqueada [ríe, cuando conoció el diagnóstico]. Solo me acuerdo que cuando llegué a mi casa me abracé a mi chiquitillo [suspira]. Me iba a dar algo porque claro, yo pensaba, madre mía, ahora la cesárea, para que la niña no esté bien.

Carla nació con una insuficiencia respiratoria porque los pulmones no correspondían a la edad gestacional. No me pusieron la inyección pensando que estaba una semana después, y al contrario, estaba una semana antes. Estuvo dos meses en la UCI. Estuvo muy mal. A mí no me decían mucho porque no querían preocuparme, pero cuando llegó arriba [a neonatología] llegó en parada cardiorrespiratoria, llegó muerta. A lo largo de los dos meses tuvo cinco paradas respiratorias. Pensaban que le había afectado un poquillo a la cabeza, de hecho le hicieron una resonancia y demás, y por suerte la niña está estupenda, no le ha quedado ninguna secuela. Es el mejor regalo del mundo [ríe].

Una de las veces que se me apoyó la niña me dolió tanto que la empujé. La niña tenía 9 o 10 meses, y yo ya dije "qué dolor tan grande tengo como para haber reaccionado así" [suspira]. Fue un acto reflejo, y menos mal que estábamos en el sillón y no pasó nada, pero yo ya preocupada [primera recaída].

Ya sí me preocupé más porque ya no es lo mismo, ya la metástasis pues... [suspira, eleva la mirada]. Cuando me dijeron que otra vez estaba activo, y además que estaba un poquito más activo que antes, digo madre mía [segunda recaída]. Aburrida ya de tanto hospital [hospitalización de septiembre]. Pero, yo ya [suspira] es que no aguantaba [tristeza], ya llevaba tres semanas en la cama sin poder moverme. Venía como podía, me ponía la quimioterapia, y me volvía a ir. Acostada, y todo el rato acostada, y muy cansada, muy cansada [tras iniciar el último tratamiento].

Últimamente ya veía que lo que tenía que hacer, que era venir a ponerme la quimioterapia, ni siquiera eso podía. Y yo decía, esto no puede seguir así porque no puedo con mi alma, es que no puedo ni hablar. Cuando estás así tan cansada y todo [suspira], ves todo oscuro. No te puedes levantar, no puedes hacer nada, nada más que dormir, tirada en la cama. Llega un momento en el que te agobia.

No me gusta estar tan cansada. Me agobia mucho no poder moverme. Me cuesta mucho trabajo depender de los demás. No puedo andar, bueno, puedo andar a lo mejor de aquí al cuarto de baño, pero con ayuda de alguien que me agarre, o con el andador, y últimamente estaba tan cansada que no podía ni eso. Resulta súper difícil depender de tráeme esto o tráeme lo otro, hazme esto, hazme lo otro. Es una de las cosas que estoy trabajando con la psicóloga porque muchas veces a lo mejor tengo sed y si veo que está todo el mundo sentado o tranquilo, pues me da cosa, y no lo digo, y claro, yo tampoco puedo, entonces me aguanto. Eso es una de las cosas que a mí más me cuesta, el depender de la gente, y cada vez soy más dependiente, mucho más.

Ahora me han dicho que vamos a descansar un poquito, y me he preocupado un poco porque como tengo tan poca respuesta, no sé cuánto tiempo descansaremos, pero me da miedo cuando vuelva y me hagan las pruebas pertinentes, que esto haya avanzado. Pero es que ya no podía seguir a ese ritmo, yo lo noto, que ya no podía más. De hecho creo que nos hemos sobrepasado un poquito de la línea [suspira, triste].

ESPERANZA. Yo se lo digo a ellos, eso de que no aguante sin tratamiento no quiere decir que tenga que estar enchufada [conectada a un sistema de infusión] aquí todo el día. Hay tratamientos con pastillas que son más llevaderos. Espero recuperarme y, aunque sea poder ir con el andador y poder moverme. Quiero llegar a mi casa, porque aunque aquí estoy bien, no es lo mismo. Allí escucho a mis niños jugando, me encanta [ríe].

FUTURO. Me hicieron pruebas y me dijeron que es genético, y eso, pues hasta que sea peor y me... [silencio]. Así que yo ya les he dicho a todos que tendré temporadas mejores, temporadas peores, pero que prácticamente no va a haber mucho [silencio]. A ver si algún tratamiento me va bien y puedo estar dos o tres años tranquila, pero la oncóloga me dijo que me olvidara, que más de un año o un año y poco no cree que aguante sin tratamiento. Yo decidí luchar frente a la enfermedad. Es verdad que estoy cansada, pero yo palante, yo palante. Tenga que hacer lo que tenga que hacer.

 

Vocabulario

Dar la lata: molestar, importunar.
Jolín: Expresa disgusto o fastidio.
Jo: forma corta de jolín.
Palante: para delante.
Parte: fractura.
Ponerse buena: recuperarse (de la enfermedad).
Resonancia: Resonancia Magnética Nuclear.
TAC: Tomografía Axial Computarizada.

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