Introducción
El consumo de riesgo de alcohol en la etapa adolescente es un problema para la salud pública, con graves repercusiones en la calidad de vida de esta población y numerosas consecuencias negativas en el ámbito físico, psicológico y social, tanto a corto como a largo plazo, que no solo afecta al propio adolescente, sino también a las personas que le rodean. El Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías refleja que aproximadamente una de cada dos personas de 15 a 24 años admite haber hecho botellón en el último año.1 Este mismo margen de edad coincide con la mayor realización del consumo en atracón o binge drinkring (ingesta de 5 o más bebidas alcohólicas si es hombre, o 4 o más bebidas alcohólicas si es mujer, en un intervalo de pocas horas).1 En la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2016-2017), se muestran prevalencias elevadas con respecto al consumo intensivo de bebidas alcohólicas entre menores de edad.2 En este patrón de consumo aumenta la presencia de las chicas, a las edades más tempranas (14 y 15 años).1
Estos datos describen un cambio del patrón de consumo mediterráneo (consumo diario de bajo riesgo en el ámbito familiar), por el modelo nórdico (ingestas masivas en espacios públicos en el fin de semana y abstinencia durante el resto de la semana).3-5 Como repercusiones sociales negativas se encuentran la alta mortalidad, agresiones, violencia doméstica, conflictos familiares y sociales, fracaso académico y por ello mayor abandono escolar.6,7
La temprana iniciación en el alcohol de los adolescentes, sus pautas de consumo y las consecuencias que acarrea, constatan que las políticas y programas orientados a la prevención y disminución de consumo de alcohol no han generado el impacto deseado. En los últimos cuarenta años los avances en prevención de drogas han pivotado sobre programas cada vez más específicos, buscando estrategias eficaces y eficientes capaces de retrasar el primer contacto con la sustancia, paliar la curiosidad y aumentar la percepción de riesgo asociada al consumo.5 No obstante, en el caso del alcohol como droga legal, se reconocen las contradicciones que se producen bajo la fuerte presión del modelo de mercado que se impone en la sociedad actual.4,5
Diferentes estudios explican que existen limitaciones en los programas de alcohol asociados al enfoque de la abstinencia.8,9 Esto origina la búsqueda de otras estrategias e intervenciones para abordar este tipo de problemática. Algunos investigadores defienden que los programas de prevención incrementarían su eficacia si se dirigieran a evitar los modos de consumo más perjudiciales.10,11 Buena parte de estudios sobre este enfoque entre los adolescentes se han llevado a cabo en Australia, donde han ganado importancia los programas de prevención dirigidos a reducir los daños relacionados con el consumo de alcohol (efectos físicos negativos, problemas legales, familiares o sociales).12-14 Dada la importancia de este enfoque, el objetivo del presente estudio es identificar las estrategias e intervenciones educativas con mayor consenso entre expertos para reducir el consumo de riesgo de alcohol entre adolescentes de 12 a 17 años.
Metodología
Se realizó un estudio descriptivo a través del método de consenso entre expertos. Los participantes fueron profesionales provenientes de disciplinas sociosanitarias y de ciencias de la educación con experiencia o formación en el ámbito de las drogodependencias y promoción de estilos de vida saludables en población joven. Se definieron tres variables de estudio: estrategias e intervenciones más eficaces para la prevención del consumo de riesgo de alcohol en adolescentes, contenidos de un programa educativo para lograr un consumo de bajo riesgo de alcohol, y estrategias educativas más eficaces para desarrollar los contenidos del programa.
Para la recogida de datos se aplicó una técnica Delphi en tres rondas durante el periodo comprendido entre febrero a septiembre de 2015. El procedimiento se realizó a partir de los planteamientos de Garavalia y Gredler y de Beattie et al. sintetizados por Yañez y Cuadra:15
Selección y constitución del equipo de expertos. Como criterios de diversificación de la población se establecieron los siguientes: profesionales del ámbito universitario, adscritos a centros de atención primaria o especializada, provenientes de organizaciones públicas, o que lideraran consejos o asociaciones juveniles. Se envió una carta de invitación a 74 posibles candidatos, solicitándose el consentimiento informado. Respondieron 37 profesionales que conformaron el panel de expertos inicial.
Ronda 1. Fase de consulta. El planteamiento del cuestionario inicial se construyó a partir de preguntas abiertas. Este cuestionario se envió por correo electrónico para cumplimentarse individual y anónimamente. La diversidad de respuestas fueron analizadas, depuradas y codificadas en ítems por tres investigadoras, lo que permitió la triangulación de los datos. Todas las respuestas se agruparon en 145 ítems distribuidos en categorías temáticas con subcategorías que emergieron de los resultados.
Ronda 2. Fase de concreción y priorización. Las respuestas del primer cuestionario se convirtieron en ítems para el segundo cuestionario, devolviéndose a los expertos por correo electrónico usando un cuestionario web. Se les pidió que evaluasen cada ítem según su importancia en una escala tipo Likert con 5 valores. Recogidos los cuestionarios se analizaron estadísticamente los resultados, calculándose la mediana y la desviación estándar.
Ronda 3. Fase de disminución de la dispersión. Se envió el tercer cuestionario incluyendo la mediana grupal de cada ítem. Debían realizar una nueva lectura y reflexión de los ítems para decidir si cambiar o no su puntuación, y se pidió una justificación para sustentar su respuesta.
Etapa final. Fase de consenso y análisis estadísticos. Al final de la tercera ronda se procesaron las respuestas utilizando SPSS 20.0. Los análisis estadísticos empleados fueron las medidas de tendencia central y de dispersión. Se empleó como valor de referencia la mediana para valorar el nivel de importancia de cada ítem y el rango intercuartílico para valorar el nivel de acuerdo. Se realizó un análisis descriptivo con estas medidas y una clasificación de los ítems por grado de consenso para realizar un informe final que se envió al grupo de participantes.
Resultados
En la primera ronda participaron 37 expertos (60% hombres y 40% mujeres), descendiendo en la segunda ronda a 26, quedándose en la tercera ronda en 22 participantes con la misma cantidad de hombres y de mujeres. A nivel de disciplinas de los participantes, destacó la de Enfermería, seguida por Antropología, Psicología, Medicina, Pedagogía y otras como Educación Social o Arte dramático (Tabla 1). En cuanto a la distribución laboral, el 52% de participantes fueron provenientes de universidades, el 22% de Centros Sanitarios, el 17% de consejos y asociaciones juveniles y fundaciones, y el 9% de administraciones territoriales de salud. Los centros de trabajo de los expertos estuvieron localizados en diferentes Comunidades Autónomas de España: Andalucía, Murcia, Extremadura, Galicia, País Vasco, Cataluña, Palma de Mallorca, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha y en la ciudad de Salvador de Brasil.
Panel de expertos | Ronda 1 | Ronda 2 | Ronda 3 |
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Tasa de respuesta (n/N*) x 100 | 37/37 | 26/37 | 22/37 |
Tasa de participación | 100% | 70.27% | 59.46% |
Tasa de pérdida | 0% | 29.73% | 40.54% |
Disciplina | Ronda 1 | Ronda 3 | |
Enfermería | 30% | 36% | |
Antropología | 19% | 23% | |
Psicología | 14% | 18% | |
Medicina | 11% | 9% | |
Pedagogía | 8% | 9% | |
Sociología | 8% | 0% | |
Otras: | 10% (Relaciones Laborales y Ciencias del Trabajo, Educación Social, Trabajo Social y Educación Física) |
5% (Arte Dramático y Educación Social) |
*(n/N)= número de panelistas expertos activos por ronda / número de panelistas que respondieron inicialmente
a) Grado de consenso global. En este estudio, de los 145 ítems el 42.76% lograron un consenso total, el 22.76% muy aceptable, el 31.03% aceptable y en un 3.45% de los ítems no se alcanzó consenso. Después de la tercera ronda muchos de los participantes cambiaron respuestas reafirmando o no la respuesta global.
b) Ítems con mayor grado de consenso e importancia
BLOQUE 1. Intervenciones más eficaces para lograr un consumo de bajo riesgo de alcohol en adolescentes. Los participantes valoraron como más eficaces aquellas intervenciones que se plantearon desde un enfoque integrador y multicomponente promoviendo un diálogo entre todos los agentes involucrados. También se hizo hincapié en ofrecer alternativas de ocio joven y en el entrenamiento en habilidades para la vida entre iguales, en el entorno escolar y con la implicación de la familia. Aquellas medidas que eran paternalistas o prohibicionistas se consideraron menos eficaces. De los 54 ítems de esta categoría cerca del 52% lograron un consenso total y muy aceptable, casi el 45% aceptable y solo un 3,7% de los ítems no alcanzaron consenso (ver Tabla 2).
Ítems | Mediana | Media | Moda | Desv. típ. | q1 | q3 | K=q3-q1 | Consenso |
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Intervenciones que se planteen desde un enfoque integrador, que incluya la mayor parte de espacios posible implicados en la vida del adolescente y que promueva un diálogo entre todos los agentes involucrados. | 5,0 | 4,86 | 5 | 0,47 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Entrenamiento en habilidades para la vida. Estas habilidades se deben promover entre iguales, en el entorno escolar y con la implicación de la familia. | 5,0 | 4,77 | 5 | 0,53 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Mostrar alternativas de ocio joven, que inviten a un consumo moderado o escaso sin prohibir conductas. | 5,0 | 4,77 | 5 | 0,69 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Huir de actitudes paternalistas o prohibicionistas. | 5,0 | 4,91 | 5 | 0,29 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Evitar la condena y fiscalización del consumo de alcohol en el adolescente. | 5,0 | 4,82 | 5 | 0,39 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
BLOQUE 2. Contenidos de un programa educativo dirigido a los adolescentes para la educación en el consumo de bajo riesgo de alcohol. Los expertos recomendaron utilizar contenidos orientados a la reducción de daños y asociados al consumo de bajo riesgo: fomento de habilidades para la gestión del riesgo individual y colectivo a corto, medio y largo plazo, mediante la integración de pautas básicas para el consumo responsable. Se insistió en el desarrollo de habilidades para la vida y se propuso propiciar la exploración de la creatividad a partir de los centros de interés de los adolecentes con el fin de trabajar un ocio alternativo al consumo de riesgo de sustancias y proporcionar un espacio de reflexión y de deconstrucción de imágenes y estereotipos que los jóvenes puedan tener relacionados con el alcohol o incluso con sí mismos y su grupo de iguales. Las experiencias de personas jóvenes que han vivido el consumo no responsable de alcohol también se valoraron como contenidos relevantes para incluir dentro del programa educativo.
De los 45 ítems de esta categoría el 49% lograron un consenso total, el 31% muy aceptable, cerca del 18% aceptable y un 2% de los ítems no alcanzaron consenso (ver Tabla 3).
Ítems | Mediana | Media | Moda | Desv. típ. | q1 | q3 | K=q3-q1 | Consenso |
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Desarrollo de Habilidades para la vida como estrategia de prevención de abuso de alcohol y de drogas en general. | 5,0 | 4,68 | 5 | 0,72 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Fomentar, facilitar y dar herramientas para que los jóvenes exploren su propia creatividad y pongan en marcha sus propios procesos de creación. | 5,0 | 4,73 | 5 | 0,63 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Experiencias de personas jóvenes que han vivido el consumo no responsable de alcohol. | 5,0 | 4,45 | 5 | 1,22 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Reducción de daños asociados al consumo moderado: Fomento de habilidades para la gestión del riesgo individual y colectivo a corto, medio y largo plazo. | 5,0 | 4,82 | 5 | 0,39 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Que funciones y responsabilidades tiene el mediador/líder y su potencialidad en la intervención entre grupos de iguales | 5,0 | 4,77 | 5 | 0,61 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
BLOQUE 3. Estrategias educativas más eficaces para desarrollar los contenidos del programa. Las estrategias educativas de mayor consenso entre los expertos fueron aquellas que promovieron la participación activa de los jóvenes desde un enfoque constructivista. También se planteó la necesidad de educar en hábitos saludables desde el principio de la escolarización, promoviendo actitudes y valores prosociales, a partir de un modelo de satisfacción de las propias necesidades, una cultura de la moderación en la vida cotidiana y una puesta en valor de la cultura, el rigor y la crítica social.
En cuanto a las técnicas, herramientas e instrumentos pedagógicos, se hizo hincapié en el empleo del social media y redes sociales; en técnicas grupales que fomentaran la participación, debate horizontal, y expresión de opiniones y la creación de material artístico/audiovisual que potenciaran la conexión emocional y la creatividad y que sirvieran de material de sensibilización al resto de jóvenes, con el fin de proporcionar un espacio de reflexión y reformulación de ideas. También se propuso buscar espacios alternativos para educar fuera de las aulas de clase.
De los 47 ítems de este bloque temático, más del 67% lograron un consenso total y muy aceptable, casi un 29% aceptable y no alcanzó consenso un 4% de los ítems (ver Tabla 4).
Ítems | Mediana | Media | Moda | Desv. típ. | q1 | q3 | K=q3-q1 | Consenso |
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Evitar el paternalismo: “no bebas que es malo”. | 5,0 | 4,82 | 5 | 0,50 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Estrategias que fomenten la participación activa de los participantes en todo momento y una construcción conjunta de los distintos saberes. | 5,0 | 4,95 | 5 | 0,21 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Estrategias participativas, plurales en las concepciones de partida, incluso que a través de redes sociales y otras estrategias. | 5,0 | 4,77 | 5 | 0,53 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Metodologías que se basen en consultas sucesivas a los destinatarios de la intervención acerca de lo que esperan del proyecto. | 5,0 | 4,82 | 5 | 0,39 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
La educación para fomentar hábitos saludables ha de desarrollarse desde el nacimiento, como cualquier educación que implique actitudes y valores. | 5,0 | 4,91 | 5 | 0,29 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Técnicas grupales que fomenten la participación, el debate horizontal, la expresión de opiniones de los jóvenes. | 5,0 | 4,86 | 5 | 0,47 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Producción de videos donde ellos sean los protagonistas. Videos virales. | 5,0 | 4,95 | 5 | 0,21 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Emplear el social media y redes sociales: WhatsApp, Twitter, Facebook. | 5,0 | 4,77 | 5 | 0,53 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Participación grupal y autónoma de los jóvenes en la creación de material artístico/audiovisual. | 5,0 | 4,95 | 5 | 0,21 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Hacerles partícipes. Partir de las propias experiencias de los jóvenes, sus relatos y diarios. | 5,0 | 4,86 | 5 | 0,35 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Contemplar desde los ayuntamientos la posibilidad de crear centros cívicos para jóvenes. | 5,0 | 4,77 | 5 | 0,61 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
Mayor formación del profesorado en educación para la salud aplicada a las diferentes materias y con implicación docente en programas y mensajes. | 5,0 | 4,91 | 5 | 0,29 | 5,0 | 5,0 | 0,0 | Total |
c) Ítems sin consenso. De los cinco ítems que no lograron consenso, tres de ellos tuvieron una mediana de 4 ó 4,5, que indicó que tienen importancia, pero al tener alto grado de dispersión ocasionó que no hubiese consenso. Los otros dos ítems tuvieron una puntuación de la mediana de 3 con alto grado de dispersión. Destacó el ítem del Bloque 2 “Los programas educativos en materia de drogas que empiezan en la adolescencia no sirven para crear actitudes y comportamientos saludables ya que es demasiado tarde para ello al estar consolidados los vectores de fuerza que pueden predisponer al consumo y se puede incluso crear una respuesta de reactancia en ellos que fortalezca la predisposición al consumo”. En las observaciones los participantes comentaron que la enunciación del ítem en términos negativos podía generar una mayor confusión a la hora de responder en la escala Likert. Por tanto, se replanteó su enunciado respetando la aportación inicial del experto que la generó. Aún así, continuó creando disparidad de opiniones y puntuaciones.
En el ítem del Bloque 3 “Interacción con grupos de autoayuda del tipo alcohólicos anónimos” aparecieron comentarios que indicaron poca importancia del ítem al no asumirse este grupo como cercano a los jóvenes por existir diferencias de edad, connotaciones patológicas o diferente estilo de consumo.
Discusión
Según los expertos, una de las estrategias más eficaces para reducir el consumo de riesgo de alcohol entre adolescentes es combinar estrategias de los diferentes niveles preventivos y en diversos escenarios. En consonancia con este hallazgo, la evidencia actual sugiere que ciertos programas de prevención multicomponente universales pueden ser eficaces y podrían ser considerados como opciones en el ámbito político y de salud pública.16 Una revisión sistemática concluye que no hay pruebas claras que sugieran que las intervenciones multicomponente son más eficaces que las intervenciones de un solo componente y sugiere realizar más estudios de evaluación en contextos diferentes.16
Por otro lado, el entrenamiento en habilidades para la vida entre iguales, en el entorno escolar y con la implicación de la familia, es una de las intervenciones más valoradas y consensuadas por los expertos para lograr un consumo de bajo riesgo de alcohol. En el ámbito escolar, el enfoque de habilidades para la vida es uno de los más utilizados para abordar los problemas de consumo de alcohol adolescente.17,18 Por ejemplo, el IPSY (Information + Psychosocial Competence = Protection) es un programa integral que combina la formación de habilidades para la vida en general, con la adquisición de habilidades para sustancias específicas.19 IPSY tuvo un efecto general positivo, redujo la probabilidad de beber (prevalencia) y reduce la cantidad de consumo de alcohol por ocasión durante la adolescencia temprana.19 Sin embargo, análisis posteriores evidencian que tienen limitaciones en adolescentes en vía de desarrollo de consumo problemático y se sugiere que sea combinado con intervenciones en el ámbito familiar.19
Sumado al enfoque integral, multicomponente y psicosocial, para que las intervenciones sean eficaces, es imprescindible fomentar la participación activa de los adolescentes en todo momento, partiendo de sus propias experiencias y constructos socioculturales y evitando el paternalismo (“no bebas que es malo”). Por el contrario, se parte de la premisa de tratar al adolescente como un interlocutor válido y valioso, y se concibe la intervención educativa como un proceso dialógico, donde “quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender”.20 En consonancia con este hallazgo, diferentes estudios sugieren abordajes alternativos que incorporen los significados y la capacidad de intervención de los propios sujetos.21 22 23-24 El conocimiento anclado en la experiencia de los jóvenes puede tener un enorme potencial para abordar el control de los límites en la adolescencia temprana, lo que mitigaría los patrones de consumos intensivos.21 Esto plantea la necesidad de reorientar los marcos de relación profesionales-adolescentes autoritarios, hacia modelos más dialógicos que favorezcan el entendimiento mutuo en la interacción cotidiana.21
Otro hallazgo relevante es la necesidad de educar en hábitos saludables desde el principio de la escolarización fomentado valores prosociales. Algunos estudios confirman la correlación entre la defensa de valores prosociales y un uso de bajo riesgo de drogas.25 26-27 Es decir, que el mantenimiento de una disposición motivacional orientada hacia lo prosocial actúa como factor de protección, mientras que los valores relacionados con la búsqueda de gratificación personal se relacionan con un mayor consumo de alcohol.25 26-27
En conclusión, para reducir el consumo de riesgo de alcohol entre adolescentes, a juicio de los expertos, se requiere combinar intervenciones educativas y psicosociales realizadas desde un enfoque integrador y multicomponente, orientado al desarrollo en habilidades para la vida y valores prosociales y que fomenten la participación activa de los adolescentes a través de un enfoque pedagógico constructivista. Los resultados de este estudio pueden contribuir al diseño e implementación de programas educativos dirigidos a evitar los modos de consumo más perjudiciales entre los adolecentes y abren el camino para futuras investigaciones.