Introducción

El envejecimiento es un proceso inherente a la vida humana y su significado varía dependiendo de la cultura, asimismo es un fenómeno multidimensional que involucra todas las dimensiones de la vida.¹ Se considera que la etapa de la vejez inicia a partir de los 60 años, también se les suele llamar personas de la tercera edad, este punto de referencia indica las condiciones demográficas, según el Consejo Nacional de Población; en 2020 los adultos mayores representaron una cifra de 12,3 % del total de habitantes de México, sin embargo, este indicador alcanzará un 16,8 % en 2050.²

Este grupo generacional puede estar impactado por cambios biológicos (cambios de orden natural), sociales (relaciones interpersonales), psicológicos (experiencias y circunstancias enfrentadas durante su vida) y culturales (percepción y creencias). Estos últimos se relacionan con la aparición de actitudes, las cuales se forman en todas etapas de la vida.³ Las actitudes brindan reacciones emocionales de diversa intensidad y dirección, logrando un impacto positivo en la salud, ya que cuanto mejor sea la actitud, mejor será la percepción positiva hacia un fenómeno o población vulnerable.⁴ Además, otorgan el carácter dinámico a la representación y orientan el comportamiento

Las actitudes hacia la sexualidad pueden incluir creencias generales con base en las normas de una cultura, decisiones personales sobre la permisividad sexual y la percepción de la adecuación de ciertos comportamientos sexuales.⁵ Referido lo anterior los adultos, según avanza la edad, perciben a los adultos mayores con una actitud favorable o positiva ante la sexualidad, aceptándola como proceso natural de la vida, disfrutable y agradable, el hecho de experimentar un crecimiento sexual deriva en vivir sin culpas o prejuicios respecto a su cuerpo y a saber expresar sus deseos.⁴,⁶

Las actitudes hacia la vejez son creencias negativas o positivas. De ser negativas, pueden ocasionar prácticas discriminatorias o prejuiciosas hacia el adulto mayor, los adultos jóvenes perciben a la vejez a partir de estereotipos fuertemente marcados por evaluaciones negativas y atribuciones que ellos les proporcionan a partir de la edad cronológica, es decir, como parte del proceso de desarrollo humano entrelazando las diferentes características psicológicas, biológicas, funcionales y sociales, de manera que para ellos representa una etapa de decadencia y pérdida de capacidad del ciclo vital.⁷

Por otra parte, un estudio realizado en el Reino Unido señaló que los prejuicios hacia el adulto mayor en la esfera sexual ocasionan un despojo de su derecho a mantener su actividad sexual satisfactoria y están relacionados con factores sociodemográficos como la edad, el sexo y la cultura, así como la actitud hacia el envejecimiento.⁸ Si bien la atención al adulto mayor se ha fortalecido positivamente, alcanzado logros importantes, el tema de la sexualidad durante el proceso de envejecimiento ha sido, y es, una de las áreas menos exploradas.⁸,⁹ Es decir, existe un vacío de conocimiento entre la población mexicana que puede tener un impacto en el futuro del adulto joven, debido a su percepción sobre la esfera sexual y los efectos del envejecimiento, que en algún momento de su vida le afectará directamente.

Referido lo anterior se plantea el objetivo de determinar la influencia de las actitudes propias de los adultos mexicanos hacia la vejez y hacia la sexualidad del adulto mayor.

Método

Se llevó a cabo un estudio con diseño correlacional predictivo por que permitiría determinar predicciones e influencias sobre la actitud hacia la sexualidad en la vejez.¹⁰ Se realizó un muestreo no probabilístico por conveniencia. La muestra se obtuvo por medio de un programa estadístico con un margen de error de 5 % y un nivel de confianza del 95 %, indicando la necesidad de incluir a 340 personas.

La recolección de datos fue a través de Google Forms y se publicó en las diversas redes social como Whatssap, Facebook y Twitter con el fin de invitar a adultos que cumplieron con los criterios de inclusión: residir en el Estado de Coahuila de Zaragoza, México, tener una edad entre 18 y 59 años y contar con algún dispositivo tecnológico para el llenado de la información. Previo al inicio de la aplicación de instrumentos, los participantes dieron lectura al consentimiento informado para notificarles sobre el propósito del estudio y su participación voluntaria, una vez aprobado se procedió con la aplicación de preguntas filtro para verificar que cumplan con los criterios de inclusión; posteriormente se administraron: cédula de datos sociodemográficos, escala de actitudes hacia la vejez y escala de actitudes hacia la sexualidad en la vejez. El presente estudio cuenta con aprobación del Comité de Ética e Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Coahuila, también se consideró lo dispuesto en la Ley General de Salud y la NOM-012-SSA3-2012, que establece los criterios para la ejecución de proyectos de investigación para la salud en seres humanos.

Para medir las variables se administró la cédula de datos sociodemográficos, se cuestionó sobre edad, sexo, estado civil, religión y nivel educativo. Posteriormente se proporcionó a los participantes la escala de actitudes hacia la sexualidad del adulto mayor (Alpha de Cronbach de .87), compuesta de tres subescalas: deseos sexuales, actitud de hombres ante la sexualidad, mitos hacia la sexualidad y conocimientos de cambios fisiológicos. La escala está constituida por 18 ítems, con respuesta tipo Likert, desde 1 = Totalmente desacuerdo a 4 = Totalmente de acuerdo, con una puntuación que oscila de 18 a 72. La escala indica que, a mayor puntuación, mejor actitud favorable hacia la sexualidad en la vejez.¹¹

Por otro lado, el cuestionario de actitudes a la vejez (alfa de Cronbach de .83), se conforma de por 21 ítems y tres subescalas: estereotipos negativos físicos y conductuales, miedo al propio envejecimiento, miedo al deterioro intelectual y al abandono. El cuestionario de respuesta es de tipo Likert, 1 =Completamente en desacuerdo a 4 = Completamente de acuerdo, cuya puntuación que oscila entre 21 a 84, donde indica, a mayor puntuación, mayor actitud negativa hacia la vejez.¹²

Posterior a la recolección de datos, se hizo el análisis con el programa SPSS v22 mediante estadística descriptiva como media, desviación estándar, valor máximo y mínimo. Asimismo, se realizó una prueba de normalidad Kolmogorov Smirnov, encontrando una distribución no normal de las variables (p<.05), referido a lo anterior se procedió a usar la prueba de Spearman para correlación de variables y modelos de regresión lineal para el objetivo general.

Resultados

Participaron en el estudio 364 adultos, de los cuales el 72,8 % (265) son mujeres y el 27,2 % (99) son hombres, con una media de edad de 28,54 años. Con respecto al estado civil, el 27,5 % (100) son casados, el 3,8 % (14) divorciados, el 58,2 % (212) solteros y por último el 10,4 % (38) están en unión libre. Por otra parte, la media indicó que la muestra tiene actitudes favorables hacia la sexualidad y actitudes negativas hacia la vejez (tabla 1).

Se encontró que, a mayor edad, mayor miedo al deterioro intelectual y al abandono, y actitudes más favorables hacia la sexualidad en la vejez. De igual manera se halló que a mayor actitud negativa hacia la vejez, menor actitud favorable hacia la sexualidad en la vejez (ver ^{tabla 2}).

También se encontró que la actitud hacia la vejez es un factor predictor que influye negativamente en un 11,8 % sobre las actitudes hacia la sexualidad en la vejez de adultos mexicanos (ver ^{tabla 3}).

Por otra parte, las subescalas de las actitudes hacia la vejez y edad influyen en un 16,5 % hacia la sexualidad en la vejez, siendo factor predictor la edad, los estereotipos negativos físicos y conductuales (ver ^{tabla 4}).

Discusión

La muestra obtuvo una media de edad de 28,54 años, es decir, que las actitudes presentadas, en promedio, pertenecen a adultos jóvenes, de forma similar otro estudio los jóvenes de 20 a 30 años prevalecieron en un 45,07 %.¹³ Lo anterior es relevante dentro de la construcción que se tenga acerca de la vejez para el la comprensión de esta etapa y de los múltiples factores que determinan el comportamiento de los adultos mayores.¹⁴

En cuanto a las actitudes hacia la vejez se encontró una x=39,70 (DE= 11,269), similar a lo reportado por Medina y colaboradores con una x=39,08 (DE = 10,47).⁷ En cambio, en el estudio realizado en Perú con jóvenes, estos presentaron un alto nivel de actitudes negativas hacia la vejez en un 57 %.¹⁵ La relevancia que ostentan las actitudes positivas en los jóvenes, tienen consecuencias directas en su calidad de vida y en su envejecimiento, se relacionan en un futuro con el bienestar físico y psicológico y, a la vez, los factores de las actitudes de tipo negativo conllevan un estado de malestar general.¹⁶

En contraste con las actitudes hacia la sexualidad en la vejez, la media fue de 51,11 (DE=7,764), siendo mayores las actitudes favorables, en comparación con el estudio realizado en la ciudad de Cartagena, donde se mostró una actitud mínimamente negativa hacia la sexualidad en esta etapa, con un promedio de 37,05 % respecto a lo reportado por cada participante.¹⁷ En la sociedad, se ha percibido la sexualidad en la vejez como una acción incorrecta, la expresión sexual del adulto mayor es un tema en el cual abunda un sinnúmero de prejuicios sociales, estereotipos sexuales y factores culturales que pueden causar confusión, frustración e incertidumbre.¹⁰

De igual manera, se encontró que a mayor actitud negativa hacia la vejez, menor actitud favorable hacia la sexualidad en la vejez (p<.05); estos resultados fueron diferentes a lo presentado por Medina y cols., en cuyo estudio no se encontró correlación entre las actitudes hacia la sexualidad y las actitudes hacia la vejez.⁷ Lo anterior puede deberse a la falta de información sobre el proceso de envejecimiento, que conduce a actitudes negativas hacia el adulto mayor, así como al desconocimiento sobre la sexualidad en la vejez, que conduce a actitudes menos permisivas. Por tanto, podemos afirmar que, si no hay conocimiento sobre el envejecimiento, difícilmente habrá conocimiento sobre la sexualidad en la vejez.¹⁸

Por otra parte, a mayor edad, mayores actitudes favorables hacia la sexualidad en la vejez, pero no fue posible establecer una correlación con las actitudes hacia la vejez. El estudio realizado en Colombia por Melguizo y cols. señala que la edad cronológica tiene representaciones desde una visión negativa de la vejez que, si bien no es la realidad más precisa, sí enmarca las formas en que la población trata y se comporta frente a las personas mayores, y sobre su percepción del proceso de envejecimiento, además, que las percepciones y opiniones sobre la vejez apuntan al desconocimiento de las implicaciones de esta etapa y están cargadas hacia la observación del fenómeno como una etapa separada y última de la vida.¹⁹

Así mismo, se halló que, a mayores estereotipos negativos sobre la vejez, menores actitudes favorables hacia la sexualidad en esta etapa, esto es similar a lo reportado en México y Portugal, que puede ser resultado de tener una opinión negativa y discriminatoria relacionada con los estereotipos culturales sobre la vida sexual del adulto mayor.⁷,¹⁸ El rechazo de la sexualidad en geriátricos forma parte de un estereotipo cultural que se ha difundido y pretende que son seres asexuados, de modo que la esfera sexual se enmarca como exclusiva para la juventud y adultez joven, lo que implica una desvinculación entre el adulto mayor y la sexualidad.²⁰

Con respecto al modelo de influencia de actitudes hacia la sexualidad en la vejez, es influido en un 16,5 % por las actitudes hacia la vejez, siendo estas un factor predictor, se encontraron resultados similares al estudio realizado en Portugal por Pereira y cols., sin embargo, influyó en un menor porcentaje, con un 6,7 % sobre las actitudes hacia la sexualidad.⁸ Lo anterior se debe a que, desde la aparición del concepto de actitudes, los teóricos coinciden en que éstas forman parte de la concepción del conocimiento, se gestan desde la experiencia e influyen directamente en la conducta; por tanto, una modificación en la actitud o en la experiencia de la convivencia de nuestro objeto de estudio puede favorecer un comportamiento inclusivo y responsable sobre la vejez.²¹

Las actitudes presentes en esta investigación son fruto de las percepciones adquiridas y aprendidas a lo largo de la vida, las cuales se han interiorizado, y que implican que: ser adulto mayor es incorporar algunos rasgos positivos, pero mayormente negativos, entonces, la llegada la etapa de la vejez, se asume este pensamiento como una realidad, lo que hace tener actitudes más negativas sobre este grupo vulnerable.¹⁸

Esta es la razón por la que la práctica de cuidados de enfermería en los adultos mayores tiene entre sus metas la promoción del envejecimiento saludable, del cual la sexualidad es uno de sus componentes. Para alcanzar este objetivo es necesario pensar en estrategias de acciones educativas que tengan en consideración el contexto sociocultural y ofrezcan recomendaciones y cuidados para un envejecimiento activo e independiente, utilizando recursos creativos que permitan una adecuación al lenguaje de la persona atendida.²² Dicho lo anterior, se sugiere seguir realizando estudios con las mismas variables en las diversas poblaciones generacionales de México y otros países, así como plantear intervenciones que mejoren las actitudes hacia la vejez en un contexto integral para mejorar el bienestar futuro.

Conclusión

Las actitudes hacia la vejez son un factor predictor e influyen sobre las actitudes hacia la sexualidad en la vejez en un 11,8 %. Lo anterior puede tener consecuencias en la práctica de enfermería al omitir cuidados enfocados a la esfera sexual del adulto mayor, que es influido por la edad y por los estereotipos negativos físicos y conductuales. Los resultados presentados pueden ser tomados como bases para establecer una intervención multidisciplinaria en salud y disminuir o eliminar esas actitudes que ponen en riesgo el bienestar del adulto mayor de hoy y que de no erradicarse afectarán el futuro de los adultos jóvenes de hoy.