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Gerokomos

versión impresa ISSN 1134-928X

Gerokomos vol.24 no.1 Barcelona mar. 2013

https://dx.doi.org/10.4321/S1134-928X2013000100004 

RINCÓN CIENTIFICO

COMUNICACIONES

 

Mayores institucionalizados. Valoración de la satisfacción y el bienestar en una residencia geriátrica religiosa

Institutionalized older. Rating of satisfaction and well-being in a religious nursing home

 

 

Asunción Ors Montenegro1 y Loreto Maciá Soler2

1Departamento de Enfermería de la Universidad de Alicante. España
2Departamento de Enfermería de la Universidad Jaume I de Castellón. España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Este artículo explica cómo viven 24 personas mayores en una residencia geriátrica religiosa. Manifiestan que viven bien, en lo que cabe. Se sienten satisfechos, y consideran una suerte haber logrado una plaza en esa residencia. La vida en el hogar, como consideran y les gusta llamar a la residencia, les ha dado paz, sosiego y bienestar. En un segundo análisis de los resultados, se puede apreciar ambigüedad en los sentimientos de bienestar y puede explicar ese vivir bien en lo que cabe: la resignación es lo que les ayuda a encontrarse bien. La entrevista y la observación han sido las herramientas de la investigación.

Palabras clave: Anciano, institucionalización, residencia geriátrica, asilo, bienestar en la vejez, calidad de vida y vejez, adaptación en la vejez.


SUMMARY

This article explains how twenty-four people living in a nursing home over religious. They express: live well in what can be. They are happy and feel fortunate to have achieved a place in that residence. Life at home, as they see and like to call the residence has given them peace, tranquility and welfare. In a second analysis of the result can be seen unambiguously in feelings of wellbeing and can explain that to live well on what it is: resignation is what helps them be well. The face to face interview and observation were the tools of research.

Key words: Elderly, old, institutionalization, nursing home, being in old age, quality of life in old age, old age adaptation.


 

Introducción

Las profundas transformaciones en la estructura y cultura de las sociedades contemporáneas se han traducido en una profunda modificación de la concepción de la familia (1). Los hijos han dejado de ser un activo para el cuidado en la vejez.

En España, el número de residencias geriátricas han aumentado considerablemente, aunque todavía son muy escasas para satisfacer la demanda (2).

La falta de personal sanitario cualificado para los cuidados de los mayores es un problema importante. Las residencias geriátricas retribuyen a sus empleados con salarios bajos, horarios con turnos, trabajo en días festivos, excesivo número de personas de las que tienen que ocuparse, además de contratos temporales tanto por la política de empleo de las residencias como por los auxiliares que se marchan cuando encuentran un trabajo más cómodo. Todo ello hace que los mayores institucionalizados soporten cambios de personal y no se puedan familiarizar con ellos. La familiarización internos-personal que les cuida podría proporcionarles una atención sociosanitaria más satisfactoria (3). Se necesita un entorno estable, y cuando el entorno no lo es, entonces, en general, se genera incertidumbre. La incertidumbre tiene que ver con la desconfianza en las instituciones, con el cálculo de los riesgos en que incurrimos y del cumplimiento de las expectativas.

La felicidad es la meta del hombre en todas sus aspiraciones, y los factores más importantes que tienen que ver con ella son la capacidad económica suficiente para cubrir los deseos personales, la satisfacción personal por los logros propios, familiares y sociales y la aceptación-resignación de las vicisitudes de la vida, con la búsqueda de las soluciones más satisfactorias.

La actividad es una necesidad básica para mantener la salud, y en el envejecimiento la ausencia de actividad puede producir o acelerar una pérdida constante y progresiva del funcionamiento orgánico.

Es importante estudiar las percepciones y sentimientos de los mayores en una institución. Las personas mayores institucionalizadas en la residencia religiosa del estudio son personas válidas, aunque con limitaciones, y expresan, en general, vivir bien y haber ingresado la mayoría, voluntariamente. Repiten muchas y varias veces a lo largo de las entrevistas "vivo bien, en lo que cabe".

Hipótesis

1. La institucionalización no es una solución para el bienestar de los mayores.

2. Las personas institucionalizadas viven resignadas.

 

Material y métodos

El trabajo que se presenta es cualitativo, sigue los componentes teóricos del paradigma de la definición social y de la utilización de varios métodos cualitativos como son la fenomenología, la etnometodología y el interaccionismo simbólico, pues comparten su interés por la microsubjetividad, por los pensamientos y sentimientos de los actores participantes en el trabajo (4).

Se ha empleado la entrevista en profundidad y también la observación en la vida de la institución. Las hipótesis se explican como argumento y para buscar una guía conductora del trabajo, no buscan una comprobación de los diferentes argumentos pues este trabajo está basado en sentimientos, en formas de ver y entender situaciones vividas.

Los discursos elaborados por los informantes explican la realidad de sus vidas que darán lugar al estudio y explicación de las hipótesis. A las personas entrevistadas se les preguntó cómo habían vivido antes de ingresar, cómo vivían en el hogar, qué es lo que más había deseado en la vida, y qué desearía, ahora, si tuviera una varita mágica que le concediera sus deseos.

Entre la diferente documentación encontrada sobre trabajos relacionados con el tema que nos ocupa y con metodología cualitativa citamos: SilverPlatter Medline® (2003-2004/12); con la palabra clave: geriatric institution se han localizado 11 registros. En consultas realizadas en varias bases de datos con la palabra clave institutionalization persons se encontraron 274 registros; también se encontraron resultados en otras búsquedas realizadas en múltiples bases de datos con las palabras claves: anciano, institucionalización, residencia geriátrica, asilo, bienestar en la vejez, calidad de vida y vejez, adaptación en la vejez, adaptación; en bases de datos de tesis doctorales (TESEO) se localizaron 12 tesis que hacen referencia a la adaptación, satisfacción, a las relaciones afectivo sociales y estereotipos de los ancianos en residencias-asilos.

Las revistas revisadas en los últimos cinco años han sido: Revista Española de Geriatría y Gerontología; Gerokomos y Geriátrica, Revista Española de Investigaciones Sociológicas, Revista Rol, Revista Atención Primaria, Revista Index Enfer, Revista Enfermería Científica, Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales, Revista Claves de Razón Práctica.

Las entrevistas son susceptibles de producir las mismas falsificaciones, engaños, exageraciones y distorsiones que caracterizan el intercambio verbal entre cualquier tipo de personas. A pesar de que los relatos verbales de la gente pueden aportar comprensión sobre el modo en que actúan, es posible que exista una gran discrepancia entre lo que dicen y lo que realmente sienten o hacen (5). De hecho, en algunas historias, la persona disculpa la situación, la adorna y quiere convencerse de que es así mejor para buscar y lograr satisfacción, paz y resignación.

La objetividad en la información de esta investigación y los diferentes significados dados por los participantes está garantizada, no existe riesgo ideológico, las situaciones aportadas se producen a través de un proceso de comunicación y observación.

• Participantes: se entrevistó a 24 personas válidas. El Hogar tiene una capacidad para 90 personas, pudiéndose considerar a 50 de ellas válidas, pero no todas conservan sus capacidades cognitivas, y algunas manifestaron explícitamente no querer ser entrevistados.

• Muestreo tipo y descripción de la muestra en general: muestreo intencional. El criterio de inclusión fue la voluntariedad en la participación y el poder mantener una conversación con coherencia.

• Entrevistas: entrevista en profundidad, no directiva, cara a cara y sin forzar la información. Durante seis meses, de 16 a 19 horas, los martes y jueves de cada semana.

• Análisis de los datos: se ordenaron por categorías, familia, estudios, trabajo, pensión, situación familiar (casado, separado, viudo, soltero), tiempo de estancia en la residencia. En el segundo análisis se valoraron las necesidades básicas para conocer el grado de satisfacción y sus sentimientos en cuanto a la satisfacción.

• Consideraciones éticas: realmente es una intromisión el penetrar en la vida privada de los participantes, aunque pueda resultar importante estudiar los diferentes aspectos de la vida en la vejez institucionalizada y sea voluntaria la participación.

• Rigor de la investigación: la información procede de primera mano, el informante es el protagonista de su historia. El informante ha sido el dueño de la información y no tiene ningún tipo de repercusión en la vida del entrevistado que puede dar información tergiversada por intereses.

 

Resultados

Ingreso en la institución

Veinte personas han ingresado de forma voluntaria, mientras que cuatro lo han hecho por motivos de abandono familiar y falta de recursos personales.

La obligatoriedad del ingreso en muchos casos se ha producido sin opciones, sin alternativas. Se han detectado, a través de las entrevistas situaciones que se han convertido en imperativas para el ingreso: falta de vivienda, de una pensión suficiente y falta de apoyo familiar (6).

Satisfacción de las necesidades básicas en el Hogar

En la institución, los residentes manifiestan una valoración positiva sobre la satisfacción de las necesidades humanas básicas, fisiológicas, materiales, consideran que reciben mucho y bueno, que el Hogar es cómodo, luminoso, espacioso, se come bien y abundante, todo está limpio y reluciente, les proporcionan la ropa que precisan. Sus necesidades religiosas las tienen cubiertas sin necesidad de salir al exterior. También están satisfechos de los cuidados recibidos para sus necesidades de salud. De las necesidades no materiales no expresan ninguna situación de necesidad sin cubrir, pero en sus relatos sí se perciben mensajes contradictorios y poco satisfactorios.

Necesidades de supervivencia de proximidad y de libertad (7)

Partiendo de este agrupamiento, las necesidades de proximidad y relación con su familia no están cubiertas, y en cuanto a las necesidades de libertad también se encuentran problemas para satisfacerla por las limitaciones que les depara la vejez y la falta de recursos económicos para poder subsistir de forma independiente.

A) Necesidades físicas, materiales o de supervivencia: higiene, alimentación, cobijo y actividad.

Los entrevistados dicen que, en general, hay una adecuada limpieza en todo el Hogar. Se estimula la ducha y el cambio de ropa a diario. A las personas dependientes las higienizan una vez al día y siempre que lo precisan. Cuando se realiza alguna crítica ante esta necesidad siempre se atribuye a la persona de forma muy individualizada como persona poco limpia, poco cuidadosa y como muy dejada.

En el Hogar, todo lo relacionado con la ingesta se estimula bien, sobre todo los líquidos; se les ofrece varías veces al día bebidas calientes y zumos. Disponen, además, de bebidas en máquinas y agua con dispensador. En cuanto a la alimentación, los entrevistados dicen que es abundante y expresan que es buena, adecuada y que es más que suficiente. El espacio habilitado para comedor también es apreciado por los entrevistados. Los residentes se sientan siempre en el mismo lugar.

El alojamiento está muy bien evaluado por casi todos los residentes. El Hogar es un establecimiento que responde de forma satisfactoria, porque es un bonito lugar, con medidas de seguridad, sin barreras arquitectónicas. El ambiente es luminoso, limpio, ordenado, espacioso y en él se respira paz y sosiego.

La actividad, en general, no se estimula de forma reglada, ni individual ni en grupo. Varias de las personas ingresadas ayudan en tareas del Hogar según su autonomía, su preparación y habilidades. Los entrevistados muestran satisfacción por lo que hacen, y los que no hacen nada, no manifiestan insatisfacción ni necesidad de realizar actividades para sentirse ocupados y no aburrirse. Quien tiene iniciativa personal puede llevar a cabo las actividades que le gustan, pero cuando falta iniciativa no se incentiva de forma directa. Quienes practican actividades en el centro gozan de reconocimiento personal, y se sienten bien considerados por todos los residentes. Hacen recados y trabajos manuales como cestas, puntillas, figuras, etc.

Las personas del Hogar carecen de capacidad de iniciativa para organizarse en grupos y redes por la falta de formación y por el sentimiento de gratitud. No piden nada y viven resignadas; nunca han tenido nada y no conocen derechos; solo han tenido obligaciones. En general, los participantes admiten todas las normas de la institución sin siquiera pensar algún tipo de cambio en las rutinas cotidianas del Hogar.

En el Hogar la mayoría de actividades programadas son de tipo religioso. Las mujeres acuden en su totalidad, incluso las que no conservan sus capacidades cognitivas. Se sientan al lado de una compañera y se mantienen quietas hasta que finaliza el rezo del rosario. Los trabajos que realizan algunas señoras como ganchillo, macramé o cestería, los exponen y se ponen a la venta. En el Hogar, los residentes no están dirigidos ni estimulados por personal que se dedique a planificar actividades diversas y, no se incentiva la creatividad.

B) Necesidad física, material o de supervivencia: percepción de la realidad.

Las personas que han participado en esta investigación modifican la realidad según sus intereses y situaciones. Conservan sus capacidades cognitivas de forma satisfactoria e inteligente y cambian las situaciones de sus vidas según diferentes escenarios. Su memoria, aunque dicen que les falla, la conservan para recordar aquello que les interesa. Las actividades de la vida cotidiana, las visitas de sus familiares y amigos, las contabilizan sin error. Les disculpan las ausencias o les recriminan cuando les interesa.

En general, se puede concluir que la percepción de la realidad es muy personal y se distancia o se aproxima de la de los otros, según intereses, momentos y situaciones.

C) Necesidad de proximidad: sexualidad.

En el caso de los entrevistados no es posible una relación de pareja, por la ubicación y separación puesto que hombres y mujeres ocupan espacios diferentes.

Uno de los participantes en el estudio manifestó que el horario le impedía salir y relacionarse porque a las 21 horas tienen que estar en el Hogar de forma obligatoria y que él era joven para esa reclusión. El resto de los entrevistados no comenta nada sobre esta necesidad.

D) Necesidad de proximidad y libertad: sentimientos de bienestar.

La mayoría de las mujeres entrevistadas manifiestan vivir bien, "en lo que cabe". Viven muy sometidas a las reglas de la institución, sin iniciativa personal ni grupal para plantear algún tipo de cambio en la vida del Hogar. En primer lugar, por ese servilismo- agradecimiento a la institución y, en segundo lugar, por ese ¡qué van a hacer! Las cosas son así porque son así.

Los hombres, por el contrario, viven en otro mundo; su mundo son ellos, están en el Hogar porque no tienen más remedio, les apetecería marcharse y no se sienten integrados. La excepción la encontramos en cuatro de los entrevistados. Uno de ellos dice que vive bien y que se considera el único, porque afirma que los demás viven contrariados con todo. Otro de los que también dice vivir bien considera el Hogar como un palacio, pues antes del ingreso había vivido sin luz y sin agua, le gusta ver la televesión y se distrae mucho. También otro de los participantes vive bien y acepta su situación muy apoyado en sus creencias y el último de los cuatro ha vivido siempre con escasos recursos y en el Hogar tiene todas las necesidades cubiertas.

Los otros cinco hombres entrevistados se sienten excluidos de la sociedad en general y de la institución en particular. Alguno declara no vivir bien, y le gustaría poder vivir fuera o tener más libertad en las salidas y entradas al Hogar. Para uno de los entrevistados, que dice vivir bien en el Hogar, muchos de los hombres "viven sin vivir". También las religiosas dicen que no están adaptados, a pesar de que ellos afirman a lo largo de la entrevista vivir bien, aunque lloran ante algunas explicaciones de su situación.

E) Necesidad de proximidad y libertad: situación de salud, felicidad y calidad de vida en el Hogar.

Cada persona percibe y vive la realidad de forma diferente. La felicidad es algo innato en la persona y la vida es una lucha continua para conseguirla. De los entrevistados, las mujeres son más luchadoras que los hombres; a la vez, son más conformistas pero se esfuerzan en adaptarse bien a su nueva situación. Además, son más trabajadoras, más comunicativas, más creativas y tienen una autoestima superior a la de los hombres. Buscan los recuerdos y lo bueno de sus vidas, se refugian en ello y tratan de olvidar o de justificar lo malo que les ha pasado. Han encontrado paz en la institución, y se sienten agradecidas por lo que reciben de la comunidad religiosa y de sus compañeras. Están sanas de espíritu y comunican paz. Ayudan en todo lo que pueden; bien sea en tareas del hogar, a sus amigas y a compañeras de habitación. Cabe citar a unas señora (E.15), vive muy integrada en tareas de costura y ayuda en el ropero, pero su relación con las compañeras no es satisfactoria, es agresiva y es una de las que dominan los lugares de la institución, mientras que los otros tienen que respetarle su sitio en la televisión y en el jardín. Es muy poco amable con sus compañeras y no parece tener amigas, ni habla de tenerlas, excepto con su compañera de su habitación con la que se lleva bien.

Los residentes en el Hogar no reciben una atención sanitaria con arreglo a sus necesidades como grupo. Se les atiende a demanda, no hay programadas actividades de fomento de salud ni están planificadas las actividades preventivas. La asistencia a los problemas de salud se atiende como al resto de la población en general.

La mayoría de los informantes tienen un comportamiento inteligente, buscan lo bueno y olvidan lo malo, cambian situaciones, tergiversan situaciones intentando hacer lecturas satisfactorias de los hechos negativos que les ha pasado.

"¡Verdad que me quiere mi hijo! ¡Tienen tanto trabajo! Mi hijo no viene casi a verme. Es por su mujer que no es buena. Lo ha apartado de mí, pero me quiere, ¿verdad que me quiere?" (E.5) Pregunta y espera que se le conteste ¡claro que le quiere!

La vejez les ha confirmado más en sus identidades, les ha individualizado más. Cada persona siente, y al expresar sus sentimientos los demás lo respetan pero no los comparten. Frases como las que siguen son frecuentes entre los entrevistados para referirse a alguna de las compañeras:

"¡Fíjate lo que le pasa! ¡Pobre!, pero no quiere entenderlo, todavía lo disculpa y culpa a las compañías la desgracia de su hija".

Los sentimientos cambian entre lo que es real y lo que quieren que sea. Por esa razón, solo ellos pueden entender la situación y para los demás es difícil pensar y sentir igual. Podría ser una forma de supervivencia para sentirse mejor.

Los hombres inadaptados se muestran alejados de la realidad y algunas de sus expresiones no son lógicas ni racionales:

"¡Volveré a Madrid...Quiero escribir...!" (E 16).

"¡Quiero casarme para marcharme de aquí y tener mi casa" (E.23).

La felicidad y a la vez resignación queda patente en las frases siguientes:

"¡Cuando le dije a mi hermano que me venía al Hogar no le vino bien, en su casa vivía con ellos su cuñado más de 40 años... y si él hubiera sido un hombre, como muchos, hubiera obligado a los suyos a admitirme igual que él admitió a su cuñado no era fácil y no lo que yo deseaba, pues era una situación forzada, pero no me ofrecieron su casa para vivir con ellos... no tengo problemas en el Hogar,... Mi vida aquí es muy agradable, vivo muy bien,... después de decidir venir al Hogar ingresé aquí ese día, y desde entonces comparto la habitación con una señora que trabaja aquí, estoy muy bien con ella, porque hay cosas que yo no puedo hacer, como agacharme y ella me ayuda mucho, estoy muy bien" (E.2).

"Ingresé en el Hogar hace trece años, me encuentro en mi casa, ... Entrego mi paga de jubilación y la Madre me da el 12%. Tenemos todo cubierto, la comida y la ropa, no tengo caprichos. Estoy muy bien" (E.3).

"Al morir mis padres y no tener casa propia, yo estaba con la manía de venirme al Hogar. Viví con mi hermana, y me dijeron de estar dos meses en casa de cada uno de mis hermanos, después de pensar en lo que iba a ser mi vida, me decidí venir al Hogar... Me llevo muy bien con todas las compañeras y con las hermanas... Las religiosas están agotadas y toda ayuda es poca, me siento muy bien y no puedo entender que haya alguien en este Hogar que no esté contenta" (E.6).

"Ingresé el 3 de junio, hace dos meses que estoy en el hogar. Aquí estoy muy bien, estoy acompañada; en mi casa no podía estar por mi dificultad para caminar y hacerme las cosas de la casa... Yo me llevo bien, no echo en falta a nadie, a mi compañera le llevo la corriente. Soy muy risueña con todos, siempre he sido así, nunca he tenido problemas con nadie, todo me parece bien, no sé ni lo que me enfada...Las monjicas son buenas, buenas, pero aquí hay envidias, lo digo preocupada. No estoy mal con nadie pero aunque todo está bien... Es como en la casa grande donde viven muchos hermanos y se enfadan y se pelean entre ellos." (E.8).

"Desde que estoy aquí estoy mejor mas distraída... Cuando vienen mis hijos o me llaman por teléfono, me preguntan cómo estoy, me compran de todo. Como están trabajando no vienen mucho" (E.10).

"En este momento deseo estar aquí como estoy, ¿dónde voy a estar viviendo mejor? Después de haber vivido y de haberse presentado las cosas que me pasaron... Nunca he pedido favores. Mis hijos no vienen a verme, me llaman por teléfono, tienen trabajo. Gracias a Dios tengo tranquilidad no estoy amargada, llevo la cruz, no es fácil la convivencia... No echo en falta nada, ni a mis nietos ni a mis hijos, yo vivo mi vida, me he acoplado, me entretengo, en fin, Dios me ayuda, no tengo miedo a la muerte, he tenido resignación, no temo a la enfermedad, me caí y desde entonces me hago pipí. Dios me da fuerza, no estoy renegada, no tengo quejas, cosas pequeñas con mi compañera. Ya veremos lo que Dios quiere. No salgo ni gasto nada" (E.11).

"Estoy muy bien, vivo con mucha paz... ¡Nosotros no somos del mundo! cuando nos llega esta edad lo mejor es vivir en paz, sin preocupaciones, sin trabajo... Esperando que el Señor me diga; ya te ha llegado el final de tu vida. No deseo nada, Dios, cuando se acuerde de mí que me lleve" (E.12).

"¡Como saben que estoy bien no vienen a verme!" (E.13).

"He tenido una vida feliz, he procurado vivir bien, y como soy religioso llevo con resignación y optimismo los problemas que me han surgido. Ahora noto la falta de mi pierna, pero no me dejo, sigo pidiendo a Dios ayuda y fuerza" (E.19).

"La segunda vez que me decidí a venir al Hogar fue porque pasé hambre, frío y fatigas, además recordaba a mi amigo Ángel y todo lo que había perdido, aquí lo tienes todo cubierto, no tienes que preocuparte por nada... La Madre me dijo que si me quería quedar y yo le agradecí que me dejara volver... yo lo único que llevo mal es tener que estar aquí a las 9 de la noche, soy joven para estar recluido, tengo 66 años y necesito una vida más activa" (E.20).

 

Discusión

La familia queda reducida a la pareja y a los hijos. El resto de la familia queda fuera de las obligaciones de apoyo. Los abuelos, hermanos, tíos, son ajenos al Hogar y son tratados fuera de la responsabilidad de su núcleo de acción, les visitan, les atienden, pero no viven con ellos.

La institucionalización responde a una triste realidad. No es una solución para el bienestar de los mayores, porque estos desean ser independientes y vivir en su domicilio.

El desarrollo satisfactorio se produce cuando se magnifican las ganancias que la persona se ha propuesto conseguir y se minimizan las pérdidas.El aprendizaje nos ayuda a adaptarnos y a progresar social y culturalmente. La pérdida de adaptación está producida más por el ambiente social e institucional que por una pérdida o declive biológico. El ambiente del Hogar se puede decir que es positivo porque la mayoría de los entrevistados se han adaptado a él y han encontrado paz y sosiego.

Los protagonistas de este estudio han logrado paz, cariño y consuelo en la institución y en sus relatos muchos participantes comentan estar bien, sentirse felices y con mucha suerte de haber logrado una plaza en el Hogar.

Se puede afirmar que la institución no es deseada, pero los mayores se adaptan a vivir en ella, e incluso algunos afirman vivir con felicidad, aunque sea como fórmula para autoconvencerse o creer que pueden lograrla.

 

Conclusiones

La institucionalización voluntaria, pero obligada por condicionamientos de la vida, produce resignación, paz y seguridad en las personas mayores.

No se busca la formula en las instituciones geriátricas para cambiar la resignación por el bienestar y la ilusión de vivir. Tienen seguridad en la satisfacción de las necesidades de materiales, pero poco más.

La vida en la institución rompe el contacto con el mundo exterior y no es una preocupación para la dirección del centro el que ocurra esta situación.

 

Bibliografía

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2. CIS-IMSERSO. Las personas mayores en España. (Informe 2006-2008). Madrid.         [ Links ]

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7. Galtum Y, Walsh M. En Burque M.; Walsh, M. Enfermería Gerontológica. Cuidados integrales del adulto mayor. Madrid: Harcourt Brace, 1998.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Asunción Ors Montenegro y Loreto Maciá Soler
E-mail: asuncion.ors@ua.es
macia@ji.es

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