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Cuadernos de Medicina Forense

On-line version ISSN 1988-611XPrint version ISSN 1135-7606

Cuad. med. forense vol.24 n.1-2 Málaga Jan./Jun. 2018  Epub Sep 21, 2020

 

Originales

Relación entre el factor prisionización y las dimensiones de personalidad de extraversión y neuroticismo de Eysenck

Relation between prison factor and personality dimensions’ Eysenck extraversion and neuroticism

S. Alfageme Redondo1  , C. Quesada Palacios2  , A. Domínguez Moreno3 

1Médico Forense adscrita al Servicio de Psiquiatría del IMLCF (Cádiz).

2Médico Forense adscrita al Servicio de Clínica del IMLCF (Cádiz).

3Psicólogo Forense del IMLCF, Sección Penal (Cádiz).

Resumen

Una de las hipótesis que se barajan para explicar la relación entre las bajas puntuaciones entre la dimensión de la extraversión (E) y las elevadas puntuaciones entre la dimensión del neuroticismo (N) del modelo psicobiológico de Eysenck y la conducta criminal, respectivamente, es la influencia del tiempo de permanencia en prisión. En el presente estudio, se ha realizado un estudio correlacional de las dimensiones E y N con el tiempo de permanencia en prisión de los sujetos, empleando para ello una muestra heterogénea de 55 varones presos y en libertad, a los que se les pasó el cuestionario de personalidad desarrollado por Eysenck, EPQ-A. Los resultados son indicativos de que no existe relación entre el tiempo de estancia prolongado en prisión y la dimensión E, mientras sí parece existir una relación entre la prisionización y la dimensión N; no obstante, parecen existir variables mediadoras en dichas relaciones.

Palabras clave: Efectos psicológicos; Eysenck; Extraversión; Neuroticismo; Prisión

Abstract

One of the hypothesis which are being considered in order to explain the connection between the low scores in the extroversion (E) dimension and the high scores in the neuroticism (N) dimension from the Eysenck psychobiological pattern and the criminal behaviour, respectively, is the influence of the period of imprisonment. In the present study, a correlated research of dimensions E and N with the period of imprisonment of individuals has been done by using a heterogeneous sample of 55 imprisoned and free men, to whom the personality test developed by Eysenck EPQ-A was given. The results are indicative of not existing connection between the prolonged period of imprisonment and the dimension E, whereas a connection between the imprisonment and the dimension N does seem to exist. It seems, however, there are variables interceding in these connections.

Key words: Psychological effects; Eysenck; Extraversion; Neuroticism; Prison

Introducción

Tradicionalmente, las principales corrientes criminológicas han obviado el papel del rol de la personalidad en la emisión de conductas disociales1. La mayor parte de los estudios que relacionan el crimen con la conducta antisocial se centran en estudiar la relación entre dichas conductas y constructos multidimensionales, como la psicopatía o la personalidad antisocial, que si bien han demostrado relaciones consistentes con la conducta antisocial, la violencia y el crimen, dada su naturaleza multidimensional, es difícil establecer qué características de los trastornos son las causantes de dicha relación2. No obstante, el estudio de la vinculación entre las características de personalidad y la conducta antisocial, la delincuencia y el crimen está cobrando una gran vitalidad en la investigación actual, y desde su concepción inicial, el modelo de Eysenck ha servido como fuente heurística para numerosos estudios sobre la relación entre delincuencia y los factores temperamentales de personalidad3.

De acuerdo a la teoría de personalidad de Eysenck, existen tres factores fundamentales de personalidad: psicoticismo (P), extraversión (E) y neuroticismo (N), los cuales son independientes y tienen un sustrato biológico; según el modelo de Eysenck4-7, las elevadas puntuaciones en los tres factores de personalidad descritos se asociarían a una mayor probabilidad de emisión de conductas antisociales, merced a factores de carácter biológico, como es la necesidad de autoestimulación por un bajo arousal en el caso de los extravertidos, una mayor actividad del sistema simpático en el caso del neuroticismo, y por una mayor impulsividad en el caso de elevadas puntuaciones en psicoticismo. No obstante, estudios posteriores no confirman las predicciones realizadas desde el modelo de Eysenck, salvo en lo que a la variable del psicoticismo se refiere, que es la dimensión de la personalidad asociada con la delincuencia de un modo más intenso y consistente. Las relaciones entre las otras dos dimensiones son menos consistentes, y parecen encontrarse moduladas por la presencia de distintas variables, como puede ser el sexo, el sustrato social, los procesos de prisionización, la edad de los sujetos de la muestra, la intensidad de la conducta criminal o el instrumento empleado para medir los diferentes constructos de personalidad.

Los metaanálisis realizados sobre los distintos estudios experimentales publicados, que han tomado como instrumento de medida el cuestionario de personalidad de Eysenck, son indicativos de una relación débil entre el constructo E y el constructo N de personalidad, respectivamente, y la conducta antisocial1,8. No obstante, parecen encontrar evidencias de que la variable E se encuentra relacionada más intensamente con la conducta antisocial en aquellos estudios en los que se ha empleado como muestra a sujetos no presos1, ya que parece existir una relación entre la estancia en prisión y los bajos niveles en E8.

Respecto a la variable del neuroticismo, las asociaciones más fuertes con la conducta antisocial se han encontrado en estudios que han empleado muestras de sujetos en prisión1,8, por lo que algunos autores1,9,10 han hipotetizado acerca de dichos resultados en el sentido de que los bajos niveles en la variable E encontrados en estudios realizados con presos son secundarios a un tiempo prolongado de prisión, con las consecuencias psíquicas que ello provoca, mientras que las relaciones entre las altas puntuaciones en la variable N y la conducta antisocial podrían ser explicadas por las consecuencias que sobre la esfera afectiva tienen las conductas antisociales de los sujetos, como es la prolongada estancia en prisión, la desestabilización personal y el aislamiento social.

El término prisionización fue introducido por primera vez por Clemmer11, para referirse a la asimilación, por parte de los internos, de hábitos, usos, costumbres, y cultura de la prisión, así como a una disminución general del repertorio de su conducta, secundaria a una estancia prolongada en la prisión. Valverde12 resume las consecuencias psicológicas del paso por la prisión en los siguientes puntos:

Ausencia de control sobre la propia vida, derivada del control institucional al que se ven sometidos. Supone una imposición de la mayoría de las decisiones, lo que a su vez podría afectar a su percepción de control sobre la situación. Estudios realizados por Rotter13 y Sykes14 demuestran que en los internos se produce un desplazamiento de su locus de control desde el polo internalista hacia el polo externalista, es decir, que atribuyen la causación de su propio comportamiento a factores externos, ajenos a ellos, con la consecuente ausencia de responsabilización y asunción de un rol pasivo en la toma de decisiones personales.

Estado permanente de ansiedad, secundario a la percepción de falta de control sobre su entorno, derivado tanto de la institucionalización de la vida cotidiana como de la dinámica relacional que se da entre los propios presos. Sería uno de los mecanismos responsables de la elevación de la escala N en los estudios realizados entre la relación de la dimensión N y la conducta antisocial, cuando se emplean muestras de sujetos presos.

Alteraciones de la afectividad, en forma de sensación de desamparo y sobredemanda afectiva: la primera, como estrategia adaptativa a la inseguridad situacional que supone la estancia en prisión, así como la pérdida progresiva de vínculos afectivos con el exterior; y la segunda, como consecuencia de una distorsión e idealización de las relaciones afectivas que tenía previamente a su ingreso en prisión, y la ausencia de expectativas de futuro, derivada del estado de ansiedad y la falta de control sobre su propia vida, así como por la pérdida de vinculaciones con el exterior, que serían los mecanismos explicativos de la relación entre los bajos niveles en la dimensión E y las conductas disociales, en aquellos estudios que han empleado muestras de sujetos presos.

Respecto al mecanismo que relaciona las elevadas puntuaciones obtenidas en la dimensión N como consecuencia de la prisionización, las posturas entre los distintos autores son dispares. Se argumenta una relación entre niveles de ansiedad y encarcelamiento inversamente proporcional15, en forma de V, y los factores más ansiógenos son los que suceden cuando se encuentran próximos a la libertad o en el momento del encarcelamiento, por el proceso de adaptación que suponen16, o bien de carácter permanente, basado en un modelo de condiciones estables y cambiantes17 que originarían un incremento o descenso de los niveles de ansiedad, según los factores situacionales.

Si bien los estudios realizados sobre población reclusa18,19 son indicativos de una mayor prevalencia de trastornos neuróticos con respecto a la población general, los metaanálisis realizados discrepan respecto a la influencia de la prisionización en la mayor prevalencia. Así, Fazel et al.18 encuentran que solo una pequeña proporción de casos pueden ser explicados por efecto de la prisionización, mientras que el metaanálisis realizado por Walker et al.20 concluyen que el ingreso en prisión supone un incremento de síntomas psiquiátricos que parecen incrementarse en el tiempo, si bien variables como la duración de la condena no parecen relacionarse con dicho aumento de sintomatología.

En el presente estudio, se pretende analizar la relación entre las variables de extraversión y de neuroticismo con la estancia prolongada en prisión, a través del estudio de un grupo heterogéneo de varones de distintas edades en situación de encarcelación, de libertad con antecedentes penales y de libertad sin antecedentes penales. Con ello, se pretende arrojar luz acerca de las relaciones observadas en algunos trabajos experimentales con presos, dirigidas a determinar la implicación de las dimensiones de personalidad E y N descritas por Eysenck en las conductas antisociales, basándonos en la hipótesis de que las correlaciones descritas entre la dimensión de neuroticismo y la conducta disocial, así como entre la dimensión extraversión y la conducta disocial, son producto de las consecuencias adversas secundarias al encarcelamiento de los sujetos.

Material y métodos

Participantes

Se tomó una única muestra constituida por 55 individuos varones, de edades comprendidas entre 21 y 66 años, siendo la media de edad del grupo de 39,56 años, y la desviación típica de 12,55. De los 55 sujetos, 21 (el 38,18%) presentaban un tiempo prolongado de cumplimiento de la pena en prisión en el momento de realizar la prueba (prisionización). La media de edad de dicha categoría fue de 39,52, con una desviación estándar de 11,69. De los 34 sujetos restantes (el 61,82%), la media de edad era de 38,59 años, con una desviación estándar de 13,23. De dicha categoría, 26 (el 76,47% del total de la muestra) manifestaron carecer de antecedentes penales y se encontraban en libertad, y 8 (el 23,53% del total de la muestra) presentaban diversos antecedentes penales, de los cuales tres no se encontraban ingresados en prisión, y cinco estaban en situación de prisión preventiva, por un único delito, y con un tiempo inferior al año, en cuanto a la permanencia en calidad de preso preventivo. La media de edad para los sujetos sin antecedentes penales fue de 40 años, con una desviación estándar de 11,32, mientras que la media de edad de los sujetos no prisonizados fue de 38,25 años, con una desviación estándar de 19,11. En la Figura 1 se muestran las medias de edad de la muestra.

Figura 1 Media de edad de los sujetos por categoría. 

Respecto a la tipología delictiva de los sujetos con antecedentes penales (Figura 2), de los sujetos incluidos en la categoría de prisionización, 10 de ellos (el 43,47%) presentaban antecedentes penales por delitos graves (por homicidio, intento de homicidio, abuso sexual a menores o incendio en casa habitada), entendiéndose por delitos graves aquellos con penas superiores a los cinco años; mientras que los 11 restantes (el 56,52%) tenían antecedentes delictivos de carácter menos grave (violencia en el ámbito familiar, atentado a la autoridad y robo con fuerza). De los sujetos con antecedentes penales incluidos en la categoría de no prisionización, dos de ellos (el 25%) habían cometido un delito grave (intento de homicidio y abuso sexual a menores), y el 75% restante habían cometido delitos menos graves (robo con fuerza y atentado a la autoridad).

Figura 2 Distribución de los sujetos según la gravedad delictiva y la prisionización. 

En relación a la estancia en prisión de los sujetos incluidos en la categoría de prisionización (Figura 3), 16 de ellos (el 79,19%) se encontraban internos en una prisión de densidad media, mientras que los cinco restantes (el 23,81%) procedían de prisiones de alta o baja densidad poblacional (prisión de primer grado).

Figura 3 Densidad poblacional del centro de internamiento en la categoría de prisionización. 

Instrumentos de medida

Las variables de personalidad de Eysenck fueron medidas mediante la aplicación del cuestionario de personalidad de Eysenck EPQ para adultos (EPQ-A), en versión española. El EPQ-A es el resultado del desarrollo de otros cuestionarios anteriores de los mismos autores en los que se evalúa el neuroticismo (N) y la extraversión (E), pero con la introducción de una nueva variable, el psicoticismo (P). Incluye también una escala de sinceridad (S), para valorar la validez de los datos obtenidos a través del cuestionario.

Procedimiento

Los datos obtenidos de los sujetos con antecedentes delictivos fueron realizados en el contexto de pruebas peri­ciales psicológicas forenses por petición judicial, y se recogieron datos de sujetos evaluados entre los años 2016 y 2018; mientras que los sujetos que manifestaron carecer de antecedentes delictivos prestaron el consentimiento para la realización de la prueba, y se recogieron los datos en una única sesión de evaluación conjunta el 5 de abril del 2018. En ambos casos, se mantuvo el anonimato de todos ellos. Se tomó como criterio de validez del cuestionario una puntuación en la escala de sinceridad superior al 20%, siempre y cuando, para puntuaciones inferiores al 45%, la ratio N/S y P/S fuera superior a 0,5, siguiendo los criterios de validez para el cuestionario.

Se emplearon dos categorías de sujetos, según su estancia prolongada en prisión (prisionización) o no (no prisionización). Las dimensiones E y N se dividieron en tres valores, medio (rangos comprendidos entre 50, más/menos la desviación típica de la medida en el cuestionario), alta (valores superiores a 50, más la desviación típica de la medida en el cuestionario) y baja (valores inferiores a 50, menos la desviación típica de la medida en el cuestionario).

Finalmente, se realizó un análisis correlacional de los datos así obtenidos empleando como estadístico de contraste el método Chi-cuadrado, con un nivel de confianza del 0,05.

Resultados

Dimensión extraversión

La media del grupo en la dimensión extraversión fue de 42,5, con una mediana de 40 y una moda de 30. El menor valor correspondió al valor 1, y el mayor al 99. La varianza fue de 834,77, con una desviación estándar de 28,86. En la Figura 4, se muestra el diagrama de cajas y bigotes obtenido en dicha dimensión para la muestra, y en la Figura 5, el diagrama correspondiente a la media de la variable por categorías.

Figura 4 Diagrama de cajas y bigotes en la dimensión de extraversión. 

Figura 5 Media de la dimensión de extraversión por categorías. 

La media de los sujetos incluidos en la categoría de prisionización fue de 36,90, con una mediana de 30 y una moda de 30. El menor valor correspondía a 1, y el mayor valor a 90, con un rango de 89. La varianza fue de 782,99 y la desviación estándar de 27,98.

La media de los sujetos incluidos en la categoría de no prisionización fue de 45,97, con una mediana de 40 y modas de 20, 25 y 40. El menor valor correspondía a 3 y el mayor a 99, con un rango de 96. La varianza era de 859,12 y la desviación estándar de 29,31. Dentro de dicha categoría, la media para la dimensión de extraversión para sujetos con antecedentes penales fue de 33,87, con una mediana de 27,5 y una desviación estándar de 26,22. La media para los sujetos sin antecedentes penales fue de 49,69, con una mediana de 40 y una desviación estándar de 29,66.

Tras la obtención de la correspondiente tabla de contingencia (Tabla 1), los resultados obtenidos para la dimensión de extraversión fueron Chi-cuadrado experimental=0,7254, con p-value=0,695804, para un nivel de significación p <0,05. Por lo tanto, el resultado no es significativo a un nivel de significación del 0,05.

Tabla 1 Tabla de contingencia en la dimensión de extraversión. 

  Prisionización No prisionización
E. Alta (>55) 6 12 18
E. Media (45-55) 1 3 4
E. Baja (<45) 14 19 33
  21 34 55

Dimensión neuroticismo

Se obtuvo una media para la variable de neuroticismo de 59,43, con una mediana de 60 y una moda de 97. El mayor valor fue de 99, y el menor de 1, con un rango de 98. La varianza fue de 1.258,14 y una desviación típica de 35,47. En la Figura 6, se muestra el diagrama de cajas y bigotes obtenido para los resultados de la variable neuroticismo en la muestra; y en la Figura 7, los resultados para dicha variable por categorías empleadas.

Figura 6 Diagrama de cajas y bigotes en la dimensión de neuroticismo. 

Figura 7 Media de la dimensión de neuroticismo por categorías. 

En la categoría de prisionización, la media fue de 86,57, la mediana de 97 y la moda de 97. El menor valor fue de 30 y el mayor de 99, con un rango de 69. La varianza fue de 326,82 y la desviación típica de 18,08.

En la categoría de no prisionización, la media fue de 42,68, con una mediana de 37,5 y una moda de 5. El menor valor fue de 1 y el mayor de 99. La varianza fue de 1.092,83 y la desviación típica de 33,06. Dentro de esta categoría, los sujetos con antecedentes penales obtuvieron una media de 79,75, con una mediana de 82,5 y una desviación estándar de 18,79. Los sujetos sin antecedentes penales obtuvieron una media de 31,27, con una mediana de 20 y una desviación estándar de 27,72.

Tras la obtención de la tabla de contingencia para la variable neuroticismo (Tabla 2), los resultados obtenidos para la variable de neuroticismo fueron Chi-cuadrado experimental=16,9804, con p-value 0,000205 para un nivel de significación p <0,05. Por lo tanto, el resultado es significativo a un nivel de significación de 0,05.

Tabla 2 Tabla de contingencia para la dimensión de neuroticismo. 

  Prisionización No prisionización
E. Alta (>55) 19 12 31
E. Media (45-55) 1 2 3
E. Baja (<45) 1 20 21
  21 34 55

Discusión

Dimensión extraversión

A partir del modelo psicobiológico de personalidad, Eysenck predijo la intervención de la dimensión E de la personalidad en la génesis de conductas antisociales como resultado de un elevado arousal con la consecuente necesidad de una mayor autoestimulación, y por tanto, una mayor búsqueda de sensaciones, factor íntimamente ligado al concepto de impulsividad.

No obstante, los estudios experimentales realizados con posterioridad destinados a dar apoyo experimental a dicha teoría, no respaldaron dicha hipótesis, pues se obtuvieron resultados contradictorios tanto en lo que a la relación entre la dimensión de extraversión y la conducta antisocial se refiere5,21,22 como en el sentido en el que la variable dimensión extraversión se relacionaba con las conductas antisociales, habiéndose obtenido relaciones tanto en puntuaciones elevadas de la dimensión E5,10,23 como en puntuaciones bajas de dicha dimensión5,10, en contra de la base teórica del modelo psicobiológico de Eysenck.

Los estudios realizados coinciden en señalar una relación débil1,8, o incluso una ausencia de relación22, entre la dimensión de extraversión y la conducta antisocial, sin que ello permita rechazar las predicciones realizadas desde el modelo psicobiológico de Eysenck, dado que a partir del análisis de las muestras realizadas en estudios que mostraban escasa relación entre la dimensión E y las conductas antisociales, presentaban la característica de emplear como sujetos de estudio muestras de personas en situación de encarcelamiento8.

Una posible explicación8,24 es que la situación de encarcelamiento produce una disminución en los niveles de la dimensión E, y provoca una baja varianza en esta en aquellos estudios que han tomado como sujetos únicamente a población reclusa, en relación a estudios en los que se emplea el autoinforme acerca de conductas disociales con sujetos en libertad. Ello sería debido a que la dimensión de extraversión descrita por Eysenck reúne una serie de características que se centran en dos rasgos de primer orden, la sociabilidad y la actividad, y que incluyen, en sujetos con bajas puntuaciones (introvertidos), la preferencia por las actividades solitarias, el pesimismo, la preferencia por una vida ordenada, el control, el retraimiento y la reserva social. Así, debido al amplio control conductual que se da en la cárcel, así como en la disminución de la autoestima y el incremento del dogmatismo y la adhesión de los internos a los valores carcelarios21,25, podrían explicarse las bajas puntuaciones obtenidas en la dimensión de extraversión en estudios realizados sobre población reclusa que intentan asociar la conducta antisocial con altos niveles en extraversión.

Los resultados obtenidos en el presente estudio son indicativos de la ausencia de relación entre la dimensión E y la estancia en prisión, en contra de las predicciones establecidas por la evidencia empírica disponible8,9,10, si bien otros estudios experimentales, como el realizado por Ireland et al21 son coincidentes con los resultados obtenidos. No obstante, a la hora de realizar inferencias, es necesario tener en cuenta las limitaciones del presente estudio. Así, dentro de los sujetos que se incluyeron en la categoría de prisionización, el 79,19% se encontraban internos en un centro penitenciario de densidad media.

En este sentido, los escasos estudios realizados sobre el estado de salud mental en la población reclusa señalan que los efectos psicológicos en sujetos con estancias prolongadas en prisión se encuentra mediado por la densidad del centro de internamiento(20(26. Los sujetos que se encuentran internos en cárceles de primer grado (donde existe poco contacto entre los internos y las restricciones son mayores) y en las denominadas maxicárceles (con alta densidad poblacional) presentan una mayor afectación psicológica que los internos de larga duración en prisiones de densidad media. Los sujetos de la muestra empleada en este estudio e incluidos en la categoría de prisionización proceden en su mayoría de una prisión de densidad media, lo cual podría explicar el motivo por el cual no se han encontrado relaciones entre la dimensión E y el tiempo de permanencia en prisión.

La gran variabilidad de resultados de los estudios realizados sobre la relación entre la dimensión de extraversión y la estancia en prisión o la conducta antisocial son indicativos de la gran variedad de variables mediadoras que pueden influir en las relaciones entre dichas dimensiones. Así, el tipo criminal del que se trate puede influir en el sentido de las relaciones entre la dimensión E y la conducta antisocial en sujetos en situación de encarcelamiento.

Eysenck et al.5 encontraron una relación entre las altas puntuaciones en la dimensión E y la asociación criminal, y las bajas puntuaciones en E y los crímenes frustrados; mientras que Romero et al.25 encontraron relación entre las bajas puntuaciones en E y la elevada violencia de los crímenes cometidos. Por otro lado, parece que la personalidad previa al ingreso en prisión puede modular la expresión de las puntuaciones en E tras el paso de prisión. En este sentido, Ireland et al.21 encontraron que, en general, la estancia en prisión tiene un escaso impacto sobre las dimensiones de la personalidad de los reclusos, si bien admiten el descenso de sus puntuaciones sobre su personalidad previa.

En la muestra del presente estudio, el escaso número de sujetos con antecedentes penales incluidos en la categoría de no prisionización, junto con las diferencias en cuanto a la gravedad del tipo delictivo cometido entre los sujetos incluidos en la categoría de prisionización y de no prisionización, han podido mediar los resultados obtenidos.

Por otro lado, se hacen necesarios estudios de carácter longitudinal, para valorar la influencia de los niveles previos a la situación de prisionización en la dimensión E en los posibles resultados obtenidos.

Dimensión neuroticismo

Numerosos estudios de carácter transversal sobre población reclusa han advertido sobre la mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos en la población reclusa en relación a la población general18,19,27, entre los que se incluyen trastornos de corte neurótico. Si bien se han postulado diversos modelos teóricos para intentar predecir la ocurrencia de síntomas de carácter ansioso sobre la población reclusa15-17, con diferentes apoyos empíricos para cada una de las tres propuestas21,28, los escasos estudios metaanalíticos realizados sobre la escasa literatura existente acerca de los efectos psicológicos de la estancia en prisión parecen indicar que existe un incremento de síntomas psiquiátricos durante el tiempo de cumplimiento de condena, debido, entre otras causas, a la concurrencia de diversos factores estresantes20.

Los resultados obtenidos en este estudio en la dimensión del neuroticismo apoyan los extraídos de otras investigaciones, en el sentido de que elevadas puntuaciones en la dimensión de neuroticismo podrían asociarse a un tiempo prolongado de estancia en prisión.

No obstante, no es posible realizar una generalización de dichos resultados, debido a las limitaciones del presente estudio. Cabría plantearse la posibilidad, siguiendo el modelo psicobiológico de Eysenck, de que elevadas puntuaciones en la dimensión del neuroticismo en la población reclusa pueda ser secundaria a la asociación entre dicha variable y la génesis de conductas antisociales, siendo la expresión de elevados niveles previos en dicha dimensión21.

En este sentido, el escaso número de sujetos incluidos en la categoría de no prisionización con antecedentes delictivos no permite realizar inferencias, si bien el estudio descriptivo es indicativo de que las medias en neuroticismo entre la categoría de prisionización y la de no prisionización con antecedentes delictivos se encuentran muy próximas (86,57 para la categoría de prisionización y 79,75 para la categoría de no prisionización con antecedentes delictivos); mientras que la media para los sujetos sin prisionización y que informaron que carecían de antecedentes delictivos, se situaba en valores muy bajos (31,27).

Otra posible explicación es que la elevada media de la dimensión N en la categoría de no prisionización con antecedentes delictivos sea secundaria a los factores estresantes presentes en el momento de realizar la evaluación, dado que los sujetos incluidos en dicha subcategoría se encontraban pendientes de juicio o bien con un ingreso reciente en prisión, lo cual apoyaría de manera parcial el modelo propuesto por Paulus et al.17 acerca de una relación no lineal entre la estancia en prisión y la elevación de los valores en N, sin poder descartar, sin embargo, debido a la inclusión de sujetos de reciente ingreso en prisión en la categoría de no prisionización, el modelo lineal decreciente propuesto por Harding et al.15.

Algunos de los estudios realizados acerca de la relación entre la dimensión N y las conductas antisociales en población no reclusa son indicativos de ausencia de relación entre las elevadas puntuaciones en la dimensión N y las conductas antisociales autoinformadas22,23,29, lo cual podría ser interpretado en el sentido de que la elevación de la dimensión N podría ser secundaria a la presencia de factores estresores secundarios al ingreso en prisión.

Serían necesarios estudios longitudinales para valorar cómo evoluciona la dimensión del neuroticismo durante la estancia en prisión de los reclusos, para poder dirimir entre estas cuestiones, o bien la realización de estudios que diferencien la población reclusa de reciente ingreso de la que lleva un largo periodo de tiempo, así como los sujetos con antecedentes delictivos, pero sin ingreso en prisión.

Lo que sí parece apuntar el presente estudio es que no existe relación entre las elevadas puntuaciones en la variable del neuroticismo y la avanzada edad de los internos, tal y como se ha sugerido en otros estudios experimentales realizados8,30 como fuente de elevación de la dimensión neuroticismo en sujetos presos, situándose las medias de edad entre ambos grupos muy próximas entre sí (39,52 y 38,59 para sujetos incluidos en la categoría de prisionización y de no prisionización, respectivamente).

Agradecimientos

Los autores de este trabajo quieren agradecer la colaboración del personal de las tres prisiones que conforman el Complejo Penitenciario de El Puerto de Santa María, y muy especialmente al personal facultativo, por facilitar el quehacer cotidiano de los médicos y psicólogos forenses en C.P. Puerto I, C.P. Puerto II y C.P. Puerto III.

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Received: August 02, 2018; Accepted: October 03, 2018

Correspondencia: Sandra Alfageme Redondo. marias.alfageme@juntadeandalucia.es

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