SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.27 número1Trabajando por la seguridad de los pacientes: puesta en marcha de un Grupo de Trabajo sobre Errores de MedicaciónRéplica del autor índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

Compartir


Anales del Sistema Sanitario de Navarra

versión impresa ISSN 1137-6627

Anales Sis San Navarra vol.27 no.1 Pamplona ene./abr. 2004

 


OPINIÓN/CARTAS

El tratamiento de la osteoporosis: ¿heterogéneo, ineficaz y sin
evidencia científica?

Treatment of osteoporosis: heterogeneous, inefficient and lacking in
scientific evidence?


R. Ibáñez


Sección de Reumatología
Hospital de Navarra
Correspondencia
Rosario Ibáñez Bosch
Sección de Reumatología
Hospital de Navarra
C/ Irunlarrea, 3
31008 Pamplona
Tfno. 848 422649

 

SR: DIRECTOR:
Al leer detenidamente el artículo titulado “Utilización de fármacos para la osteoporosis” de J. Erviti, publicado en el suplemento 3 volumen 26 de 2003 de la revista que Ud. dirige, he apreciado varios errores en su contenido que, por su gravedad, creo ineludible contestar.

1- En la introducción, menciona las indicaciones del tratamiento de la osteoporosis y afirma que se debe tratar a todas aquellas personas que además, de osteoporosis presenten otros riesgos adicionales de fractura. Según todas las guías y recomendaciones para la prevención y tratamiento de la osteoporosis, un paciente con osteoporosis debería recibir tratamiento independientemente de la existencia de factores de riesgo adicionales1-4. Estos factores de riesgo se utilizan más para la decisión de realizar densitometría o de tratar pacientes con osteopenia.

A continuación crea bastante confusión al enumerar diversos factores de riesgo de osteoporosis, no de fractura como dice, y considerar factores de menor importancia a algunos de los factores que de hecho son los más importantes, como la menopausia precoz, el antecedente familiar de fractura osteoporótica, la baja exposición solar, el hiperparatiroidismo o la artritis reumatoide. Los factores de riesgo de fractura, aparte de la baja densidad mineral ósea, son el antecedente de fracturas previas, las alteraciones neurológicas o del aparato locomotor, que pueden condicionar una inestabilidad de la marcha, o visuales, o ciertos fármacos que puedan alterar el nivel de conciencia y en definitiva cualquier factor que condicione un aumento del riesgo de caída. Todas estas consideraciones clínicas eran innecesarias ya que este aspecto está bien tratado en otros capítulos de la monografía y además lejos de ser aclaratorias son confusas e imprecisas.

2- En la discusión, pone en duda la efectividad de las estrategias de prevención de la osteoporosis argumentando que en los últimos 5 años el número de fracturas de cadera ha permanecido estable pese a haberse duplicado el consumo de fármacos para prevenir la osteoporosis. Este argumento no tiene en cuenta el aumento poblacional de estos años. En efecto, si consideramos dicho aumento, la estabilización de la incidencia de fracturas de cadera representa una disminución de la incidencia. Tampoco tiene en cuenta que la mayor incidencia de fractura de cadera se produce por encima de los 80 años y que las estrategias de prevención suponen tratar a los pacientes en riesgo en las dos décadas previas. Por lo tanto, la eficacia de la prevención que realizamos hoy día, si se quiere evaluar en función de la incidencia de fracturas de cadera, habrá que analizarla los próximos 10-15 años. Así pues, la afirmación que hace de que la utilización de estos fármacos “no está produciendo ningún beneficio en la reducción de fracturas de cadera” es fruto del desconocimiento de las estrategias preventivas de osteoporosis.

3- Sobre la falta de criterios homogéneos en la prevención y tratamiento de la osteoporosis según quien sea el especialista que prescriba, y la necesidad de homogeneizarlos, hay que recordar que las decisiones terapéuticas se toman en base a las evidencias científicas disponibles y no por consenso entre especialistas. En todo caso, el tema que el autor plantea debería llevarnos a la cuestión de quién debe tratar las enfermedades médicas del aparato locomotor.

4- Contrariamente a lo indicado en el artículo, tanto el alendronato5-9 como el risedronato10-11 han demostrado disminución del riesgo de fractura de cadera. Diversos ensayos y publicaciones en revistas de reconocido prestigio lo prueban. Poner en duda la legitimidad de dichos estudios, como hace el autor del artículo, por estar financiados por la industria, creo que es poco serio y atrevido. Una medida elemental de prudencia es no acusar sin pruebas. Los ensayos necesarios para la aprobación de un fármaco, siempre los financia la industria investigadora del producto. Dichos ensayos tienen sus auditorias independientes y, en base a sus resultados, los fármacos son o no aprobados por las distintas agencias del medicamento (FDA, AEM, etc.). El rigor con que son analizados los ensayos lo aseguran las diversas agencias.

5- No se ha probado que el calcio reduzca el riesgo de fractura. Sin embargo, el suplemento de calcio más vitamina D, es útil como tratamiento coadyuvante de los tratamientos con antirreabsortivos. El déficit de vitamina D tiene un papel importante en la patogenia de la osteoporosis tipo II, por lo que no se entiende la afirmación que el autor del artículo hace cuando dice “su utilización sistemática no está justificada”, refiriéndose a los suplementos de calcio más vitamina D. Que la prescripción de dichos suplementos se deba a la presión de la industria farmacéutica, como sugiere J. Erviti, es como mínimo ridículo.

6- La consideración de que “la utilización de calcio podría ser más eficaz que el resto de las opciones” contradice todas las evidencias científicas disponibles. Aunque existe alguna publicación bastante antigua en el sentido de que podría reducir el riesgo de fractura en grupos de pacientes institucionalizados, ninguna de las guías de recomendación de tratamiento de la osteoporosis lo recomienda como opción única4,12-21.

Finalmente, el artículo de J. Erviti pone en duda las evidencias existentes a favor de todos los fármacos usados para la prevención y tratamiento de la osteoporosis, dando por válidos otros estudios más antiguos y menos demostrativos, a favor de opciones como el calcio para la prevención de fracturas (sic.). Todo ello sugiere que la óptica economicista está sesgando los comentarios del autor. Organismos de reconocido prestigio como la International Osteoporosis Foundation, el American College of Rheumatology, el Royal College of Physicians del Reino Unido, la Osteoporosis Society of Canada, el Osteoporosis Australia Group o la Sociedad Española de Reumatología, todos ellos en sus recomendaciones para la prevención y tratamiento de la osteoporosis, incluyen los “ineficaces” fármacos antirreabsortivos y ninguno considera el calcio como opción única, aunque sí asociado a los anteriores4,12-21. Pues bien, al parecer, todos están equivocados. O tal vez presionados por la industria. Solo hay que leer el artículo “Utilización de fármacos para la osteoporosis” para tenerlo todo claro.

BIBLIOGRAFÍA

1. Hausselmann HJ, Rizzoli R. A comprehensive review of treatments for postmenopausal osteoporosis. Osteoporosis Int 2003; 14: 2-12.

2. Pharmacological interventions for post menopausal osteoporosis: an evidence based approach. Rheumatology 2000; 39: 1309-1315.

3. Eastel R. Treatment of postmenopausal osteoporosis. N Eng J Med 1998; 338: 736-746.

4. Documento de la Sociedad Española de Reumatologia sobre la osteoporosis postmenopausica. Abril 2002. http://www.ser.es/publicaciones/profesional/osteoporosis-08042002.html

5. Tonino RP, Meunier PJ, Emkey R, Rodriguez-Portales JA, Menkes CJ, Wasnich RD et al. Skeletal benefits of alendronate: 7-year treatment of postmenopausal osteoporotic women. Phase III Osteoporosis Treatment Study Group. J Clin Endocrinol Metab 2000; 85: 3109-3115.

6. Balck DM, Cummings SR, Karpf DB, Cauley JA, Thompson DE, Nevitt MC et al. Randomised trial of effect of alendronate on risk of fracture in women with existing vertebral fractures. Lancet 1996; 348: 1535-1542.

7. Liberman UA, Weiss SR, Broll J, Minne HW, Quan H, Bell NH et al. Effect of oral alendronate on bone mineral density and the incidence of fractures in postmenopausal osteoporosis. N Eng J Med 1995; 333: 1437-1444.

8. Hosking D, Chilvers CE, Christiansen C, Raun P, Wasaich R, Ross P et al. Prevention of bone loss with alendronate in postmenopausal women under 60 years of age. N Eng J Med 1998; 338: 485-492.

9. Cummings SR, Black DM, Thompsom DE, Applegate WB, Barret-Connor E, Musliner TA et al. Effect of alendronate on risk of fracture in women with low bone density but without vertebral fractures. Results from the fracture intervention Trial. JAMA 1998; 280:2077-2082.

10. Harris ST, Watts NB, Genant HK, McKeever CD, Hangartner T, Keller M et al. Effects of risedronate treatment on vertebral and nonvertebral fractures in women with postmenopausal osteoporosis: a randomized controlled trial. Vertebral Efficacy with Risedronate Therapy ( VERT ) Study Group. JAMA 1999; 282:1344-1352.

11. McClung MR, Geusens P, Miller PD, Zippel H, Bensen WG, Roux C et al. Effect of risedronate on the risk of hip fracture in elderly women. Hip Intervention Program Study Group. N Eng J Med 2001; 344: 333-340.

12. American College of Rheumatology task force on osteoporosis guidelines. Recommendations for the prevention and treatment of glucocorticoid-induced osteoporosis. Arthritis Rheum 1996; 39: 1791-1801.

13. American College of Rheumatology ad hoc committee on glucocorticoid-induced osteoporosis. Recommendations for the Prevention and Treatment of Glucocorticoid-Induced Osteoporosis. Arthritis Rheum 2001; 44: 1496-1503.

14. Risedronate for the prevention and treatment of postmenopausal osteoporosis. (Cochrane Review). From The Cochrane Library, Issue 1, 2004. Chichester, UK.

15. National Osteporosis Foundation. 2000. Physician’s Guide to Prevention and Treatment of Osteoporosis. Washington DC: National Osteoporosis Foundation.

16. Kanis JA, Black D, Cooper C, Dargent P, Dawson-Hughes B, De laet C et al. International Osteoporosis Foundation; National Osteoporosis Foundation. A new approach to the developement of assessment guidelines for osteoporosis. Osteoporosis Int 2002; 13: 527-536.

17. Jacques P, Brown R, Josse G. For the Scientific Advisory Council of the osteoporosis Society of Canada. 2002 clinical practice guidelines for the management ok osteoporosis in Canada. CMAJ 2002; 167: S1-S34.

18. Jacques P. Brown R. Osteoporosis guidelines. CMAJ 2003 June 24; 168: 1645–1646.

19. Pierre Delmas. Treatment of postmenopausal osteoporosis. Lancet 2002; 359: 2018-2025.

20. Khan A. Advances in osteoporosis therapy. 2003 update of practical guidelines. Can Fam Physician 2003; 49: 441-447.

21. NeillS O, Sambrook P, Diamond T, Ebeling P, Ferris L, Findlay D et al. Guidelines for the treatment for postmenopausal osteoporosis for general practitioners. Osteoporosis Australia. Aust Fam Physicians 2002; 131:921-928.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons