Editorial

Una vez más el Consejo General presenta a los colegiados y a todos los colectivos relacionados con la atención dental los resultados del más reciente estudio epidemiológico de ámbito estatal realizado en España. Este trabajo, que ha sido promovido y patrocinado por el propio Consejo General se ha realizado con la colaboración de los doctores Bravo, Cortes y Llodra con más que acreditada competencia en este tipo de responsabilidades.

Nuestro Consejo ha venido desde hace más de 10 años realizando estudios sobre la evolución epidemiológica de las enfermedades bucales en España y las implicaciones en la formación y el ejercicio profesional de los dentistas. Con ello ha asumido una responsabilidad y unos costes que en otros países de nuestro entorno recaen en las administraciones sanitarias. Queremos, más que nunca en este momento, con este esfuerzo, demostrar el importante papel de las organizaciones colegiales de los dentistas españoles desarrollamos como entidades comprometidas con la salud bucal de los ciudadanos, ahora que se ataca nuestra integridad. Este trabajo que os presentamos constituye una prueba más de la necesidad social de una profesión dental fuerte y unida capaz de ostentar el liderazgo científico y social en todo momento.

Los resultados obtenidos muestran de forma clara la tendencia que se empezaba a manifestar en años pasados hacia una reducción muy importante de la caries dental y moderada de las enfermedades periodontales, que constituyen las principales necesidades de salud bucal de nuestra población. Los dentistas actuales atendemos a adultos con mucha patología acumulada y gran necesidad rehabilitadora de pérdidas dentarias pasadas y a niños con necesidades fundamentalmente preventivas, pero cuando estos niños se hagan adultos, nos encontraremos con una caída masiva de la necesidad asistencial.

Mientras tanto no se está haciendo nada por ajustar las políticas de formación de dentistas a este escenario previsible, formando masas de nuevos profesionales con una absoluta inhibición de la Administración, que entiende que el número lo regula el mercado. Que nadie se engañe, los dentistas no defendemos privilegios cuando planteamos esta necesidad, sino el buen uso de los recursos de todos los españoles y el derecho de unos jóvenes a que no les defrauden quienes los conducen por un camino profesional incierto ocultando una realidad que es clara y contrastada.

Hoy más que nunca los dentistas españoles cuando alzamos nuestra voz estamos cumpliendo nuestra misión con la sociedad y por ello, sin complejos, tenemos que decir a los ciudadanos que no conduzcan a sus hijos hacia una profesión basándose en la imagen de bienestar profesional del pasado sino en las expectativas de subempleo actual y de paro futuro.

Blas Noguerol Rodríguez