EDITORIAL

Lola Andreu

Directora

Después de unas merecidas vacaciones, para unos, y, para otros, una época de más trabajo (suplentes, pacientes de paso), muchos estamos preparando las maletas para asistir a nuestro Congreso. Este año es un poco antes de lo habitual, con lo que aun parece más una prolongación de los viajes veraniegos. Córdoba nos recibirá con todos sus atractivos; uno más será la ubicación del palacio de congresos que, enfrente de la Mezquita, nos tentará a abandonarlo para pasear por la bellísima judería y disfrutar de sus maravillas. Como siempre, hacemos un llamamiento al sentido del “deber”, que debe ratificarse cada año asistiendo a las sesiones y participando de todos los actos del programa científico, que se plantea interesante y muy actual. Al aliciente de la ciudad se une el ser recibidos por Rodolfo Crepo y su equipo que nos consta han trabajado a fondo y con ilusión; su gran experiencia y capacidad es sin duda la mejor de las garantías.

El primer año de ejercicio de una nueva junta siempre está marcado por novedades: proyectos y caras nuevas que enriquecen a la Sociedad y, como el tiempo pasa muy deprisa, recordatorios para animar a los asociados a tomar el relevo en un futuro próximo. Es también un buen momento para comprobar que la SEDEN camina segura, al haber alcanzado una madurez que, aunque haya novedades, la trayectoria que se logró gracias al esfuerzo de muchos, continua bien definida.

Otros aspectos profesionales también parece intemporales y una vez más es necesario manifestar preocupación por la falta de desarrollo del Real Decreto de Especialidades. Pese a que Real Decreto se aprobó hace más de un año y el mismo establece el plazo de seis meses para configurar las Comisiones Nacionales, estas aun no se han definido, quedando muchos cabos sueltos para que la enfermería, en la práctica, pueda optar a la titulación de especialista.

Mientras, las actividades de la Sociedad continúan siendo la mejor de las posibilidades para mantenerse al día, y la aportación de los asociados al Congreso demuestra que la enfermería nefrológica cuida de las personas afectas de insuficiencia renal, de sus familias, trabaja por la prevención y manifiesta inquietud por el desarrollo profesional. En esta edición se han presentado cien trabajos que versan sobre estos temas; como siempre son numerosos los dedicados a la hemodiálisis, le siguen los de diálisis peritoneal, cada vez despierta más interés las consultas de enfermería y el trasplante no tiene la relevancia que los excelentes resultados de nuestro país merece. La selección que de estos trabajos se ha hecho para ser publicados en la revista, reflejará estos centros de interés; la oportunidad de enriquecer el currículum profesional por este medio, es una más de las ventajas que nuestra Sociedad ofrece por lo que se ha de potenciar.