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Educación Médica

versión impresa ISSN 1575-1813

Educ. méd. vol.6 no.3  jul./sep. 2003

 

PONENCIA II. Evaluación y Acreditación de Instituciones docentes


Moderadora: Margarita Barón Maldonado

Jueves 23 de octubre - 16.00 horas
Aula Pittaluga

La experiencia de la evaluación de las Facultades
de Medicina en Cataluña

Gemma Rauret

Directora de la Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya


En los últimos años se ha producido un avance importante en el desarrollo de sistemas de aseguramiento de la calidad en la educación superior. Así, en el ámbito institucional, la evaluación de las titulaciones contempla por primera vez un modelo integral de análisis de recursos, procesos y resultados que enriquece significativamente el sistema existente basado en la homologación previa de titulaciones. Además, el nuevo marco legal, no sólo reconoce la utilidad de estos procesos de evaluación de titulaciones, sino que incorpora la implantación de procedimientos de acreditación.

En cualquier caso el desarrollo de los sistemas de aseguramiento de la calidad en el ámbito institucional, no debería hacernos olvidar que la calidad también se viene analizando mediante el uso de evaluaciones individuales, considérense por ejemplo la selección de aspirantes a ingresar a la universidad, u obtener una especialización de postgrado (MIR).

El esquema de evaluación institucional e individual que funciona actualmente presenta, en el caso de la formación de médicos, una especificidad clara en el ámbito individual, así la acreditación de los graduados que realizan las facultades no permite el acceso directo a la profesión en el sector público. La obligatoriedad de seguir una formación especializada de postgrado (MIR) antes de obtener la acreditación para la función asistencial plena, hace que no resulte atrevido afirmar que las facultades de Medicina son los únicos centros universitarios que no facultan de forma completa.

 

La evaluación de titulaciones de medicina en Cataluña se llevó a cabo durante el programa 2000, por lo tanto en un contexto donde la acreditación de titilaciones no estaba todavía presente, ni tan sólo en el ámbito legal. Aunque la acreditación en si, no es más que un trámite administrativo que se apoya en el uso de unos criterios de calidad, unos estándares y un proceso de análisis (en resumen en una evaluación), no debemos olvidar que su utilización tiene unas consecuencias importantes y por ello demanda una atención especial de estrategia para su correcta implantación.

La experiencia de AQU Catalunya hasta ahora, no solo en lo referido a educación médica, sino en el conjunto de las titilaciones universitarias ha sido decantarse siempre por la aplicación de un sistema de evaluación sin el trámite asociado de la acreditación. Esta elección ha venido condicionada, en primer lugar, por las características de las instituciones evaluadas, todas ellas pertenecientes a universidades públicas o privadas creadas por ley, y en segundo lugar por estar situados en una etapa incipiente en la aplicación de los métodos de aseguramiento de la calidad en la Universidad. Se consideró también necesario construir un sistema y una metodología que respondiera a una serie de necesidades propias y que cumpliera con las recomendaciones de la Consejo de Ministros de la Unión Europea (Council Recommendation 98 /561 /EC of 24 September 1998 on European cooperation in quality assurance in higher education.) para el establecimiento de modelos de aseguramiento de la calidad en la educación superior. A nivel europeo, si bien existía un reconocimiento oficial de títulos por parte de los gobiernos, la acreditación como anteriormente la hemos definido no aparecía, ni como una práctica obligada ni generalizada.

Valores del modelo de evaluación catalán:

Flexible: adecuado a una situación donde la implantación de los sistemas de calidad todavía es reciente.

Orientada a la mejora: que analice la transformación y expansión experimentada por la universidad en estos últimos años y proponga medidas que favorezcan la calidad de la educación en este nuevo contexto. Además de ser sensible a las demandas sociales y profesionales en materia educativa.

"Europeo": basado en una metodología común con el resto de países de la Unión, que tenga en cuenta la autoevaluación y la evaluación externa, así como su internacionalización con objeto de incrementar la comparabilidad de resultados.

Transparente: que facilite información sobre la calidad de las titulaciones mediante la publicación de un informe de evaluación.

Participativo: abierto a la colaboración de todos los grupos interesados. Tanto en el ámbito de diseño de metodología como de evaluación y difusión de resultados.

Independiente: que cuente con la participación activa de expertos no vinculados a la universidad evaluada.

Riguroso: mediante el uso de información cuantitativa y cualitativa.

En esta primera etapa entendimos, pues, que la presencia de la acreditación podría haber limitado alguno de los elementos anteriores.

Para la evaluación de Medicina, y teniendo en cuenta el modelo anteriormente expresado, AQU Catalunya consideró oportuno la creación de un grupo de trabajo con representantes de las facultades que iban a participar en el proceso de evaluación para adaptar la metodología general al caso de Medicina. Este elemento, sin lugar a dudas, resultó muy importante para el éxito del proceso. Los expertos nombrados por las facultades evaluadas, además de conocedores de la realidad, eran profesores con responsabilidades en la gestión de las facultades. La única condición metodológica impuesta por AQU debía ser la aplicación de un método comprehensivo, junto con el uso de la evaluación interna y externa. La comisión se decantó por la utilización del modelo genérico1 aunque se modificaban algunos aspectos que afectaban específicamente las Facultades de Medicina. El resultado2 permitió disponer de una metodología adaptada y aceptada tanto por las instituciones evaluadas como por el órgano responsable de la evaluación, en este caso AQU Catalunya.

Partiendo del modelo genérico, a continuación se describen los principales aspectos introducidos:

a) En el contexto institucional de la Facultad se hizo especial hincapié en la vinculación con el Sistema de Salud. También se consideró la organización interna en unidades docentes y centros de prácticas.

b) En el apartado de metas, objetivos y planificación de la titulación, se consideró la posición de cada facultad con relación a su misión y objetivos. De esta forma se introducía el debate sobre la función educativa de la facultad y su posición respecto de las demandas sociales y del MIR.

c) El perfil y el programa de formación que representa el núcleo de la evaluación, tuvo en cuenta que la titulación analizara la inclusión en los programas no sólo el conocimiento de medicina básica y comunitaria y de las habilidades clínicas, sino también de determinadas competencias genéricas, como las habilidades de comunicación o la formación en valores y actitudes.

d) En el desarrollo de la enseñanza se contempló de forma diferenciada el análisis de la metodología docente en su dimensión práctica.

e) Respecto del profesorado, se trató de manera particular la tipología de los cuerpos docentes, al tener los estudios de medicina un profesorado especializado en materias de orientación básica y materias de orientación clínica, además de disponer de políticas de contratación diferenciadas.


 

La evaluación se llevó a cabo transversalmente en las cuatro universidades públicas que cuentan con facultad de medicina en Cataluña (UB, UAB, UdL y URV) y contó con la participación en la fase de autoevaluación de responsables de las facultades, profesores, estudiantes, y personal de administración y servicios. Y en la evaluación externa participaron catedráticos de universidades españolas y del Reino Unido, además de profesionales de la red hospitalaria catalana y el asesoramiento de un experto en evaluación institucional de los Países Bajos.

La calidad de los informes de evaluación está directamente relacionada con la existencia de un consenso sobre el plan de estudios y la adecuada participación en un proceso de evaluación. Así, en una de las Facultades evaluadas, los expertos internacionales que participaron en el proceso de Cataluña y teniendo en cuenta la falta de consenso interno, decidieron no emitir informe de evaluación externa y recomendaron reiniciar la evaluación de nuevo.

El informe de evaluación publicado por AQU Catalunya presentó datos cuantitativos y cualitativos. Los principales resultados obtenidos en cada una de las áreas evaluadas son:

Resultados de la evaluación en Cataluña:

Respecto del contexto institucional se concluyó que la existencia de una potente red dedicada a la formación médica de pregrado constituía una activo fundamental para el desarrollo de la formación médica. Además, la creación de las nuevas universidades de Lleida y de Tarragona (anteriormente pertenecientes a la Universidad de Barcelona), junto con la incorporación de la red de asistencia primaria y la colaboración estrecha con los principales hospitales catalanes había producido un enriquecimiento importante del sistema educativo.

Del acceso de nuevos estudiantes se observó una importante feminización del estudio (70%) situación que plantea nuevos retos tanto en la educación como en la práctica profesional. Por otro lado, la entrada de estudiantes, a pesar de la disminución de las cohortes de candidatos, mantuvo las notas de acceso en todos los centros evaluados. Además, la preferencia en el acceso a los estudios de Medicina de los nuevos matriculados era total, aunque en la elección de centro había diferencias entre universidades, aunque sólo una facultad contaba con el 100% de la matrícula en primera preferencia de estudio y de centro.

 

En el apartado de objetivos de las titulaciones, a pesar de seguir las directrices establecidas en el ámbito europeo y de la creciente explicitación de competencias profesionales se detectó la influencia del examen MIR en los planteamientos docentes y sobretodo en el método de aprendizaje de los estudiantes.

En todos los casos, las facultades han modernizado sus programas de formación con la introducción de nuevas estrategias docentes, aunque todavía existe la necesidad de avanzar en la integración de conocimientos. También se observa un exceso de carga de contenidos teóricos que conecta con la apreciación de que en el primer ciclo los programas de formación tienen un perfil más próximo a la biología humana que a la medicina.

 

Si bien en todas las facultades los resultados de las pruebas de acceso al MIR resultaban buenos, hay que decir que buena parte de los estudiantes preparan los exámenes MIR en academias particulares, lo cual no debe ser visto como un elemento negativo para las facultades, más bien un elemento de reflexión sobre el sistema general.

La evaluación también indicó que la metodología docente se basa excesivamente en la clase magistral y el método memorístico de acumulación de conocimientos teóricos.

Todavía son pocas las experiencias docentes que facilitan un contacto amplio del estudiante con experiencias que promuevan la adquisición de habilidades clínicas, actitudes o autoaprendizaje. La introducción de la enseñanza por casos es lenta, en parte por el rechazo de los propios estudiantes dado su alejamiento respecto del "modelo MIR" .

Además, la evaluación marcada excesivamente por las pruebas objetivas tipo test no facilitan el desarrollo de la evaluación de competencias. De todas formas se valoró muy positivamente el establecimiento de una prueba OSCE Objective Structured Clinical Exam para los estudiantes de final de carrera.

En el siguiente cuadro se especifican resumidamente las tendencias docentes que favorece el sistema actual de pruebas de acceso al MIR y las que penaliza.

 

En todas las facultades se observa un rendimiento académico elevado con estudiantes motivados.

 

Asimismo se están poniendo en marcha experiencias interesantes de tutorización y atención a los estudiantes, aunque todavía existe poca cultura de la tutoría.

Por otro lado se detecta una necesidad de sistematizar los canales de comunicación y de retroalimentación que permita la mejora en la toma de decisiones académicas y la adecuación constante de la enseñanza.

En la distribución de estudiantes por grupo, a pesar de ser un aspecto examinado en la evaluación, no se ha visto como un problema excesivo, excepto en casos puntuales en la parte de práctica clínica.

 

Del profesorado destaca la necesidad de un mayor reconocimiento e integración de los docentes vinculados que provienen de los centros asistenciales en el contexto de la titulación. También se recomienda avanzar en los mecanismos de evaluación del profesorado y su vinculación con las políticas de promoción y formación del mismo.

Finalmente en todos los casos se valoró positivamente la producción científica y su implicación en el desarrollo docente, aunque la formación en técnicas investigadoras del alumnado de pregrado se consideró que debería mejorar.

Impactos de las evaluaciones

Aunque la evaluación de las Facultades de Medicina es bastante reciente, los responsables académicos ya han diseñado los planes de mejora. En el siguiente cuadro se describen las acciones políticas emprendidas por cada una de las facultades.

 

Los ejes prioritarios de mejora de estos planes son:

• La definición de misiones y objetivos generales de las Facultades.

• La creación de unidades de educación médica y de garantía de calidad.

• El incremento de la asistencia primaria en la formación práctica.

• Avanzar el contacto de los estudiantes con la actividad asistencial.

• La promoción de las tutorías y del sistema de autoaprendizaje en detrimento de la clase magistral.

• La elaboración de catálogos de competencias profesionales que deben adquirir los estudiantes de pregrado, juntamente con los mecanismos para su evaluación.

• La identificación de estrategias para implicar al profesorado en la misión docente, así como la implantación de planes de desarrollo de plantilla.

• Desarrollar la formación cultural y humana del alumnado, así como su integración en la vida asistencial.

• Implantar sistemas de seguimiento de graduados.

Comentario final:

Como reflexión final, y con relación a la implantación de un sistema de acreditación requerido por el nuevo marco legal, cabría preguntarse en que medida la acreditación de una titulación en un entorno donde existen mecanismos de acreditación personal muy selectivos (en el acceso a las facultades y en el acceso a la profesión en el sector público) va a dar respuesta a la principales necesidades detectadas en el campo de la educación médica.

No hay duda que en la actualidad el sistema de acreditación de profesionales (MIR) tiene un efecto muy importante sobre el modelo enseñanza-aprendizaje en la enseñanza de pregrado. En este contexto, una política de calidad óptima debería contemplar no sólo ambas dimensiones (institucional e individual), sino también su desarrollo metodológico conjunto y coordinado. En resumen, coordinar la evaluación (o acreditación) de la educación de pregrado con la de los programas MIR, juntamente con la evaluación de los sistemas de acceso a las Facultades. En la actualidad, parece poco razonable establecer un sistema de acreditación de las Facultades de Medicina españolas que se realice de manera independiente a la realidad del MIR y sus implicaciones.

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