La informalidad en salud agrupa varios términos que conviene diferenciar. Así, el sector informal se define como aquel conjunto de empresas, trabajadores y actividades económicas emergidas en centros urbanos, como resultado de la incapacidad de la industria moderna para absorber nuevos efectivos, y que se sitúan fuera del marco legal. Este sector, al evitar el pago de impuestos y de otros aranceles, no se beneficia de los servicios y protección que la ley y el Estado proporcionan; no está protegido o cubierto en muchos países por las leyes de salud y seguridad ocupacional, o por una legislación específica sobre seguridad social1.
La economía informal fue definida por vez primera en 1972, y posteriormente en 2002, por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como "todas aquellas actividades productivas y económicas realizadas por trabajadores que eluden la regulación legislativa y que, por tanto, no están cubiertas o suficientemente cubiertas por acuerdos formales, de control fiscal y contable del Estado ni participan en los circuitos estadísticos ni fiscales”. Las actividades de este tipo de economía no están reguladas como el trabajo formal, proporcionando un medio de vida a la gente pobre, especialmente en áreas urbanas, donde hay más posibilidades laborales; además, la mayor parte se basa en micro empresas que se encuentran subordinadas a grandes multinacionales (en países desarrollados), con una regulación legal para disminuir los costes de producción. Y, por último, los trabajadores adheridos a este tipo de economía no están cubiertos por ninguna protección social o de salud2,3.
El empleo informal, es la actividad laboral de quienes trabajan y perciben ingresos al margen del control tributario del Estado y de las disposiciones legales en materia laboral. Se refiere por tanto a la actividad laboral de los trabajadores independientes, los vendedores ambulantes, las trabajadoras de servicio doméstico, o limpiacristales, entre otros. En repetidas ocasiones se insta a las naciones y empresas a extender la cobertura hacia aquellos trabajadores que no están cubiertos por un contrato de empleo formal. Así, hay varios tipos de trabajadores informales1,4:
Personas empleadas en el sector informal (incluyen aquellas personas que son empleadas formalmente en el sector informal):
- Personas trabajadoras por cuenta propia (autoempleadas) en sus propias empresas informales;
- Empleadores en empresas informales;
- Empleados en empresas informales;
- Familiares de trabajadores que colaboran en las empresas informales;
- Miembros de cooperativas de productores informales.
Personas con empleo informal fuera del sector informal, específicamente:
- Empleados en empresas formales no cubiertas por protección social, legislación laboral nacional, o titulación a ciertos beneficios empleo como pagos anuales o partes de enfermedad;
- Trabajadores domésticos pagados no cubiertos por protección social, legislación laboral nacional, o titulación a ciertos beneficios laborales;
- Familiares de trabajadores que colaboran en empresas formales.
El Empleo informal debe ser distinguido de la producción ilegal (de productos ilegales) y del “subterráneo” (producción ilegal de productos legales). Este tipo de trabajo afecta también a las familias, denominándose entonces empleo vulnerable; es por ello que los hijos que acompañan a sus padres que trabajan como vendedores ambulantes, estarían sometidos a las mismas carencias y patologías que sus progenitores. Este empleo vulnerable es considerado desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como un indicador de informalidad en trabajadores familiares; así se estima que, dentro de este colectivo, 5 de cada 10 personas se incluirían como trabajadores vulnerables, lo que se puede traducir como que menos de la mitad de los trabajadores tienen las coberturas sanitarias que se proporcionan a los asalariados formales1,5,6.
Cada año, unos 160 millones de nuevos casos de enfermedades profesionales y más de 2 millones de muertes son causados por el trabajo. Según datos de la OIT, cada día 6.300 personas mueren debido a lesiones por accidentes de trabajo, o como resultado de enfermedades profesionales en el mundo. Esto constituye un total de 2,34 millones de accidentes al año y 60 millones de AVAD (años de vida ajustados por discapacidad)3,6. Aunque es posible que las cifras reales sean más altas, porque los sistemas de registro son inadecuados en muchos países, sólo el 15% de los trabajadores del mundo estaría cubierto por servicios de salud laborales7,8.
Las pérdidas económicas ocasionadas por la falta de seguridad y salud ocupacional se estiman en torno al 4% del PIB7. Los trabajadores del sector informal están más sujetos a accidentes laborales al aceptar condiciones de trabajo inseguras6,8,9. Además, al menos el 40% de la economía informal lo conforman las mujeres dentro del empleo informal, considerando que son usualmente quienes trabajan en sus hogares, en los hogares de otros como trabajadores domésticos, o como vendedores ambulantes, mientras que los hombres se concentran más en el sector informal6.
En cuanto a la localización de la economía informal a nivel mundial, la mayor parte (en lo referente a las actividades de personas trabajadoras o de unidades económicas), se sitúa en el sur de Asia, seguida de África subsahariana y América Latina. Así, la magnitud estimada del trabajo informal puede llegar a ser casi la totalidad de la economía del país, como en Tailandia con un 81.5% dependiendo de la escala utilizada. Esto significa que son pequeñas empresas de economía basada en la familia, con una población vulnerable8-11.
La patología motivada por riesgos laborales es una de las 10 causas principales que determinan la carga de enfermedad y discapacidad en todo el mundo8. La mayor parte de estas patologías laborales recae durante la parte más productiva de la vida de las personas, en el intervalo de edad entre 30 y 39 años de edad, lo que conduce a un enorme impacto en la productividad8,10,12. Uno de los hechos más importantes que afecta la salud de los trabajadores informales, en interacción con otros, como consecuencia de los bajos salarios y la falta de protección social, es la pobreza y las desigualdades sociales7. Estas personas son más propensas a trabajar en condiciones peligrosas y sufren enfermedades relacionadas con el trabajo, lesiones y discapacidades que reducen su capacidad de trabajo y potencial de ingresos. Esto puede incrementar la transmisibilidad de enfermedades infecciosas y la aparición de patologías mentales3,8,11,12.
Una de las mayores causas que puede condicionar el incremento de economía informal, son las migraciones; en las últimas décadas movilizaciones importantes por la industrialización de países en desarrollo de zonas rurales a urbanas; los desplazamientos masivos provenientes de países con conflictos de guerra, o de los que han sufrido desastres naturales a los países industriales desarrollados, están generando una revolución social y cambiando los esquemas de la economía mundial8,10.
Aunque en los últimos años ha habido un aumento en publicaciones sobre salud en el trabajo en el sector informal de la población urbana, hay, sin embargo, una falta de políticas colectivas laborales que miren hacia una adecuada capacitación de los trabajadores. Una de las propuestas barajadas para la mejora de las políticas laborales consiste en argumentar que al ser de tanta magnitud el sector informal, podrían incluirse los servicios de salud ocupacional en el sistema de Atención Primaria de un país, de manera que todos los ciudadanos y residentes estuvieran cubiertos al menos con servicios mínimos de asistencia a la salud8,10. Se necesitan abordajes creativos e innovadores para asegurar que estos trabajadores tengan voz, puedan ser representados por sindicatos, y puedan ser cubiertos por los servicios de Salud de cada país3,7,8,10.
Otro problema añadido es que muchos trabajadores no desempeñan solo un empleo, sino que tienen que desarrollar múltiples ocupaciones para poder subsistir. De esta forma, podrían estar en un empleo formal durante una parte del día, y posteriormente ir a hacer otras labores sin estar protegidos8,11,12.
En definitiva, las cifras de la economía informal a nivel mundial, a pesar de que los datos puedan ser inferiores a los reales, son suficientemente considerables para tomar medidas al respecto. Es un fenómeno del que apenas hay datos, pero que se está incrementando por las desigualdades socioeconómicas, muchas veces permitidas, entre países desarrollados (incluso por algunos colectivos dentro de ellos), y los que están en vías de desarrollo13. Es, por tanto, necesario contar con programas de prevención y planificación, que incluyan a trabajadores sanitarios capacitados a nivel socio-laboral, y un adecuado acceso a la salud desde los niveles primarios como camino para conseguir una cobertura universal de salud12. De lo contrario, sin ningún tipo de política social o de salud esto llevará inexorablemente a la pobreza agravada, el desempleo y la informalidad, creando un círculo vicioso que conduce a una mayor fragilidad socioeconómica a nivel de cada país8,12,13.