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Acción Psicológica

On-line version ISSN 2255-1271Print version ISSN 1578-908X

Acción psicol. vol.12 n.2 Madrid Dec. 2015

https://dx.doi.org/10.5944/ap.12.2.10774 

 

 

Relación entre propensión, sensibilidad al asco y selección de rama profesional

Association between propensity and sensibility to disgust with care choice

 

 

David Pineda1, Victoria Villaescusa-Alejo2 y Bonifacio Sandín1

1 Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), España.
2 CIP de FP Cheste, Valencia, España.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Los modelos tradicionales han sugerido que el asco es una emoción básica con componentes cognitivos, fisiológicos y conductuales distintivos, que actúa para prevenir la contaminación y la enfermedad. Del mismo modo que ocurre con el miedo, el asco podría desempeñar una función claramente adaptativa. En el presente trabajo queremos examinar si la sensibilidad al asco puede tener relación con la orientación laboral en jóvenes. La muestra estuvo compuesta por estudiantes de un centro de formación profesional, con una media de 21.25 años (DT = 5.40). De forma colectiva se aplicó el siguiente instrumento de autoinforme: Disgust Propensity and Sesitivity Scale-Revised-12 (DPSS-R-12). La DPSS-R-12 permite obtener puntuaciones para dos dimensiones del asco, propensión y sensibilidad. Basándonos en ANOVAs, constatamos asociaciones significativas entre el sexo y la sensibilidad y la propensión al asco. Se constatan además asociaciones significativas entre la sensibilidad y la propensión al asco y la selección de rama profesional. Se discuten los resultados y el papel de la emoción del asco como posible factor condicionante en la elección de la rama profesional.

Palabras clave: asco; sensibilidad; propensión; orientación laboral; adolescentes; DPSS-R-12.


ABSTRACT

Traditional models suggest that disgust is a basic emotion with distinctive cognitive, physiological and behavioural components, which acts to prevent the possibility of contamination and disease. As occurs with fear, disgust can play a clearly adaptive function. In this paper we examine if sensitivity to disgust can be related with employment orientation in young people. The sample was composed by students from a vocational school, with an average age of 21.25 years (SD = 5.40). A self-report inventory named "Disgust Propensity and Sensitivity Scale-Revised (DPSS-R-12)" was collectively applied. The DPSS-R-12 allows to get scores for two dimensions of disgust: propensity and sensitivity. On the basis of the ANOVAs obtained, we found significant associations between sex and disgust sensitivity and disgust propensity. Significant associations between the propensity to disgust and sex, as well as employment orientation were tested. The results are discussed as well as the role of disgust as a possible determinant factor in the choice of the professional branch.

Key words: disgust; sensitivity; propensity; career guidance; adolescents; DPSS-R-12.


 

Introducción

La emoción del asco

El asco se considera una emoción básica desde que a finales del siglo XIX Darwin así lo señalara en su obra La expresión de las emociones en los animales y en el hombre. Se considera que es una emoción básica porque "tiene un sustrato neural innato, una expresión universal también innata, un estado único motivacional-afectivo y una patrón de respuesta asociado que es relativamente estable a lo largo de distintas situaciones, culturas e incluso especies. Darwin nos proporciona una primera definición de esta emoción, considerándola como una sensación de repulsión hacia un estímulo percibido o imaginado con viveza principalmente al sentido del gusto, pero también presente sentidos como el olfato, el tacto o la vista, como una sensación "parecida" a la despertada en el sentido del gusto (Darwin, 1872/1984).

Otro autor clásico que trató de definir esta emoción fue Angyal (1941). Para este autor, el asco vendría ser la evitación de la incorporación oral de un sustancia que se identifica como un desecho corporal humano o animal. En esta línea, que pone el énfasis en la incorporación oral de sustancias se encuentran también Rozin y Fallon (1987), que la definen como una revulsión frente a la posibilidad de ingerir una sustancia ofensiva, entendiendo por sustancia ofensiva aquellas que pueden tener propiedades contaminantes.

El asco está, pues, fuertemente relacionado con el gusto. Quizá esto sea debido, como indican Miller (1998), a que Darwin, quien pone las bases para el posterior estudio de las emociones en términos biológicos, utiliza el inglés para su estudio. En este idioma la palabra castellana asco es disgust que significa desagradable al gusto. Aunque la mayoría de los autores han relacionado el asco con la comida y el sabor, Freud lo relacionó esencialmente con el sexo. Según Freud, la reacción de asco serviría para restringir las fantasías sexuales limitándolas a prácticas sexuales socialmente aceptables (Sandín, Chorot, Santed, Valiente y Olmedo, 2008). Curiosamente, la palabra alemana para designar asco es ekel, que no está relacionada con el gusto (Miller, 1998). Para Sandín (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008) el término inglés disgust expresa su asociación con el rechazo de la ingesta oral de alimentos, protegiendo de la incorporación oral de posibles sustancias peligrosas al organismo y la evitación de la enfermedad. Esta asociación no se basa tanto en el sabor del alimento como en el conocimiento sobre su naturaleza y origen.

Respecto a los aspectos más físicos de la emoción, diferentes autores han señalado cuáles son los estímulos desencadenantes del asco: los desechos y secreciones del cuerpo (e.g., las heces); ciertos alimentos, (e.g., la comida putrefacta); algunos animales (e.g., las cucarachas o las ratas); determinadas conductas sexuales (e.g., zoofilia); el contacto con cuerpos muertos; trozos corporales (e.g., miembros seccionados); la falta de higiene; y contacto con objetos que producen repugnancia (Martín Díaz, 2010). Para algunos autores, esto sería precisamente una prueba de la función social del asco, puesto que "todo aquello que atente contra el orden establecido (como la sangre, la violencia, la pederastia, el incesto, las relaciones interraciales, el mal gusto, etc.), nos resulta desagradable, inmundo y nauseabundo" (Gil Juárez, 2008, p. 73).

Según Rozin y Fallon (1987) el rechazo en el asco muestra el seguimiento de dos principios que se observan en diferentes culturas tradicionales y que tienen que ver con creencias y prácticas mágicas. El primero, recibe el nombre de contagio y hace referencia a la "tendencia a creer que un breve contacto causa una permanente transferencia de propiedades de un objeto a otro, aún cuando no hay sustancia material transferida" (Martín Díaz, 2010, p. 235). El segundo principio es el de similitud, que supone que la semejanza de un objeto con otro que produce asco genera aversión. Estas "creencias de contaminación pueden mantenerse de forma rígida en el individuo, incluso aunque éste disponga de evidencia objetiva de lo contrario" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.140).

Se sabe menos, en cambio, sobre el rol que juega en la conducta resiliente el apoyo social. Recientemente se han aportado trabajos empíricos que corroboran el vínculo positivo entre el apoyo social y la resiliencia en la adolescencia (Bozack, 2014; Everall, Altrows, y Paulson, 2006; Stumblingbear-Riddle y Romans, 2012; Sun, Guan, Qin, Zhang, y Fan, 2013). Por último, Wright et al. (2013) distinguen dos tipos de factores promotores de la resiliencia: el apoyo de la familia y el contacto prosocial con iguales y adultos mentores. Por consiguiente, el apoyo social parece desempeñar un rol de protección en la determinación de las respuestas individuales a los estresores psicosociales.

Actualmente se define el asco como una emoción básica con componentes fenomenológicos, cognitivos, fisiológicos y comportamentales distintivos, que actúa para prevenir la contaminación y la enfermedad (Davey y Bond, 2006; Rozin y Fallon, 1987; Rozin, Haidt y McCauley, 2000; Sandin, 1997). El componente fenomenológico comprende la experiencia personal, o percepción personal de la emoción de asco (e.g., experiencia de náusea o repugnancia); constituye el elemento central de la emoción de asco, ya que sin él cualquiera de los restantes componentes perdería significado desde el punto de vista psicopatológico. Generalmente suele evaluarse mediante procedimientos de autoinforme. La experiencia subjetiva de asco o repugnancia implica a los restantes componentes, i.e., síntomas somáticos (e.g., síntomas de náuseas o vómito), síntomas cognitivos (e.g., preocupación o evaluación negativa de los síntomas somáticos del asco), y síntomas comportamentales (e.g., expresión facial o evitación). La experiencia de asco, al igual que la experiencia de miedo, suele asociarse a cierto grado de malestar emocional (i.e., experiencia emocional negativa).

Los factores moduladores del asco los produce las diferencias individuales en la sensibilidad al asco, los estilos emocionales (personas represoras y personas sensibles) y el contexto socio-cultural (Martín Díaz, 2010). Junto a la sensibilidad al asco Cavanagh y Davey (2000) señalan también la propensión al asco como una característica individual diferenciadora. La propensión al asco sería la tendencia a experimentar asco, mientras que la sensibilidad es el desagrado o preocupación ante tal experiencia.

Propensión y sensibilidad al asco

En la investigación sobre el asco, la sensibilidad se ha definido habitualmente como las "diferencias individuales en la predisposición a experimentar la emoción del asco" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.138). Algunos autores (e.g., Cavanagh y Davey, 2000; Sandín, Chorot, Santed et al., 2008) consideran que esta definición debería hacer referencia a la propensión al asco y, por tanto, hacen una distinción entre propensión y sensibilidad. Por propensión entienden la predisposición de la persona a sentir asco, es decir, la facilidad a sentir esta emoción ante cualquier estímulo. La sensibilidad haría referencia a en qué medida la persona "experimenta como desagradable o molesta la experiencia de sentir el asco" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.143). Así pues, desde este paradigma, una persona podría ser propensa o muy propensa a experimentar la emoción del asco y, sin embargo, poco o nada sensible a los síntomas del asco (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008).

Según van Overveld, de Jong, Peters, Cavanagh y Davey (2006) la propensión y la sensibilidad podrían relacionarse diferencialmente con algunos problemas psicopatológicos. El autor sugiere que propensión y sensibilidad tendrían una relación positiva con los miedos SID (sangre-inyección-daño) y con los síntomas del TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), así como capacidad para predecir ambas sintomatologías. Sin embargo, algunos trastornos son mejor predichos por la propensión (e.g., miedo a las arañas), mientras que otros están más asociados a la sensibilidad (e.g., miedo a vomitar y síntomas de trastornos alimentarios) (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008; van Overveld et al., 2006).

En las investigaciones realizadas por el equipo de Sandín (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008) se ha observado que tanto la propensión como la sensibilidad al asco correlacionaban con los miedos (interpersonales, SID, a los animales, y agorafóbicos) y síntomas globales del TOC. Respecto a algunos síntomas del TOC, se han observado diferencias de correlación. Así, los pensamientos obsesivos de daño a sí mismo/otros, sólo correlacionan de forma significativa con la sensibilidad al asco. Mientras que las obsesiones de contaminación y las compulsiones de lavado se relacionan de manera más intensa con la propensión que con la sensibilidad. El autor concluye que "la propensión al asco y la sensibilidad al asco constituyen dos constructos separados que pueden relacionarse de forma diferente con las variables psicopatológicas" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.150).

Asco y orientación profesional

Se ha relacionado la emoción del asco con diferentes aspectos de la conducta y las relaciones humanas. En algunos casos esta relación entra dentro del plano de lo psicopatológico, como por ejemplo su relación con síntomas fóbicos (Sandín, Chorot, Valiente, Santed y Pineda, 2013), en la sintomatología del trastorno obsesivo compulsivo (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008; Sandín et al., 2014) o en síntomas hipocondriacos (Sandín, Valiente, Santed et al., 2013). Según Sandín (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008) la experiencia de las respuestas fóbicas implica cierta combinación de las emociones de asco y miedo. En el caso del TOC, el asco puede poseer "un valor funcional en la etiología y mantenimiento de las obsesiones y compulsiones relacionadas con la contaminación, a partir de su papel mediacional entre la percepción de contaminación y las respuestas de evitación" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.148).

También se considera que la emoción del asco influye en otros aspectos de carácter social y no psicopatológico. Por ejemplo, "el asco interpersonal se asocia a situaciones en las que se produce contacto con individuos desconocidos, enfermos, o contaminados por la enfermedad o el infortunio, o ante la posibilidad de intimidad con ciertas personas", y el asco sociomoral se considera "una reacción a las clases sociales inferiores o a violaciones de la moral" como por ejemplo, el racismo o la pedofilia, contribuyendo de esta manera "a la conservación de los valores sociales" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.149). En un estudio realizado por Inbar, Pizarro y Bloom (2012) se observó que la inducción de asco puede llevar a actitudes más negativas hacia todo un grupo social, en su investigación los homosexuales.

El asco puede estar también relacionado con aspectos educativos. Hargreaves (2012) sostiene que el asco puede mediar en las ideas que tenemos acerca del éxito y fracaso escolar perpetuando procesos de exclusión social. Aquellos que son socialmente exitosos serían los que "ponen los estándares del asco decidiendo qué debería ser rechazado" (Hargreaves, 2012, p.7). En el ámbito educativo, el asco también podría jugar un papel importante en la futura elección profesional, ya que parece que esta emoción está vinculada con los intereses vocacionales. En un estudio llevado a cabo por Corgiat, Cappellett, Phillips y Templer (1986) con 105 estudiantes estadounidenses se observó que los estudiantes de orientación técnica y empresarial mostraban más asco a los residuos corporales que los estudiantes de orientación humanista y de servicio.

En el citado estudio de Corgiat y colaboradores (1986) se clasificaron a los estudiantes en dos grupos (humanista o técnico) según los estudios que estaban cursando. El grupo humanista estaba formado por estudiantes de psicología, counseling y trabajo social; y el grupo técnico estaba formado por estudiantes de contabilidad, marketing, informática, gestión de la industria agrícola y administración de empresas. A los sujetos se les administró el Body Elimination Attitude Scale (BEAS; Templer, King, Brooner y Corgiat, 1984) y el Inventario de Interés Thurstone (Thurstone, 1947). Los resultados en el BEAS mostraban una mayor puntuación estadísticamente significativa en los estudiantes de orientación técnica que en los de orientación humanista. Por otro lado, la administración del Inventario de Interés Thurstone mostró que los estudiantes con intereses que implican ayudar a la gente tienden a tener menos asco sobre la eliminación de residuos corporales. Según los autores, es posible que "las personas que tienen el deseo de ayudar a otros tienen una mayor aceptación de la "humanidad" en todos sus aspectos, incluyendo los residuos corporales" (Corgiat et al., 1986, p.762).

Para Corgiat y colaboradores los resultados de su investigación sugieren que la actitud ante los residuos corporales se relaciona no sólo con el interés académico sino también con la elección profesional. Así pues, "la actitud respecto a la eliminación de residuos corporales no sólo tiene relación con componentes cognitivos y afectivos, sino también con aspectos conductuales" (Corgiat et al., 1986, p.763).

Continuando la línea de investigación iniciada por Corgiat, un nuevo estudio sobre las actitudes hacia los residuos del cuerpo conducido por Adams y Templer (1998) puso de relieve la posible relación entre estas tendencias y el puesto de trabajo desempeñado. Este nuevo trabajo comparó las respuestas al BEAS de una serie de muestras de sujetos provenientes de una pluralidad de sectores de producción (banca, hostelería, tratamiento de aguas y servicios sanitarios) y dio cuenta de resultados más altos (una actitud más negativa hacia los residuos corporales) en los trabajadores de la banca y los del sector hostelero que los otros dos ámbitos de trabajo. Compartiendo las conclusiones de los autores de la investigación "no puede ser determinado si menores cantidades de asco en la eliminación corporal se produce por trabajar en entornos donde los sujetos entran en contacto con productos de la eliminación corporal o si las personas con menores niveles de asco se muestran más dispuestas a elegir ocupaciones con esas características laborales. Como sea, aquí se sugiere que la escala BEAS puede tener aplicaciones tanto para el asesoramiento vocacional como para el ajuste al puesto de trabajo".

En el ámbito educativo, otra investigación que contribuyó igualmente al conocimiento de la relación entre el asco y la carrera educativa fue el estudio de Holstermann, Ainley, Grube, Roick y Bögeholz (2012) sobre el rol de la predisposición a la citada emoción en el desarrollo de una experiencia afectiva durante el desarrollo de tareas académicas propias de las ciencia naturales y la biología, como puede ser el contacto con extremidades inertes de animales o las disecciones. Para el diseño metodológico del estudio, los investigadores entendían que las disecciones en concreto ofrecían la oportunidad de investigar la interrelación de conflictos sentimentales potenciales como el asco y el interés, tanto al nivel de experiencias afectivas como al de predisposiciones generales.

Los resultados del estudio arrojaron las siguientes consideraciones: el asco y el interés co-ocurren a niveles moderados pero son mutuamente excluyentes con altas intensidades; los estudiantes se habitúan a estímulos que suscitan el asco al reportar menos asco después de la disección que antes de la misma; y el asco experimentado durante la práctica de disección tiene una influencia negativa sobre el interés.

Justificación y utilidad del estudio

Tradicionalmente la psicología ha volcado sus esfuerzos en el estudio de aspectos patológicos del ser humano. En lo concerniente a la emoción del asco, siendo una emoción poco estudiada, en los últimos años se ha producido un incremento de su estudio, aunque en una línea de investigación dirigida principalmente hacia aspectos psicopatológicos. De hecho, algunos autores sugieren que muchos de los trastornos de ansiedad pueden estar más vinculados con reacciones de asco que con las propias reacciones de ansiedad o miedo y que el asco "podría estar implicado en un amplio abanico de problemas o trastornos psicológicos" (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008, p.152). De la misma manera que otros fenómenos psicológicos, la relación de la emoción del asco con aspectos no psicopatológicos ha sido poco estudiada. Aun así, existen algunos estudios en este sentido.

En la revisión bibliográfica previa a la elaboración de nuestro estudio hemos hallado algunas investigaciones que relacionen la emoción del asco con aspectos educativos. De manera indirecta, tal y como ya hemos señalado, Hargreaves (2012) sostiene que el asco podría mediar en las ideas que tenemos acerca del éxito y fracaso escolar perpetuando procesos de exclusión social, siendo los socialmente exitosos los que definen que debería dar asco y ser rechazado y, tal y como afirma Sandín (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008) en un sentido más amplio, no exclusivo del ámbito educativo, mediar de esta manera en los procesos de exclusión social. De un modo más específico, Corgiat et al. (1986) y Holstermann et al. (2012) han abordado la relación entre la emoción del asco y aspectos educativos. Corgiat et al. (1986) estudiaron la presencia de esta emoción según la orientación académica de los estudiantes, mientras que Holstermann et al. (2012) pusieron su atención en la relación de la predisposición al asco y el interés en algunas tareas académicas (por ejemplo, disección de animales). También Adams y Templer (1998) han estudiado la posible relación entre esta emoción y el puesto de trabajo que finalmente se desempeña

Las emociones juegan un papel muy importante en la motivación de las personas, de hecho se considera que una de sus tareas es "influenciar tendencias de respuesta comportamental hacia una disposición motivacional particular como la aproximación o la evitación" (Stemmler, 2003, citado en Fernández-Abascal, 2010, p.84). En este sentido, la escasamente estudiada emoción del asco, puede influir no sólo en la realización o no de una determinada tarea, sino también en decisiones de mayor relevancia en la vida de la persona, como puede ser la elección de formarse en una determinada profesión o la de abandonar unos estudios en curso.

Esclarecer la relación que existe entre la propensión y la sensibilidad al asco con la elección de una determinada formación profesional puede ser de utilidad, principalmente, como variable a tener en cuenta a la hora de orientar profesional y académicamente a un joven que afronta la decisión de en qué profesión formarse para luego ejercerla. En este sentido, podría servir como indicador que predice la satisfacción personal del alumno con la formación profesional elegida, su rendimiento académico, la probabilidad de abandono de la formación y su posible futura inserción laboral en la actividad para la que se ha formado.

Objetivos e hipótesis

Teniendo en cuenta el marco teórico presentado y los estudios revisados, los objetivos de nuestra investigación fueron los siguientes: (1) Analizar en una muestra de estudiantes de ciclo formativo, si había diferencias de sexo respecto a la sensibilidad al asco y a la propensión al asco; (2) estudiar la relación de la sensibilidad al asco y la propensión al asco en la elección del ciclo formativo. Como hipótesis planteamos: (a) que las chicas obtendrían mayores puntuaciones tanto en sensibilidad como en propensión al asco que los chicos; y (b) que aquellas personas que puntuasen alto, tanto en sensibilidad al asco como en propensión, escogerían ciclos formativos menos expuestos a estímulos percibidos como potencialmente asquerosos (i.e., administración y gestión e informática y comunicaciones).

 

Método

Participantes

La muestra estuvo formada por alumnado del Centro Integrado Público de Formación Profesional del Complejo Educativo de Cheste, en Valencia, Instituto de Secundaria heredero de la Universidad Laboral. Las selección de las familias profesionales se hizo analizando las actividades prácticas características que exige diferentes asignaturas, considerando suficiente para nuestra investigación la selección de dos familias que pudieran realizar actividades prácticas con exposición a estímulos emocionales de asco (sanitaria y hostelería) y los que no (administración y gestión e informática y comunicaciones). Por ejemplo, el alumnado de la familia de sanitaria se ha enfrentado a la manipulación de heces, orina, saliva e incluso semen, para la realizar prácticas en la asignatura de Bioquímica.

En la familia de hostelería manipulan productos, texturas y olores que pudieran ser considerados como posibilitadores de la propensión al asco (e.g., evisceración de pescado, aviado de conejos, liebres y perdices).

Por otro lado, las familias que no realizan actividades prácticas con exposición a estímulos emocionales de asco, es decir, los grupos que forman la familia profesional de administración y gestión e informática y comunicaciones no han realizado actividades ni estudian contenidos que exijan la manipulación de esos productos, olores y texturas.

Los sujetos fueron 393 alumnos (149 chicas y 244 chicos) de los ciclos medios y superiores cuatro familias profesionales: Sanitaria, Hostelería e Industrias Alimentarias, Administración y Gestión, e Informática y Comunicaciones, con un total de 22 grupos, tanto 1o curso como 2o curso. La media de edad del grupo fue 21.25 años (DT = 5.40). Atendiendo a criterios de exposición/no exposición a los distintos estímulos y sus características, se formaron cinco grupos de alumnos, a saber: panadería-repostería, cocina, análisis clínicos, administrativos e informática.

Instrumentos de evaluación

La herramienta de evaluación que se aplicó para realizar este trabajo de investigación fue la escala de propensión y sensibilidad al asco revisada, DPSS-R-12 (Sandín, Chorot, Olmedo y Valiente, 2008). Se trata de una adaptación y revisión de la Disgust Propensity and Sensitivy Scale (DPSS; Cavanagh y Davey, 2000) que analiza de forma separada la propensión a experimentar asco, sin referenciarlo con ningún estímulo evocador concreto, con la evaluación subjetiva que el propio sujeto hace de esta emoción. La prueba ha mostrado adecuada fiabilidad (α > .70) y validez, así como una estructura factorial robusta (Sandín, Chorot, Olmedo et al., 2008).

Procedimiento

Los cuestionarios se aplicaron a los alumnos en horario lectivo durante los meses de febrero y marzo. Se explicó el objetivo genérico de nuestra investigación, es decir, examinar si la sensibilidad al asco puede tener relación con la orientación laboral además de comprobar si existía correlación con otros factores como la edad y el sexo. Todos los participantes prestaron su consentimiento informado. Los cuestionarios se cumplimentaron de forma grupal, en formato de papel y lápiz, en una sesión, bajo la supervisión del segundo autor del presente trabajo (MVV).

Análisis de datos

Procedimos a realizar los análisis descriptivos de las variables consideradas. Se estudió la normalidad de la distribución de los datos mediante la aplicación de pruebas de normalidad, apoyadas en análisis gráficos Q-Q y Q-Q sin tendencias. A continuación se comprobó si las puntuaciones medias en sensibilidad y propensión de chicos y chicas eran distintas; para ello se aplicó una prueba t de Student para muestras independientes. Posteriormente se realizó un análisis de varianza (ANOVA); se fijó el nivel de significación en .05. Por último se calcularon las estimaciones por pares. Para la realización del análisis estadístico de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS, versión 19 para Mac.

 

Resultados

En la Tabla 1 se muestran los estadísticos descriptivos de los grupos de chicas y chicos. En el caso de la variable propensión los chicos puntuaron de media 13.04 (DT = 3.57), mientras que el grupo de las chicas puntuó de media 14.19 (DT = 3.73). Asumiendo homogeneidad de las varianzas (F = 0.01, p = .966), la prueba t arrojó un valor de 3.06 (p = .002); estos resultados confirman que las puntuaciones medias en propensión de chicos y chicas son distintas y estadísticamente significativas. Algo similar ocurrió con la variable sensibilidad. El grupo de los chicos puntuaron de media 10.68 (DT = 3.27), mientras que las chicas puntuaron de media 11.82 (DT = 3.62). De nuevo asumiendo la homogeneidad de las varianzas (F = 2.05, p = .153), (t = 3.21, p = .001) obtenemos que las puntuaciones medias en sensibilidad de chicos y chicas son distintas y estadísticamente significativas.

 

 

La tabla resumen del análisis de varianza (Tabla 2) contiene toda la información referida a las fuentes de variación, los grados de libertad (gl), los estadísticos F y los niveles críticos (Sig.) asociados a cada estadístico F de los tres efectos presentes en el modelo de dos factores (i.e., exposición y sexo), para las dos variables dependientes (i.e., propensión y sensibilidad). El modelo corregido recoge todos los efectos del modelo tomados juntos (el efecto de los dos factores, el de la interacción y el de la constante o intersección). El nivel crítico asociado al estadístico F de la variable independiente sexo para la variable dependiente propensión (F = 19.65, p > .001), nos está diciendo que el modelo explica una parte significativa de la variación observada en la propensión; siguiendo los criterios de Cohen (1992), estaríamos ante un tamaño del efecto pequeño. El nivel crítico asociado al estadístico F de la variable exposición (F = 22.58, p > .001) nos indica que el modelo es capaz de explicar una parte significativa de la variación observada en dicha variable. Por último el valor de la F de la intersección sexo y exposición (F = 5.75, p = .017), muestran como la interacción de las dos variables también juegan un papel significativo en la explicación del modelo. En este caso el valor de la ε2 mucho más modesto si cabe que los anteriores, representando tan solo el 1.5 % de la varianza explicada. El valor de R2 (.079), indica que los tres efectos incluidos en el modelo están explicando el 7.9 % de la varianza en propensión al asco. De nuevo y según los criterios de Cohen (1992), se trataría de un tamaño del efecto pequeño.

 

 

Si nos centramos ahora en la sensibilidad al asco, vemos cómo el nivel crítico asociado al estadístico F de la variable sexo nos indica que el modelo es capaz de explicar una parte significativa de la variación observada en la variable dependiente. Algo similar ocurre también con la exposición. Finalmente, atendiendo a los resultados de la interacción, se observa cómo esta también es significativa, aunque el valor de la ε2 aumenta, el efecto de esta interacción sigue siendo bajo, explicando el 3% de la varianza. El valor de R2, indica que los tres efectos incluidos en el modelo están explicando el 9 % de la varianza en sensibilidad, de nuevo, según los criterios de Cohen (1992), se trataría de un tamaño del efecto pequeño.

Los efectos individuales de los dos factores incluidos en el modelo, son también significativos tanto para la propensión como para la sensibilidad al asco (Tabla 3) aunque de nuevo el tamaño de efecto es pequeño.

 

 

Discusión

La posible asociación entre la sensibilidad al asco y la propensión al asco es un fenómeno escasamente estudiado. Trabajos previos habían constatado asociación entre desarrollar una profesión potencialmente expuesta a estímulos evocadores de asco y una menor sensibilidad al asco (Adams y Templer, 1998).

Los objetivos de esta investigación fueron por una lado, comprobar si había diferencias de sexo respecto a la sensibilidad al asco y a la propensión al asco; y estudiar la relación de la sensibilidad al asco y la propensión al asco en la elección del ciclo formativo, por otro.

Los resultados muestran diferencias de sexo estadísticamente significativas respecto a la sensibilidad al asco y a la propensión al asco. Estos resultados coinciden con anteriores investigaciones en distintos contextos (Sandín, Chorot, Olmedo et al., 2008) y distintos países (Olatunji, Sawchuk, Arrindell y Lohr, 2005), lo que parece constatar que estas diferencias de sexo, se mantienen con independencia del contexto o la cultura. Estos resultados son importantes ya que suponen una estabilidad de las diferencias de sexo en cuanto a la emoción de asco.

Los resultados también muestran la relación entre la sensibilidad al asco y la propensión al asco en la elección del ciclo formativo. Como ha quedado patente, además de ser significativos tanto los efectos principales de la exposición a estímulos potencialmente evocadores de asco, así como el sexo de los sujetos, también hemos encontrado efectos en la interacción entre ambas variables. Lo que sugiere que la selección de ciclo formativo y el sexo se encuentra relacionados de algún modo. Resultados similares son ampliamente informados en la literatura (Gati y Perez, 2014; Jacob, Kleinert y Kühhirt, 2013; Stockemer, 2014).

Algunos autores (Sandín, Chorot, Olmedo et al., 2008) definen la propensión al asco como la tendencia individual general a experimentar la emoción del asco, independientemente de los estímulos evocadores, mientras que la sensibilidad la definen como la tendencia de la persona a experimentar como desagradable dicha experiencia. Estos autores sugieren que unos niveles altos de sensibilidad al asco pueden motivar a la persona a evitar la situación específica debido a ese malestar producido por el asco que experimentó. En esta línea, se propone que la propensión o predisposición al asco puede mostrar una variabilidad temporal importante y tiende a disminuir ante la exposición al estímulo, sin embargo la sensibilidad tiende a ser más estable.

Entre las limitaciones encontradas en este estudio, la más relevante ha estado relacionada con la temporalidad, al no haber sido posible realizar un estudio longitudinal.

Una segunda limitación es que se han utilizado medidas generales sobre el asco, cuando en realidad sabemos que la emoción del asco no es un fenómeno unitario, sino mas bien todo lo contrario. Diversos estudios han puesto de manifiesto que una de las principales características del asco es que consiste en una emoción heterogénea (Cisler, Reardon, Williams y Lohr, 2007; Sandín, Chorot, Santed et al., 2008; Sandín, Chorot, Valiente, Olmedo et al., 2013; Sandín, Valiente, Chorot et al., 2013), que se activa como respuesta a múltiples tipos de estímulos desencadenantes (objetos, situaciones, olores, conductas, pensamientos, etc.). Esto sugiere la importancia de evaluar las experiencias del asco a partir de la consideración de diversos tipos posibles de dominios o dimensiones que puedan subyacer a esta emoción.

 

Conclusiones

Los resultados de este estudio mostraron que las variables propensión y sensibilidad al asco tienen una relación estadísticamente significativa con la elección de profesiones potencialmente expuestas a estímulos desencadenantes del asco, en tanto que la mayor exposición a éstos ha arrojado evidencia válida y fiable de una menor propensión y sensibilidad a la citada emoción. Parece, por tanto, claro que aquellas profesiones que tienen mayor potencial de contacto durante el desarrollo de sus estudios con objetos evocadores de asco muestran menores puntuaciones en propensión y sensibilidad al asco.

Coincidiendo con los resultados de estudios precedentes, nuestra investigación evidencia diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en nuestra muestra de estudiantes de formación profesional, siendo las segundas quienes puntúan más alto que los varones (Sandín, Chorot, Santed et al., 2008; Sandín, Chorot, Valiente, Santed et al., 2013). En lo que se refiere a la intercesión de esta variable sexo junto con la variable exposición, los resultados muestran un efecto estadísticamente significativo que añade explicación relevante al modelo.

Se hacen necesarias nuevas investigaciones, con estudios de tipo longitudinal, que puedan esclarecer la posible relación entre la exposición a estímulos desencadenantes de asco y los niveles de propensión al asco del individuo.

Una segunda línea de investigación de cara a aumentar el tamaño del efecto encontrado con medidas generales de sensibilidad al asco, sería la inclusión de las seis dimensiones del asco propuestas por Sandín y colaboradores (Sandín, Chorot, Valiente, Santed et al., 2013), dentro de un diseño de tipo prospectivo, que de cuenta de los posibles cambios diferenciales de estas dimensiones, debidos al efecto de la exposición a estímulos potencialmente evocadores de la emoción de asco.

 

Agradecimientos

Queremos agradecer la colaboración prestada para la obtención de la muestra al Centro Integrado Público de Formación Profesional del Complejo Educativo de Cheste, Instituto de Secundaria heredero de la Universidad Laboral, en Valencia. Igualmente a todos los participantes que han colaborado en la investigación. Parte de este trabajo fue presentado en el X Congreso Nacional de Estudiantes de Psicología, celebrado en Elche (Alicante), 24-26 de abril de 2013.

 

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Dirección para correspondencia:
David Pineda.
Departamento de Personalidad,
Evauación y Tratamiento Psicológico
Facultad de Psicología
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
España.
Email: dpineda@bec.uned.es

Recibido: 13 de febrero de 2014
Aceptado: 25 de abril de 2015

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