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Temperamentvm

versão On-line ISSN 1699-6011

Temperamentvm vol.18  Granada  2022  Epub 17-Abr-2023

https://dx.doi.org/10.58807/tmptvm20225131 

BIBLIOTECA

La Configuración Histórica de la Enfermería en La Rioja: 1900-1978, por Ana Cobos Rincón

Yolanda Martínez-Santos

Cobos Rincón, Ana. La Configuración Histórica de la Enfermería en La Rioja: 1900-1978. Logroño, España: Instituto de Estudios Riojanos, 2021. 294p.

El libro La configuración histórica de la enfermería en La Rioja (1900-1978), es un recorrido histórico por la construcción de la enfermería riojana del siglo XX, resultado de la tesis doctoral de Ana Cobos Rincón, con el que obtuvo el título de doctora por la Universidad de Zaragoza. El trabajo describe y analiza los problemas a los que se enfrentaron las tres profesiones auxiliares sanitarias al iniciar su genealogía profesional, desde su regulación con la notable Ley Moyano de 1857 hasta 1978, año en el que se produjo la incorporación completa de la Enfermería a la universidad con el inicio del Diplomado Universitario en Enfermería, haciendo un abordaje de carácter social, político y sanitario.

A lo largo de la obra queda perfectamente retratada la configuración y desarrollo de la profesión enfermera en España, muy diferente a la de otros países de su entorno, producida por la confluencia y síntesis institucional de tres ocupaciones distintas (practicantes, matronas y enfermeras) dos eminentemente femeninas y otra masculina, con formaciones similares, pero roles, ámbitos de asistencia y estatus sociales diferentes y acordes con las peculiaridades históricas del momento.

El libro se compone de un prólogo, cuatro capítulos, las conclusiones y la bibliografía. El primer capítulo corresponde a la Introducción, donde la autora fundamenta la investigación, analizando los antecedentes bibliográficos y reflexionando sobre las categorías analíticas clave utilizadas. Para trazar esta reconstrucción histórica, Ana Cobos hace una profunda contextualización historiográfica con la que elabora la imagen y situación de las enfermeras españolas. La autora ahonda en el propio proceso de profesionalización enfermera y no solo en el rol asistencial, así como en el interés académico de la profesión, constituyéndose el concepto de profesión y los procesos de profesionalización como marco teórico por el que discurre el relato.

Examina numerosos estudios actuales sobre las profesiones auxiliares sanitarias de principios del siglo XX, practicantes, matronas y enfermeras; abordando diferentes perspectivas de investigación. Posteriormente se preocupa por la producción científica de la etapa tras la unificación en 1953, durante la vigencia del título de Ayudante Técnico Sanitario, identificando los problemas o deficiencias en su ejercicio profesional. El poder, la autonomía y los privilegios han marcado la profesionalización enfermera, la asignación social por las desigualdades de género asignadas a lo femenino, han dificultado los procesos formativos y la praxis enfermera, por lo que se considera fundamental incorporar el género, a la investigación histórica profesional como categoría clave. Por último y como ámbito de estudio de la bibliografía contemporánea de interés, profundiza en los colegios profesionales íntimamente ligados a la ocupación laboral, ahondando en las competencias laborales y profesionales, la organización laboral, y en el mantenimiento del estatus del colectivo profesional.

Muy interesante resulta la conceptualización que la autora realiza sobre el propio concepto de Profesión y sus matices, desde la inicial concepción weberiana hasta la actual ley de 2003 de ordenación de las profesiones sanitarias, que incorpora la perspectiva de género, lo que implica una relectura de la profesionalización de las ocupaciones. El texto muestra como las diferentes vertientes profesionales trazaron su monopolio determinando “quién” trabajaba y “qué” valor social representaba ese trabajo. La perspectiva analítica desde la que se ha planteado el discurso es el de la historia social, para favorecer la comprensión y reconstrucción del proceso del desarrollo de los tres grupos socio-laborales que posteriormente se unificarían, prestando atención al contexto y circunstancia internas y externas de su profesionalización. La autora ha identificado varios conceptos y categorías analíticas socio-culturales, que sitúa diversos escenarios, primero en la estructura organizativa social de la actividad laboral, en segundo lugar, se ocupa de la formación recibida y la ocupación de los profesionales, para finalizar con la propia percepción o relato profesional.

El ámbito geográfico de estudio queda circunscrito a la provincia de La Rioja, delimitándose el periodo temporal al siglo XX, momento en el que se establecen las bases de la sanidad local y la enfermería comienza a desarrollarse como profesión. Las fuentes utilizadas para la investigación han sido manuscritas o impresas conservadas en fondos de bibliotecas y archivos públicos de Logroño. El texto se ilustra con los relatos de siete informantes, todos ellos protagonistas del lugar y periodo estudiado, correspondientes a un perfil concreto dentro de los roles analizados. La historia oral incorpora los datos a través de los testimonios de las enfermeras, recuperados desde su memoria histórica única e individual y complementan de manera brillante la información de las fuentes documentales.

En el segundo capítulo se aborda la organización profesional de la enfermería en La Rioja durante la primera mitad del siglo XX. Para ello la autora nos relata cómo era el contexto social y económico en la provincia de Logroño, condicionado por una población reducida, marcadamente rural y con un estilo de vida muy tradicional. El panorama asistencial, basado en la Beneficencia, nos muestra las instituciones con que contaban para remediar parte de las necesidades de la población. A continuación, en diferentes apartados, la doctora Cobos hace un pormenorizado análisis del perfil de los practicantes y las matronas que trabajaron en este periodo en la Rioja, haciendo una exhaustiva descripción de su perfil formativo y profesional, atendiendo a los sueldos, instituciones y ámbitos laborales; y haciendo una minuciosa comparativa de las plazas y salarios en los diferentes puestos.

El asociacionismo fue una constante en el colectivo, sobre todo de los practicantes desde su inicio, la revisión de las actas colegiales da a conocer las actividades, preocupaciones y reivindicaciones profesionales, que le llevarán hasta la colegiación obligatoria de las profesiones auxiliares sanitarias en 1930.

Las enfermeras, la tercera vertiente de las profesiones auxiliares sanitarias, se establecieron como colectivo y sujeto político en 1915, por iniciativa religiosa y de la mano de los profesores médicos, estableciéndose un discurso profesional propio y consiguiendo un reconocimiento social con mucha dificultad. Al principio solo hubo una universidad que otorgaba los títulos oficiales de enfermera (Madrid) y las titulaciones fueron escasas, posteriormente se fue ampliando la titulación a más facultades de medicina. Esto, unido a la invisibilidad social de la mujer en la primera mitad del siglo XX, ha hecho difícil que se pueda encontrar y trazar un perfil profesional y laboral como en las otras dos ocupaciones anteriores.

Los cuidados en las instituciones de la Beneficencia en La Rioja, al igual que en el resto del país, recaían en las congregaciones religiosas, que se ocupaban del cuidado, el aseo y limpieza del hospital y en ocasiones de la educación y el servicio doméstico. En Logroño eran las Hijas de la Caridad quienes llevaban a cabo esta labor, sin sueldo al principio, y posteriormente con un pequeño aporte diario. Se han encontrado en Logroño varios centros de higiene durante la primera mitad del siglo XX y se tiene constancia de varias enfermeras laicas que trabajaron como instructoras sanitarias en centros de la provincia.

Los acontecimientos de la sociedad española, entre ellos la guerra civil, provocaron una gran demanda asistencial y fue necesaria la incorporación de las mujeres como enfermeras. Posteriormente, la dictadura franquista que se instauró durante cuarenta años, entrañó cambios determinantes en el desarrollo de las profesiones auxiliares sanitarias.

El tercer capítulo aborda el nuevo personal de enfermería en el modelo asistencial franquista desde 1942 a 1978. Inicialmente, la autora describe las circunstancias sociopolíticas, los cambios en el nivel de protección social y las políticas sanitarias necesarias llevadas a cabo para solucionar la calamitosa situación en que se encontraba la sociedad española tras la contienda bélica. Igualmente resalta la influencia que tuvo la constitución del seguro obligatorio de enfermedad (SOE) en 1942 y la instauración del plan de infraestructuras del seguro, hechos que son determinantes para el desarrollo de la enfermería en la segunda mitad del siglo XX.

La Residencia Sanitaria Antonio Coello Cuadrado, ubicada en Logroño, merece un apartado especial y sintetiza el nacimiento de un nuevo modelo asistencial franquista estratificado en tres niveles: beneficencia, asistencia privada y SOE, que acabaría siendo la mayoritaria en pocos años y utilizada con fines propagandísticos por el régimen. En La Rioja, como en el resto de provincias españolas, los escasos medios asistenciales fueron insuficientes para hacer frente a la nueva realidad socio-sanitaria. El nuevo modelo facilitó que se proyectase un sanatorio antituberculoso y un gran hospital público inaugurado en 1954, que fue símbolo de modernidad y elemento de desarrollo de la provincia en materia asistencia y sanitaria y un nicho crucial de expansión de enfermeras.

La transformación del sistema sanitario, junto con la creciente tecnificación asistencial, conduce a la necesidad de la creación de una profesión acorde con estas demandas. A continuación, el protagonismo del libro lo adquieren los Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS), la nueva titulación que confluyó las tres titulaciones auxiliares sanitarias en un único perfil curricular en 1953. La unificación no supuso cambios significativos, aunque se aumentó las horas de enseñanza a tres años con prácticas hospitalarias, se incorporaron asignaturas ajenas a la carrera y hubo otras diferenciadas para las escuelas masculinas (autopsia médico legal) y las femeninas (labores del hogar). Se prohibió la coeducación y se obligó a las escuelas femeninas que el régimen de estudios fuese de internado. Este proceso formativo nuevo, se ilustra en el texto con el relato de las informantes.

Esta unificación en la titulación llevó implícitos cambios en el ámbito colegial. La integración supuso en la práctica una subordinación del resto de titulaciones a los practicantes. Se firmaron nuevos estatutos de los colegios profesionales quedando establecida la colegiación obligatoria en dos secciones: ATS masculinos en la de practicantes, ATS femeninos en la de enfermeras y la sección de matronas. Ana Cobos explica concienzudamente cómo quedó constituido el Colegio de Auxiliares Sanitarios de Logroño, indicando las personas que presidían cada sección del colegio. También se analizan las actas, actividad y documentación de interés de cada una de las secciones, haciendo una excelente comparativa.

La Transición Democrática estaba produciendo grandes cambios a nivel político, social, laboral… y también educativo. La nueva estructuración de estudios pendiente desde 1970, barajó transformar los estudios de ATS en formación profesional o elevarlos a estudios universitarios. Se creó un clima de gran incertidumbre y desconfianza institucional. Las movilizaciones y reivindicaciones colegiales, que hicieron un frente común para la defensa de sus intereses, quedan sintetizadas en este apartado, otorgando gran importancia a María Carmen Freire, enfermera riojana, por su implicación como miembro de la Coordinadora Nacional, movimiento asambleario que gestionó el conflicto desde Madrid.

El capítulo termina dedicando unas páginas a la escuela de ATS femenina de Logroño (1971-1977). La autora detalla su ubicación dentro de la residencia Antonio Coello Cuadrado, quienes fueron sus directores, profesorado, monitoras, jefas de estudios, el perfil de las alumnas y otras cuestiones. Todo ello ilustrado con los testimonios de alumnas de la escuela y con fotografías que acercan al lector al día a día de la formación en la escuela.

El cuarto capítulo, Trayectorias Profesionales, engloba siete testimonios que pretenden resumir cada uno de los perfiles profesionales estudiados, analizando los relatos acordes a unos mismos ejes temáticos: trayectoria profesional, formación y condicionamiento en el desarrollo de su identidad profesional (autoimagen, valores, creencias limitaciones legales, etc.).

Dentro de las tres figuras auxiliares del médico de la primera mitad del siglo destacan:

Antonio Sáenz Marzo (Practicante rural). Nacido en Argentina en 1928 de padres españoles. Regresó a España con solo tres años a Aldeanueva de Ebro. Estudió en Calahorra el bachiller y se trasladó a Zaragoza donde se sacó el título de practicante. Empezó a trabajar en Logroño. Después de unos años ejerciendo como interino, consiguió su plaza fija por oposición y ejerció como titular practicante de asistencia pública domiciliaria en Aldeanueva (Logroño) y realizaba ejercicio libre para sus asegurados.

Marcela Gil Moreno (Matrona). Nació en Arnedo en 1931, La Rioja. Estudió el bachiller en Logroño y se fue a Zaragoza para estudiar el oficio de matrona, aunque finalmente simultaneo también los estudios de practicante. Al terminar los estudios vuelve a Arnedo donde se hace cargo de la plaza de practicante de empresa de su padre, que había fallecido, plaza que posteriormente dejaría a su hermano. Se hace cargo de una de las plazas de matrona del ayuntamiento de Arnedo, donde estuvo hasta que se retiró.

Margarita de Valdivieso Rodríguez (Enfermera). Nació en Miranda de Ebro en 1931, estudió el bachiller y la reválida en Madrid. Estudió durante dos cursos, con prácticas sanitarias en un centro hospitalario y se presentó por libre en la facultad de Medicina, donde se tituló como enfermera. Trabajó en el dispensario Antituberculoso de Madrid donde se especializó en enfermedades de tórax. En 1953, se incorpora como enfermera instructora en el Dispensario Antituberculoso de Santa Justa, donde vivía y compartía trabajo con cuatro enfermeras más y un médico. Después de un parón profesional tras su boda para dedicarse a la crianza de sus hijos regresó al ejercicio profesional donde ejerció en el Hospital de San Pedro especializado en enfermedades de tórax.

Carmen Prieto Hernández (ATS). Nació en 1936 en Fuentesaúco (Zamora). Estudió el bachillerato en un colegio de las Hijas de la Caridad en Burgos y finalmente la trasladaron a Madrid donde preparaban a las jóvenes para ser monjas. Estudio ATS femenino en la escuela de las Hijas de la Caridad en Madrid en 1953. Tras la carrera hizo el noviciado y le enviaron a trabajar a Valladolid, donde estuvo como monitora de la escuela de ATS femenino. Decidió no profesar y se fue a Bilbao, una amiga le avisó que necesitaban enfermeras en una clínica de Logroño y se animó a probar. Se casó y dejo de trabajar. Después de unos años dedicados al cuidado de su familia regresó a trabajar en la Residencia Sanitaria. Le ofrecieron el puesto de Jefa de la Escuela de Enfermería, aceptó con la condición de no estar interna. Tras unos años, debido a las desavenencias con el nuevo director, dejó la plaza y se incorporó nuevamente a la asistencia, donde ha estado hasta su jubilación.

Pedro Vidal Hernández (ATS Militar). Nació en Afortunado (Huesca). Estudió ATS en la escuela de ATS masculinos de Valladolid en 1969. Al terminar los estudios aprobó la oposición para la academia militar. Antes de su incorporación estuvo trabajando cubriendo una sustitución de asistencia pública domiciliaria en Tordesillas. En 1976 pide traslado a La Rioja y se pluriemplea, trabajando en el ejército por la mañana y por la noche en la policlínica Clavijo. Durante la transición participó en el movimiento asambleario liderado por Carmen Freire. Unos años después, cuando Carmen dejó la presidencia del Colegio, contactó con él para relevarle. Fue elegido presidente del colegio donde ha permanecido la mayor parte de su carrera sin dejar su puesto militar.

Carmen Freire Díaz (Enfermera de Gestión Institucional). Nació en La Coruña en 1948, se trasladó con su familia a Haro (Logroño) con dos años, huérfana de padre desde los 5 años. Estudió en internados de colegios de huérfanos. Realizó sus estudios de ATS en la Universidad de Valladolid. En 1970 tras terminar sus estudios regresó a La Rioja donde vivía su madre, comenzó a trabajar en la Residencia Sanitaria. En agosto de 1977 fue elegida Presidente de la Comisión Provisional de la Organización Colegial de ATS, tuvo que ir varias veces a Madrid, donde se realizaban las asambleas. En septiembre de este mismo año fue elegida Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional Provisional del Consejo General de ATS, por lo que tuvo que trasladarse a Madrid. Tras la unificación colegial Carmen Freire actuó como responsable tomando de forma definitiva las sedes de las diferentes secciones y fue elegida presidenta del Colegio Oficial de ATS de La Rioja hasta 1982 que se retiró para volver a la asistencia a su puesto de la Residencia Sanitaria. Finalmente, en 1994, solicitó traslado a un Centro de Salud donde permaneció hasta su jubilación.

Rosario Aréjula Benito (Enfermera Docente). Nació en Logroño en 1952, lugar donde también estudió bachiller. Estudió ATS en la primera promoción de la escuela de ATS de Logroño. Al terminar sus estudios le ofrecieron la posibilidad de trabajar en la escuela como monitora, donde se encargaba de las clases de demostración, así como la vigilancia y el control de la uniformidad, la higiene y las prácticas de las alumnas. Vivió la transformación de las escuelas de ATS en Diplomatura Universitaria. En 1979-1980 se inauguró un nuevo edificio, al que se incorporaron alumnos por primera vez. Tuvo que adaptarse al nuevo plan formativo, impartiendo clases teóricas pasando a ser profesora. Comenzó dando clases de Enfermería Fundamental, tuvo que ir a formarse a Madrid haciendo el curso de nivelación, lo que homogeneizó los criterios de formación. En 1990 la nombran Directora Técnica de la Escuela. En 1992 se crea la Universidad de la Rioja y la escuela pasa automáticamente a adscribirse a ella. Desde entonces su cargo se denominó Directora de la Escuela, cargo que ostentó hasta 2016.

En el último capítulo, Conclusiones, la autora sintetiza cómo se ha ido configurando la profesión enfermera a lo largo del siglo XX, distinguiendo los cinco perfiles profesionales que caracterizaron tres etapas bien diferenciadas de la enfermería laica en Logroño y en España. Primera etapa de la asistencia sanitaria municipal de beneficencia y la hegemonía casi total de los practicantes, hasta la colegiación obligatoria de practicantes y matronas en 1930. Una segunda etapa en la que coexisten las tres profesiones hasta 1953. Por último, una tercera etapa, de desarrollo de una única profesión el ATS que concluye con el cierre de escuelas de los hospitales, órdenes religiosas y otras entidades, y se configura la enfermería como una profesión universitaria en 1978.

La obra aporta en su conjunto un enfoque de la profesionalización del cuidado muy significativo e innovador, al analizar elementos de las interrelaciones socioculturales de gran complejidad. La Rioja se ha configurado como un núcleo distintivo del estudio comparado de la profesión enfermera, más obstaculizada que otras zonas por no contar con universidad y estar adscrita a la facultad de medicina de otra provincia (Zaragoza). Ana Cobos reconoce las limitaciones del estudio que se ha centrado en el ámbito público, quedando pendiente de análisis la valoración de semejanzas y diferencias de la asistencia privada, así como el papel de la configuración sociocultural de la profesión de cuidados y el papel organizador del género, clase social y función de los niveles asistenciales, entre otros. También deberían ser tomadas en cuenta el papel que jugaron las órdenes religiosas en la prestación de los cuidados en la provincia de la Rioja desde la institución de la Beneficencia hasta la ley General de Sanidad de 1986.

En conjunto la obra se presenta atractiva y aleccionadora. Es un libro importante de obligada recomendación para los estudiosos de la historia de la enfermería y los amantes de la historia sociocultural española. Es una obra que condensa abundantes datos y con una propuesta de análisis interesante. Debe servir de estímulo para la confección de nuevas investigaciones sobre la historia social de la enfermería en España.

Recibido: 18 de Abril de 2022; Aprobado: 21 de Mayo de 2022

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