Nos encontramos ante una obra monumental, fruto de una investigación rigurosa en torno a un instante en la historia de la Enfermería española, apenas un siglo de evolución de un colegio profesional, el de enfermería de Alicante, que se instaura en 1909. ¿Puede dar de sí el desarrollo de una institución local para llenar casi mil páginas en dos volúmenes? Conociendo el quehacer investigador de su autor todo el posible. De paso, José Antonio Ávila Olivares, doctor por la Universidad de Alicante, nos propone un modelo para acercarse al pasado de las instituciones colegiales privilegiando la descripción de los acontecimientos, lo que le dota de un afán divulgativo que no ensombrece el rigor con el que son tratadas las fuentes históricas.

Para construir su obra, el autor ha debido realizar una verdadera minería de datos en una diversidad de fuentes priMarías, dado que el archivo colegial quedó desprovisto accidentalmente de documentación. Esta es una realidad que comparten otras muchas entidades colegiales, que no han cuidado con suficiente celo su patrimonio documental, a pesar de tratarse de fondos relativamente recientes. La labor investigadora realizada por el Dr. Ávila anima a otros historiadores a recomponer la historia colegial en unos años en que, como el caso de Alicante, se conmemora el centenario de su fundación.

El trabajo de archivo, la consulta de publicaciones periódicas locales y nacionales, las propias de otros colegios y del Consejo Nacional de Enfermería, han permitido al autor del Primer siglo de historia del Colegio de Enfermería de Alicante reconstruir el pasado del colegio engarzando sabiamente noticias en una suerte de tesela a la que ha dotado de coherencia cronológica y secuencial.

Los 15 capítulos de la obra recorren la historia colegial desde la fundación de la institución hasta el año en que conmemoró su centenario, o sea desde 1909 hasta 2009. En cierto modo se trata de un periodo entre pandemias en el que se concentra casi toda la actividad normativa que sitúa a la profesión enfermera en el lugar social que hoy ocupa. Un tiempo de grandes avatares, de una danza entre versiones profesionales e intentos de unificación que han obligado a los colegios profesionales a reconfigurarse y reinventarse continuamente. Lo que en los comienzos del siglo veinte se erigía como una asociación gremial en torno a la clase de practicantes, un siglo después se convertiría en el órgano de representación de la profesión enfermera por excelencia, habiendo integrado la dispersión de titulaciones que habían trazado toda una historia de encuentros y desencuentros.

Así se refleja en los capítulos que componen el libro. Su autor parte de un análisis exhaustivo del contexto en el que tienen lugar los acontecimientos, arrancando desde los primeros intentos corporativistas en las postrimerías del siglo XIX y la consolidación normativa de los primeros órganos de representación profesional, incluido el propio colegio de Alicante. Analiza el papel que desempeñaron los periódicos y revistas en la comunicación entre profesionales y con la sociedad, a la vez que destaca la impronta de fuertes liderazgos, que actuaron como verdaderos artífices de los indudables logros alcanzados en la consolidación de la profesión.

En el periodo en el que arranca el libro, es el colectivo de practicantes el que muestra mayor conciencia de clase y por tanto será el que lidere los primeros empujes corporativos, como fue el caso de Alicante, que lo hizo tras varios intentos, hasta lograrse a nivel gubernamental la colegiación obligatoria. Décadas después, otro hito profesional importante que influiría de manera determinante en todos los colegios provinciales fue la unificación profesional ocurrida en 1953, confluyendo en una nueva titulación (Ayudantes Técnicos Sanitarios) las tres profesiones legalmente instituidas en la época: practicantes, enfermeras y matronas. Todavía habría que esperar tres décadas para que otro impulso reformista, la creación de la Diplomatura Universitaria de Enfermería, reconfigurase la identidad colegial tal cono hoy la conocemos.

La ordenación cronológica que utiliza el autor, facilita la comprensión de la evolución colegial en función de los grandes acontecimientos políticos que ocurrieron en el siglo analizado. Los testimonios se suceden en la obra para mostrar la repercusión de la II República, la Guerra Civil y posguerra, en un ambiente desalentador donde el desánimo se torna en apatía para secundar los logros corporativistas de las primeras décadas del siglo. La recomposición del país y de sus sistemas de servicios producen continuas normativas que intentan regular las prestaciones sanitarias, con la consiguiente repercusión en la ordenación colegial en un periodo de explosión de expectativas laborales ante las nuevas instituciones de salud, especialmente de la red hospitalaria pública. Los planes desarrollistas de los años sesenta tendrían un impacto enorme sobre una ciudad del litoral tan proclive al turismo como Alicante, lo cual influiría también en la mejora de infraestructuras de su colegio de enfermería.

La transición de la dictadura a la democracia, con sus convulsiones sociales, también tiene un reflejo en la Enfermería al tiempo de planificar el encaje laboral de los nuevos diplomados universitarios en Enfermería, por el choque cultural que aún suponía la diversidad de sensibilidades de las unificadas profesiones auxiliares sanitarias. No sería hasta la entrada de España en la Comunidad Europea, ya en nuestro tiempo, cuando la Enfermería española recuperaría sus ilusiones debido a las enormes expectativas que la Convergencia Europea abrirá hacia el progreso profesional.

En realidad, la densa historia del colegio de Enfermería de Alicante, tan magistralmente elaborada por José Antonio Ávila Olivares, pone de manifiesto que se puede llegar a comprender lo global a través de lo local. Que la historia de un colegio en particular como el de Alicante, constituye un fiel reflejo de la intensa trayectoria de un colectivo profesional que ha luchado continuamente por reconocerse en sus aspiraciones de crecimiento, de ocupar el puesto que merece en el panorama de las profesiones sanitarias, de obtener el reconocimiento social al que ha sido deudor tras una trayectoria de entrega continuada al servicio de la población.

En la minuciosidad de las descripciones del devenir de la institución colegial alicantina aparecen tintes etnográficos, pues el autor se recrea en acontecimientos locales que entroncan con la vida cotidiana de la ciudad: festividades, actos culturales y recreativos, celebraciones y conmemoraciones, eventos científicos, etc. Los testimonios se complementan con una rica iconografía que hace las delicias de los temperamentos más melancólicos. Pero todo ello adornado con la rigurosidad de un investigador consagrado en la historia de la Enfermería, muy marcada por la doble condición de su autor como antropólogo y enfermero. Pocos conocen tan profundamente la institución alicantina como José Antonio Ávila, ya que desde hace décadas viene desempeñando diferentes cargos tanto en el colegio de Alicante como en el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, además de procurar el desarrollo regional de la enfermería impulsando otras muchas iniciativas, entre las cuales destaca la Academia de Enfermería de la Comunidad Valenciana, de la que ha sido su primer presidente.

En suma, podríamos afirmar que esta era una historia en busca de un autor, y que este autor no podía ser otro mejor que José Antonio Ávila Olivares, la persona que aúna el talento del investigador consagrado con la experiencia de quien ha regido los aconteceres más recientes de la institución que tan magistralmente ha retratado en este trabajo, imprescindible para conocer la evolución de la organización colegial enfermera en España.

Finalmente, decir que los dos volúmenes del libro se pueden obtener de forma gratuita en formato impreso o digital desde la web del colegio de Alicante: https://bit.ly/3UoXa7w.