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Ene

On-line version ISSN 1988-348X

Ene. vol.8 n.1 Santa Cruz de La Palma May. 2014

https://dx.doi.org/10.4321/S1988-348X2014000100007 

ARTÍCULOS

 

Contención mecánica: definición conceptual

Mechanical restraint: a concept analysis

 

 

Meritxell Sastre Rus1 y Fernando Campaña Castillo2

1Profesora titular Escuela Universitaria Enfermería Gimbernat (Universidad Autónoma de Barcelona).
2Enfermero. Hospital Sant Rafael. Barcelona.

 

 


RESUMEN

El objetivo de este trabajo es analizar críticamente el concepto de Contención Mecánica a través del análisis del estado actual de la literatura científica y definir este procedimiento tan utilizado en la práctica enfermera. La contención mecánica es un procedimiento utilizado en el ámbito hospitalario por profesionales enfermeros. En muchas unidades de salud mental o de psicogeriatría, se realiza de manera rutinaria y con alta prevalencia.
El análisis se ha llevado a cabo con la técnica de Wilson, tal y como la describió Avant Para las enfermeras y otros profesionales de la salud. El resultado de este análisis conceptual es la identificación de los elementos esenciales del concepto de contención mecánica que incluye definirla como una terapia realizada por enfermería y pautada por el médico que implica una inmovilización de una parte o total del cuerpo del paciente en contra de su voluntad. Debemos saber reconocer los riesgos auto / heterolesivos que preceden a la contención mecánica, así como destacar la importancia de unificar criterio y una formación específica del equipo que la realiza. Es esencial disponer de un concepto claro de contención mecánica para poder proporcionar a los pacientes unos cuidados óptimos basados en la evidencia.

Palabras clave: Contención mecánica; agitación psicomotriz; conducta auto lesiva; terapia; procedimiento involuntario.


ABSTRACT

The objective of this paper is to critically analyze the concept of Mechanical Restraint by analyzing the current state of the literature and define this procedure as used in nursing practice. Mechanical restraint is a procedure used in the hospital for nursing professionals. In many mental health units or psycho geriatrics routinely performed with high prevalence.
The analysis was performed with the technique of Wilson, described as the Avant for nurses and other health professionals. The result of this analysis is to identify conceptual essential elements of the mechanical containment concept which includes defining a therapy performed by nursing staff and guided by the physician which involves immobilizing a part or whole body of the patient against his will . We need to recognize the risks auto / hetero harmful preceding mechanical restraint and highlight the importance of unifying criteria and specific training of the procurement team. It is essential to have a clear concept of mechanical restraint in order to provide optimal care for patients based on evidence.

Key words: Restraint Physical; Psychomotor Agitation; Self-Injurious behavior; therapy; commitment involuntary.


 

Introducción

Podemos definir contención mecánica como una terapia consistente en la supresión de toda posibilidad de movimiento de una parte o la totalidad móvil del organismo para favorecer la curación, utilizada en la agitación psicomotora o en la falta de control de impulsos (2).

Principalmente utilizamos la contención mecánica cuando tenemos un episodio de agitación psicomotriz, por eso, hemos de conocer qué engloba este concepto. Una agitación psicomotriz es un conjunto de movimientos irreflexivos, continuados y desordenados, de inicio generalmente brusco, en respuesta a impulsos instintivos o afectivos variables, que va acompañado de una sintomatología psíquica amplia y exige una intervención terapéutica inmediata.

Pero cualquier intervención ha de basarse en el respeto a la persona, la libertad de movimientos, la seguridad y la salud que hemos de considerar en todo momento. Saber cómo las enfermeras debemos de actuar con pacientes que tengan riesgo de auto y heterolesión, es fundamental para el procedimiento de la misma. No hay que olvidar, que el uso de medidas de contención puede vulnerar algunos de los derechos fundamentales de la persona, y por eso, es necesario que las enfermeras reflexionen acerca de este problema con altas implicaciones éticas y que establezcan unos criterios de actuación respetuosos con los derechos inherentes a la persona, se trata muchas veces pues, de un procedimiento involuntario.

Parece ser que hay una confusión en las normas de contención en unidades de cuidados agudos, quirúrgicos y de salud mental en un hospital, según la revisión de restricción y aislamiento de la Joint Comission (2). La decisión de utilizar una contención no se basa en el tratamiento, pero en la actualidad se está utilizando para afrontar las diferentes situaciones que no se pueden controlar de otra forma, tanto en unidades de salud mental como en otros servicios. Las normas de contención elaboradas por la Joint Comission (2) se aplicarían en la atención médica, post quirúrgica y en situaciones en que los cambios de comportamiento son causados por enfermedad o síntoma, como la confusión y la agitación. En estas situaciones, la contención y las intervenciones de protección pueden ser necesarias. Si la contención sólo se aplica cuando hay una patología mental, ¿cómo definimos las otras situaciones? La forma más fácil es determinar cuando no se trata de un trastorno mental: cuando la contención se aplica para apoyar el tratamiento médico, cuando el paciente tienen un comportamiento que puede interferir con el tratamiento o el dispositivo (arrancarse una vía intravenosa, un respirador o un apósito) podríamos estar aplicándola fuera del contexto de la salud mental. De todas formas, las normas y los protocolos de la contención mecánica deben estar bien definidos.

Hay también algunos dispositivos que pueden ser considerados elementos de una contención como la baranda de una cama en función de cómo sea utilizada. Si el paciente puede decidir retirar cuando él quiera esta baranda o dispositivo, no se entiende como contención. Respetará en todo momento su libertad de movimiento y decisión. Si fuera al contrario, tendríamos que aplicar también controles de procedimientos similares a los de la contención mecánica (2).

Las contenciones mecánicas son pautadas por los facultativos. Según la Joint Comission, si la situación es de carácter urgente, puede ser aplicada por otros profesionales que el centro acredite, pero deben estar revaluadas antes de una hora por un facultativo tal y como lo requiere la norma provisional de CMS (Centers for Medicare & Medicaid Services) para los derechos del paciente (1 de agosto, 1999).

Cuando el paciente está en contención, hay que establecer un protocolo para supervisar los signos de las posibles lesiones asociadas a la aplicación de la contención, como los signos vitales, hidratación, higiene, circulación, movilidad de las extremidades. En algunos estándares de contención se aconseja realizarlo cada quince minutos, pero esto va en función de las necesidades y el tipo de contención, ya que a veces puede agravar la situación de agitación, así como dificultar el descanso del paciente.

Desde los estándares de la Joint Comission, se aconseja utilizar el juicio clínico para delimitar los tiempos de supervisión de las contenciones. La monitorización de la contención se realiza para garantizar la seguridad física del paciente.

En el 2003, el Proyecto EUNOMIA (3), pretendía analizar la realidad de la práctica clínica y legal del empleo de medios y medidas coercitivas en el medio psiquiátrico de doce países. Se consideraban las siguientes medidas de intervención terapéutica: internamiento involuntario (involuntary admission), aislamiento terapéutico (seclusion), inmovilización terapéutica (restrain) y el tratamiento médico forzoso (forced medication o compulsory medical treatment). El motivo de dicho estudio era elaborar una Guía Europea para recoger las medidas más pertinentes de intervención, aplicación y control, fruto de la inexistente regulación de las mismas.

Algunos autores definen la expresión de contención mecánica como un eufemismo que utilizamos constantemente en los hospitales para no expresar que sujetamos los pacientes. El uso de este eufemismo, facilita las cosas y así utilizamos de forma muy natural esta práctica no sólo cuando el paciente corre riesgo de lesión física sino cuando no lo podemos dejar solo, por falta de personal o de familiares que lo puedan atender y así evitar el riesgo de caídas o de fuga por desorientación de la gente mayor.

 

Material y método

Para realizar el análisis del concepto de contención mecánica hemos utilizado la técnica de Wilson. Esta técnica de análisis de conceptos está diseñada para facilitar la comprensión de un concepto que tiene más de un significado, como la contención mecánica. La técnica Wilsoniana está diseñada en un formato de múltiples pasos, proporcionando un marco para el análisis conceptual. Este formato tiene 11 pasos que nos llevan al último objetivo que es la consecución de resultados en el lenguaje.

 

Resultados

Paso 1. Aislar las preguntas relativas al concepto

La falta de conceptos bien definidos en la literatura sobre el concepto de contención mecánica nos hace plantear una serie de preguntas: ¿Qué es la contención mecánica? ¿Es lo mismo contención mecánica que física? ¿Cómo, cuándo y quién ha de aplicar la contención mecánica?

Es importante separar estas preguntas en tres categorías: de concepto, de hecho y de valor. El motivo de la importancia de separarlas es porque las cuestiones de concepto son el núcleo de este análisis y solo desde este enfoque conceptual se puede asegurar un abordaje adecuado a las cuestiones de hecho y las de valores.

Paso 2. Encontrar las respuestas adecuadas

Cuando revisamos el significado de contención mecánica, detectamos que puede significar diferentes cosas en función del ámbito, quien la aplica, el porqué y el sujeto que la recibe. No hemos de olvidar la importancia del marco legal y ético para definir el significado de la misma (4).

El concepto de contención mecánica no lo podemos encontrar en los diccionarios como tal, ya que se trata de una palabra compuesta. Por ello, conoceremos las definiciones por separado. Como contención se define la acción de impedir que una cosa salga de sus límites, que los traspase. La acción de aquello que tiende a separarse (5).

El concepto de mecánica es usado como un adjetivo, del aparato o el sistema de funcionamiento del cual puede ser explicado exclusivamente por las leyes de la mecánica clásica, donde no intervienen fenómenos eléctricos ni hidráulicos (5).

Revisando el concepto de contención en la bibliografía, aparecen otros relacionados como restricción y aislamiento, muy unidos al eje conceptual que merece la pena revisar.

La JCAHO (2) nos ofrece la definición de restricción (no define contención) como el uso de procedimientos físicos o mecánicos dirigidos a limitar los movimientos de una parte del cuerpo del paciente, con la finalidad de controlar sus actividades físicas y protegerlo de las lesiones que se pueda hacer a sí mismo o a los otros.

Ramos (1) explica que no se incluyen en la definición de restricción de movimientos aquellos procedimientos de sujeción usados de forma habitual en algunos procedimientos diagnósticos y/o terapéuticos como la sujeción en intervenciones quirúrgicas o algunos métodos diagnósticos.

Se entiende por aislamiento el confinamiento (según la Rae, pena por la que se obliga a una persona a vivir temporalmente en libertad en un sitio diferente al de su domicilio) de un paciente, solo en una habitación, impidiendo que pueda salir de ella por un período delimitado de tiempo.

La principal característica del uso de la restricción y el aislamiento, es que la necesidad de aplicación va en contra de la voluntad del paciente. Por eso la contención se usa en un contexto de situación potencialmente peligrosa y es necesario personal formado que respete los derechos fundamentales del paciente. Los aislamientos, restricciones o contenciones que puedan realizarse en contexto sanitarios, solo han de tener finalidades terapéuticas o preventivas, como se recoge en la declaración de los derechos humanos (6), y nunca como necesidades extra clínicas. Los aislamientos no se practican como castigos por conductas delictivas, en estos casos son los organismos judiciales y de seguridad los que han de actuar y están fuera de nuestro tema de estudio.

Cuando nos preguntamos si es lo mismo contención mecánica que física, debemos detenernos a pensar la situación y el ámbito de estudio. En la mayoría de protocolos hospitalarios o asistenciales se utilizan los dos conceptos como sinónimos, pero fuera del ámbito hospitalario existen diferencias. En la tesis doctoral de Bernatallada(7), sobre el uso de la contención física en centros de menores, encontramos la definición de contención física como una actuación en que el adulto utiliza la fuerza física para inmovilizar al adolescente estirándolo en el suelo bocabajo estando el adulto encima de él. Esta acción se realiza para asegurar la integridad física de la propia persona sobre la que se actúa y el entorno para resolver de manera instantánea la situación de violencia que se estaba produciendo. La diferencia importante con la definición de contención mecánica es la no utilización de dispositivos físicos. Otra diferencia es el tiempo que se utiliza en la contención; mientras que la contención mecánica puede durar horas o días, la contención física se entiende como una solución temporal de minutos.

En referencia a las preguntas de hechos y valores, nos preguntamos cómo, quién y cuándo ha de aplicar la contención mecánica. No en todos los casos será necesaria la utilización de la contención mecánica. Hay que explicar la importancia y necesidad de la contención ambiental, verbal y farmacológica como técnicas previas a la contención mecánica (8) . Es decir, preguntarnos siempre antes si existen procedimientos alternativos para poder evitarla. La mayoría de veces en nuestra practica asistencial, definimos la mejor contención mecánica como aquella que nunca ha llegado a producirse. Diferenciar las contenciones mecánicas aplicadas a la gente mayor para evitar el riesgo de caídas, tan utilizada en los hospitales y centros socio sanitarios y las contenciones que se realizan en unidades de agudos.

En la práctica asistencial, la contención mecánica la lleva a cabo el equipo de enfermería, pero en última instancia, la orden y responsabilidad es médica. Los protocolos existentes no se ponen de acuerdo en este procedimiento, en las horas de margen para que la enfermería la pueda llevar a cabo hasta recibir la orden médica firmada en casos de urgencia (como una agitación psicomotriz) ni en los tiempos para controlar y supervisar dicha contención.

Hay poca investigación empírica sobre el uso de la contención mecánica, el por qué y cómo se utiliza (9). Hay que destacar también que la contención mecánica se utiliza en cualquier ámbito asistencial, como en personas mayores durante la atención hospitalaria y residencial para evitar la hetero agresión y las caídas. En estos casos, la definición del proceso de contención es diferente, ya que la finalidad y la manera de realizarla cambia (10).

La contención mecánica también se define como una intervención para el control de las autolesiones (11), el consentimiento informado y el examen de los marcos legales, éticos y de organización son rígidos para la definición de su proceso por la privación de libertad de las personas.

El uso de la contención mecánica también está relacionado con el tipo de personal que la lleva a término. Es decir, en ocasiones se realizará o no en función del personal que atiende a la persona. La formación, los conocimientos previos, la capacidad de realizar una buena contención verbal, pueden influir en la decisión final de la misma. Recordemos que se procede a una contención mecánica por orden médica, pero que a menudo, cuando se producen situaciones urgentes de agitación, es el personal de enfermería quien decide y la realiza en primera instancia. Posteriormente el personal facultativo la autoriza y la pauta. En la mayoría de los casos que enfermería puede decidir o no la utilización de una contención mecánica disminuye su uso (4).

Paso 3-7. Casos ejemplares

Siguiendo la Técnica Wilson, en los pasos siguientes vamos a hacer uso del estudio de casos para poder identificar los elementos y características esenciales del concepto.

Caso ejemplar: CS es un paciente de 22 años que ingresa en la unidad de agudos de salud mental por alteración conductual en su domicilio. Diagnosticado de esquizofrenia paranoide desde hace cinco años, no se ha vinculado al centro de salud mental y no realiza cumplimiento terapéutico. La familia avisa al servicio de urgencias por mostrarse agresivo en casa. Presenta ideación delirante de prejuicio hacia los padres y ansiedad.

Al ingresar en la unidad, el paciente se niega a quedarse aunque el psiquiatra ha cursado un ingreso involuntario (12). Se muestra hostil y aparece un riesgo auto o hetero agresivo. La conducta auto lesiva, es definida por Matson en 1989 como una conducta repetitiva en el ser humano que tiene como resultado el daño físico o psicológico de la misma persona que la lleva acabo. El riesgo hetero agresivo es cuando la conducta lesiva está dirigida a elementos externos, personas u objetos.

El equipo de enfermería empieza una contención verbal que no es efectiva le ofrece medicación oral que el paciente rechaza. CS empieza a dar golpes a las paredes y amenaza al personal. Inicia un cuadro de agitación psicomotora, definida como un conjunto de movimientos irreflexivos, continuados y desordenados, de inicio generalmente brusco, en respuesta a impulsos instintivos o afectivos variables, que va acompañada de una sintomatología psíquica amplia y que exige una intervención terapéutica inmediata. Puede manifestarse con ansiedad o con tensión interna (13).

A causa de esta sintomatología psíquica se procede a contención mecánica. En esta situación, la contención mecánica se está utilizando como una terapia o tratamiento (utilizados como sinónimos habitualmente en psiquiatría), como un precepto destinado al tratamiento de un trastorno mental (13). Se procede a contención mecánica de extremidades superiores, inferiores y cintura.

Caso contrario: MP es una mujer de 40 años que ingresa en urgencias de psiquiatría por presentar una ideación auto lítica. Esta diagnosticada de un trastorno depresivo desde hace 15 años y ha precisado de diversos ingresos. En los últimos años ha presentado dos tentativas auto líticas con alta rescatabilidad (la paciente realizó una sobre ingesta farmacológica con aviso previo a la familia y garantías de ser atendida). La familia claudica en su cuidado, pues considera que la paciente utiliza su patología mental para realizar demandas de atención. Durante su ingreso, la paciente verbaliza ideas de muerte e ideación estructurada. El equipo de enfermería decide que el aislamiento y supervisión son suficientes. En el cambio de turno la paciente ha hecho una ingesta de más de cuarenta comprimidos de lormetazepam 2mg que traía escondidos. Se procede a lavado gástrico y traslado a la UCI.

En este caso la no aplicación de la contención mecánica como terapia ha comportado un riesgo vital para el paciente.

Caso relacionado: AS es un paciente de 82 años que ingresa por descanso familiar en un centro socio sanitario. Diagnosticado de hace tres años de una demencia vascular, es dependiente en las actividades de la vida diaria. Va en silla de ruedas por dificultad en la marcha, tolera con dificultad la bipedestación y necesita ayuda en las transferencias. A su ingreso, el equipo de enfermería procede a la contención mecánica de cintura para evitar riesgo de caídas, previamente pactada con la familia. Esta contención implica una restricción del movimiento del paciente.

En este caso, la contención mecánica no va ligada a una agitación psicomotora, ya que se aplica como prevención de caídas, no hay intencionalidad del paciente de hetero o autolesión. No consiste pues en una terapia o tratamiento, sino en una medida para evitar situaciones más complicadas. El uso de contenciones en gente mayor institucionalizada es frecuente en los últimos años (14)

Caso fronterizo: Paciente de 26 años que ingresa en la unidad por desnutrición. Su IMC es <17. La paciente no tiene conciencia de enfermedad ni de necesidad de tratamiento. Presenta una alteración en su analítica general que compromete su estado vital. Se decide inserción de sonda nasogástrica para iniciar alimentación enteral. La paciente no está conforme con el tratamiento ni el ingreso, se tramita un ingreso involuntario i es necesario aplicar contención mecánica de extremidades superiores, inferiores y cintura para evitar un arrancamiento de la sonda. En este caso no hay agitación psicomotora, pero si aparece una restricción del movimiento. Se aplica la contención como una terapia para poder administrar un tratamiento cuando la vida del paciente está en peligro. Se puede discutir si en este caso aparece un riesgo de autolesión, ya que las acciones no serían directamente lesivas, sino por omisión de los hechos (dejar de comer implica un riesgo vital para la situación actual de la paciente).

Paso 8. Contexto social

Desde los orígenes de la psiquiatría, donde se confundía religión y magia, hasta el estado actual como una especialidad, se han cruzado dos corrientes principales. Una que busca el tratamiento de los trastornos mentales a través de la comprensión de fuerzas externas inmateriales, y la otra que lo intenta a través de la corrección de los procesos orgánicos internos. En todos los casos, la contención mecánica como tratamiento, ha ido evolucionando, en su uso y en su desuso. En les primeras ocasiones, se utilizó como medida de castigo y en la psiquiatría más moderna, pasó a ser una terapia.

Con la Revolución Francesa y la aparición de los derechos humanos, la concepción de la Psiquiatría evolucionó y el tratamiento del enfermo mental cambió. En el S.XVII en Francia, con el Dr. Pinet, médico que estudió las enfermedades mentales y muy vinculado al concepto de tratamiento moral de Pussin, retiró los grilletes a los enfermos mentales por considerarse una práctica insana (primero al manicomio de Bicetre y más posteriormente a Salpetriere). En aquella sociedad, en los manicomios ingresaban los delincuentes, prostitutas y los realistas. Aparece el concepto de alienistas, como personas desvinculadas de la sociedad, como no ciudadanos que no cumplían los deberes como tal.

Hasta el 1940 la Psiquiatría estaba incluida dentro de la patología médica. A partir de entonces, se desvincula a causa de la complejidad de les patologías y los avances psicofarmacológicos.

En 1950, se utilizaron las primeras contenciones en 1.300 pacientes psiquiátricos, usando camisas de fuerza u otro dispositivo de restricción. Los investigadores ya discutían sobre el uso de contenciones en pacientes psiquiátricos sin llegar a un consenso claro (Bay,1950).

En el 1987 en EEUU fue aprobada "Omnibus Budget Reconciation Act", una ley federal que provocó la mayor reforma legal en la práctica de curas y donde se regulaba el uso de la restricción física.

Actualmente no hay un criterio claro sobre el uso de la contención mecánica, no sólo a nivel nacional, sino también a nivel mundial. Según Mirin, director de la Asociación Americana de Psiquiatría, el uso de las contenciones debe tener como objetivo proteger la seguridad del paciente (Charatan, 2000) (15). Como los pacientes psiquiátricos están en riesgo de conductas heteroagresivas y no cumplimiento del tratamiento, las contenciones pueden formar parte del proceso terapéutico, pero hay autores como Mohr (2009) (16) que ponen de manifiesto que su utilización queda en mano de los cuidadores, que existe una falta de control externo y que su uso puede ser demasiado paternalista.

En el ámbito geriátrico, las contenciones se usan con cierta frecuencia. A nivel internacional se registran cifras variables entre estudios del 12 al 47 %. Hay diferentes interpretaciones de los resultados y una amplia variabilidad que puede responder a criterios metodológicos diferentes o a factores locales. Entre los factores que se relacionan con la utilización de más o menos contenciones esta la dependencia, el deterioro cognitivo, la experiencia del personal, las medidas legislativas existentes i la actitud i aptitud del personal (Hammers, 2005).

En el ámbito de la salud mental, la literatura alerta de la variabilidad en el uso de las contenciones, tanto en tipos como en frecuencia. La revisión realizada por Joanna Briggs, registraba en el 2002 que un 10% de las personas ingresadas en unidades de agudos precisaban algún tipo de contención mecánica durante su período de hospitalización (2.7 a 4.5 días).

Paso 9. Emociones subyacentes

El concepto contención mecánica lleva implícitas muchas emociones en su utilización. En primer lugar, va relacionada con un procedimiento que se aplica en contra de la voluntad de la persona, y eso genera miedo y rechazo tanto a nivel individual como en su contexto social. Fuera del ámbito asistencial, muy a menudo se percibe como un procedimiento de castigo o sanción a alguna conducta. Relacionar la contención mecánica con el hecho de atar a la persona en contra de su deseo es muy común en cualquier conversación con gente ajena al mundo sanitario. (11)

Según Gastmans y Milisen (17) la contención mecánica viola la dignidad del paciente y su autoestima. Así lo recogen en sus estudios, donde aparecen opiniones de muchos pacientes que expresan sus sentimientos de privación de libertad.

La angustia y el sufrimiento descritos por los pacientes que han pasado por una contención mecánica, y el miedo a pasar por ella de nuevo, nos debería hacer reflexionar sobre que alguna cosa no estamos haciendo bien o de la manera más adecuada. Haría falta destacar la importancia de realizar siempre y de forma correcta una contención farmacológica previa a la contención mecánica. No es válido ni ético tener a un paciente en contención mecánica en un estado de vigilia, realizando ingestas, con los riesgos que esto comporta o angustiado por su situación. Una correcta administración de la medicación oral o intramuscular, con el paciente sedado, disminuye el tiempo de contención mecánica y alivia o elimina la angustia que comporta estar en esta situación.

De igual manera que se han descrito efectos negativos sobre el entorno del paciente, también sobre el personal que la aplica (lesiones traumáticas durante la contención, sentimientos de malestar, insatisfacción) y en la misma relación profesional-paciente (desconfianza, resentimiento). Se aconseja el debriefing del equipo y con el paciente después de aplicar esta medida.

 

Resultados

Paso 10. Resultados prácticos

Este análisis demuestra que la contención mecánica es una terapia que se aplica en muchas ocasiones con falta de conocimientos, criterios y sin regulación ni protocolos asistenciales unificados.

Definir la contención mecánica nos debería ayudar a los profesionales de la salud que la realizamos a la correcta utilización e indicación de la misma, así como la suspensión de contenciones mecánicas inadecuadas.

 

Discusión

Paso 11. Resultados en el lenguaje

La contención mecánica es aplicada en muchos centros asistenciales por las enfermeras y pautadas por los facultativos.

En algunos casos no es aplicada como terapia sino como medida de prevención para riesgos futuribles.

Hay algunas corrientes de pensamiento apoyadas en estudios de diferentes países que van en contra de su aplicación de manera generalizada.

Hay una falta de criterios unificados para su realización, así como literatura basada en la evidencia científica.

Es importante definir quién, cómo y cuándo se debe aplicar la contención mecánica. Hay que procurar una formación continuada del personal sanitario en esta materia.

Destacar la importancia de las implicaciones éticas y legales, como cualquier acto médico, está sujeto al marco legislativo y a la ética médica. El principal conflicto en las contenciones no voluntarias se plantea entre el principio ético de autonomía, porque limitan los movimientos de la persona, y el principio de la beneficencia, ya que debemos proteger a la persona.

La definición de la contención nos debe ayudar a aplicarla siempre como una terapia, en la que previamente hemos aplicado una contención verbal y farmacológica.

Se recomienda el desarrollo de protocolos para la utilización y aplicación de las contenciones, así como destacar la importancia del buen registro en la historia clínica.

Como tratamiento implica unos riesgos para el paciente que hemos de conocer: alteración de la integridad cutánea, caídas, bronco aspiración, estreñimiento, pérdida de fuerza y tono muscular, trombosis venosa profunda, dificultad respiratoria, compresión nerviosa, edemas, hematomas y ahorcamiento.

 

Conclusiones

De la definición conceptual de contención mecánica, derivan unos elementos a considerar por la práctica asistencial. La aplicación de la contención mecánica deber ser evaluada en cada caso particular. Decidir si es o no necesaria, evaluar las consecuencias y los riesgos, y aplicarla como última opción después de una correcta contención verbal y farmacológica es muy importante para una buena praxis. Las contenciones son una medida terapéutica, pero deben ser la última opción.

Según el informe de la Comisión sobre Esquizofrenia del Reino Unido en 2013 (18), es necesaria una revisión radical en las unidades de agudos y una mayor presencia de decisiones compartidas con el paciente. Dar voz al paciente puede abrir un nuevo camino hacia el conocimiento de la utilidad y valor real de la contención mecánica. Borja Esteso, mostraba Textos escritos por los participantes del taller del blog Saltando Muros, que eran personas ingresadas en el área Externa de Salud Mental de Tenerife (19). Textos en los que los propios pacientes expresaban sus sensaciones ante la contención mecánica y sus propuestas, respondiendo a preguntas como "¿Has tenido experiencia de estar atado? ¿Funciona para algo? Propón alternativas" Textos en los que la demanda más común era "la necesidad" de una comunicación más temprana con los equipos médicos/asistenciales, siendo la desesperación y el sentimiento de incomprensión el denominador común que expresan los usuarios.

En algunos casos la contención no es aplicada como una terapia, sino como una medida de prevención, y en estos hay que valorar opciones alternativas. En otras situaciones, donde haya una agitación psicomotriz o un riesgo de auto o heterolesión, la contención mecánica será imprescindible, y siguiendo la evidencia científica, el equipo de enfermería debe saber cómo llevarla a cabo. Evidenciamos una falta de estudios sobre el uso de la contención mecánica para ayudarnos a la definición conceptual de la misma.

Es importante realizar un abordaje del equipo multidisciplinar para una buena praxis en la utilización de las medidas de contención. (Rodríguez, 2011) y en cualquier caso, el procedimiento ha de respetar los derechos de la personal y estar dentro del marco legal y ético actual (20). Este análisis del concepto de contención mecánica favorece su uso y nos proporciona una visión más amplia y una investigación con resultados significativos. Esto nos ayuda a una mejora de la práctica basada en la evidencia y un abordaje con más concordancia con los resultados de la investigación actual y favorecer el estudio de la prevalencia (21) Es importante utilizar un lenguaje claro sobre el concepto de la contención mecánica en los debates y en la documentación entre enfermeras y otras disciplinas. La clarificación del lenguaje contribuye a mejorar la práctica.

 

Bibliografía

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