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Ene

On-line version ISSN 1988-348X

Ene. vol.8 n.2 Santa Cruz de La Palma  2014

https://dx.doi.org/10.4321/S1988-348X2014000200001 

CARTAS AL DIRECTOR

 

La necesidad de certificar las prácticas basadas en evidencias ¿por quién y para qué?

 

 

Jose Luis Gómez Urquiza

 

 


RESUMEN

La enfermería basada en la evidencia aboga por la transferencia de los resultados de investigación a la práctica diaria para la mejora de los cuidados. Existen numerosos recursos donde las enfermeras pueden localizar evidencia científica. Este texto reflexiona sobre si es pertinente la existencia de un modelo de reconocimiento de implementación de evidencias en cuidados, paralelo a los ya reconocidos oficialmente por las Comunidades Autónomas, que centra su evaluación en el uso de un único recurso de evidencia y en el que la enfermería es relegada del reconocimiento de su labor en pro de la distinción del centro sanitario.

Palabras clave: Acreditación, Enfermería Basada en la Evidencia, Guías de Práctica Clínica, Práctica Basada en la Evidencia.


ABSTRACT

The need to certify the Evidence-Based Practice, by whom and for what? The evidence-based nursing advocates for the transfer of research results into daily practice to improve care. There are many resources where nurses can find scientific evidence for the care. This text reflects on whether it is appropriate to have another model that recognizes the implementation of evidence, parallel to the officially recognized by the Autonomous Communities, which focuses its evaluation on the use of a single source of evidence and in which the recognition of nursing work is relegated for the distinction of the health center.

Key words: Accreditation, Clinical Practice Guideline, Evidence-Based Nursing, Evidence-Based Practice, Nursing.


 

El movimiento de la práctica basada en la evidencia (PBE) aboga por la transferencia e implementación de los resultados de investigación en la práctica diaria como método para la mejora de la calidad y los resultados de la asistencia sanitaria.(1) Son muchas las variables que juegan un papel importante como barreras o facilitadores de la implementación de evidencias. Una de las piezas clave para la PBE son las organizaciones sanitarias y el entorno de trabajo.(2) Uno de los aspectos principales que las organizaciones deben facilitar y que han sido identificados para el éxito de la PBE es la autonomía de la enfermera en su práctica asistencial y el liderazgo de los supervisores.(2)

A lo largo de los años han surgido diferentes iniciativas para reducir la brecha que existe entre investigación y práctica.(3,4) Hace unos días recibí un mensaje de difusión sobre una iniciativa denominada "Centros Comprometidos con la Excelencia en Cuidados". Esta convocatoria otorga una distinción a los centros hospitalarios que implementan y evalúan tres Guías de Buenas Prácticas (GBP) de la Asociación de Enfermeras de Ontario de Canadá (RNAO) durante un período de tres años.

Lo que es a priori una iniciativa plausible dista bastante de cumplir con los aspectos nombrados anteriormente como cruciales para el desarrollo de la Enfermería Basada en la Evidencia (EBE), la autonomía y el liderazgo. Además contradice en algunos sentidos los principios básicos de este movimiento, como son los recursos disponibles, las preferencias de los pacientes y la experiencia del profesional.

Respecto a la autonomía de la enfermera clínica, con este tipo de convocatoria, ésta vuelve a ser relegada de su poder de decisión. Son los centros los que solicitan entrar en el proceso para la obtención de la distinción mientras que los profesionales de enfermería son el instrumento necesario para poder cumplir con los resultados que esta convocatoria requiere.

Como muestra la literatura internacional, la brecha investigación-práctica sigue siendo considerable.(5,6) Una de las barreras identificadas para la EBE es el escaso beneficio percibido por el uso de la misma, la falta de reconocimiento de su labor y la escasa posibilidad de desarrollo profesional en la institución.(7-9) ¿Cómo se va a motivar la enfermera clínica para llevar a cabo la PBE si se deja a un lado el reconocimiento de su labor en la mejora de los cuidados mediante la implementación de evidencias y se otorga el reconocimiento a la institución? Una enfermera que lleva a cabo el modelo EBE en su lugar de trabajo debería ser incentivada. Por ejemplo, podrían ser reconocidas en su centro como líderes en PBE o dotarlas de mayor autonomía para la puesta en marcha de nuevas intervenciones.

Identificar líderes en EBE que apoyen y puedan ejercer como coordinadoras de enfermeras nóveles en esta metodología podría suponer una mejora de los cuidados, los resultados de salud y el coste de la atención sanitaria. Estos tres aspectos deberían ser más valorados por cualquier institución hospitalaria que una distinción o premio. El objetivo último de un hospital no debería ser otro que el de mejorar la salud de los ciudadanos con una atención de calidad y eficiente.

Otro aspecto que requiere una mirada crítica, es la asociación de la excelencia al hecho de implementar un único recurso de evidencia, en este caso las GBP de la RNAO. Esto contradice en buena parte los fundamentos de la EBE, en lo que se refiere a la consideración de los recursos disponibles, las preferencias de los pacientes y la experiencia del profesional. La mayor parte de los instrumentos foráneos, entre ellos las GBP de la RNAO, aluden a menudo a recursos que no están al alcance de las enfermeras clínicas, y por bien elaboradas que estén, no recogen las preferencias de los ciudadanos en el lugar donde son implementadas, lo cual puede inducir a conductas prescriptivas con tal de alcanzar la acreditación. No hay que olvidar el importante papel que juega la bioética en la toma de decisiones en el ámbito sanitario y que implica respetar los valores y preferencias de los pacientes.(10)

En cuanto al papel del clínico, se reduce a objeto pasivo de consumo. Esto está ocurriendo con otros instrumentos parecidos, que desde que fueron gestados, pasando por el procedo de traducción y reedición, pueden pasar años, lo cual pone en duda su actualización. La experiencia del clínico que aplica el conocimiento queda a su discreción, pero no es incorporada a la GBP, que siempre serán otros los responsables de su actualización y difusión. Obviamente el modelo está muy lejos del papel activo que la EBE otorga tanto a los profesionales como a los pacientes.(11)

Sin duda es importante la promoción y difusión de la EBE en los centros hospitalarios. Lo que no hay que olvidar es que las enfermeras disponen de numerosos recursos de evidencia en cuidados, cada uno con sus fortalezas y debilidades. Todos ellos, al igual que las guías de GBP de la RNAO, ofrecen acceso a evidencia científica contrastada o a la búsqueda de la misma y son, entre otras: la Biblioteca Cochrane, el portal Guía Salud, las guías NICE del NHS, guías SIGN, la bases de datos CUIDEN y su base CUIDEN Evidencia, CINAHL, Scielo o las diferentes revistas con recursos de investigación secundaria (Evidentia, Evidence-Based Nursing o Worldviews on Evidence-Based Nursing).

Por eso es pertinente preguntarse ¿Por qué han de centrar las enfermeras sus esfuerzos y tiempo en la implementación de un único recurso cuando existen otros muchos, algunos generados en contextos más cercanos culturalmente, que ofrecen contenidos de calidad y que pueden estar más actualizados que las GBP de la RNAO?

¿Quién es el principal beneficiario de este tipo de reconocimientos, que parecen más enfocados a la promoción de un único recurso que a favorecer los cuidados y la EBE? Como indica Bonfill,(12) la atención sanitaria está basada en la evidencia si las decisiones que afectan la asistencia de los pacientes se toman contando con toda la información válida y relevante.

Por otra parte, ya existen agencias reconocidas oficialmente en las Comunidades Autónomas para la acreditación tanto de centros y unidades asistenciales como de profesionales. En el caso de Andalucía, los centros y unidades hospitalarias son evaluados en base a numerosos criterios. Entre ellos se incluyen aspectos facilitadores de un ambiente para implementar evidencias, como establecimiento de planes de formación continuada, políticas de motivación profesional, dar apoyo estructural y organizativo para la investigación de los profesionales, y la participación activa del paciente en la toma de decisiones.(13)

En el caso de los profesionales se les acredita en base a criterios entre los que se incluye el uso de la evidencia científica, siendo uno de los 10 puntos clave el compromiso con la investigación. De forma más específica se valora el empleo de las herramientas de la práctica basada en la evidencia, la introducción de innovaciones terapéuticas basadas en la evidencia y la participación en el proceso de actualización de protocolos y guías de práctica clínica.(14,15) ¿No es más lógico, como ocurre en las acreditaciones oficiales, dar el reconocimiento al profesional por el uso de la evidencia?¿Es necesaria la existencia de procesos de reconocimiento paralelos a los ya establecidos? ¿No están provocando un estado de confusión entre las enfermeras clínicas, al ser obligadas por sus gestores a acogerse a modelos alternativos que no tienen impacto alguno en su desarrollo profesional?

Los hospitales comprometen recursos y profesionales para convocatorias como la de Centros Comprometidos con la Excelencia en Cuidados. Estos recursos pueden usarse para formar a las enfermeras clínicas sobre los recursos de evidencia disponibles, sin discriminación alguna, y cómo pueden utilizarlos para favorecer su atención al paciente. Hay que confiar en ellas y en su buen criterio a la hora de introducir cambios en la práctica. También se podrían usar los recursos para distinguir a enfermeras clínicas que desarrollen la EBE en su centro. Se podrían identificar líderes en EBE dentro de los servicios y organizar eventos o premios científicos que visibilicen, por ejemplo, las mejores implementaciones del año en el centro hospitalario.

Buscando conjuntamente modos de consolidar la motivación para la EBE, la brecha entre investigación y práctica será cada vez más pequeña. Si los centros hospitalarios tienen motivación por este tipo de convocatorias, deberían tenerla también por motivar e incentivar a sus enfermeras a la EBE desde el propio centro. Esto conllevará que mejore la atención prestada, su eficiencia y los resultados de salud, aspectos más que distintivos de un buen hospital.

 

 

 

Bibliografía

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2. De Pedro-Gómez J, Morales-Asencio JM, Sesé Abad A, Bennasar Veny M, Artigues Vives G, Catalina Perelló C. Entorno de práctica de los profesionales de enfermería y competencia para la incorporación de la evidencia a las decisiones: situación en las Islas Baleares. Gaceta Sanitaria; 2011; 25(3):191-197.         [ Links ]

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