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Ene

versión On-line ISSN 1988-348X

Ene. vol.10 no.2 Santa Cruz de La Palma ago. 2016

 

 

 

Correlación entre el modelo conceptual y el modelo profesional del cuidado

 

 

Ana María España López

 

 


RESUMEN

La enfermería como profesión gira entorno a dos estructuras principales sobre los que se construye la práctica del cuidado. El cuidado de la persona surge desde la conceptualización de la misma en su desarrollo a lo largo de la vida cuyo fin está dirigido al mantenimiento de la vida y del bienestar personal. Así, el planteamiento de este trabajo de investigación surge desde la práctica clínica en el cuidado de las personas en relación a la intervención de la enfermera en la institución sanitaria. Actualmente, se reconoce como fundamental el registro de la información. Además, se cuenta con un componente legislativo que establece el uso de los lenguajes estandarizados para el desarrollo del cuidado. Es así que desde ello nace la idea de relación entre el modelo conceptual y el modelo profesional en el empleo del lenguaje de la taxonomía NANDA.

Palabras clave: Autocuidado (self-care); Requisitos Universales; Diagnóstico (Diagnosis); enfermería (nursing); NANDA.


ABSTRACT

Nursing as a profession revolves around two main structures on which is built the practice of care. The care of the person arises from the conceptualization of the same in its development along the life whose purpose is directed to the maintenance of life and personal well-being. Thus the approach of this research work arises from the clinical practice in the care of persons in relation to the intervention of the nurse in the health institution.

Key wrods: Self-care; Diagnosis; nursing; NANDA.


 

Introducción

La enfermería como profesión nace de la atención que se brinda a las personas, con el fin de proporcionar el mantenimiento de la vida y del bienestar individual.

Desde este hecho crece el cuidado como fin último de la profesión enfermera. El cuidado como acción de la enfermera para mantener y garantizar la salud de las personas.

Ahora bien, la manera de reflejar la práctica enfermera se ha facilitado a partir de un método estructurado y que ha permitido de alguna manera representar la labor de la enfermería en el día a día. Este proceso se denomina proceso enfermero y se construye a partir de la identificación del problema por medio del ejercicio de valoración y diagnóstico con el fin de establecer una intervención adecuada para el cuidado de las personas.

El eje principal de ese proceso es el diagnóstico y sobre los que se van a estructurar los demás elementos. Sin embargo, se observa que existe una discordancia en la práctica entre el modelo conceptual y los modelos de lenguaje.

Así pues, desde este hecho nace el interés en la correlación de entre el modelo conceptual y el modelo de lenguaje.

Estado del Arte:

Conceptualización de la persona

Para el desarrollo de esta investigación se ha hecho necesaria la identificación del sujeto "persona" con el fin de conceptualizar su significado por medio de distintas perspectivas, desde su visión filosófica, desde su estructura y finalmente desde la salud.

Comenzando con la definición de persona desde la Real Academia Española se puede resumir que se trata de: "sujeto de derecho", "un individuo de la especie humana, hombre o mujer de prendas, capacidad, disposición y prudencia" (Diccionario de la Real Academia Española, 2014). Así pues, se puede afirmar que el concepto de persona recoge todo aquello que tiene relación con el ser humano, con su capacidad para desarrollar habilidades y con su inteligencia para poder tomar decisiones.

Desde la filosofía se recoge a la persona como un ser racional, "dotado de razón". Con capacidad para el pensamiento como bien dejó reflejado Descartes con su "cogito ergo sum" (Santamaría García & Santamaría Perez, 2015). Así mismo, la persona es un ser social condicionado por el entorno en el que se desarrolla y por el que modula una determinada personalidad (Alligood, 2014).

Al mismo tiempo, desde la visión estructural y biológica, la persona, en su condición de ser humano, se ve sometida a una serie de cambios derivados de los cambios físicos y fisiológicos que le permiten crecer y desarrollarse de forma individual (Mosterín, 2006) y, que le diferencia del resto de personas (Hernández Conesa et al., 2003).

Desde ello, en la investigación se hizo necesaria la correlación con el término de Salud descrito por la Organización Mundial de la Salud que define dicho concepto como el "Estado de completo bienestar físico, mental y social que incluye no solo la ausencia de afección o enfermedad". La persona lleva a cabo una serie de acciones con el fin de mantener la vida y su bienestar, de tal manera que se puede afirmar que la persona se cuida con el fin de mantener su salud y su bienestar personal.

Conceptualización del cuidado

Para la definición del concepto del cuidado entendido como describe la maestra Collière en su obra Promover la vida de 1993, describe el concepto del cuidado entendiendo que: "cuidar y vigilar representan el conjunto de actos para la vida que tienen por finalidad y por función mantener la vida de los seres vivos para permitirles reproducirse y perpetuar la vida de grupo" (Collière, 1993).

Desde este punto se hizo necesario conocer desde el punto de vista de la salud la condición de la persona para poder mantener su capacidad para cuidarse y con ello para cuidar de otros.

Entiendo la capacidad como la voluntad o motivación, los conocimientos y la experiencia que la persona desarrolla a lo largo de su vida identificando los propósitos que son considerados para la vida y el bienestar y con ello para el mantenimiento de la salud (Orem, 1993). Estos propósitos descritos por Dorothea Orem como Requisitos de Autocuidado entre los que se diferencian tres tipos. Requisitos de Autocuidado Universal, Requisitos para el desarrollo, Requisitos de desviación de la Salud (Alligood, 2014).

En el desarrollo de esta se han empelado los Requisitos de Autocuidado Universal en la correlación de las etiquetas diagnósticas.

Ahora bien, la persona a partir de las habilidades, el conocimiento, la experiencia y la voluntad adquiere la capacidad para poder cuidar de sí misma, mediante la identificación de aquellos requisitos necesarios y, a partir de los cuales, se puede lograr mantener el mantenimiento de la vida. De la misma manera la persona que es capaz de identificar los propósitos necesarios para la vida y adquiere dicha capacidad, puede cuidar de otros pasando a ser agente de cuidado, promoviendo así, la vida y el bienestar (Orem, 1993). En el cuidado de otros se puede establecer la relación con el cuidado que proporciona la enfermera en su labor de atención a las personas en las distintas instituciones.

El cuidado descrito desde el modelo profesional

Para poder comprender la práctica de la enfermera se ha precisado la identificación de las dos estructuras básicas sobre los que se construye la profesión.

En un primer momento se han identificado las diferentes escuelas que han tenido lugar en el desarrollo del cuidado enfermero. Desde el modelo conceptual se ha definido a la enfermería desde el metaparadigma enfermero de la interrelación de los cuatro conceptos clave, la persona, cuidado, entorno y salud. Con la interrelación de dichos conceptos se logra determinar la acción de la enfermera en el cuidado de otros, derivado de ello se construye las bases teoréticas que dan el fundamento como profesión.

Sin embargo, desde el modelo profesional se ha identificado que la enfermería se desarrolla por medio de un modelo de proceso basado en la metodología enfermera en el desarrollo del Proceso Enfermero, entendiendo éste como un método organizado de conocimientos que le dan a la profesión ese carácter de disciplina científica (Hernández Conesa, Moral de Calatrava, & Esteban Albert, 2003). Este método se construye en base a cinco fases: Valoración, Diagnóstico, Planificación, Ejecución y Evaluación (Fernández Ferrín, 2004).

La fase de Diagnóstico constituye la última parte que se incluyó dentro del proceso enfermero y sin embargo se trata del eje fundamental del modelo profesional pues por medio del proceso enfermero se puede desarrollar, de forma práctica, el cuidado y, por tanto, planificar la intervención de enfermería en un momento determinado. Así mismo, en el modelo profesional se han descrito los modelos de lenguaje que permiten operativizar la práctica enfermera ya que, se facilita el uso de un lenguaje común en el desempeño de la práctica y, con ello, se logra universalizar el cuidado.

 

Material y Método

En una primera fase, la metodología empleada para la elaboración de este trabajo de investigación se ha llevado a cabo un método deductivo basado en la extracción de conocimiento mediante la representación gráfica de la jerarquización de los Requisitos de Autocuidado Universal.

En una segunda fase se ha llevado cabo del mismo modo el método deductivo de extracción de conocimiento en el análisis del modelo de lenguaje de la taxonomía NANDA.

Finalmente, con la ayuda de un grupo de expertos se ha llevado a cabo la educción de conocimiento para el desarrollo de la correlación del modelo conceptual y del modelo de lenguaje.

 

Resultados

Los resultados obtenidos se van exponer en función del orden en que se han presentado las fases del desarrollo de la investigación.

Representación gráfica de la jerarquización de los Requisitos de Autocuidado Universal.

Así, en la primera fase de extracción de conocimiento se ha obtenido de la bibliografía que los Requisitos de Autocuidado Universal se consideran como los propósitos necesarios para mantener la vida y el bienestar de la persona.

Así, en la Figura I se muestra que la persona en el cuidado de sí (autocuidado) ha de reconocer en primera instancia los requisitos esenciales para mantener la vida y, que de alguna manera con ello será capaz de lograr el bienestar y la salud.

 

 

Del mismo modo, en la Figura 1 se muestra que se puede establecer una jerarquización de los Requisitos de Autocuidado tal y como describió Dorothea Orem. De tal manera que se identifican los requisitos de mantenimiento de agua, aire, alimentos y procesos de eliminación como requisitos imprescindibles para la vida. Seguidamente, los Requisitos de equilibrio entre la actividad y el descanso y entre la soledad e interacción social se dirigen hacia la búsqueda del bienestar. Y, por último, los requisitos de prevención y promoción de la normalidad se pueden dirigir hacia el mantenimiento de la salud.

Representación gráfica del análisis del modelo de lenguaje, taxonomía NANDA.

Para poder establecer una correlación con los Requisitos de Autocuidado y la representación de los diagnósticos desde la clasificación NANDA se han identificado que cada etiqueta descrita por la Taxonomía hace referencia a un juicio clínico que identifica una respuesta humana. ésta a su vez, se configura a partir de una necesidad presentada por la persona ante una situación o problema de salud.

Representación de la correlación entre el modelo conceptual y el modelo de lenguaje.

 

 

En la Figura 3 se puede observar la correlación entre el modelo conceptual y el modelo profesional entre los que se puede establecer que desde el modelo conceptual se define a la persona desde la necesidad de cuidado y, por tanto, desde los requerimientos que precisa para poder mantener la vida y la salud. Al mismo tiempo y paralelamente, el modelo profesional hace referencia a los modelos de lenguaje desde su principal eje de diagnósticos de enfermería que definen una respuesta humana ante una necesidad. Esto es lo que da lugar a que, de alguna manera, desde la identificación de los Requisitos de Autocuidado identificados como necesarios para la vida, se pueden identificar las necesidades de salud definidas por los diagnósticos NANDA.

Para establecer la representación de dicha correlación entre los dos modelos se han llevado a cabo una serie de fases que han permitido establecer la correlación directa de los Requisitos de Autocuidado con las Etiquetas diagnósticas identificando la relación semántica existente ante un determinado requisito.

En una primera fase, se ha representado la relación semántica existente utilizando como referencia tanto la etiqueta diagnóstica como la descripción de la misma. Debido a la extensión del análisis de las 235 etiquetas diagnósticas que componen la Taxonomía NANDA se ha decido representar gráficamente la correlación ante un requisito determinado.

En la siguiente tabla se representa el resultado obtenido del análisis de las etiquetas diagnósticas de la NANDA que cumplen una relación semántica con el Requisito de mantenimiento de un aporte suficiente de aire. A continuación, se representa en la Tabla 1 las etiquetas diagnósticas que tras el análisis de relación semántica cumplen los criterios de relación. Pues se cumple el criterio de relación representado con el código 1, obteniendo así un total de siete etiquetas diagnósticas. Así para las etiquetas donde no se cumple la relación se ha representado con el código 0 que constituyen 228 etiquetas diagnósticas que no cumplen criterios de relación.

Del mismo modo, en una segunda fase se ha establecido una diferenciación entre los diagnósticos reales y los diagnósticos de riesgo o potenciales. En esta diferenciación se puede observar, siguiendo como ejemplo el Requisito de un aporte suficiente de aire, que de 74 etiquetas diagnósticas de problemas potenciales identificadas con el término "Riesgo de", sólo dos cumplen la relación semántica con el requisito del aire. Tabla 2

 

Conclusiones

La Enfermería como profesión se constituye como una disciplina científica basada en un modelo conceptual que explica el porqué y el qué del cuidado de la enfermera, y, por el modelo profesional, basado en el cómo. Así pues, el objetivo del presente trabajo se basa en establecer una relación entre ambos modelos.

La Enfermería como profesión tiene su principal pilar en el cuidado de las personas. Ahora bien, para poder proporcionar un cuidado es preciso tener en cuenta la imagen de la persona como elemento primario del cuidado. Tras el proceso de investigación se puede establecer que la persona ha experimentado una evolución a lo largo de la historia comenzando con el conocimiento de sí mismo hasta llegar a la comprensión de la persona desde el prisma del cuidado.

Inicialmente el cuidado estaba dirigido a la supervivencia del ser y el mantenimiento de la vida. Sin embargo, para poder determinar que la persona cuida de sí es imprescindible valorar la capacidad que posee para poder llevarlo a cabo.

Se puede decir que, desde el nacimiento la persona aprende unos hábitos o costumbres que le llevan a cuidar de sí mismo. La persona, durante su crecimiento y desarrollo, confecciona por medio de la habilidad y la voluntad o motivación, el conocimiento necesario para llevar a cabo su Autocuidado. Esto es que, la persona adquiere la agencia para el cuidado de sí.

Ahora bien, la persona a partir del conocimiento, de la voluntad y la habilidad desarrolla una experiencia que le lleva a modular de alguna manera el tipo de cuidado. Esto le lleva a identificar aquellos aspectos que se consideran necesarios para mantener la vida y el bienestar.

Si bien, para poder determinar el tipo de cuidado que precisan las persona en un determinado momento es necesario identificar aquellos aspectos que le son imprescindibles para mantener la vida y el desarrollo.

Aquello que se considera imprescindible para la vida son los Requisitos de Autocuidado basados en la alimentación la hidratación o la eliminación, pues constituyen el primer nivel de supervivencia en el autocuidado. Sin embargo, la persona es un ser social que precisa de la relación con otras personas y ello da lugar a la formación de grupos sociales que favorecen el desarrollo tanto individual como colectivo. Por ello además de los requisitos que promueven la supervivencia, se precisan de otros como el equilibrio entre la soledad o la interacción social y el equilibrio entre la actividad y el reposo. A su vez, se requieren de aquellos que promueven el bienestar como la prevención de peligros y el mantenimiento de la normalidad.

Así pues, el cuidado de la persona supone un conglomerado de propósitos que, además de mantener la vida desde un aspecto de la biología y fisiología humana precisa de aquellos aspectos que le permiten crecer como ser social y psicológico, lo cual fomenta el desarrollo del bienestar físico y mental.

Por lo tanto, la persona ha de identificar por medio de la experiencia adquirida las necesidades de cuidado que requiere para satisfacer su autocuidado y, por consiguiente, el de otros, lo que le va llevar al mantenimiento de la vida y del bienestar individual y de la comunidad.

Así pues, la Enfermería se identifica como la máxima exponente del cuidado, cuyo fundamento reside en la persona y en aquellos aspectos que le definen como ser independiente con necesidades de cuidado.

En consecuencia, la función de la enfermera supone conocer a la persona e identificar sus necesidades de cuidado con el fin de favorecer el mantenimiento de la salud y del bienestar.

Para ello, se han de detectar aquellos aspectos que le impiden a la persona cuidar de sí y si precisa de la ayuda del profesional para cuidarse.

Del mismo modo, se precisa identificar aquellos problemas que presentan las personas ante una determinada situación de salud. Por medio de la fase de diagnóstico se definen los problemas de salud de las personas y se planifica la intervención enfermera.

Los diagnósticos de Enfermería se definen a partir de la respuesta humana antes una determinada situación de salud. Constituye el eje fundamental del cuidado pues supone el establecimiento de un juicio clínico basado en la valoración previa de la enfermera. De tal manera, que por medio de la respuesta humana se pueden identificar las necesidades humanas.

Actualmente, se utiliza la Clasificación NANDA como la taxonomía diagnóstica oficial en el desarrollo del proceso enfermero en base a los patrones funcionales.

La elección de esta clasificación reside en la publicación de lo descrito conforme al Real Decreto 1093/2010 del conjunto mínimo de datos que debe contener la Hª clínica del paciente y el informe de continuidad de cuidado al alta de enfermería.

Así pues, desde los modelos de lenguaje se facilita la universalización del cuidado y se permite unificar, a partir de un método, la práctica enfermera. Por ello por medio de la correlación entre un modelo conceptual y un modelo profesional de lenguaje se consigue identificar aquellos aspectos que se consideran necesarios para la persona para mantener o mejorar la salud, integrando así el entorno teorético en el entorno de la práctica clínica.

Por medio de la correlación diagnóstica se ha observado que existen diferentes etiquetas diagnósticas que pertenecen a un mismo requisito por lo que a partir de esta interrelación entre ello se podría determinar posibles problemas o situaciones con el fin de prevenirlos ante una determinada situación de salud.

También se podría establecer una jerarquización entre las etiquetas diagnósticas identificando aquellas que están dirigidas al mantenimiento de la vida, del bienestar o aquellas que están dirigidas a recuperar la salud.

 

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