Introducción

Si bien el envejecimiento es un fenómeno presente a lo largo del ciclo vital que va desde la concepción hasta la muerte, el cual ha sido tradicionalmente relacionado con estereotipos negativos e ideas como el deterioro, la enfermedad o el declive; entre los puntos integrados en esta imagen negativa de la vejez encontramos la sexualidad^(1,2). La sexualidad es definida como un fenómeno biopsicosocial, influenciada por numerosos cambios fisiológicos que se originan como parte del proceso de envejecimiento en los hombres y en las mujeres, así como por múltiples factores psicosociales y socioambientales. Dado que en la vejez también aumenta el riesgo de enfermedades, estos cambios fundamentales frecuentemente se ven afectados por malestares que pueden tener efectos físicos en la función sexual, que forma parte del crecimiento y de la personalidad del individuo, la cual se ha visto afectada por prejuicios y mitos que giran en torno a ella en cualquier etapa de la vida, con énfasis en la tercera edad^(3,4).

Al hablar de sexualidad en la vejez, nos enfrentamos a un doble inconveniente, el de la vejez que tanto nos angustia por ser casi siempre abordado de forma negativa sin tener en cuenta las ganancias que lleva consigo esta etapa de la vida y por el otro lado, nos enfrentamos al tema de la sexualidad, que tanto prejuicio implica⁽⁵⁾.

Los prejuicios sociales, mitos, costumbres, religión y la ignorancia pueden ocasionar que la insatisfacción sexual no sea comunicada ni tratada adecuadamente; lo cual puede originar que los adultos mayores consigan sentirse ridículos e incluso rechazados, desfavoreciendo las relaciones interpersonales entre estos individuos que pueden derivar en alteraciones fisiológicas, sociales y emocionales⁽⁶⁾.

Han surgido varios mitos y prejuicios en el mundo, y en muchos lugares se cree en ellos. Uno de los grupos más dañados por esta clase de creencias son los adultos mayores. Pese a los avances en su atención; en términos de sexualidad, existe la tendencia a subestimar las habilidades, los anhelos y las necesidades que poseen los adultos mayores en esta esfera. Cuando un adulto mayor muestra interés en temas relacionados al ámbito sexual o cuando busca pareja después de haber enviudado, es rechazado y ridiculizado⁽⁷⁾.

En la actualidad, por primera ocasión en la historia, la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. La OMS señala que entre 2015 y 2050, el porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, pasando del 12% al 22%, lo cual significa que todos los países se enfrentan a retos importantes para avalar que sus sistemas sanitarios y sociales estén preparados para afrontar ese cambio demográfico, esto con el fin de garantizar una calidad de vida de la población, y, sobre todo, sin dejar de lado un aspecto tan importante del ser humano como lo es la salud mental^(8,9). El objetivo de este trabajo fue determinar el nivel de prejuicio de adultos jóvenes de 18 a 35 años, respecto a la sexualidad durante la vejez.

Material y métodos

Se utilizó un diseño transversal, descriptivo, ya que la investigación se realizó en un periodo de tiempo específico y las variables no fueron modificadas, solo fueron observadas. Se aplicó un muestreo no probabilístico por disposición de 100 adultos jóvenes de 18 a 35 años de edad en Hidalgo, México, el cual fue aplicado de manera presencial y con el consentimiento informado de los participantes.

El instrumento utilizado en la presente investigación se basa en el “Cuestionario de actitudes hacia la sexualidad en la vejez (CASV2020)” publicado por Estela Melguizo Herrera y colaboradores⁽¹⁰⁾. Dicha escala permite la cuantificación válida y confiable de las actitudes ante la sexualidad en los adultos mayores, este instrumento explora tres dimensiones importantes de la sexualidad del adulto mayor (prejuicios, derechos y limitaciones y mitos) con el propósito de hacer una medición objetiva de los estereotipos y prejuicios hacia la sexualidad en los seniles. Las tres dimensiones que abarca el cuestionario, son prejuicios (6 ítems), derechos y limitaciones (4 ítems) y mitos (3 ítems) y se usa de acuerdo a la escala de Likert, contiene 13 preguntas cerradas, en las cuales se debe marcar con una “X” la opción que considere adecuada según la siguiente ponderación: 1= Muy en desacuerdo 2= Algo en desacuerdo 3= Algo de acuerdo 4= Muy de acuerdo. Cada encuesta realizada tuvo una duración de 5 a 10 minutos. Sin contar el tiempo en la que los participantes leyeron y aceptaron el consentimiento informado. De acuerdo con los datos obtenidos se identificó un nivel de confiabilidad con un Alfa de Cronbach del 0,850, lo cual significa que el proceso de captura y análisis de datos es adecuado en esta investigación. El análisis estadístico se realizó en cuatro categorías de acuerdo al nivel de estereotipos que presentaron (bajo, medio, alto o muy alto). La distribución de las respuestas fue desde una perspectiva dicotómica, correspondieron a una posición semejante al estereotipo planteado y una posición opuesta a éste. Las categorías en función al nivel de estereotipo se presentan en la Tabla 1.

Este trabajo fue sometido al comité de investigación y ética del área académica de enfermería en el Instituto de Ciencias de la Salud de la UAEH, cumpliendo con los criterios de respeto a la confidencialidad de los participantes. Los datos fueron tratados en el paquete estadístico SPSS V.21, en la cual se calcularon medidas de frecuencia y de tendencia central.

Resultados

Se trabajo con 100 encuestas en las cuales participaron 72% mujeres y 28% hombres, de los cuales el 67% poseían un grado de estudios de nivel licenciatura, 12% tenían un nivel bachillerato y 21% preparatoria, la mayor parte de la muestra tenía 21 años edad (Tabla 2).

Al realizar el análisis de los datos correspondientes, encontramos que dentro de los niveles muy altos de estereotipos se encontraban el ítem 1 “ los adultos mayores tienen menos interés por las relaciones sexuales”, el ítem 9 “los cambios que conlleva el envejecimiento impiden la actividad sexual”, y el ítem 11 “los tratamientos médicos en la vejez complican la actividad sexual”, dichos datos se representan en la Gráfica 1.

Gráfica 1. Preguntas con altos niveles de estereotipo. 

El ítem 1 que afirma que los adultos mayores tienen menos interés por las relaciones sexuales, los individuos responden en valores centrales. Un 40% se encuentran algo de acuerdo, frente a un 43% que se encuentra algo en desacuerdo, un 6% se considera muy en desacuerdo y un 11% se identifica con el muy de acuerdo. Al realizar la suma de los valores acuerdo y desacuerdo, podemos afirmar que un 51%, más de la mitad de los individuos encuestados muestran el estereotipo de que las personas mayores tienen menos interés por las relaciones sexuales.

En el ítem 9 al cuestionar si los cambios que conlleva el envejecimiento impiden la actividad sexual, los encuestados eligieron opciones centrales, en las que el 47% se encontró algo en desacuerdo, el 43% algo de acuerdo, mientras que el 3% se encontró muy de acuerdo, frente a un 7% que estuvo muy en desacuerdo. Al llevar a cabo la suma correspondiente para clasificar este ítem, obtuvimos que el 54% de encuestados piensa que los cambios que conlleva el envejecimiento impiden la actividad sexual.

Otro ítem que presentó un alto nivel de prejuicio fue el número 11, el cual menciona que los tratamientos médicos en la vejez complican la actividad sexual, del cual obtuvimos que el 46% se encontró algo en desacuerdo, mientras que el 37% estuvo algo de acuerdo. Al realizar la suma, pudimos obtener que el 53% de los encuestados piensa que los tratamientos médicos en la vejez complican la actividad sexual.

En el nivel medio de estereotipo encontramos cuatro de los ítems (2, 3, 6, 8) planteados en el cuestionario, los cuales se representan en la Gráfica 2. En el ítem 2 al cuestionar sobre si las personas mayores ya no disfrutan con las relaciones sexuales, un 52% refiere estar algo en desacuerdo, junto a un 20% que responde muy en desacuerdo, mientras que un 26% indica estar algo de acuerdo y el 2% responde que se encuentra muy de acuerdo. Al realizar la suma correspondiente, podemos afirmar que un 72% consideran que las personas mayores aún disfrutan con las relaciones sexuales.

Gráfica 2. Preguntas con nivel medio de estereotipo. 

Por otro lado, en el ítem 3, al afirmar que las demostraciones de amor entre personas adultas mayores son ridículas un 75% indica que encuentra muy en desacuerdo, un 7% se considera algo en desacuerdo y un 18% muy de acuerdo, por lo que podemos afirmar que el 82% se encuentra en desacuerdo con dicha afirmación.

En cuanto al ítem 6, el enunciado que menciona que los hombres mayores son impotentes un 59% afirma estar algo en desacuerdo, mientras que un 13% se encuentra algo en desacuerdo, frente a un 18% que afirma estar algo de acuerdo y un 10% que manifiesta estar muy de acuerdo, lo cual nos hace afirmar que un 72% piensa que los hombres mayores son impotentes.

Por su parte, en el ítem 8, cuando se plantea que las personas mayores ya no tienen deseos sexuales y menos actividad sexual, un 25% afirma que se encuentra muy en desacuerdo, un 48% se encuentra algo en desacuerdo, un 25% se encuentra algo de acuerdo y un 2% se encuentra muy de acuerdo. Al sumar los valores podemos afirmar que un 73% de encuestados piensa que las personas mayores ya no tienen deseos sexuales y menos actividad sexual.

Se descubrió que en seis de los ítems (4, 5, 7, 10, 12 y 13) mostraron un grado de estereotipo bajo, los cuales se presentan en la Gráfica 3, teniendo en cuenta que más del 90% de los individuos se encontraron mayormente identificados con las respuestas tales como muy en desacuerdo o algo en desacuerdo con cada estereotipo planteado, las cuales son consideradas como respuestas neutrales.

Gráfica 3. Preguntas con bajo nivel de estereotipo. 

En el ítem 4 en el cual se afirma que las personas adultas mayores deben reprimir su actividad sexual, un 67% de los encuestados responden que se encuentran muy en desacuerdo, seguido por un 20% que se consideran algo en desacuerdo y un 13% que se encuentra algo de acuerdo. Sumando los valores anteriores, podemos afirmar que un 87% de encuestados se encuentra en desacuerdo sobre que las personas adultas mayores deben reprimir su actividad sexual.

Para el ítem 5, en el cual se afirma que las personas mayores tienen derecho al amor y a la vida sexual, un 27% mencionan estar algo de acuerdo y un 73% refieren estar muy de acuerdo. Al realizar la suma correspondiente se puede confirmar que un 100% considera que las personas mayores tienen derecho al amor y a la vida sexual.

En cuanto al ítem 7, ante la afirmación de que todas las mujeres mayores son frígidas un 30% se muestran muy en desacuerdo, un 57% algo en desacuerdo, un 11% algo de acuerdo y 2% muy de acuerdo con dicha afirmación. Al sumar los valores obtenidos, afirmamos que un 87% de la muestra estudiada se encuentra en desacuerdo sobre si todas las mujeres mayores son frígidas.

Por otro lado, en el ítem 10, al cuestionar sobre si la belleza y la sexualidad es exclusiva de la juventud un 61% indica que encuentra muy en desacuerdo, un 28% se considera algo en desacuerdo, un 1% algo de acuerdo y un 10% muy de acuerdo, al realizar la suma correspondiente pudimos obtener que un 89% piensa que la belleza y la sexualidad no son exclusivas de la juventud.

Al afirmar que la sexualidad se ejerce solo con fines reproductivos (Ítem 12) un 81% se encontraron muy en desacuerdo, junto con un 12% que se encuentra algo en desacuerdo. Por otro lado, encontramos un 5% que indicó estar algo de acuerdo, junto con un 2% que señala estar muy de acuerdo con dicha afirmación. Al sumar los valores anteriores afirmamos que el 92% de la muestra se encuentra en desacuerdo con dicha afirmación.

En el ítem 13, el cual afirma que todos los ancianos que desean relacionarse sexualmente son viejos verdes, encontramos que un 61% se encuentra muy en desacuerdo con la afirmación, junto con un 28% que se encuentra algo en desacuerdo, llegando a un total, de 89%. Por otro lado, un 11% afirma estar algo de acuerdo en que todos los ancianos que desean relacionarse sexualmente son viejos verdes.

Discusión

Al realizar el análisis de datos, encontramos que solo 3 ítems se encontraron con un nivel muy alto de prejuicio. Afirmaciones tales como “las personas mayores tienen menos interés por las relaciones sexuales”, “los cambios que conlleva el envejecimiento impiden la actividad sexual” y “los tratamientos médicos de la vejez complican la actividad sexual”, obtuvieron que más de la mitad de la muestra se encontraba de acuerdo con dichos enunciados, y si bien Helleger (2003) comentó que a pesar de que con la edad avanzada se reduce el interés por la actividad sexual, en un alto por ciento de senescentes (30 %) persiste el interés sexual⁽¹¹⁾. Los prejuicios sociales repercuten en la persona de la tercera edad, despojándola de su derecho a mantener su actividad sexual satisfactoria. Esto, sumado a los cambios producidos por el envejecimiento en la sexualidad y a la dificultad o falta de interés por estudiarla, lo cual nos lleva a una gran ignorancia en el tema, hacen que parezca "inoportuno" plantear la posibilidad que los adultos mayores puedan vivir su propia vida sexual. La sociedad en su gran mayoría, cree que el adulto mayor es un “ser asexuado”. Según Pérez, M. en el artículo “Sexualidad humana: una mirada desde el adulto mayor”, comenta que la presencia de prejuicios sociales con pautas culturales rígidas, así como determinadas actitudes sociales y familiares ante la vida sexual del adulto mayor, como la censura, el reproche, el miedo, las risas o los chistes, entre otros prejuicios y mitos, ocasionan una desinformación permanente de la temática sexual en la edad geriátrica. En otras ocasiones, el individuo se convierte en destinatario de sus propios prejuicios, y ello funciona como el principal responsable de la desvalorización sexual del adulto mayor⁽¹²⁾.

Un ítem que nos pereció muy importante de mencionar fue el número 10, el cual afirma que la belleza y la sexualidad son exclusivas de la juventud, en el cual el 89% se encontraron en desacuerdo. Si bien Moragas (1998) menciona que la oposición entre vejez y sexo, se debe al hecho de que el sexo se relaciona a la belleza, y ésta a la juventud, por ello se puede llegar a pensar de manera errónea que la sexualidad solo es para los individuos jóvenes⁽¹³⁾. Lo cual es realmente positivo, pues la muestra estudiada no presente estereotipos acerca de que la belleza y la sexualidad sean exclusivas de la juventud.

Otro ítem que consideramos importante fue el 13, el cual afirma que todos los ancianos que desean relacionarse son unos viejos verdes, en el cual la muestra estudiada obtuvo un 89% el cual corresponde a un nivel bajo de estereotipo. Si bien, Herrera en su investigación “Sexualidad en la vejez: ¿mito o realidad?” indica que el acceso a una pareja en la vejez se ve obstaculizado debido a que, en la sociedad actual, la formación de nuevas parejas en la tercera edad suele ser poco aceptada, llegando a usarse términos despectivos como el “viejo verde” y la “viuda alegre” para las personas mayores que buscan iniciar una nueva relación, despojándolas así de su derecho de conservar su actividad sexual satisfactoria⁽¹⁴⁾. Es decir, nuestra población estudiada no presenta dicho estereotipo relacionado a los derechos del adulto mayor.

Conclusión

De acuerdo a los resultados obtenidos, podemos determinar que el nivel de estereotipo en la población estudiada es relativamente bajo, ya que la mayor parte de las afirmaciones fueron respondidas de manera neutral. Si bien, aunque la atención al adulto mayor se ha fortalecido positivamente, alcanzado logros importantes, el tema de la sexualidad en la tercera edad ha sido y es una de las áreas más inexplorada. La existencia de manifestaciones sexuales de cualquier tipo en adultos mayores es sistemáticamente desautorizada o descalificada por gran parte de la sociedad⁽¹⁵⁾.

A menudo se da por supuesto que las personas mayores son frágiles o dependientes. La salud pública, y la sociedad en general, deben abordar estas y otras actitudes contra la tercera edad, que pueden dar lugar a discriminación, que puede afectar las oportunidades de las personas mayores de disfrutar de un envejecimiento saludable.