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Revista de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo

versão On-line ISSN 3020-1160versão impressa ISSN 1132-6255

Rev Asoc Esp Espec Med Trab vol.32 no.1 Madrid Mar. 2023  Epub 01-Maio-2023

 

Revisiones

Efectos de la terapia con ventosas en pacientes con dolor lumbar

Effects of cupping therapy in patients with low back pain

Adrián Pérez-Cordeiro(1)  , Lorenzo A Justo-Cousiño(2)  , Yoana González-González(3)  , Alejandra Alonso-Calvete(4)  (5)  , Iria Da Cuña-Carrera(6) 

1Facultade de Fisioterapia, Universidade de Vigo. España

2Facultade de Fisioterapia, Universidade de Vigo. España

3Facultade de Fisioterapia, Universidade de Vigo. España

4Facultade de Fisioterapia, Universidade de Vigo. España

5Grupo de investigación REMOSS, Universidade de Vigo. España

6Facultade de Fisioterapia, Universidade de Vigo. España

RESUMEN.

Introducción:

El dolor lumbar es uno de los síntomas referidos con mayor frecuencia en la consulta médica, siendo un factor limitante en las actividades de la vida diaria y la actividad laboral. Las nuevas terapias, como el tratamiento con ventosas, parece aportar resultados prometedores al manejo del dolor lumbar.

Objetivo:

Evaluar la evidencia científica acerca de los efectos de la aplicación de terapia con ventosas en pacientes con dolor lumbar.

Material y Métodos:

Se realizó una búsqueda bibliográfica en PubMed, Medline, Cinhal, Scopus, Web of Science, PEDro y Cochrane con los términos “Cupping Therapy” y “Low Back Pain” y la palabra clave “Cupping Therapy”.

Resultados:

Se incluyeron 10 artículos que usaban la terapia con ventosas para el tratamiento de la lumbalgia, centrándose en las escalas de dolor y discapacidad y obteniendo resultados significativos beneficiosos.

Conclusión:

La terapia con ventosas parece disminuir el dolor y la discapacidad en pacientes con lumbalgia.

Palabras clave: Terapia con ventosas; Dolor lumbar; Dolor; fisioterapia

ABSTRACT

Introduction:

Low back pain is one of the most frequently referred symptoms in medical consultation, being a limiting factor in activities of daily living and work activity. New therapies, such as cupping, seem to bring promising results in the management of low back pain.

Objective:

To evaluate the scientific evidence on the effects of the application of cupping therapy in patients with low back pain.

Material and Methods:

A literature search was carried out in PubMed, Medline, Cinhal, Scopus, Web of Science, PEDro and Cochrane with the terms “Cupping Therapy” and “Low Back Pain” and the keyword “Cupping Therapy”. Results: 10 articles using cupping therapy for the treatment of low back pain were included, focusing on pain and disability scales and obtaining significant beneficial results.

Conclusion:

Cupping therapy appears to reduce pain and disability in patients with low back pain.

Keywords: Cupping therapy; Low back pain; Pain; Physiotherapy

Introducción

El dolor lumbar o lumbalgia se considera el principal causante de limitación de la actividad y de ausencia al puesto de trabajo en la mayor parte del mundo, tanto en los países con un menor nivel de vida como en los desarrollados1,2. Además, esta dolencia se presenta como una de las razones más comunes de consulta a nivel médico3,4. Se describe consecuentemente en algún caso que, esta sintomatología se encuentra en al menos una ocasión a lo largo de la vida del individuo, alcanzando su presencia un valor en torno al 80% de la población5,6. Esta cifra asciende en la reciente investigación de Santos et al.4 hasta el 90%. Algunos estudios como el de Hoy et al.1 y el de Garcia et al.7 indican que, el dolor lumbar puede verse incentivado por factores de riesgo como la edad, la obesidad, las comorbilidades físicas o mentales, e incluso la posibilidad de presentar un componente desencadenante a nivel genético.

La lumbalgia puede presentarse por diferentes tipos de dolor, destacando el nociceptivo, el neuropático, el nociplástico o el inespecífico, pero con frecuencia se presentan conjuntamente8. Los artículos de Seguí Díaz y Gérvas9 y Petersen et al.10 la clasifican según la patología causante, dividiéndola en “primaria o específica” que se refiere al 10% de los casos, cuando se conoce la causa que lo produce, como pueden ser las espondilolistesis, enfermedades inflamatorias o degenerativas. A mayores se encontrarían las “inespecíficas”, donde no se presenta una patología que desencadene la sintomatología, refiriéndose en aproximadamente el 90% del total11. También se pueden clasificar según su duración, dividiéndose en: dolor “agudo” cuando se erradica antes de 4 semanas, “subagudo” si se mantiene entre 4 y 12 semanas o “crónico” cuando supera las 12 semanas4.

La sintomatología a nivel lumbar es intervenida en gran parte de las ocasiones de forma conservadora, siempre que no se presente una patología desencadenante concreta, mediante el uso de fármacos, ejercicio y/o terapia conductal12,13. Cuando la medicina tradicional no es capaz de disminuir la afectación, se suele optar por la medicina complementaria y alternativa, donde se encuentra la medicina china, dentro de la que se incluye la terapia con ventosas14.

El tratamiento con ventosas es un sistema de medicina tradicional oriental, con referencias con más de 2000 años de antigüedad, obteniendo mayor popularidad en los últimos tiempos con su utilización por deportistas en los Juegos Olímpicos de 201615,16. Esta técnica consiste en la aplicación de presión negativa en un área específica de la piel generando un efecto vacío16,17. Se utilizan copas con una forma circular de materiales como vidrio, metal o plástico, siendo este último el más utilizado, con un diámetro entre 25 y 75 milímetros habitualmente18,19. El vacío se suele mantener comúnmente durante 5-10 minutos como mínimo, generando a posteriori en las zonas de actuación eritema, edema y/o equimosis20. La ubicación de las ventosas suele estar relacionada con puntos característicos de acupuntura, para permitir el seguimiento de la medicina tradicional relacionada con la circulación de “Qi” y sangre en el área de tratamiento, con el fin de lograr la armonía fisiológica y el equilibrio corporal21. La terapia con ventosas abarca varios tipos de técnicas, entre las que destacan las “secas”, en las que la presión tira de la piel hacia la copa sin producir escarificaciones, y las húmedas, donde a mayores se provoca una laceración mínima por donde se expulsa sangre hacia la taza22.

La terapia con ventosas, conocida desde la antigüedad, fue desapareciendo hasta casi ser olvidada como método terapéutico en occidente a finales del siglo XX, en parte por el desconocimiento de su método de acción, proponiéndose hipótesis a nivel metabólico o neural pero sin alcanzar un consenso23,24. Durante los últimos años esta tendencia se ha modificado, aumentando el interés por esta terapia, como se puede apreciar con la aparición de nuevos ensayos clínicos. Este hecho se ve reflejado con la revisión publicada por Wang et al.25, donde se estudia la eficacia de la terapia con ventosas en pacientes con dolor lumbar a partir de Ensayos Clínicos Aleatorizados (ECA) publicados entre 2006 y 2016, logrando resultados significativamente beneficiosos.

Por todo ello, el objetivo propuesto para este trabajo es la revisión y análisis de bibliografía científica de forma actualizada sobre la terapia con ventosas en el dolor lumbar, con el fin de evaluar los efectos relacionados con su estado de salud físico.

Material y métodos

Para la consecución de este trabajo, se procedió a la ejecución de una revisión bibliográfica sistemática con la ayuda de las normas propuestas por el método PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analysis). Esta metodología se utiliza para planificar y ayudar a la realización de revisiones sistemáticas, de forma que se garantice la introducción de toda la información presente26.

Este estudio plantea un objetivo que se adecúa a la metodología PICO27, formulando la pregunta al proponer como población a pacientes con dolor lumbar, la intervención a analizar sería la técnica con ventosas mientras que, los resultados evalúan los efectos de esta terapia sobre el estado de salud físico.

La búsqueda bibliográfica se llevó a cabo durante el mes de enero del año 2022 en siete bases de datos: Pubmed, Cinhal, Medline, Scopus, Web of Science, PEDro y Cochrane. Los descriptores utilizados en las estrategias de búsqueda de las tres primeras bases citadas se encuentran dentro del grupo de tesauros MESH (Medical Subject Headings), utilizando “Low Back Pain” y “Cupping Therapy”, además de añadir este último término a continuación como palabra clave. En las bases restantes, la ecuación de búsqueda es efectuada únicamente mediante palabras clave. En todas las bases de datos se utiliza el operador booleano “AND” mientras que, en PubMed, Cinhal y Medline se utiliza a mayores “OR” entre las palabras clave y los descriptores MESH, como se detalla en la Tabla 1.

Tabla 1. Ecuaciones de búsqueda. 

MESH: Medical Subjects Heading; MH: Medical Heading.

Se establecieron criterios de inclusión y exclusión, como se pueden observar en la Tabla 2, para los artículos hallados con la ecuación de búsqueda. En todas las bases de datos se delimitó automáticamente el periodo a revisar, en este caso 2011-2021, pero no fue así en cuanto a la selección de los “Ensayos Clínicos Aleatorizados”, teniendo que realizarse de forma manual en Web of Science, Scopus, Cochrane y PEDro. En las bases de datos Cochrane y PEDro, después de introducir la ecuación de búsqueda que se presenta en la Tabla 1, únicamente se localizan ensayos clínicos sin el uso de herramientas automáticas, mientras que en Scopus se delimita la búsqueda por artículos y en Web of Science se suprimen de forma automática las revisiones sistemáticas. Por ello, se ejecutan en estas bases de datos una selección de forma manual para recoger los artículos que cumplan los requisitos.

Tabla 2. Criterios de selección de los artículos. 

La evaluación de la calidad metodológica que presentan los artículos incluidos en este estudio, fue revisada mediante la escala PEDro. Se trata de una escala que facilita la identificación de los estudios denominados como ECA, identificando a cada uno en un determinado nivel de confianza, dependiendo del tamaño y la validez interna del contenido informativo que presentan28. Se basa en 11 criterios que pueden alcanzar una puntuación máxima de 10, al evaluar el primer ítem la validez externa, clasificándose en “excelente” 9-10, “buena” 6-8, “aceptable” 4-5 o “falta de calidad metodológica” <329.

Por otro lado, se efectúa el análisis del riesgo de sesgo mediante “The Cochrane Collaboration”30,31. Se evalúan cada uno de sus 6 ítems en cada artículo y se identifican según el nivel de riesgo que presente cada uno como: “bajo riesgo”, “alto riesgo” o “riesgo poco claro”31.

Resultados

Tras el proceso de búsqueda, que se encuentra detallado con el diagrama de flujo de la Figura 1, se obtienen un total de 10 artículos que logran cumplir los criterios de elegibilidad y serán analizados en esta revisión sistemática32,33,34,35,36,37,38,39,40,41. En el apartado de registros excluidos aparecen todos los artículos eliminados por herramientas automáticas, descartando los estudios por año de publicación y tipo de artículo, o de forma manual mediante la lectura del título y resumen.

Figura 1. Identificación de estudios a través de bases de datos y registros. 

En la Tabla 3 se aprecian las características de la muestra de cada artículo, así como la clase de dolor que presentan y su duración. Se destaca que el número de sujetos evaluados no siguen un patrón continuo, si no que varían desde los 3232 a los 18038. El sexo mayoritario en los artículos revisados es el femenino32,33,36,38,39,40, puntualizando en dos artículos donde la totalidad de las pacientes intervenidos son mujeres33,36 u otro en el que se aprecia una igualdad entre ambos sexos35. Por otro lado, el rango de edad presenta un patrón homogéneo, apreciándose edades desde los 18-20 hasta los 60 años32,34,37,38,39,40, excepto en dos estudios donde se propone un rango entre los 18-40 años33,36, uno entre 20-35 años35 u otro donde solo se indica la edad mínima que es de 18 años41. Se puede destacar que dentro de las edades medias, en la mayor parte de los estudios suelen encontrarse alrededor de los 25 años33,35,36,40,41, mientras que en los demás artículos se dividen en pacientes con edades incluidas en torno a los 30 años34,37,39 o alrededor de los 4032,37,38 En cuanto a la tipología del dolor, se refiere en gran parte pacientes con dolor lumbar inespecífico con más de tres meses de evolución32,34,37. En cambio, en los estudios de Akbarzadeh et al.33 y Yazdanpanahi et al.36 se referencian a mujeres después del parto o, en la investigación de ElRahim et al.35, los participantes presentan dolor de carácter mecánico.

Tabla 3. Características principales de los pacientes. 

F: Femenino; M: Masculino; FT: Fisioterapia; GA: Grupo Acupresión; GC: Grupo Control; GI: Grupo Intervención; GV: Grupo con Ventosas; HP: Hot Pack; TIF: Terapia Interferencial.

La Tabla 4 detalla los diferentes grupos en los que se divide cada artículo, indicando la metodología utilizada en los grupos con ventosas (GV). Se puede observar que la intensidad con la que se proponen las ventosas no se encuentra especificada33,35,36,38 o se propone esta como “presión máxima” en la mayor parte de los estudios32,34,37, indicándolo solo de forma precisa en tres artículos39,40,41. Por la contra, el tamaño de los vasos se especifica presentando dimensiones de 40 centímetros cúbicos32,34,37, un rango de 75-100/120 centímetros cúbicos33,35,38 o diámetros de 3540 y 45 milímetros39.

Tabla 4. Grupos de intervención. 

Ø: Diameter; ‘: Minutes; ºC: Celsius; BL: Bladder; CC: Cubic Centimetre; FT: Fisioterapia; GA: Grupo Acupre-sión; GB: Gallbladder; Important Difference; Mg: Milligram; Mm: Millimetre; Ms: Millisecond; Nº/n: Número; NSAID: Non-Steroidal Anti-Inflammatory Drugs; GC: Grupo Control; GV: Grupo con Ventosas; HP: Hot Pack; HT: Heart; kHz: Kilohertz; Mbar: Millibar; MCID: Minimum Clinical PP: Prone Position; SP: Supine position; ST: Stomach; TIF: Terapia Interferencial; W: Watt.

La aplicación de las ventosas en gran parte de los estudios se ejecuta en puntos relacionados con la acupuntura, en concreto alrededor de los meridianos bilaterales de la vejiga, sobre todo el BL2332,33,34,35,36,37,40,41, aunque se aplican en alguna ocasión en una nueva zona de la región corporal posterior38,39 o en la anterior y extremidades inferiores40. El número de vasos utilizados varía homogéneamente dentro de un rango entre 2 y 6 vasos32,34,35,34,37,39,41, a excepción de un caso, donde se proponen 1340. Las sesiones siguen un rango diverso desde una a doce, aplicándose generalmente en un rango de 10-20 minutos33,35,36,38,41. Por último, en algunos estudios se permite la ingesta controlada de medicación en cada uno de los grupos de estudio32,34,37,39,40.

En la Tabla 5 se comparan las técnicas presentes en los estudios analizados, donde se observa que las aplicaciones con ventosas utilizan una metodología seca33. Estas, a su vez, se comparan de forma mayoritaria con GC, donde los pacientes no realizan ninguna terapia, excepto algunas recomendaciones o la ingesta de medicación (paracetamol) de forma controlada32,33,34,38. Por otro lado, se comparan en cuatro ocasiones con otras técnicas de fisioterapia como la terapia interferencial35, acupresión36, termoterapia (hot packs)41 o fisioterapia general35. A mayores, se produce la comparación con GV simuladas39,40 o con un método distinto de ventosas37.

Tabla 5. Intervención y resultados significativos. 

Tabla 5 (cont.). Intervención y resultados significativos. 

‘: Minutes; ºC: Celsius; BL: Bladder; Ext: Extension; FT: Fisioterapia; FTF: Finger To Floor; Flex: Flexion; GA: Grupo Acupresión; Scale; HP: Hot Pack; Hrs: Hours; HT: Heart; IMPSS: Integrative Medicine Patient Satisfaction Scale; Mbar: Millibar; Oswestry Disability Questionnaire; PI: Post-intervention; PP: Prone Position; PPI: Present Pain Intensity; SMPQ: Short-form McGill Questionnaire; SP: Supine Position; ST: Stomach; TIF: Terapia Interferencial; TUG: Time Up and Go Test; GB: Gallbladder; GC: Grupo Control; GPS: Global Perception Scale; GV: Grupo con Vento-sas; HADS: Hospital Anxiety and Depression MCID: Minimum Clinical Important Difference; MPQ: McGill Pain Questionnaire; Nº: Número; NRS: Numerical Rating Scale; ODQ: RMDQ: Ronald Morris Disability Question-naire; ROM: Range Of Motion; SBST: Start Back Screening Tool; SF-36: Short-Form 36; VAS: Visual Analogue Scale.

Si se observan las variables analizadas para comprobar los efectos de los tratamientos, se puede puntualizar que en su totalidad se presenta la valoración del dolor32,33,34,35,36,37,38,39,40,41, que se ejecuta principalmente con dos tipos de escalas: la Numerical Rating Scale (NRS)32,34,37,39,41 o la Visual Analogue Scale (VAS)33,38,40. Por otro lado, se valora la discapacidad percibida sobre el dolor lumbar registrada con la Oswestry Disability Questionnaire (ODQ)32,34,37,38,39,40, excepto en una ocasión, donde se ejecuta la Roland-Morris Disability Questionnaire (RMDQ)35.

Los resultados que se representan en la Tabla 5 referencian los beneficios característicos tanto por el GV, el GC, así como las diferencias significativas entre grupos. En todo momento los resultados de las diferentes escalas son comparados con los valores basales, que se recogen previo a las intervenciones32,33,34,35,36,37,38,39,40,41, excepto en el caso de los estudios de AlBedah et al.34 y Salemi et al.40, donde se produce a mayores una mejoría significativa entre los diferentes momentos de valoración. En los artículos de Kim et al.32 se presenta el Minimum Clinical Important Difference (MCID), que se trata de un valor de referencia específico para cada tipo de escala, permitiendo identificar un resultado como característico cuando se logra superar la cifra propuesta42.

De forma generalizada, el nivel de dolor presente después de la intervención del GV disminuye32,33,34,35,36,37,40,41, al igual que se logra una mejoría a nivel de la discapacidad que provoca el malestar lumbar34,35,37,40,41. En cuanto a los grupos donde se utilizan otros métodos como la terapia interferencial y fisioterapia35, acupresión36 o termoterapia41, se logra beneficio pero con valores inferiores al que presentan los GV, excepto en el que une la terapia interferencial, fisioterapéutica y con ventosas para el mismo grupo de pacientes35. Por lo tanto, si se comparan las resultados obtenidos entre grupos, se presenta en la mayoría de los artículos una diferencia significativa a favor del grupo con ventosas32,33,34,36,38,40,41.

La Tabla 6 analiza la calidad metodológica de los diez ensayos que conforman la revisión mediante la escala PEDro. Se observa que los estudios de Yazdanpanahi et al.36 y Razali y Choo41 presentan la menor puntuación con 4 y 5 puntos, respectivamente. Por otro lado, los ensayos de Akbarzadeh et al.33, ElRahim et al.35 y Mardani-Kivi et al.38 presentan con 6 puntos el límite, a partir del cual se considera que un artículo es metodológicamente aceptable43. Por encima de este umbral, se encuentran las investigaciones de Kim et al.32 y AlBedah et al.34 con 7. Sin embargo, la mayor puntuación alcanzada en esta escala la presentan los artículos de Al-Eidi et al.37, Almeida Silva et al.39 y Salemi et al.40, con un total de 9 puntos.

Tabla 6. Escala PEDro. 

0: No; 1: Sí; A: Los criterios de elección fueron especificados; B: Los sujetos fueron asignados al azar; C: La asignación fue oculta: D: Los grupos fueron similares al inicio en relación a los indicadores más importantes; E: Todos los sujetos fueron cegados: F: Todos los terapeutas que administraron la terapia fueron cegados; G: Todos los evaluadores que midieron al menos un resultado clave fueron cegados; H: Las medidas de al menos uno de los resultados clave fueron obtenidas de más del 85% de los sujetos inicialmente asignados a los grupos; I: Se presentaron resultados de todos los sujetos que recibieron tratamiento o fueron asignados al grupo control, o cuando esto no pudo ser, los datos para al menos un resultado clave fueron analizados por “intención de tratar”; J: Los resultados de comparaciones estadísticas entre grupos fueron informados para al menos un resultado clave; K: El estudio proporciona medidas puntuales y de variabilidad para al menos un resultado clave.

Por otro lado, en la Tabla 7 y la Figura 2 se presenta el análisis del riesgo de sesgos (se detalla la puntuación de cada estudio en la Tabla 7), ejecutado mediante el método “The Cochrane Collaboration”30,31. En los siguientes apartados se detalla un nivel bajo de sesgo como en “Generación de secuencia aleatorizada”32,33,34,36,37,38,39,40,41, “Datos de resultados incompletos”32,33,34,35,36,37,38,39,41 y “Notificación selectiva de resultados” 32,33,34,35,36,37,38,39,41,), donde se presenta en un 90%, así como un 70% en “Asignación oculta”(32,34,37. El más damnificado con un 100% de los artículos con alto riesgo es “Cegamiento de pacientes y personal”32,33,34,35,36,37,38,39,40,41. Por otro lado, se presenta un 40% de bajo riesgo en “Cegamiento evaluadores resultados”37,38,39,40, mientras que en “Otros sesgos” se reparte el nivel de sesgo existente con un 30% en el bajo32,33,36.

Tabla 7. Riesgo de sesgo. 

A: Generación de secuencia aleatorizada; B: Asignación oculta; C: Cegamiento de pacientes y personal; D: Cegamiento de los evaluadores de resultados; E: Datos de resultados incompletos; F: Notificación selectiva de los resultados; G: Otros sesgos; PC: Poco Claro.

Figura 2. Riesgo de sesgo. 

Discusión

El presente estudio tuvo como principal objetivo, revisar de forma actualizada las intervenciones efectuadas con la terapia con ventosas en pacientes con dolor a nivel lumbar, con el fin de poder evaluar los efectos relacionados con su estado de salud físico.

La terapia con ventosas se encuentra dentro de la medicina complementaria y alternativa, presentando una importante aplicación tradicional desde la antigüedad, sobre todo en: países asiáticos, Medio Oriente (Arabia Saudí, Irán,…) o el norte de África, siendo en este último Egipto su principal referencia16. En consecuencia, se descubre una correlación entre las regiones donde se utiliza en mayor medida y donde se investiga la terapia con ventosas. Dentro de los artículos que conforman la revisión se observa que la mayoría pertenecen al continente asiático32,33,34,36,37,38 localizándose en líneas generales dentro de este, en Irán33,36,38, y Arabia Saudí34,37, que forman parte del Mediano Oriente. Próximo a estas regiones se realiza el ensayo de ElRahim et al.35 en Egipto, mientras los estudios de Almeida Silva et al.39 y Salemi et al.40 se llevan a cabo en Brasil. Las regiones donde se elaboran los artículos anteriores, concuerdan en gran parte con los recogidos en la revisión de Wang et al.25, representando en su totalidad una procedencia asiática y del Mediano Oriente.

Las características de la muestra propuesta por los diez ensayos son de índole heterogénea. Por un lado, la sintomatología que refieren los pacientes abarca desde el dolor de tipo mecánico35 y el remitido después del embarazo33,36, hasta el inespecífico32,34,37,38,39,40,41, coincidiendo este último con el representado por el 90-95% de los pacientes con dolor lumbar en atención primaria11. En todos los estudios con este tipo de sintomatología se refiere una duración que supera las 12 semanas32,34,37,38,39,40,41, coincidiendo a su vez con el periodo de tiempo que identifica un dolor como crónico44. Por otro lado, al analizar la prevalencia existente en base al sexo en la lumbalgia, resalta la presencia de un número mayor de mujeres, encontrando en los ensayos de Akbarzadeh et al.33 e Yazdanpanahi et al.36 únicamente el análisis del sexo femenino. Este hecho se contrasta con el trabajo de Jiménez-Trujillo et al.45, donde se estudia el dolor lumbar crónico, descubriendo que su padecimiento es mayor en las habitantes femeninas.

La edad de la población se asocia con la prevalencia de sufrir lumbalgia, como se investiga en el estudio de Palacios-Ceña et al.46, donde se analizan hombres y mujeres mayores de 16 años, encontrándose dentro de este estudio un rango de edad entre 18 y 60 años, que aparece en gran parte de los ensayos incluidos32,34,35,36,37. Asimismo, cuando se examinan los periodos de edad, se aprecia un alto padecimiento de esta sintomatología entre los 51 y 70 años, que a su vez es superada mínimamente de los 70 años en adelante46. Sin embargo, la edad estudiada en los ECA en la presente revisión, únicamente relaciona un breve periodo de 9 años que se encuentra dentro del rango propuesto de mayor incidencia en lumbalgia46. A su vez, este fenómeno podría deberse a la preferencia en la tercera edad por las plantas y hierbas medicinales, dentro de la medicina complementaria y alternativa, para la mejora de su sintomatología47.

Las aplicaciones de las ventosas son ejecutadas por profesionales cualificados en más de la mitad de los artículos que conforman la revisión. Estos son referenciados en algún caso como “fisioterapeutas cualificados”39,41 y Salemi et al.40 son aplicadas por individuos educados durante 6 años en medicina tradicional coreana y con 3 años de experiencia, mientras que en la investigación de Mardani-Kivi et al.38 presentan la misma formación, pero exige que tengan 2 años de experiencia. Sin embargo, en cuatro estudios no se encuentra referencia alguna sobre el individuo que aplica la técnica33,35,36,37. Hay que tener en cuenta que, en caso de que la terapia con ventosas fuese propuesta de forma autónoma o realizada por cualquier individuo sin los conocimientos necesarios, se pueden provocar efectos adversos en la salud, como causar anemia en el caso de las ventosas húmedas48.

En los ECA incluidos dentro de esta revisión se aprecia que los grupos de ventosas utilizan dos formas diferentes, las secas33,35,36,39,40,41 y las húmedas32,34,7,38. Ambas técnicas ayudan a disminuir el dolor a nivel lumbar gracias al aumento del umbral de dolor en el área de aplicación y sus proximidades, el aumento del flujo sanguíneo promoviendo la eliminación de desechos, además de la mejora de la nutrición local y el aumento de la inmunidad. La terapia con ventosas secas actúa mediante la succión de la piel en regiones corporales específicas. En el caso de las húmedas, además de succionar se añade una escarificación de la piel, lo que desencadena la salida de sangre de forma controlada y, con ella, la extracción de posibles patógenos49. Ambas técnicas reflejan efectos positivos en las diversas causas de dolor lumbar que se presentan en los estudios analizados, no apreciando diferencias en los efectos encontrados entre las ventosas secas y húmedas.

La terapia con ventosas se relaciona en gran medida con los puntos de acupuntura, que son las regiones corporales donde se le aplica el tratamiento con ventosas en la mayoría de los ECA32,33,34,35,36,37,40,41. Estos puntos específicos están relacionados a su vez con los meridianos, que son pasajes para el flujo “Qi” y “sangre” que se tratan de fluidos tradicionales de la medicina china. Estos se extienden a lo largo de la superficie corporal conectando el interior con el exterior, transformando el conjunto del cuerpo en un único órgano50. Por ello, al colocar las ventosas en estas regiones específicas, se promueve la circulación de ambos fluidos, permitiendo una disminución de la sintomatología y la tensión de la región afectada, lo que logra la restauración del equilibrio corporal21. De esta forma en las investigaciones de Mardani-Kivi et al.38 y Almeida Silva et al.39, no se logran resultados tan significativos, lo que coincide con la aplicación de las ventosas en regiones corporales relacionadas con la zona de dolor, eludiendo en estos casos la teoría sobre los puntos de acupuntura.

Las pruebas de calificación del dolor son utilizadas en la totalidad de los artículos que conforman esta revisión, pudiendo destacar como las más utilizadas la NRS32,34,37,39,41 y VAS33,38,40. Ambas escalas se encuentran dentro de las medidas de valoración más utilizadas en el dolor lumbar crónico51 determina que, después de analizar ambas escalas para la valoración de la lumbalgia, se presenta correlación con el nivel de dolor real que percibe el paciente. Este hecho permite analizar los resultados relacionados con el dolor lumbar de forma más segura, proporcionando mayor validez y confiabilidad, lo que fortalece la calidad del estudio. Los ECA incluidos, excepto en la investigación de Almeida Silva et al.39, detallan una disminución del dolor referido en los GV mayor que en los GC, donde se llevan a cabo: pautas preventivas, ingesta de medicación o terapias complementarias para aliviar la sintomatología. En el ensayo de ElRahim et al.35, se presenta un grupo que utiliza ventosas unidas con fisioterapia, que mejora los resultados del grupo donde solo se ejecuta tratamiento fisioterapéutico; mientras que en el artículo de Al-Eidi et al.37, se comparan dos técnicas con ventosas, presenciando una disminución del dolor pero sin diferencias relevantes entre ambas.

Para la valoración de la discapacidad física que puede ocasionar la lumbalgia, los artículos utilizan en gran parte el ODQ32,34,37,38,39,40,41, además de emplear en el estudio de ElRahim et al.35 el RMDQ. Estas dos escalas de valoración para determinar la discapacidad, son las medidas más utilizadas en los problemas de dolor lumbar51. Al comparar estas dos escalas no se perciben diferencias significativas, lo que evita que se priorice el uso de una sobre la otra53. Además, si se confrontan para determinar la posible relación con la calidad de vida relacionada con la salud, se confirma una alta correlación con ODQ y moderada con RMDQ54.

Esta revisión detecta en 5 ECA una mejora significativa en las escalas de valoración de la discapacidad, después de la aplicación de la terapia con ventosas34,35,37,40,41. Por otro lado, en la investigación de Mardani-Kivi et al.38 no se encuentran resultados significativos entre las diferentes valoraciones del grupo con ventosas, pero esto cambia al compararlo con el GC. De igual forma, en los artículos de Kim et al.32 y Almeida Silva et al.39 no se logran obtener efectos beneficiosos al aplicar la terapia con ventosas, atribuyendo los autores del primer estudio este hecho al bajo número de participantes. En la investigación de Hertzog55 se determina que, para un estudio piloto que ejecute una comparación entre grupos, debe presentar un tamaño de muestra entre 30-40 sujetos en cada uno, generando a su vez intervalos de confianza. Por consiguiente, el ensayo de Kim et al.32 no cumple este criterio al indicar una muestra de 21 y 11 individuos en cada grupo.

Tras el análisis de artículos que conforman esta revisión, se corrobora en la mayoría una consecución de resultados beneficiosos con la terapia con ventosas en relación con el dolor32,33,34,35,36,37,38,40,41 siendo menor el número de estudios que los logran respecto a la discapacidad34,35,37,40,41. En cambio, se resalta el ensayo de Almeida Silva et al.39, donde no se logran resultados positivos en ninguna de sus numerosas pruebas de valoración. Este caso puntual se puede deber a la no definición de unos umbrales mínimos en las escalas de valoración utilizadas, como la MCID, con los que declarar un resultado como significativo para el estudio. Además, la aplicación de las ventosas no se ejecuta en una ubicación relacionada con los puntos de acupuntura, lo que no permite la restauración del equilibrio corporal21.

Esta revisión bibliográfica presenta gran similitud con la revisión de Wang et al.25, donde se estudian ECA publicados hasta el 31 de agosto de 2016, para comprobar la efectividad de la terapia con ventosas en dolor lumbar. Sus autores acabaron definiendo esta terapia como prometedora, observando, al igual que en la actual investigación, una disminución en las variables de dolor y discapacidad, limitando su autenticidad a la alta heterogeneidad y el riesgo de sesgo. Por lo tanto, en el vigente estudio se aprecia una investigación de bibliografía más actualizada, con la presencia de artículos difundidos hasta diciembre de 2021, además de una mejora en el riesgo de sesgo.

La calidad metodológica realizada con la escala PEDro, permite destacar la ausencia de cegamiento en los participantes, los terapeutas y los evaluadores en la mayor parte de los estudios32,33,34,35,36,38,41. Sin embargo, en las investigaciones de Al-Eidi et al.37, Almeida Silva et al.39 y Salemi et al.40, se encuentra el enmascaramiento de participantes y evaluadores. Esto se debe a la gran dificultad para ocultar la terapia tanto a los pacientes como a los profesionales que aplican y evalúan las ventosas. Sin embargo, los estudios presentan en un 80% una puntuación igual o mayor de 6 puntos que, según Maher et al.43, se considera el umbral a partir del que se considera un artículo como aceptable. Por lo tanto, se representa una adecuada calidad metodológica en la mayor parte de los ECA que conforman esta revisión.

En relación con el análisis de riesgo de sesgo, se aprecia un alto nivel de sesgo en los apartados de “Cegamiento de participantes y personal” y “Cegamiento de los evaluadores de resultados”, debiéndose este fenómeno al tipo de intervención aplicada, que impide en gran medida su ocultación, como se ha comentado anteriormente. Por su contra, se expresa en un 90% de los artículos un bajo riesgo de sesgo en la “Generación de secuencia aleatoria”32,33,34,36,37,38,39,40,41. Este fenómeno se debe a la constitución de esta revisión por ECA, quienes utilizan la aleatorización dentro de su metodología, que es considerada uno de los mayores descubrimientos de la medicina, permitiendo obtener resultados reales y adecuados sobre una cierta técnica o medicamento56. Este modelo de estudio es considerado como la metodología a seguir para alcanzar la mayor eficacia y seguridad, a la hora de realizar una investigación, determinando si para el objetivo propuesto existe una relación causa-efecto precisa57.

Por otro lado, si se observa de forma global, se focaliza el problema en la ocultación de la terapia en participantes y terapeutas, y en la evaluación de los resultados, como ocurre en la escala PEDro. El enmascaramiento de los participantes podría ser solucionado utilizando el método propuesto en el estudio de Lee et al.58, donde se observa la eficacia de las ventosas simuladas. Estas se diferencian por la presencia de un orificio por el que disminuye la presión propuesta, lo que permite el cegamiento de pacientes en futuros ensayos clínicos sobre esta terapia58.

Las limitaciones de esta revisión sistemática se encuentran en la heterogeneidad de los estudios analizados, donde principalmente se detalla una muestra con diferentes dolores asociados a diversas modalidades de terapia con ventosas. Los GV presentaban variedad en el número de sesiones, el tipo de terapia, el número y tamaño de las ventosas, la presión propuesta o la experiencia de los terapeutas. Todo ello podría incidir en los efectos clínicos de las ventosas. Por lo tanto, en futuras revisiones podrían centrarse las características de la muestra, al igual que la metodología utilizada en la intervención de los GV. Sin embargo, por encima de la pluralidad existente en los ECA que conforman esta revisión, se logran efectos beneficiosos en la sintomatología del paciente en gran parte de los ensayos32,33,34,35,36,37,38,40,41.

Por otro lado, dentro de las limitaciones se tiene en cuenta la edad de la muestra propuesta por los ECA. Como se pudo observar anteriormente en el estudio de Palacios-Ceña et al.46, apenas existe relación con el rango de años donde se presenta una mayor prevalencia en el dolor lumbar, debiendo plantearse en futuras investigaciones el análisis con una población mayor de 51 años. Además, cuando se analiza la calidad metodológica se aprecia una limitación al abordar el cegamiento de participantes, terapeutas y evaluadores, lo que supone un aumento en el riesgo de sesgo y una menor puntuación en la escala PEDro. En futuros estudios, se debe seguir la metodología propuesta por los ensayos de Almeida Silva et al.39 y Salemi et al.40, donde se utilizan ventosas simuladas en los GC que ayudan a la ocultación y, en consecuencia, al aumento de la calidad del estudio.

Conclusión

Una vez finalizado el análisis de los ensayos clínicos aleatorizados incluidos en esta revisión sistemática, se puede observar que el tratamiento con ventosas, utilizando tanto la metodología húmeda como la seca, resulta beneficioso para el dolor lumbar. A pesar de la heterogeneidad existente tanto en la tipología de dolor, como en el tipo de técnica y metodología utilizada por los grupos que aplican las ventosas, se observa una disminución de la sintomatología. Esta se representa en gran parte de los estudios analizados, gracias a la mejora en las variables de dolor y discapacidad.

A su vez, la gran diversidad presente tanto en la terapia con ventosas como en el dolor lumbar constituye una limitación, ya que no permite establecer mediante esta revisión, cuál es la forma de aplicación más eficaz para el tratamiento de la lumbalgia. Por lo tanto, en futuras investigaciones se deberían concretar los aspectos citados anteriormente, con el fin de obtener resultados de mayor evidencia.

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La cita de este artículo es:Efectos de la terapia con ventosas en pacientes con dolor lumbar. Adrián Pérez-Cordeiro et al. Rev Asoc Esp Espec Med Trab 2023; 32(1): 54-74

Received: November 22, 2022; Accepted: March 06, 2023

Correspondencia: Alejandra Alonso-Calvete. Correo electrónico: alejalonso@uvigo.es

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