Five years of experience using palatal mini-implants for orthodontic anchorage
Arcuri C., Muzzi F., Santini F., Barlattani A., y cols.
J Oral Maxillofac Surg 2007;65:2492-97
El tratamiento de las maloclusiones mediante ortodoncia fija en muchas ocasiones requiere de un anclaje que garantice un sistema de fijación estable. Los mini-implantes (MI) son los únicos dispositivos que no sufren las fuerzas indeseables y permanecen inmóviles con una fuerza ortodóncica menor de 5 Nw/cm cuando son cargados. En este estudio se revisa la experiencia clínica en 5 años, con MI palatinos de Straumann para el anclaje ortodóncico. El estudio incluye a 14 pacientes adultos con una maloclusión clase II que requerían un dispositivo de anclaje para la aplicación de la ortodoncia fija. En todos los casos se realizó un planning diagnóstico con un cefalograma lateral. Se utilizaron los siguientes MI: 9 eran de 6,0 mm y 7 eran de 4,0 mm. Todos los MI se colocaron a nivel del centro paladar y bajo anestesia local. Mediante una trefina de 4,2 mm de grosor se levanta la mucosa del paladar, se realiza una perforación cuidadosa mediante la broca y posteriormente la colocación del MI. La exposición de la cabeza del MI es de 2 mm y es cubierta por el tapón de cierre hasta conseguir la osteointegración deseada. En 2 pacientes se fabricó un protector acrílico para prevenir las fuerzas de carga producidas por la lengua sobre le MI. La fase ortodóncica se comenzó a las 13 semanas de la inserción de los MI para permitir su correcta osteointegración, verificándolo clínica y radiológicamente. Solo en un caso no se consiguió la osteointegración adecuada debido a la mala higiene bucal del paciente siendo necesaria la posterior retirada del MI. Durante la colocación de los MI no se reveló ninguna incidencia a reseñar y tampoco se evidenciaron complicaciones postoperatorias. Al terminar la ortodoncia se retira el MI sin suturar el lecho quirúrgico. Gracias a la introducción de los MI muchas de las maloclusiones se pueden corregir de manera ortodóncica sin tener que recurrir a tratamientos más agresivos.
HIV infection and tooth loss
Engeland C, Jang P, Alves M, y cols.
Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod 2008;105:321-6
Panfacial fractures: Analysis of 33 cases treated late
He D, Zhang Y, Ellis E.
J Oral Maxillofac Surg 2007;65:2459-65
Las fracturas panfaciales son las que incluyen los huesos de la mandíbula, maxilar y malar y en muchas ocasiones se extienden al hueso frontal o al complejo naso-órbito- etmoidal. Normalmente, se asocian con lesiones de tejidos blandos faciales con evidentes deformidades faciales, enoftalmos, maloclusión, etc. Debido a que habitualmente estos pacientes sufren un politraumatismo severo en diferentes órganos que hacen peligrar su vida, naturalmente, el tratamiento de las fracturas faciales se retrasa con cierta frecuencia. Se realizó un estudio retrospectivo para analizar las características del retraso de la cirugía así como evaluar los resultados del tratamiento. Se incluyeron 33 pacientes con fracturas panfaciales entre los años 1998 y 2004, que se les difiere el tratamiento quirúrgico de las mismas. Se les realizaron diferentes pruebas de imagen como TC o TC tridimensional previa a la cirugía. Todos fueron tratados entre 4 semanas y 1 año del traumatismo. En todos los casos eran evidentes la maloclusión y la deformidad facial. La secuencia del tratamiento quirúrgico se basaba en restablecer la continuidad mandibular y después la reconstrucción maxilar mediante una osteotomía tipo Le Fort I. Posteriormente se restablecía el tercio medio y superior mediante un abordaje coronal estándar y, en los casos necesarios, se utilizaban injertos óseos para una mejor proyección facial. Los resultados funcionales y estéticos fueron en 21 casos óptimos (63,64), en 7 pacientes eran buenos (21,21) y en 5 casos eran malos (15,15). Se recomienda comenzar la reconstrucción facial mediante una osteotomía de Le Fort I y para completar una oclusión óptima para el paciente, puede ser necesario previamente la toma de impresiones para obtener férulas quirúrgicas que faciliten el trabajo, siempre que el paciente no presente una limitación de la apertura oral. También se cree que es muy importante contar con un TC tridimensional para obtener una mejor orientación espacial. En todo caso, se vio que las laceraciones y asimetrías eran con diferencia los factores de mal pronóstico que comúnmente llevaban a los peores resultados estéticos.
Oral squamous cell carcinoma margin discrepancy after resection and pathologic processing
Cheng A, Cox D, Schmidt B.
J Oral Maxillofac Surg 2008;66:523-29
Farzin Falahat
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