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Medifam

versión impresa ISSN 1131-5768

Medifam vol.13 no.4  abr. 2003

 

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CARTAS AL DIRECTOR


Sobre la correcta utilización de las siglas: reflexiones a propósito
de AINE e IECA


Sr. Director:

Actualmente, la utilización de siglas en los textos médicos es muy frecuente. Sin embargo, y a pesar de la proliferación de su uso (en ocasiones, abuso), en muchas ocasiones se utilizan o se escriben incorrectamente. A este respecto, hemos observado que diversos autores utilizan repetidamente formas erróneas de algunas siglas (en especial, AINE e IECA) en artículos publicados en ésta y en otras revistas científicas. 
En los últimos años se han publicado diversos trabajos en los que se habla ampliamente del uso correcto de las siglas en castellano (1-5); el motivo de esta carta es comentar dos aspectos en los que hemos observado incorrecciones con cierta frecuencia: no escribir la transcripción del nombre completo cuando se utiliza por primera vez una sigla y formar incorrectamente el plural de las siglas. 
Una sigla, según el Diccionario de la Lengua Española (6), es "una palabra formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión compleja". La palabra sigla designa tanto cada una de las letras iniciales de las palabras que forman parte de una denominación como la palabra formada por el conjunto de estas letras iniciales (7). Las siglas, en este último caso, se forman, en general, con las iniciales de nombres y adjetivos de un título o denominación (como en el caso de IECA, "inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina"), aunque también pueden intervenir en su formación letras que no son iniciales (como en el caso de AINE, "antiinflamatorio no esteroideo"), pueden formarse sin que intervengan todos los términos significativos o bien pueden utilizarse en su formación letras de partículas menores (1). 
Cuando se utiliza una sigla en un texto, la primera vez que se menciona debe transcribirse el nombre completo, seguido entre paréntesis de las siglas correspondientes. En posteriores alusiones basta únicamente con la sigla y no es necesario volver a desarrollarla (2,3). En el título y en el resumen es mejor no utilizar siglas pero, si se usan, deben ser, asimismo, explicadas; esta explicación no exime de la obligación de desarrollarlas la primera vez que aparecen en el texto. 
Antes de abordar el plural de las siglas, vale la pena recordar también otros aspectos interesantes. La Real Academia Española (7) indica claramente que las siglas, en el uso actual, se escriben sin puntos ni blancos de separación (sólo se escribe punto tras las letras que componen las siglas cuando van integradas en textos escritos completamente en mayúsculas), presentan normalmente en mayúscula todas las letras que las componen, no llevan nunca tilde (aunque su pronunciación la requiriese según las reglas de acentuación) y nunca deben dividirse mediante guión de final de línea. 
Algunas siglas pueden ser acrónimos. Un acrónimo es, por un lado, el término formado por la unión de elementos de dos o más palabras, constituido normalmente por el principio de la primera y el final de la segunda o, también, por otras combinaciones (por ejemplo, Inserso, de Instituto Nacional de Servicios Sociales) y por otro, también se llama acrónimo a la sigla que se pronuncia como una palabra. Debido a su forma pronunciable, es muy frecuente que los acrónimos, tras una primera fase en que aparecen escritos con mayúsculas por su condición de siglas (UCI, SIDA), acaben por incorporarse al léxico común del idioma y se  escriban, por ello, con letras minúsculas (uci, sida), salvo cuando se trata de nombres o denominaciones que exigen su escritura con inicial mayúscula (Unesco, Unicef). La formación de siglas y acrónimos es un fenómeno muy extendido en países anglosajones, especialmente en ámbitos científico-técnicos. Numerosas palabras que son, originalmente, siglas o acrónimos ingleses (láser, radar, télex) se han incorporado a nuestro idioma. En algunos casos, los acrónimos extranjeros se han adaptado o traducido al español, y así, no decimos aids (acquired immunodeficiency syndrome), sino sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Cuando los acrónimos se incorporan al caudal léxico del idioma como nombres comunes, entonces sí deben someterse a las reglas de acentuación gráfica en español (láser) (7). 
Las siglas, al igual que los acrónimos, y a diferencia de las abreviaturas (representación gráfica reducida de una palabra o grupo de palabras, obtenida por eliminación de algunas de las letras o sílabas finales o centrales de su escritura completa, y que siempre se cierra con un punto) y de los símbolos (abreviaciones de carácter científico-técnico, constituidos por letras o, en ocasiones, por signos no alfabetizables, que, en general, son fijados convencionalmente por instituciones de normalización y poseen validez internacional) se leen sin restablecer el texto al que reemplazan. Las siglas y los acrónimos, por tanto, no son sólo abreviaciones gráficas, sino también orales. Una de las incorrecciones que se observa con más frecuencia en la utilización de las siglas en los textos médicos surge cuando se usan en plural. En castellano, en la escritura, el plural de las siglas es invariable (7), es decir, no modifican su forma cuando designan un referente múltiple (las siglas no admiten plural por flexión, es decir, añadiendo una -s a la forma singular). Por tanto, las siglas, en cuanto tales, no tienen plural, aunque pueden ser reflejo de un enunciado en plural (1); en este caso, la indicación de pluralidad se hace mediante el artículo que las precede o las palabras que las introducen (los AINE, varios IECA,…). Caso aparte lo constituyen aquellas siglas, pocas, que, sin admitir -como todas- plural por flexión, pueden contenerlo en su propia estructura de significado; en tal caso, duplican cada una de las letras iniciales (es el caso, por ejemplo, de EEUU, sigla de Estados Unidos) (4,5). Así pues, es del todo incorrecto hablar de los AINES, los AINEs, los AINE's, los IECAs o los IECA's, ya que, como se ha dicho, no debe realizarse el plural añadiendo una s, precedida o no de apóstrofo, de forma similar a lo que se hace, de forma correcta, en inglés (por ejemplo, NSAIDs -sigla de non-steroidal anti-inflammatory drugs) (8). Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los acrónimos, una vez incorporados al léxico común, forman el plural siguiendo las reglas generales de su  formación en español, esto es, añadiendo -s si terminan en vocal (ucis) o -es si terminan en consonante (láseres, radares) (7). 
AINE e IECA son sólo ejemplos de nomenclatura farmacológica afectada por la pluralización incorrecta. Podríamos añadir los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), los ARA (antagonistas del receptor de angiotensina), los AL (anestésicos locales), los IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa), los IBP (inhibidores de la bomba de protones) y las PG (prostaglandinas), así como siglas muy utilizadas en otras áreas: sirvan a modo de ejemplo los EAP (equipos de atención primaria) y las ABS (áreas básicas de salud), tan frecuentes en textos de medicina de familia y comunitaria.


E. Guardiola Pereira1,2, J. E. Baños Díez2

1Unidad de Información y Documentación Médica. Q. F. Bayer. Barcelona. 2Departamento de Ciencias
Experimentales y de la Salud. Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida. Universitat Pompeu Fabra. Barcelona

 

BIBLIOGRAFÍA

1.  Martínez de Sousa J. Siglas. En: Martínez de Sousa J. Dudas y errores de lenguaje. 5ª ed. Madrid: Editorial Paraninfo; 1992. p. 27-9.

2.  Siglas. En: Vilarroya O, editor. Medicina Clínica. Manual de estilo. Publicaciones biomédicas. Barcelona: Doyma; 1993. p. 301-5.

3.  Baños JE, Guardiola E. Abreviaturas, siglas y acrónimos. 1. ¿el dolor "añadido" al lenguaje? Dolor 1996; 11: 97-9.

4.  Baños JE, Guardiola E. ¿Drogas? no; ¿AINES? tampoco. Dolor 1997; 12: 197-8.

5.  Baños JE, Guardiola E. El dolor del lenguaje. Barcelona: P. Permanyer SL; 2001.

6.  Real Academia Española. Diccionario de la lengua española. 22ª ed. Madrid: Real Academia Española, 2001. p. 1401.

7.  Real Academia Española. Diccionario de dudas/avance. Disponible en: URL: http://www.rae.es/ [consultada el 28 de enero de 2003].

8.  Navarro FA. Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina. Madrid: McGraw-Hill Interamericana, 2000. p. 5, 348.

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