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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.20 no.4 Granada oct./dic. 2011

https://dx.doi.org/10.4321/S1132-12962011000300010 

ARTÍCULOS ESPECIALES

TEORIZACIONES

 

Competencia informacional en enfermería y otros profesionales de la salud

Information competence in nursing and other health professionals

 

 

Montserrat García-Martínez1-3, María del Mar Lleixà-Fortuño1,2, Carmen Nieto-de la Fuente1, Nùria Albacar-Ribóo1

1Grado de Enfermería.
2Máster en Ciencias de la Enfermería.
3Máster Envejecimiento y Salud.
Universitat Rovira i Virgili. Campus Terres de l'Ebre, Tarragona, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Internet se ha convertido en el medio más dinámico para encontrar y recuperar información biomédica desde la eclosión de las bases de datos automatizadas. Las actividades de los profesionales de la salud, ya sean desde la faceta del estudiante, y después en la práctica clínica, la investigación o la educación, son intensivas en información. Dos grandes motores impulsan el desarrollo de la competencia informacional: el primero es la necesidad de desempeñarse exitosamente en la "sociedad de la información y el conocimiento"; el segundo, la emergencia de la práctica de la medicina y enfermería basadas en la evidencia. La competencia informacional tiene repercusiones en la calidad de la producción documental y en la calidad asistencial. En el presente artículo se describen los elementos básicos que componen la competencia en información para los profesionales de la salud agrupados en tres bloques: conocimientos, habilidades y actitudes.

Palabras clave: Competencia informacional, Información, Enfermería, Profesionales salud.


ABSTRACT

The activities of health professionals, whether from the aspect of the student, and later in clinical practice, research or education, are intensive in information. Internet has become the most dynamic means to find and retrieve biomedical information since the emergence of computerized databases. There are two factors driving this development of informational competence: the first one is the need to perform successfully in the "information and knowledge scene", the second one is the emergence of the practice of medicine and evidence-based nursing. Informational competence has a repercussion on the quality of documentary production and quality of care. The present article describes the basic elements that make up informational competence for health professionals grouping them into three sections: knowledge, skills and attitudes.

Key words: Nursing, Information competence, Information, Health professionals.


 

La competencia informacional en la sociedad actual

Las aptitudes para el acceso y uso de la información resultan cada vez más importantes en el entorno actual de rápidos cambios tecnológicos y de proliferación de los recursos de información. A causa de la complejidad cada vez mayor de este ámbito, los individuos se enfrentan a diversas alternativas a la hora de elegir entre una información muy dispar y abundante, ya sea en sus estudios universitarios, como en su puesto de trabajo y en su vida privada. Y cada vez más, la información llega a los individuos en formatos sin filtrar, lo que suscita interrogantes sobre su autenticidad, validez y fiabilidad.

El contexto actual exige fortalecer los conocimientos y elevar el desarrollo de habilidades que permitan interactuar con un medio más competitivo e inevitablemente sofisticado. Saber trabajar con la información y utilizar las tecnologías son elementos importantes de evolución hacia una sociedad de la información, y su importancia puede verse justificada, entre otras razones, por la alta desigualdad que existe entre las personas y en cada país en este sentido.1 Las razones por las que es necesaria la habilidad en el uso de la información son:2

- El crecimiento exponencial de la información disponible y accesible en cualquier forma de presentación.

- La necesidad de que la información se analice continuamente para verificar su autenticidad, validez y credibilidad.

- La utilización de las tecnologías en las actividades de la vida diaria, económicas y de servicios.

- La adquisición y desarrollo de aptitudes utilizables a lo largo de toda la vida.

- La actualidad que deben tener los métodos o las técnicas para la práctica de la investigación.

- Las habilidades para utilizar la tecnología, buscar información en fuentes electrónicas e Internet, su evaluación, la gestión de información interna y externa, así como el establecimiento de servicios de alerta que se les piden a los aspirantes a algún empleo.

- La formación actual de los estudiantes, que debe basarse en los recursos de información y en la solución de problemas.

- La relación existente entre la capacidad para utilizar la información y el éxito en los estudios.

Estas percepciones se orientan a la importancia de un uso sistemático de la información, enfocado a la capacidad de las personas en reconocer cuándo necesitan información, y en la habilidad para localizarla, evaluarla y utilizarla efectivamente.

Las aptitudes para el acceso y uso de la información constituyen la base para el aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida. Son comunes a todas las disciplinas, a todos los entornos de aprendizaje y a todos los niveles de educación. Capacitan a quien aprende para dominar el contenido y ampliar sus investigaciones, para hacerse más autodirigido y asumir un mayor control sobre su propio proceso de aprendizaje.3

 

Competencia informacional e Internet

Internet ha contribuido a diversificar e incrementar, de manera exponencial, el volumen de información disponible. Nos encontramos ante una sociedad cambiante, con un dinamismo imprevisible, donde los procesos relacionados con el aprender a aprender, el aprendizaje autónomo y la capacitación digital han adquirido un papel relevante. Este contexto sitúa a las competencias informacionales en una posición central. La interpretación más relevante que subyace a este enfoque deriva en la necesidad de capacitar a las personas para buscar información en Internet, valorarla, compartirla y comunicarla.

En la literatura especializada encontramos numerosos ejemplos que revelan cómo la búsqueda de información en Internet es una tarea compleja y altamente dinámica, dependiente de numerosas variables, que además se influencian recíprocamente.4-9 Varias investigaciones han encontrado que la organización hipermedial de la información no siempre es beneficiosa.10,11 La búsqueda en la Web se diferencia de la búsqueda en otros entornos tradicionales,12 por esta razón, el proceso de búsqueda y selección de información, así como su evaluación, pueden resultar agotadores y decepcionantes, a pesar de la facilidad con la que interactuamos y nos desenvolvemos frente a las tecnologías, cada vez más utilizables.

Es necesario considerar que el éxito en los procesos de búsqueda, selección y comunicación de información digital no depende exclusivamente de la tecnología, de lo que esta ofrece y de cómo lo ofrece, si no principalmente de las habilidades que poseen las personas para obtener la información más relevante, en el menor tiempo posible.13 En Internet, es más importante el hecho de ser estratégico en la búsqueda de información que poseer amplios conocimientos acerca las herramientas de búsqueda y los medios informáticos. Los usuarios estratégicos, independientemente de sus conocimientos acerca del medio y la temática, llevan a término un proceso de planificación y evaluación que les ayuda a llegar a los resultados deseados; mientras que los menos estratégicos siguen un proceso marcado por la asociación, reproducción y automatización que no siempre les lleva a la información deseada. El segundo grupo llega a buenos resultados si dispone de amplios conocimientos sobre el tema o sobre distintos instrumentos y modalidades de búsqueda; pero, aun así, difícilmente llegan a responder a demandas complejas y específicas que impliquen reorganizar el conocimiento o seguir un proceso reflexivo.13-17

La mayoría de los usuarios de Internet hacen consultas utilizando terminología y estrategias relativamente cortas y simples y tienen problemas para realizar búsquedas más complejas, utilizando las herramientas de los motores de búsqueda generalistas y los buscadores que proporcionan los sitios web, evidenciando problemas para formular correctamente las preguntas y plantear búsquedas más específicas, por ejemplo, utilizando los operadores booleanos, que les eviten en lo posible el ruido documental en los resultados.14,18,19 A menudo carecen de los recursos más básicos de búsqueda (qué información buscar, dónde y cómo) y tienden siempre a utilizar las mismas herramientas, independientemente del objetivo y el propósito de la búsqueda. Demuestran poca habilidad para adaptar su método de búsqueda al objetivo de búsqueda y, en ocasiones (los no angloparlantes) tienen dificultades con el inglés, el idioma más común en Internet.20

Incluso los académicos (profesorado y estudiantes) han demostrado dificultades a la hora de utilizar Internet como fuente de información. Dewobsky,16 en un estudio del proceso de búsqueda de información en jóvenes investigadores, encontró que pese a que los investigadores noveles demostraban trabajar muy duro en sus investigaciones, les resultaba difícil desarrollar una estrategia eficaz, llegando incluso estas dificultades a impedir concluir con éxito el proceso de búsqueda.

Aunque cualquier investigador, con un conocimiento superficial de los sistemas de recuperación de la información, puede realizar una búsqueda bibliográfica en Internet a través de su ordenador y obtener unos resultados más que suficientes respecto a la cantidad de referencias.21 Otra cosa es que estos resultados respondan en su contenido a lo que el investigador realmente buscaba, o sean todo lo exhaustivos posible. Con esta cantidad tan inmanejable de la bibliografía científica, no es seguro poder encontrar los artículos relevantes a un aspecto en particular con límites temáticos determinados, ya sea porque están muy dispersos o simplemente no están clasificados adecuadamente. Esto implica una gran dedicación para la búsqueda y la recuperación de los trabajos. Se requiere una gran cantidad de tiempo para seleccionar y sintetizar el contenido realmente válido. Añádase a esto que la mayoría de los investigadores no posee entrenamiento especializado para el análisis crítico de los artículos, para juzgar la validez de los hallazgos. Muchas veces los científicos no conocen ni siquiera lo que ellos desconocen.5,22

No obstante, es posible reducir estas dificultades mediante una formación específica, que ayude a los usuarios a desarrollar las habilidades adecuadas para buscar y seleccionar información en Internet de manera satisfactoria y productiva.14,16,23-26 La capacidad para usar de manera eficaz y eficiente la información procedente de las tecnologías digitales incidirá de manera directa en las posibilidades de éxito que una persona tendrá a lo largo de su vida, en cualquiera de sus facetas (académica, laboral, social, cultural, económica, política, etc.).13,27 Bajo esta perspectiva, desarrollar la competencia informacional relacionada con el uso de Internet como fuente de información, resulta uno de los grandes retos del futuro inmediato.

 

Competencia informacional e Internet en el contexto de las ciencias de la salud

En las ciencias de la salud se produce un cúmulo enorme de información que requiere almacenarse, gestionarse y utilizarse y que sirve de base para la toma de decisiones a diferentes instancias.

El profesional sanitario, tal como sucede en otros entornos, comienza su ejercicio profesional tras un periodo reglado de formación, y trabaja en un sistema que le provee de medios materiales para el desarrollo de su actividad. Sin embargo existe una diferencia notable con otras profesiones en relación a sus necesidades de información, que podemos centrar en dos cuestiones: (a) la repercusión que sus decisiones tienen sobre la salud de las personas, y (b) el acelerado ritmo de innovación científica en todas las facetas relacionadas con la salud. De su capacidad de adaptación a una situación de continuo aprendizaje a un ritmo sostenido, depende en gran parte el éxito de sus actuaciones.28

Las actividades de los profesionales de la salud, ya sean desde la faceta del estudiante, y después en la práctica clínica, la investigación o la educación, son intensivas en información. Dichas actividades no sólo se han visto incrementadas con el desarrollo de la sociedad de la información y del conocimiento, sino que en muchos casos se han transformado aspectos de dichas prácticas.

Internet se ha convertido en el medio más dinámico y estimulante para encontrar y recuperar información biomédica desde la eclosión de las bases de datos automatizadas.29 Nadie concibe hoy día que una revista científica no pueda ser consultada, en mayor o menor grado, en Internet, que un servicio sanitario (privado o público) no posea su propia página web o que un colectivo profesional no se halle representado en la Red. Las posibilidades de Internet parecen ser infinitas. Esta red de redes se ha configurado como un potente sistema de comunicación y formación entre los profesionales sanitarios, que depara en un futuro cercano, cambios y avances importantes en la práctica clínica, la formación y la investigación.30

Internet ha modificado asimismo el estatus del personal investigador, quien ha dejado de ser un acaparador de información (preferentemente en papel), para transformarse en un buscador de información. Hoy ya es posible, desde cualquier lugar, obtener con facilidad documentos, programas o imágenes, consultar la información de prestigiosas instituciones, leer una revista electrónica y, en definitiva, poder estar al día en cualquier disciplina y actualizar rápidamente los conocimientos.

El desarrollo de la competencia informacional de los profesionales de la salud tiene repercusiones en la calidad de la producción documental. Por un lado, porque estos profesionales presentan mayores exigencias en cuanto al contenido de la información publicada. Por otro, quienes escriben han de producir recursos de calidad, con valor agregado tanto de forma como de fondo. Un usuario que cuente con mejores estrategias para la selección de la información requerirá de estudios serios, basados en datos confiables, con análisis crítico y objetivo que permite la aplicación de los conocimientos en situaciones reales.

También se ha de apuntar que la formación a distancia y virtual (e-learning) presenta una nueva oportunidad para que los profesionales, una vez finalizados sus estudios universitarios, cuenten con un entorno de formación que les permita actualizar sus conocimientos en cualquiera de sus posteriores actividades (práctica clínica, investigación o docencia). Es por ello que las habilidades informativas se presentan, una vez más, como imprescindibles.

Por otro lado, se ha facilitado el acceso de los pacientes a información médica en Internet: el paciente puede acceder a información sobre tratamientos alternativos, consultar los efectos de un tratamiento concreto u obtener información sobre determinados fármacos. Los pacientes recurren a Internet para validar la información médica tras sus consultas clínicas. Jorge A. Guerra31 cita en su blog el estudio de la firma independiente en relaciones públicas Edelman: Health Engagement Barometer (HEB). El estudio reveló que el 88% de las personas acude a Internet para consultar sobre temas de salud. Internet ha tenido un crecimiento exponencial en los últimos años en términos de salud. La disponibilidad de acceso y el abaratamiento en los costos ayudan a su expansión. La evolución del perfil tecnológico de los usuarios ha permitido que adopten nuevas prácticas. Hoy los usuarios se informan, comparten sus experiencias en blogs, foros y redes sociales, crean herramientas y se comprometen con la salud. La posibilidad de tener la información al instante es uno de los motivos fundamentales por los que prefieren la Web como fuente de información.

Esta realidad tiene implicaciones importantes respecto a la educación de los profesionales de la salud hacia el paciente, en relación con el acceso a la información y en su propia formación respecto al conocimiento de recursos y aspectos relacionados con la difusión de la misma.

 

Desarrollo de la competencia informacional en los profesionales de la salud

Bruce31 realizó un estudio sobre la implementación de sistemas nacionales de información en salud, demostrando que uno de los factores de fracaso en su implementación se debe a la falta de formación en habilidades informáticas e informacionales de los profesionales de la salud. No es extraño entonces que los procesos de alfabetización tecnológica e informacional se aborden ampliamente en la literatura biomédica.

Existen dos grandes motores que impulsan su desarrollo: el primero es el reconocimiento de la necesidad de las habilidades relacionadas con el manejo de información para desempeñarse exitosamente en la "sociedad de la información y el conocimiento"; el segundo, la emergencia de la práctica de la medicina basada en evidencia (MBE) y la enfermería basada en la evidencia (EBE).32-34 Es decir, basar las decisiones clínicas a partir de la información obtenida de publicaciones científicas. Ello significa no solo saber reconocer la evidencia científica en las publicaciones sino acceder a ellas. Así, la práctica basada en la evidencia depende en buena parte de la habilidad de conocer recursos de información y saber localizar literatura relevante, con lo cual el desarrollo de habilidades informacionales se hace imprescindible.35,36

Una de las operaciones que, probablemente, ocupará más tiempo en la práctica de la MBE y EBE será la localización y la recuperación de las mejores pruebas de la bibliografía científica, porque los documentos pertinentes, como las guías de práctica clínica, las revisiones sistemáticas, los informes de agencias de tecnologías sanitarias, los trabajos evaluados críticamente o los resúmenes estructurados y comentados, aparecen dispersos en diferentes sitios de la Red. Para una persona no experta en búsquedas bibliográficas la recuperación documental puede llegar a convertirse en un trabajo sumamente tedioso si no cuenta con la necesaria competencia informacional.

Las estrategias de formación se concentran en incluir cursos de alfabetización digital e informacional en los estudios de pregrado de estas carreras o en los cursos de formación continua a nivel de postgrado. El profesional de la enfermería con un adecuado desarrollo de la competencia informacional podrá:

- No sólo aprender como utilizar la información, sino saber por qué es necesario utilizarla.

- Utilizar los conocimientos adquiridos para obtener a lo largo de la vida la información que necesitan para desarrollar su labor profesional y contribuir al mejoramiento de la salud de la población.

- Desarrollar una visión que le permita ubicar la información en el centro de su actividad docente, investigativa, asistencial y de dirección.

- Convertirse en un líder que utiliza la comunicación y el trabajo en equipo para replicar los conocimientos que ha adquirido.

Los elementos básicos que componen la competencia en información para los profesionales de la salud se pueden agrupar en tres bloques: conocimientos, habilidades y actitudes.37-41 En la Tabla 1 se describen detalladamente los tres bloques.

 

Tabla 1. Elementos básicos de la competencia informacional en Ciencias de la Salud
[Adaptado de Fernández, Zayas y Urra]41

 

Ortoll37 realizó un estudio sobre cómo se contempla la formación en la competencia informacional en los estudios de ciencias de la salud, en el marco de las universidades. Durante el curso 2001-2002, la competencia informacional, o alguno de sus aspectos, estaba presente en el 48,3% de las universidades, existiendo asignaturas completas únicamente en un 20% de las universidades. Cuando dichos contenidos se imparten desde asignaturas, abordan otros contenidos no directamente relacionados con la competencia informacional, estando presentes en un 28,3% de las universidades. Valorando el enfoque con que dichas asignaturas eran tratadas, se observó que sus contenidos estaban más próximos a la tradicional formación bibliográfica o documental, destinada a formar a los estudiantes en la utilización de recursos y fuentes de información bibliográfica, y orientado al tratamiento de la información científica, más que a una concepción orientada a la praxis profesional y en la que está implicado cualquier tipo de información.

En la actualidad, con el espacio de convergencia europea, todos los nuevos planes de estudio de ciencias de la salud incluyen el desarrollo de la competencia informacional. En un futuro próximo, habrá que evaluar si en los currículos los docentes han puesto énfasis en la realización de actividades relacionadas con la adquisición de la competencia en información y si esto ha tenido influencia sobre los resultados que se han obtenido en el rendimiento de los estudiantes.

La estrategia de uso académico de Internet que aumenta de forma más clara el rendimiento académico es seguir la metodología de enseñanza-aprendizaje planificada por la Universidad (sea la que sea, clásica o innovadora en cuanto al uso de las tecnologías) y usar Internet para complementar ésta. Facilitar el desarrollo de habilidades de información debe ser un objetivo básico en la universidad. La formación sobre el proceso de búsqueda podría ser el primer paso pero esto parece difícil de separar de otros contextos, como el nivel de creencia epistemológica, la interrelación con los profesores y el enfoque evaluativo en el diseño del plan de estudios de la disciplina que se estudia, junto con los patrones sobre actualización de conocimientos e investigación del colectivo profesional.

Internet es una herramienta extraordinaria que ha puesto a nuestro alcance un volumen de información y saber asombroso. Pero reconocer este hecho no merma en absoluto, la necesidad de ponderar adecuadamente su repercusión en la manera en que buscamos, valoramos y tratamos la información que tan fácilmente adquirimos, y los efectos que eso tiene sobre nuestra manera de percibir, pensar, reflexionar y aprender y, lateralmente, la influencia que eso tiene sobre nuestra práctica profesional.

 

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Dirección para correspondencia:
Montserrat García-Martínez.
C/ Benifallet 8,
43500 Tortosa. Tarragona, España
montserrat.garciam@urv.cat

Manuscrito recibido el 30.11.2010
Manuscrito aceptado el 12.3.2011

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