ANEXO I

A pesar de haber varios sistemas descritos normalmente aplicables a individuos de más de 2 años de edad, aportamos el propuesto por Ramey, (1999) por su simplicidad. (Fig. 17)

Sistema de ordenación y clasificación de las costillas. Ramey, (1999) [73]:

1. La superficie más interna de las costillas más altas está orientada hacia abajo, las costillas de la parte media está orientada medialmente y la de las flotantes mira ligeramente hacia arriba. Esta disposición se puede apreciar cuando se dejan las costillas sobre una superficie plana.

Se localizan las primeras costillas (más cortas, algo curvadas, casi planas y con cuello relativamente largo). La primera costilla: se orienta de modo que sus dos caras miran una hacia arriba y otra hacia abajo, en la cara superior hay dos canales vasculares (uno posterior para la arteria subclavia y otro anterior para la vena homónima), separados por una eminencia rugosa, el tubérculo de Lisfranc (para el escaleno anterior), no existe el canal costal, tiene una cara única en la cabeza costal, el cuello es aplanado y en la parte superior de la extremidad anterior existe una superficie rugosa para el ligamento costoclavicular.

La segunda costilla se caracteriza porque no tiene canal costal, sus caras son horizontales y en la zona media tiene una superficie rugosa más o menos saliente para uno de los fascículos del serrato mayor. Se coloca sobre una superficie plana y si la cabeza está angulada hacia abajo y toca la superficie significa que la parte superior está colocada hacia arriba y por tanto, bien colocada.

2. Se localizan las costillas 11 y 12 y se separan. La costilla undécima y duodécima se articulan a una sola vértebra y debido a ello su cabeza no tiene más que una sola cara articular, la ausencia de carillas en la tuberosidad (no se articulan con la apófisis transversa) y no están torsionadas, los extremos esternales son planos y acabados en punta. La duodécima es mucho más corta que la anterior, y cómo ésta, no presenta ningún indicio de torsión [74]. Tienen las cabezas en forma de abanico, sin cuello y la extremidad esternal bien afilada (carecen de la forma de copa). La superficie más interna es superior, no inferior como en el caso de la primera costilla.

3. Se escogen los otros nueve pares de costillas en grupos de derecha e izquierda orientándolas de la siguiente forma: la cabeza es posterior, la parte esternal anterior y el borde agudo inferior.

4. Con la primera costilla como punto de partida se colocan a cada lado desde arriba hasta abajo primero el lado derecho y luego el izquierdo. Veremos que la forma de las cabezas variará gradualmente, desde más largas y estrechas hasta la forma de abanico y la longitud de los cuellos se reduce progresivamente desde arriba hasta abajo. La curvatura de las costillas proporcionará una forma de barril a esta disposición de las costillas. La superficie más interna de las costillas más altas se orientará hacia la superficie de la mesa y la superficie más interna de las costillas más bajas mirará hacia fuera en relación a la superficie de la mesa. La cabeza de las costillas séptima y octava se mantienen más elevadas en relación al plano de sustentación de la mesa. Cada costilla conformará la curvatura de la costilla adyacente. Resumiendo, desde la primera a la última costilla la evolución es la siguiente: pasaremos de costillas con el cuello más largo, a costillas con cabeza bifacetaria, costillas con cabeza más ancha, costillas sin cuello y por último costillas sin tuberosidad. Finalizamos la operación comparando cada costilla con la del lado opuesto para correlacionar la correspondencia de forma y longitud.