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Nefrología (Madrid)

 ISSN 1989-2284 ISSN 0211-6995

ARENAS, M. et al. Encuesta sobre la relación existente entre centros de hemodiálisis extrahospitalarios y hospitales de referencia en España. []. , 29, 5, pp.439-448. ISSN 1989-2284.

^les^aIntroducción: Para garantizar una adecuada continuidad de la asistencia de los pacientes que se dializan en centros de hemodiálisis extrahospitalarios concertados (CH), es fundamental que exista una estrecha relación y comunicación entre los propios CH y los hospitales de referencia (HR). El objetivo de este trabajo es conocer aspectos actuales de esta relación para detectar oportunidades de mejora. Material y métodos: Estudio transversal y descriptivo mediante dos encuestas autocumplimentadas, una dirigida a CH (81 preguntas) y otra a HR (56 preguntas), que abordaban distintos aspectos de la relación entre ambos. La encuesta se envió a través del correo electrónico disponible en la S.E.N. Resultados: Se recibió respuesta de 80 CH y 30 HR. De estos últimos, sólo 27 tenían relación con CH dependientes de su área. El 70% de los CH pertenecen a multinacionales y el 16% están ubicados dentro de un hospital. El 64% de los CH precisa la contratación de no nefrólogos para la asistencia. Casi un 40% de los nefrólogos de los CH hace guardias en los HR. Más de tres cuartas partes de los nefrólogos de los CH están solos durante toda su jornada laboral. Respecto a la relación entre ambos tipos de centros, es frecuente la comunicación telefónica bidireccional. Alrededor de un tercio de los pacientes remitidos al centro desde el hospital no aporta serologías actualizadas ni tiene un acceso vascular definitivo realizado. La remisión del paciente desde el centro al hospital suele ser muy completa, con pruebas actualizadas e informe completo. El 41,3% de los CH refería haber sido consultado por el HR con relación a toma de decisiones acerca de sus pacientes. Las analíticas y pruebas complementarias de protocolo en el CH vienen predefinidas por el concierto en el 65% de los casos, pero pueden ser modificadas en su mayoría por los propios centros, siendo consensuadas entre ambos en más de la mitad de los casos. El 60% de los CH puede pedir directamente interconsultas con otros especialistas, pero más de la mitad precisa del nefrólogo del HR para hacerlo. En su mayor parte, la medicación parenteral es suministrada al centro por el HR, pero más de un tercio de los centros tiene limitaciones para solicitar al HR dedicación parenteral de uso hospitalario menos común o no especificada en el concierto. Los HR refieren que la mayoría de los accesos vasculares se realiza en el propio hospital, mientras que los CH refieren que esto ocurre sólo en la mitad de los casos. En más de una tercera parte, las fístulas de pacientes en prediálisis se realizan en el centro como colaboración con el HR. La mayoría de los centros puede intervenir en la decisión de inclusión de sus pacientes en la lista de espera de trasplante. En sólo la quinta parte existe una base de datos común entre el CH y el HR, y menos de la mitad comparte protocolos de actuación u objetivos comunes. El 62,5% de los centros participa en ensayos clínicos conjuntos con el HR. Más de la mitad de las empresas proporciona formación a sus CH, ya sea directamente por la propia empresa o facilitando la asistencia a jornadas congresos. Conclusiones: Algunos de los aspectos que parecen manifiestamente mejorables son: la soledad de los nefrólogos de los CH y su acceso limitado a la formación; la adecuada remisión de los pacientes de los HR a los centros; la autonomía de los nefrólogos a la hora de solicitar interconsultas a especialistas sin precisar de la tutela de los nefrólogos del hospital; o la limitación a la hora de acceder a la medicación de uso hospitalario. Una estrecha relación entre CH y HR es de gran importancia para asegurar una mejor y más equitativa asistencia a nuestros pacientes. La creación de un foro de debate favorecería la puesta en común y la resolución de estos aspectos.^len^aIntroduction: To guarantee continuity and equity in the clinical assistance of patients on hemodialysis in extrahospitalary centers (EC) a close relationship and a good level of communication between them and their reference hospitals (RH) is essential. The aim of this study was to assess the present situation of this relationship in our country (Spain) so as to be able to detect improvement opportunities. Methods: Descriptive and transversal study using two self-report anonymous surveys: one for EC (81 questions) and one for RH (56 questions) sent by e-mail to all Spanish EC and RH registered in the Spanish Society of Nephrology. Results: We received answers from 80 EC and 30 RH. 70% of the EC were managed by multinational companies; only 16% EC were placed in a hospital. 64% of the EC need to employ nonnephrological medical staff. Nearly 40% of the EC nephrologists also go on duty at their RH. More than three quarters of the EC nephrologists are alone during their workday. Bidirectional telephone communication is very frequent between EC and RH. Around a third of the patients sent from RH to EC arrive without current viral serology and/or without a functioning vascular access. Most of the patients sent from EC to RH bring an up-to-date complete medical report. 41,3% of the EC answered that they were usually consulted by their RH doctor colleagues about decisions to be taken regarding their patients. Routine blood and other medical protocol tests of CE are well defined in the formal agreement with their RH in 65% of the cases, although they can be modified by the EC through consensus with the RH in more than 50% of the cases. 60% of the EC can directly consult other specialists in the RH but more than 50% need to do so through the RH nephrologist. Parenteral medication used in the ECs is mostly supplied by their RH, but a third of ECs have some limitations with uncommon or not concert-specified parenteral drugs. RHs refer that most of the vascular accesses are done in the hospital, whereas ECs say that this is true only in half of the cases. More than a third of the fistulae of predialysis patients are done in the ECs as part of their collaboration with RHs. The majority of ECs can share the decision about patients' inclusion in renal transplant waiting list. In only a fifth of the cases is there a common database between CE and RH, and less than half share common protocols or objectives. 62,5% of CEs participate with RHs in clinical trials. More than half of the dialysis private companies provide continuous training and education to their ECs personnel, either directly through the company or facilitating assistance to courses or congresses. Conclusions: Some of the relationship aspects that appear to be clearly improvable are: CEs nephrologist solitude and their limited access to continuous training and education, an adequate referral of the patients from the RHs, CEs nephrologist's autonomy at making consultations to specialists or their limitations when asking for hospital medications. A closer relationship between CEs and RHs is of the utmost importance in guaranteeing continuity and equity in the clinical assistance of our hemodialysis patients. The creation of a debate forum would favour discussion and common resolution of such aspects.

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