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Nefrología (Madrid)

 ISSN 1989-2284 ISSN 0211-6995

TORREGROSA, José-Vicente    RAMOS, Ana María. Uso de bifosfonatos en la enfermedad renal crónica. []. , 30, 3, pp.288-296. ISSN 1989-2284.

^les^aLos bifosfonatos son compuestos sintéticos análogos de los pirofosfatos. Mientras que la biodisponibilidad de una dosis intravenosa es del 100%, la biodisponibilidad oral es del 1 al 5%. Aproximadamente el 50-80% del bifosfonato disponible es captado por el hueso. En pacientes con deterioro de función renal debemos ser cautelosos fundamentalmente porque son eliminados por el riñón (se filtran por el glomérulo y secretan en el túbulo). Su diferente toxicidad renal puede deberse a factores como diferente capacidad de unión a proteínas, distinta vida media en tejido renal, y diferente toxicidad renal acumulada. No obstante, la toxicidad se debe a la administración rápida y a dosis excesivas. En pacientes con filtrado glomerular inferior a 30 ml/min es aconsejable reducir la dosis a la mitad. Con la administración intravenosa es importante mantener el tiempo de infusión y en hemodiálisis, administrar el fármaco durante la sesión. Con el ibandronato, hasta el momento actual, no se ha descrito patología renal y con las formas orales de cualquiera de ellos tampoco. Los bifosfonatos han demostrado eficaces en la prevención de la pérdida ósea postrasplante, en el tratamiento de calcifilaxis y en la prevención de las calcificaciones vasculares. En los pacientes con enfermedad real crónica (ERC) avanzada o sometidos a diálisis, los bifosfonatos estarían indicados, sobre todo, ante la presencia de franca disminución de la masa ósea y la existencia de factores de riesgo de osteoporosis junto con alto remodelado óseo. Se debe sopesar con cuidado su indicación en pacientes en quienes se sospeche la existencia de una enfermedad ósea adinámica, en cuyo caso sería obligada la realización de una biopsia ósea.^len^aBisphosphonates are synthetic compounds similar to organic pyrophosphates. The bioavailability of intravenous preparations is 100%, whereas the availability of oral therapy ranges from 1 to 5%. About 50% to 80% of free bisphosphonates are incorporated into the bone. Because of their urinary elimination, bisphosphonates must be carefully administered in chronic kidney disease (CKD) patients. In spite of this, bisphosphonates can safely be used at all CKD stages, including dialysis and kidney transplant. Renal toxicity seems different among these compounds, and it is basically due to their protein binding and the average lifespan of renal tissues. In practice, renal toxicity has been associated with infusion speed and excessive dosage. In patients with CKD, it is very relevant to maintain infusion time and in haemodialysis patients we recommend administration during the haemodialysis session. When bisphosphonates are given to 4-5 CKD patients it seems reasonable to reduce the dose to 50%. No renal pathology has been associated to oral administration. The indications of bisphosphonates in CKD include: hypercalcaemia episodes, preventing bone loss after renal transplantation, treating low bone mineral density in all CKD stages including transplantation. They are too a promising therapy for calciphylaxis and to prevent vascular calcifications. When suppressed bone turnover is suspected, bone biopsy is mandatory before bisphosphonates therapy.

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