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Nutrición Hospitalaria

 ISSN 1699-5198 ISSN 0212-1611

MORILLAS, J. et al. Detección del riesgo de desnutrición en ancianos no institucionalizados. []. , 21, 6, pp.650-656. ISSN 1699-5198.

^les^aAntecedentes y Objetivo: Una alimentación inadecuada en ancianos incrementa la vulnerabilidad del sistema inmunológico, aumenta el riesgo de infecciones, también produce atrofia muscular, niveles altos de azúcar o grasas en sangre, debilidad,apatía, mayor riesgo de fracturas óseas y menor respuesta a la medicación. Los cambios fisiológicos y patológicos asociados al envejecimiento determinan modificaciones de los hábitos de consumo alimentario y del aprovechamiento orgánico de los nutrientes. La principal consecuencia de todo ello es un aumento en la frecuencia de individuos con malnutrición global o específica para algún nutriente concreto. El objetivo de este trabajo es detectar el porcentaje de ancianos no institucionalizados en Murcia con riesgo de malnutrición para poder intervenir de forma preventiva sobre ellos. Material y métodos: La muestra poblacional del estudio está constituida por 360 ancianos de ambos sexos, no institucionalizados y residentes en Murcia.La detección del riesgo de desnutrición se basa en la realización de un test a cada anciano con 9 preguntas asociadas con el riesgo nutricional, que es un método de screening nutricional validado, con un valor predictivo positivo del 95% y un valor predictivo negativo del 81%. Además en cada anciano se valoraron otros factores que pudieran afectar al riesgo de desnutrición (IMC, sexo, edad,personas con las que convive, estado civil, nivel de instrucción y patologías). El análisis estadístico se realiza con el programa informático SPSS, v. 12.0,utilizando la T-Student para comparar variables independientes que siguen una distribución normal y la Correlación de Pearson cuando se pretende analizar el grado de correlación entre variables. Resultados: La muestra poblacional está constituida por ancianos de 73,5 ± 0,5 años (media ± SEM), con un IMC de 27,5 ± 0,3 (Kg/m2), de los cuales un 41% son varones y un 59% mujeres. El 46% tienen estudios primarios incompletos y sólo el 11% son universitarios. El 75% de los ancianos viven acompañados (con su cónyuge u otros familiares) y el 22% viven solos. El 60% están casados y el 31% son viudos. Entre las patologías asociadas al envejecimiento se observa una mayor incidencia de diabetes (21%) y enfermedades cardiovasculares (21%) como demuestran los altos niveles de colesterol (32%) y la elevada incidencia de hipertensión (HTA) (42%). El 7% ha perdido peso involuntariamente en los últimos 3 meses y el 11% se encuentran más delgados, el 14% presenta dificultad para comer. El 17% de los ancianos analizados presenta un riesgo probable de malnutrición, con un 3% de ancianos malnutridos. Al analizar las diferencias entre sexos, se observa un mayor porcentaje de mujeres que presentan HTA respecto a los varones (p < 0,05); mientras que los varones diagnosticados con EPOC superan a las mujeres (p < 0,05). Se aprecian diferencias significativas (p < 0,05) en el riesgo de malnutrición entre sexos, siendo mayor el riesgo de malnutrición en mujeres que en varones ancianos. Están inversamente correlacionados el IMC con el Riesgo de malnutrición (p < 0,01). Se observa una correlación directa entre la edad del anciano y su riesgo de malnutrición (p < 0,05). Conclusiones: En Murcia el 17% de los ancianos analizados presenta un riesgo probable de malnutrición y el 2% están malnutridos. Esta malnutrición se refiere a una nutrición deficitaria, por lo que los resultados sugieren la necesidad de realizar: 1º) posteriores estudios para concretar los déficits nutricionales de forma cualitativa y cuantitativa. 2º) una intervención nutricional en este colectivo para prevenir estados carenciales asociados a la aparición de diversas patologías.^len^aBackground and objective: an inadequate food intake in the elderly increases immunological system vulnerability, the risk for infections, and it also leads to muscle atrophy, high sugar and fat plasma levels, fatigue, apathy, greater risk for bone fractures, and lower response to medication. Physiological and pathological changes related to aging bring about changes in dietary habits and organ body use of nutrients. The main consequence is an increase in the prevalence of individuals with global or nutrient-specific hyponutrition. The aim of this work was to detect the percentage of non-instituti nalised malnourished elderly patients from Murcia with hyponutrition risk, in order to being able of preventively act on them. Material and methods: 360 elderly patients of both genders, non-institutionalised and residing in Murcia compose the population sample. Hyponutrition risk detection is based on performance of a test to each patient with nine questions relating to nutritional risk, which is a validated nutritional screening method, with a 95% positive predictive value and 81% negative predictive value. Besides, other factors that may affect hyponutrition risk were assessed in each patient (BMI, gender, age, persons living with him/her, marital status, educational level, and other conditions). Statistical analysis is done with the SPSS package, v. 12.0, using the Student's t test for comparison of independent variables with a normal distribution and Pearson's correlation to analyse the correlation level between variables. Results: The population sample is composed by elder people aged 73.5 ± 0.5 years (mean ± SEM), with a BMI of 27.5 ± 0.3 (Kg/m2), of which 41% are males and 59% females. Forty-six percent have incomplete primary education, and only 11% have university education. Seventy-five percent of these elder people live with somebody (with their spouse or other relatives), and 22% live alone. Sixty-percent are married, and 31% are widow. About age-related pathologies, we observe higher prevalence of diabetes (21%) and cardiovascular diseases, (21%), high cholesterol levels (32%), and high prevalence of arterial hypertension (42%). Seven percent have involuntarily lost weight for the last 3 months, and 11% find themselves thinner, 14% have difficulty eating. Seventeen percent of the studied elder people have a likely risk for malnutrition, with 3% of malnourished patients. When analysing gender differences we observe a greater percentage of women with arterial hypertension, as compared to men (p < 0.05) whereas men diagnosed with COPD outnumber women with COPD (p < 0.05). Significant differences (p < 0.05) are seen in malnutrition risk by gender, being higher in females as compared to men.BMI and malnutrition risk are negatively correlated (p < 0.01). A direct correlation is seen between the patient's age and his/her malnutrition risk (p < 0.05). Conclusions: In Murcia 17% of analysed elderly people have a likely risk for malnutrition and 2% are malnourished. This malnutrition refers to deficient nutrition, so for these results suggest the need to perform: 1º) further studies to determine qualitatively and quantitatively nutritional deficits. 2º) A nutritional intervention in this population to prevent deficient states associated to the development of several pathologies.

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