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Anales de Medicina Interna

 ISSN 0212-7199

     

 

CARTAS AL DIRECTOR

Diferencia según la década de edad del impacto de la hospitalización

en enfermos de edad avanzada 

 

Sr. Director: 

La hospitalización de personas mayores puede conducir a una perdida de su capacidad funcional y a una disminución de su calidad de vida, incluyendo la imposibilidad de volver a su domicilio (1-3). Diversos estudios han descrito la efectividad de medidas específicas para el buen tratamiento durante la hospitalización por descompensaciones de causas médicas agudas en las personas mayores (4-6). Nuestro grupo de trabajo ha descrito recientemente en 100 pacientes > 75 años que una intervención geriátrica global puede disminuir el impacto de la hospitalización, y conseguir una nula o mínima pérdida en la capacidad funcional de los pacientes (7). El objetivo de este trabajo fue ampliar la edad de estudio y comprobar si existen diferencias en el impacto de la hospitalización agrupando a los pacientes por décadas (65-74 años; 75-84 años; >85 años). 

Se estudiaron 150 enfermos > de 64 años ingresados por un problema médico en una Unidad de Corta Estancia, los enfermos procedían del Servicio de Urgencias y eran valorados como posibles altas en menos de 6 días. Se seleccionaron 50 enfermos consecutivos entre 65-74 años, 50 consecutivos entre 75-84 años, y 50 consecutivos >85 años. Se excluyeron los pacientes que no fueron dados de alta entre 3-5 días (fallecidos, trasladados por empeoramiento, estancias superiores a 5 días o inferiores a 3). La capacidad funcional se midió con el Indice de Barthel (IB) al ingreso y al alta. Igualmente se tuvo en cuenta el IB previo (2 semanas) a sufrir la enfermedad motivo de ingreso en la unidad. El IB se recogió mediante entrevista al enfermo y al cuidador principal realizada por dos profesionales de manera independiente (8). Para valorar la complejidad de los pacientes se aplicó el índice de co-morbilidad de Charlson (9). Las características de la intervención interdisciplinaria fueron: a) actuaciones sobre el entorno para preservar la orientación, y para evitar caídas; b) actuaciones sobre el cuidado del paciente: valoración diaria física, cognitiva y anímica. Aplicación de protocolos que favorecen la movilización precoz, la nutrición, y el cuidado de la boca y piel. Se actuó preventivamente sobre el insomnio, las ulceras de decúbito, el estreñimiento, las atelectasias y las neumonías por aspiración; c) revisión diaria del tratamiento, intentando minimizar y prevenir los efectos secundarios de los fármacos, evitando la polimedicacion innecesaria, heparinizando vías, y retirando sondas urinarias innecesarias, y d) realización de un plan para el alta. 

La tabla I muestra las características de los subgrupos y los valores totales de la población estudiada. La estancia media en la unidad fue de 4,25 (3-5) días. Los diagnósticos de ingreso más frecuentes fueron: reagudizaciones de enfermedades respiratorias obstructivas crónicas (44%) e insuficiencia cardíaca descompensada (29%). Los valores medios del IC fueron de 2 ± 0.2 . Existió un descenso significativo en los valores del IB al ingreso respecto a los valores previos en el domicilio( p<0,001), consiguiéndose un incremento significativo en el momento del alta ( p<0,001). El porcentaje de pacientes con perdida funcional fue significativamente más grande al aumentar de décadas: 6% frente 16% (p<0,01) y 16% frente 32% (p<0,01). A pesar de la aplicación de medidas específicas y del trabajo interdisciplinar entre médicos, enfermeras, auxiliares de clínica, y el resto de profesionales de la salud (10), el impacto negativo de la hospitalización aumenta con las décadas de la vida. 


F. Formiga, J. Mascaró, D. Chivite, R. Pujol 

Medicina Interna y Geriatría. CSU de Bellvitge. L'Hospitalet de Llobregat. Barcelona 

 

1. Creditor MC. Hazards of hospitalization of the elderly. Ann Intern Med 1993; 118: 219-23. 

2. Hoening HM, Rubenstein LZ. Hospital-associated deconditioning and dysfunction. (Editorial). J Am Geriatr Soc 1991; 39: 220-2. 

3. Lamont CT, Sampson S, Matthias R, Kane R. The outcome of hospitalization for acute illness in the elderly. J Am Geriatr Soc 1983; 31: 282-8. 

4. Saunders RH Jr, Hickler RB, Hall SA, Hitzhusen JC, Ingraham MR, Li L. A geriatric special-care unit: experience in a university hospital. J Am Geriatr Soc 1983; 31: 685-93. 

5. Boyer N, Chuang JLC, Gipner D. An acute care geriatric unit. Nursing Management 1986;17: 22-4. 

6. Palmer RM, Landefeld CS, Kresevic D, Kowal J. A medical unit for the acute care of the elderly. J Am Geriatr Soc 1994; 42: 545-52. 

7. Formiga F, Maiques JM, Novelli A, Mascaró J, Verdiell J. Vidaller A, et al. Impact of hospitalization in an elderly population assessed by Barthel Index. Eur J Intern Med 1999; 10 (Suppl 1) S147. 

8. Mahoney Fl, Barthel DW. Functional evaluation: the Barthel Index. A simple index of independence useful in scoring improvement in the rehabilitation of the chronically ill. Md State Med J 1965; 14: 61-5. 

9. Charlson ME, Pompei P, Ales KL, MacKenzie CR. A new method of classifying prognostic comorbidity in longitudinal studies: development and validation. J Chron Dis 1987: 40: 378-83. 

10. San José A, Michel JP. Modelo Interdisciplinario y equipos multidisciplinarios en la atención geriátrica. Med Clin (Barc) 1993; 101: 455-6.

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