Sr. director:
El objetivo de esta carta es recomendar la lectura del reciente libro publicado por el Prof. Francisco S. Lozano Sánchez, titulado Momentos estelares en la historia de la cirugía vascular y endovascular (cirujanos y cirugía) (Salamanca, 2021) (Fig. 1), en el que se hace un repaso histórico al desarrollo técnico y al conocimiento que hicieron posible la aparición de la cirugía vascular y endovascular como una disciplina con entidad propia hasta alcanzar unas cotas increíbles hasta hace tan solo unas décadas.
Siempre hubo un primer momento lleno de incertidumbre o hubo dogmas que parecían inamovibles, pero hubo alguien que ante el problema clínico planteó una posible solución. El atrevimiento del cirujano, el conocimiento basado en la cirugía experimental, el descubrimiento de hallazgos colaterales en otras disciplinas médicas (los grupos sanguíneos, las transfusiones, los antibióticos, etc.) o la aplicación de avances científicos en otros campos de la física o de la ingeniería (los rayos X, el efecto Doppler, las endoprótesis, etc.) han hecho posible ese progreso, igual que el desarrollo y los avances de otras disciplinas, como la anestesiología, pero, como afirma el autor, también gracias a un poderoso descubrimiento, el de la heparina, que no es suficientemente reconocida.
El autor muestra una exhaustiva documentación de cada tema y, a partir de una intervención “estelar”, presenta al cirujano, sus circunstancias históricas, el antes y el después de la operación con su difusión y el impacto clínico que tuvo. Llama la atención que la publicación de esos primeros casos fueron tan solo comunicación de casos clínicos o exposiciones académicas que hoy día no verían la luz con base en el nuevo credo editorial y curricular vigente, en el que lo que importa son los trabajos originales de series o el hecho de publicar, aunque no se comunique nada nuevo o singular. Estos casos singulares también muestran cómo detrás de cada gran cirujano hubo siempre algún gran mentor, algún grupo de cirujanos brillantes que estimularon ese proceso creativo. La sabiduría no aparece aislada y de forma espontánea.
Este es un libro muy bien documentado que merece una lectura pausada para ir descubriendo a los cirujanos que idearon y practicaron esos grandes avances, con anécdotas y extraordinarias imágenes que ilustran cada suceso. La lectura del libro es un paseo por la especialidad y su desarrollo y revela cómo eminentes cirujanos afrontaron retos que hasta entonces eran inconcebibles. Tal vez por ello sea de gran disfrute para los cirujanos veteranos o seniors que conocieron técnicas que ya no se usan (simpatectomías), prótesis que se perfeccionaron o procedimientos que perduran (endarterectomías). El libro, como el autor dice, honra a muchos pioneros y divulga sus aportaciones, pero comprender cómo esos hitos hicieron posible lo que hoy hacemos a diario como algo normal se convierte en una lectura entretenida e imprescindible para conocer la historia de la cirugía vascular.