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Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría

On-line version ISSN 2340-2733Print version ISSN 0211-5735

Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq.  n.81 Madrid Jan./Mar. 2002

 

LIBROS

 

La pérdida Ambigua. Cómo aprender a vivir con un duelo no terminado, "Grupo Psicología", Colección: Terapia Familiar.

 

 

Se trata de un libro escrito desde sí misma. No es la pérdida por muerte, el duelo, sino el desarraigo existencial por desaparición en guerra, emigración, Alzheimer, divorcio, etc. No duda un momento en mostrar su propia biografía, abuelos suizos trasplantados a Estados Unidos, para luego entrar en las otras pérdidas.

Parte de la antropología, más que de la psicología. Posee una amplia y sólida formación en terapia familiar. Describe con sencillez el impacto de un duelo congelado. La aceptación de la pérdida como parte del ciclo natural disminuye la ansiedad que estas situaciones provocan. El tratamiento del estrés familiar consiste en ver que es lo que se ha perdido y qué se conserva, lo que permite salir del atolladero existencial.

Ha escuchado muy bien la ambigüedad de los sentimientos contradictorios, que sólo resulta deliciosa, cuando se reconoce y acepta. De lo contrario produce un bloqueo y un gran sufrimiento.

Las situaciones indefinidas de pérdida conllevan una montaña rusa de sentimientos. A veces uno le aparta antes de que se vaya y otras no reconoce que ya se ha ido. Señala la importancia de reconocer los límites de una forma realista, que permite a la gente avanzar y reconocer lo que ha perdido y lo que aún puede hacer.

Como en otras situaciones traumáticas (malos tratos, agresiones sexuales, etc.) lo más hiriente es la Ley del Silencio, que impide airear el dolor y canalizarlo fuera, en vez de dirigirlo contra uno. Sin embargo, unas personas prefieren el dominio y otras la acción; a las primeras información y a las segundas tareas posibles de cuidados.

El lenguaje es claro y asequible, se nota la preferencia por la explicación antropológica de aceptación del ciclo vital. A pesar de su estancia en la Universidad McGill de Montreal, donde existe una gran grupoanalista, se echa de menos un enfoque más grupal y sobre todo las aportaciones que el psicodrama puede dar a este tipo de pérdida. Por ser ambigua, se puede afrontar mejor desde la capacidad imaginaria de la escena psicodramática; indispensable en esta clase de bloqueos, para salir del atasco existencial. De hecho relata algunos episodios de resolución, en los que el deudo recurre a una pseudoalucinación del desaparecido para salir adelante. De hecho otros colegas y yo hemos publicado artículos con casos al respecto, aunque más referidos al psicodrama y el duelo. Esta ignorancia de las aportaciones del psicodrama a la terapia familiar empobrece la riqueza de ésta última, que se muestra en la aplicación congelada de juegos de roles, sin la plasticidad que el psicodrama proporciona.

Aunque no es un libro de texto para conocer la manera de tratar esta problemática, abre preguntas que solicitan nuevas respuestas por parte del clínico. Su aportación más positiva es clarificar los límites de lo que se ha perdido y de lo que se puede recuperar; pero esto último ya se hace desde hace años, con bastante éxito por cierto, en los programas de terapia familiar de enfermedades físicas crónicas.

Los numerosos datos clínicos hacen que la lectura sea amena y, como no es extenso, se lee con facilidad. El problema es que extiende demasiado el ámbito de la pérdida ambigua y este error difumina las fronteras de su aportación; que da un paso más en la importancia de la aceptación de las pérdidas como un elemento crucial en la promoción de la salud mental.

 


José Antonio Espina Barrio (España)

TITULO: La pérdida Ambigua. Cómo aprender a vivir con un duelo no terminado, "Grupo Psicología, Colección: Terapia Familiar
AUTOR: Boos P.
IDIOMA: Español. (Traducido de la V.O. de 1999 por Isabel Campos Andrados)
EDITORIAL: Código 141630, Gedisa, Barcelona, 2001 (P.142)

 

 

La ética en psiquiatría

 

 

Veinte años después de la primera edición de este libro (1981) aparece la versión en castellano de su tercera edición (1999). En esos veinte años la bioética y el estudio de los problemas éticos en las diferentes ramas de la medicina se han desarrollado de modo importante, creciendo el número de publicaciones periódicas y libros que tratan de ello, sin embargo, en el campo de la psiquiatría no han abundado hasta hace poco las publicaciones sobre los aspectos éticos de su práctica. La ética en psiquiatría puede ser considerado el primer tratado extenso al respecto, no sólo históricamente sino por su contenido, al abordar aspectos conceptuales (tanto de la psiquiatría como de la bioética) y profundizar en los distintos campos de la práctica psiquiátrica, con sus particularidades y conflictos específicos. Sin lugar a dudas es un texto de referencia para quien quiera interesarse con detenimiento en el tema.

El libro está escrito mayoritariamente por autores del área anglosajona (Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá) y, aunque hacen el esfuerzo de trascender sus realidades inmediatas, en algunos capítulos en los que es inevitable la alusión a realidades sociales y legales concretas los análisis de conflictos pueden resultarnos algo distantes, aunque siempre útiles para, por ejemplo, entender y prever los problemas de los nuevos sistemas de gestión que se avecinan.

Como en todos los libros realizados colectivamente, por sumación de autores independientes, el solapamiento de temas es inevitable y algunos conceptos clave como la confidencialidad, la capacidad–competencia o el consentimiento informado afloran en diferentes capítulos; no obstante, o precisamente por ello, puede ser leído y consultado por capítulos independientes. La estructuración general de la obra es coherente y su contenido es amplio y completo, recalando en los aspectos más relevantes de la psiquiatría: históricos, conceptuales– epistemológicos, de práctica asistencial, institucionales y de contexto político, social y legal.

El capítulo de T. Beauchamp (uno de los fundadores de la bioética) está referido a los fundamentos filosóficos de la ética en psiquiatría. Es el único capítulo centrado en la metodología bioética y en él se describen con claridad los conceptos básicos y los diversos modelos de análisis ético. Asimismo expone el conocido sistema de principios morales (No–maleficencia, Beneficencia, Autonomía, Justicia) elaborado por él mismo junto con J. Childress, con interesantes apuntes sobre su aplicación a la psiquiatría.

También es especialmente interesante, aunque de no fácil lectura (y seguramente de complicada traducción), el capítulo Filosofía analítica, neurociencias y concepto de trastorno, de K. Fulford, en el que se abordan aspectos conceptuales sobre el trastorno mental y sus implicaciones éticas, señalando, entre otras cosas, el ingente trabajo que aún le queda a la psiquiatría para clarificar lo que constituye un trastorno mental (el qué, porqué y cómo).

La preocupación por el trato humanitario a los enfermos mentales ha estado presente en los profesionales de la psiquiatría al menos desde finales del S. XVIII, a veces en confrontación con la opinión social predominante o las autoridades. El conflicto entre una asistencia humanitaria y la necesidad de preservar el orden en las instituciones ha sido una constante y los psiquiatras siempre han tenido que afrontar el conflicto entre el deber hacia sus pacientes y sus obligaciones y responsabilidad ante la sociedad; actualmente –al menos en el mundo desa– parece que se va pudiendo trascender de la tradicional actitud paternalista hacia un modelo de relación contractual con el paciente, con todo lo que ello supone de incremento de la responsabilidad y destronamiento de la posición de poder del facultativo (mayor aún en la psiquiatría que en otras ramas de la medicina). Pero este poder no siempre ha sido bien administrado; de alguno de los modos "perversos" en los que la psiquiatría pudiera caer –y en ocasiones ha caído– se da cuenta en los capítulos de D. Musto (Perspectiva histórica), P. Chodoff (Mal uso y abuso de la psiquiatría) y W. Reich (El diagnóstico psiquiátrico como problema ético).

Superadas afortunadamente las barbaridades que en nombre de la ciencia psiquiátrica se dieron en la Alemania nazi o en la URSS, aún quedan pendientes aspectos tan críticos como el tratamiento involuntario, con sus evidentes conflictos éticos. Como señalan R. Peele y P. Chodoff en el capítulo dedicado a este tema, no se trata ya del debate institucionalización–desinstitucionalización (ambas políticas han tenido aspectos positivos y aspectos nefastos –especialmente la–) sino de cómo proporcionar a los enfermos mentales un tratamiento eficaz y una asistencia humana, y qué medios y recursos son los idóneos para conseguirlo. La conclusión, de especial relevancia al provenir de EE.UU., donde la asistencia pública a la enfermedad mental tiene un peso mucho menor que en Europa, es que sólo las administraciones públicas pueden dar respuesta coherente a un problema de tal magnitud e importancia.

Esto, necesariamente, nos lleva al estudio de los conflictos éticos que se generan en los sistemas de atención. La psiquiatría comunitaria y los nuevos sistemas de gestión son aspectos relativamente recientes, pero de gran trascendencia a la hora de permitir correctas prácticas asistenciales, por lo que aparecen como nuevas incorporaciones en la última edición. El reto de la distribución de recursos para las políticas de salud mental es evidente –y con– en unos tiempos en los que predomina la mercantilización de toda actividad humana, también la actividad sanitaria. El criterio de eficiencia no ha de estar reñido con los de equidad y calidad, de ahí que la deliberación ética sobre estos problemas se haya convertido en imprescindible para el desarrollo de la psiquiatría de las décadas venideras.

Pero si en lo relativo a los aspectos más sociales de la psiquiatría el debate ético está abierto desde el S. XVIII, con su especial repunte en los años 60 y 70 del S. XX, en lo que respecta a la práctica profesional no ha sido hasta hace pocas décadas que han surgido los debates éticos, y , como decíamos al principio, este libro ha sido desde su primera edición el referente de su estudio pormenorizado. Ahí están los capítulos dedicados a los aspectos éticos del diagnóstico psiquiátrico, de las psicoterapias, de los tratamientos farmacológicos o de la manipulación física del cerebro. Como señala A. Dyer en su capítulo La psiquiatría como profesión, una profesión puede definirse por sus conocimientos, técnicas y habilidades, pero también por su ética y sus valores. Hechos y valores no siempre han convivido en suficiente armonía como para que la praxis psiquiátrica haya sido técnica y moralmente de calidad. Algunos de los aspectos analizados en el texto que ahora comentamos son elocuentes de este desencuentro: la trasgresión de los límites de la relación psiquiatra/psicoterapeuta– paciente en lo económico y en lo sexual, el uso espurio del diagnóstico psiquiátrico, el consentimiento informado en psicoterapia y en investigación, la excesiva predominancia de la terapéutica psicofarmacológica y sus vertientes farmacoeconómica y de marketing, los límites del buen uso de la TEC y la psicocirugía, ...

También se estudian en el texto campos específicos de la práctica asistencial, tales como la psiquiatría infantil, la psicogeriatría y la psiquiatría forense. Los dos primeros son abordados desde una perspectiva amplia y fácilmente extrapolable a ámbitos diferentes al contexto americano, pero el tercero se ciñe casi en exclusiva a la experiencia norteamericana y en especial al rol del psiquiatra como experto en los tribunales de justicia; aunque entendemos que la necesaria relación con los sistemas legales concretos hace poco posible dar un enfoque más amplio.

Se echa en falta un capítulo dedicado en exclusiva a la valoración de la capacidad–competencia, tema clave en el enfoque bioético de toda práctica asistencial sanitaria y en que la psiquiatría tiene –por razone– mucho que decir.

Finalmente, en el texto coordinado por Bloch, Chodoff y Green se abordan temas que podríamos considerar "de futuro", en el sentido de que van a suponer importantes cambios en la psiquiatría de los próximos años. Hablamos de la investigación (especialmente la investigación genética) y la enseñanza de la ética en psiquiatría. De la capacidad que tengamos los psiquiatras actuales en estudiar y debatir (en eso consiste la ética) la moralidad de nuestras prácticas y de facilitar y fomentar este estudio a las generaciones venideras de nuevos profesionales, dependerá la configuración de una profesión más responsable y capaz, técnica y humanísticamente.

La cuidada edición de La ética en psiquiatría viene a llenar el vacío de textos en castellano que hasta ahora existía y en este sentido saludamos la excelente iniciativa de la editorial Triacastela por su publicación, que se une a otras anteriores (Bioética para clínicos de A. Couceiro, El consentimiento informado de P. Simón), textos todos ellos de consulta obligada para quien quiera profundizar en los aspectos éticos de las prácticas profesionales sanitarias. Confiamos en que el filón siga enriqueciéndose.

 


Fernando Santander. (España)

TITULO: La ética en psiquiatría
AUTOR: Sydney Bloch, Paul Chodoff, Stephen A. Green (editores).
IDIOMA: Español.
EDITORIAL: Triacastela. Madrid, 2001.

 

 

Poética de la Cura

 

 

Este libro está escrito desde la clínica y desde la heterogeneidad del sujeto, del analista, del tiempo y del espacio. Hay una sólida base psicoanalítica, filosófica, psicodramática, poética y sobre todo clínica.

Desde una clínica con una visión múltiple, encara el silencio creativo y el cuerpo en sus diversas variantes. Emplea la máscara como desenmascaramiento de lo oculto y se atreve con nuevas patologías, que exigen del clínico un espacio más flexible que el diván y la palabra. "Se trata no de destituir a la escucha sino de poner a trabajar el término. Sacarlo de un lugar de endiosamiento. Correrlo de un logocentrismo."

No es un retorno a Freud, sino una revisión que corrija sus conclusiones erróneas. En ese sentido no duda en afirmar: "Edipo ya no debe ser más el culpable de un asesinato y de un incesto sino víctima de una confabulación incestuosa fraternal" entre Creonte, que fue el asesino de Layo, y Yocasta, su hermana y amante. Sin la culpa edípica, habrá que reescribir gran parte del psicoanálisis.

Propone construcciones creativas frente al desamparo y vacío. La poesía se instala en la clínica y la llena de sentido. El juego de Winicott amplia el campo psicoanalítico. Se trata de una psicoterapia escénica, poética y corporal, que todavía no se atreve a denominar psicodrama. Como he compartido con él escenas y poemas, creo conveniente contar una anécdota, más bien propia del Coinconsciente moreniano. En el 3º Congreso Iberoamericano de Psicodrama, Portugal, 2001, impartía un taller de poesía y psicodrama, coordinado con otros dos grandes amigos, uno español y otro argentino, éste último me recomendó que asistiera al taller de máscaras de Mario Buchbinder, porque teníamos mucho en común, a los dos nos gustaba la filosofía y la poesía. Como caldeamiento a su sesión puso la misma música que yo había elegido para el taller y que no conocían mis colegas: la banda sonora de la película del cineasta griego Teo Angelopoulos, El Viaje de Ulyses, compuesta por Eli Kariandrou, que no es muy conocida, ni es la última de éste dúo; ya que recuerdo que después realizaron La eternidad y un día. Cuando comencé a oír la música, la que había puesto yo en el taller que realicé por la mañana, sentí un agradable cosquilleo que ascendía por mi columna vertebral.

En "Teatro del Alma" hace un lúcido estudio del psicoanálisis, el psicodrama y el teatro, que abre nuevos interrogantes y muestra un sólido conocimiento de las tres disciplinas.

En el apartado de "Las Estaciones de la Clínica" empieza fuerte, ya que en "Adicción y Grupo" señala que los factores que llevan a la dependencia, también pueden llevar a la cura. La adicción y el grupo ofrecen seis valores miméticos, con diferentes resultados. Ambos son: lugar de pertenencia, provisión, regresión, creación de realidad, acción y destructividad. En "Simultaneidad de relatos: paradigma de una escucha de lo vincular" vuelve a la heterogeneidad de la clínica. El título "¿Psicoanalistas sin institución?", expresa perfectamente las cuestiones que plantea y amplía respecto a este tema tan interesante que es lo instituyente y lo instituido y su relación con la práctica clínica.

Finaliza con una serie de preguntas que le llevan a sus orígenes polacos y a la fundación de nuestra existencia sobre un lugar vacío.

Su pensamiento se desarrolla sobre la base de frases cortas, expresadas con claridad. Expone temas complejos que hacen pensar acerca de la necesidad y actualidad de una clínica heterogénea que pueda aportar algo nuevo a las patologías actuales y no se ancle en los conceptos pasados. Revisa el psicoanálisis, el psicodrama y el teatro y, sobre todo el proceso de creatividad que se opera en los tres. Sus teorizaciones nacen de un conocimiento consolidado que expresa de forma luminosa. Es un libro de clínica que teoriza y viceversa, es un libro teórico basado en la clínica.

Clínicos, psicoanalistas ó psicodramatistas, terapeutas de adicciones, gentes del teatro y de la cultura y sobre todo psicoterapeutas, obtienen un importante material de reflexión que, como los buenos perfumes, se encuentra cobijado en un espacio pequeño.

 

...

TITULO: Poética de la Cura.
AUTOR: Buchbinder M..
IDIOMA: Español.
EDITORIAL: Buenos Aires, Letra Viva, 2001.

 

 

Para leer a Darwin

 

 

"Ciclópea labor", "complementariamente compleja y rigurosa" son los términos con que Faustino Cordón, en 1996, calificaba la obra de Patrick Tort, que resultan aplicables tanto al Dictionaire du darwinisme et de l'evolutión (P.U.F., 1996) como a su esfuerzo epistemológico previo (La pensée hierargique et l'evolutión, de 1983 y la raison clasificatoire de 1989). No debemos olvidar que .... "La evolución.... por su carácter de ley universal, atañe tanto al proceso general de la naturaleza y en particular de los seres, fenómenos y procesos biológicos con sus variadísimas manifestaciones, como a los diversos desarrollos del pensamiento humano mismo" (F. Cordón)

El título original del libro que reseñamos es Darwin et le darwinisme (Presses Universitaries de France, 1997) y su intención expresa es presentar un "compendio fiel y equilibrado de la vida, del pensamiento y de la obra de Darwin, así como una visión global del desarrollo posterior de las teorías evolutivas", objetivos que suponen la existencia de la Enciclopedia citada mas arriba, así como otros textos del autor (sobre todo, Darwinismo et Societé, de 1992).

Repetidamente se alude a la obra de Darwin de 1871 El origen del hombre y la selección sexual , raramente recordada y aún menos leida cuyos desarrollos antropológicos permiten descalificar lo que Tort llama darwinismo desnaturalizado (darwinismo social, sociobiología, eugenismo...). "la sociobiología... que defiende la idea de una continuidad simple, sin inversión entre la naturaleza y sociedad" es opuesta a toda la lógica antropológica de Darwin... Algo similar afirma en relación al eugenismo...: "La idea de un Darwin eugenista es una de las mistificaciones más graves que han podido emanar de los propios eugenistas"... De igual modo, otro epígrafe del capítulo 6, se dedica a mostrar el antirracismo de Darwin, tanto de hecho, como en la teoría, y consecuencia de su antropología evolutiva.

"El transformismo darwiniano en antropología abre al materialismo la vía de una comprensión científica de las condiciones de posibilidad de una ética liberada de todo presupuesto religioso. De una ética que explica los valores en su génesis evolutiva, como todos los otros hechos del devenir humano"....

Lo que Tort califica como efecto reversivo nos recuerda vivamente algún aserto de F. Cordón, de 1985: ..." La selección natural es el mecanismo que conduce a la etapa más alta de la evolución biológica terrestre, la evolución humana. En esta etapa... lo que evoluciona... ya no son las especies animales en el marco de la fauna y de la flora, sino el hombre en el marco de la sociedad humana... Lo que en la nueva etapa evoluciona es la actividad social humana"... En este punto, la evolución selecciona los instintos sociales y Patrick Tort, precisa, ... "Ahora bien, el estado de "civilización", resultado complejo de un crecimiento de la racionalidad, de la influencia engradecedora del sentimiento de "simpatía" y de las diferentes formas de altruismo, se asiste a una inversión cada vez más acentuada de las conductas individuales y sociales en relación a lo que sería la continuación pura y simple del funcionamiento selectivo anterior: en lugar de la eliminación de los menos aptos aparece, con la civilización, el deber de asistencia que pone en marcha en su lugar múltiples gestiones de ayuda y rehabilitación; en lugar de la extinción natural de los enfermos y de los inválidos, su salvaguarda por la movilización de tecnologías y saberes (higiene, medicina, deporte) encarados a la reducción y a la compensación de las deficiencias orgánicas; en lugar de la aceptación de las consecuencias destructoras de las jerarquías naturales de la fuerza, del número y de la aptitud vital, un intervencionismo reequilibrador que se opone a la descalificación social.

Por la vía de los instintos sociales, la selección natural, sin "salto" ni ruptura, ha seleccionado a su contrario, esto es: un conjunto normado, y en extensión, de comportamientos sociales antieliminatorios –esto es, antiselectivos en el sentido que reviste el término selección en la teoría desarrollada en el origen de las especies-, así como correlativamente, una ética antieliminatoria traducida en principios, en reglas de conducta y en leyes.

La emergencia progresiva de la moral aparece, pues, como un fenómeno indisociable de la evolución, y ésta en una continuación normal del materialismo de Darwin.

El propósito de la introducción se dasarrolla en nueve capítulos, de los cuales, el noveno presenta cronológicamente la obra de Darwin y el décimo se dedica al darwinismo y la biología moderna.

Me parece obligado reproducir las últimas líneas del texto, las que preceden a las notas y la bibliografía seleccionada:

..."la obra considerable, que queda en gran parte por descubrir, del gran bioquímico español Faustino Cordón, el cual a partir y alrededor del estudio de la evolución del metabolismo celular, ha construido, en términos de emergencias evolutivas seleccionadas, la más fuerte teorización actual de los niveles de integración de lo viviente".

En este punto, y par finalizar, recomendar la lectura (o relectura) de la entrevista a Faustino Cordón, hecho por A. Fernández Liria y publicada en el nº 0 de la Revista de la AEN.

 


Onésimo González Alvarez. (España)

TITULO: Para leer a Darwin.
AUTOR: Patrick Tort.
IDIOMA: Español.
EDITORIAL: Alianza Editorial. 2001. 128 páginas.

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